Portada » Lengua y literatura » Vida y Obra de Lope de Vega: Un Recorrido por el Fénix de los Ingenios
Nació en Madrid en el seno de una familia humilde. Tuvo una formación autodidacta y, muy joven, trabajó como secretario de algunos nobles y del obispo de Ávila. Su servicio a estos nobles le permitió no estudiar una carrera, pero sí acudir a la universidad a escuchar en Ávila y Salamanca.
A los 17 años tuvo que marcharse desterrado a Valencia por escribir unas sátiras insultantes contra su amante Elena Osorio y su familia, que le había sido infiel. Elena aparece en su obra como Filis. Más tarde, rapta con su consentimiento a Isabel de Urbina (Belisa en su obra), con quien se casará. Lope participa en empresas militares como la Armada Invencible. Tras la muerte de su esposa, mantiene relación con Antonia Trillo y con Micaela Luján, que le da varios hijos y aparece en su obra como Camila Lucinda.
Más adelante se casa con Juana de Guardo, sin abandonar del todo las relaciones anteriores. Tras la muerte de su segunda esposa y de su hijo Carlos, se ordena sacerdote y renuncia a seguir escribiendo. Pero, a partir de 1616, vuelve a enamorarse de Marta de Nevares, que aparece en su obra como Amarilis, Marcialeonarda o Dorotea. Muere en 1635, tras la muerte de Marta, ciego y loco por la muerte de otro de sus hijos y el rapto de una de sus hijas. Su entierro se convirtió en una manifestación de duelo popular: Madrid se paralizó. Lope fue amigo de Quevedo y de Cervantes, y enemigo de Góngora. Lope de Vega escribió narrativa, poesía lírica y épica y, sobre todo, teatro: más de 1500 obras, de las que se conservan unas 400.
Lope de Vega escribe en prosa cultivando los géneros novelescos que triunfaban en su época. Así, escribirá El peregrino en su patria, que es una novela bizantina; La Arcadia, que es una novela pastoril; Los pastores de Belén, que es una novela pastoril, pero a lo divino; Cuatro novelas a Marcialeonarda, en las que sigue el modelo de las Novelas ejemplares de Cervantes; y La Dorotea, que es una novela dialogada al estilo de La Celestina y en la que cuenta sus amores juveniles por Elena Osorio.
Lope de Vega va a escribir tanto poesía épica como lírica. Dentro de la épica, podemos dividir su producción atendiendo a su temática:
Lope de Vega es autor de una poesía en metros cortos que se inscribe dentro de la lírica de tipo tradicional, en la que destacan sus villancicos y sus romances de todo tipo, en los que evoca desde la madurez sus amores juveniles. También escribe una lírica en metros largos, en la que destacan sus sonetos, églogas, elegías y epístolas. Lope une culteranismo y conceptismo, es decir, dos tendencias poéticas del Barroco. Muchas de sus poesías fueron escritas bajo seudónimos conocidos por todos.
La creación dramática es fundamental dentro de la obra de Lope de Vega, quien en su obra escrita en verso El arte nuevo de hacer comedias sienta las bases de lo que será el teatro nacional. En esta obra rompe con la tradición aristotélica y rechaza la ley de las tres unidades: acción, espacio y tiempo.
Es decir, unidad de acción (la obra ha de tener una acción principal a la que se subordinan todos los elementos de la obra), unidad de lugar (la obra ha de desarrollarse en un único escenario) y unidad de tiempo (la obra ha de desarrollarse en un tiempo verosímil, un día como máximo). Lope de Vega introduce acciones secundarias, extiende la obra durante años, introduce muchos escenarios y las obras se desarrollan en tres actos que se corresponden con el planteamiento, nudo y desenlace, en lugar de los cinco actos que prescribía Aristóteles. Lope mezcla lo cómico y lo trágico, frente a la férrea división de género clásica. En las obras de Lope de Vega se utiliza la polimetría (versos y estrofas distintas según lo requiera la acción). Se intercalan elementos líricos, es decir, canciones y bailes que animan y dan color al espectáculo. Uno de los hallazgos es hacer que cada personaje hable como le corresponde según su clase social, o como es lo mismo, el decoro. Finalmente, Lope desarrolla la figura del gracioso o donaire, que es una figura del bobo de Juan del Encina.
Por lo general, los personajes no están muy matizados psicológicamente ni representan las grandes pasiones o ideas como ocurre en el teatro de Shakespeare. Son personajes que se definen por su forma de actuar, que aparecen siempre con la misma función dramática y se convierten en modelos sociales.
Los más habituales son: