Portada » Lengua y literatura » Vida y Aventuras de Don Quijote de la Mancha: Un Recorrido por la Obra de Cervantes
Miguel de Cervantes nació en Alcalá de Henares en 1547. Pasó su juventud en distintas ciudades y en 1569 se trasladó a Italia. Después se unió al ejército, y en 1571 participó en la batalla de Lepanto, donde resultó herido, sobre todo de la mano izquierda, que le quedó inútil. Fue a la cárcel, y en 1580 fue liberado a cambio de dinero. El recuerdo de esta época lo reflejó en algunas de sus obras. Regresó a Madrid y comenzó una etapa dura en su vida; fue encarcelado dos veces: en 1592 en Córdoba y en 1597 en Sevilla. En esta estancia en la cárcel fue cuando se engendró El Quijote.
En la vida de Cervantes nunca faltó la infelicidad, la incomprensión, la injusticia y la mala fortuna. Murió el 23 de abril de 1616 en Madrid. El Quijote se publicó en 1605 dividido en cuatro partes, y el segundo tomo apareció en 1615.
Escrito en primera persona, es una hazaña narrativa que presenta la obra. El autor se declara padrastro de Don Quijote. El prólogo fue redactado en 1604 después de acabar el libro. Epíteto: se dirige a un lector despreocupado. «Libro, hijo del autor»: no padre, sino padrastro, diferente al Locus Amoenus. Deseo del escritor de no dejar un pomposo prólogo (sucesión de ironías), versos que se los escribiera él mismo; amigo alentador; pasa del estilo indirecto al directo; discreto, sensato, inteligente, agudo.
Don Quijote es el típico hidalgo de pueblo. Se presenta como Alonso Quijano, un hombre casi pobre, de 50 años de edad, y de su peculiar ama de llaves que pasaba de los 40. Este buen hombre era madrugador y gran aficionado a la caza. Este peculiar personaje era gran amante de las novelas de caballería. Tal fue la obsesión por estos libros de caballería que decidió convertirse en caballero. Para llevar a cabo esta extraña aventura tuvo que coger y limpiar las armas de sus bisabuelos, y las preparó para su uso.
Para poder convertirse en un buen caballero necesitaba las siguientes cosas:
La lectura de libros de caballerías le hizo pasar a ser caballero y a ganarse el «don».
Se queman los libros de Don Quijote. Don Quijote se despertó chillando porque se creía que estaba luchando con enemigos. Acto seguido comenzó a hablar de libros de caballería. El cura y el ama de llaves de Don Quijote le dieron de comer y le volvieron a acostar para que se relajara y descansara.
El cura, el barbero y el ama de Don Quijote decidieron poner un muro en la biblioteca de Don Quijote para que este no pudiera acceder a la biblioteca y así no se diese cuenta de que todos sus libros habían desaparecido. En el caso de que se acordase de su biblioteca y preguntara por sus libros, le dirían que había sido un mago que la hizo desaparecer mientras Don Quijote dormía. Y así fue, cuando Don Quijote se despertó y preguntó por su habitación llena de libros de caballería, sus amigos le dijeron que había sido un mago que la había hecho desaparecer.
Don Quijote pasó 15 días tranquilo, ya que se había propuesto buscar un escudero y conseguir dinero. Para obtener este dinero fue necesario que diera ciertas pertenencias suyas. Durante este tiempo encontró a un pobre hombre llamado Sancho Panza al cual le ofreció varias islas si se iba con él de aventuras. Después del trato ambos aventureros se marcharon al anochecer. Sancho decide acompañar a Don Quijote como su escudero.
Durante el viaje Don Quijote y Sancho estuvieron hablando sobre la isla que le había prometido Don Quijote a Sancho (simpleza), aunque todo eso era una farsa, su ínsula está en el centro de Aragón y no tiene nada de isla. En este capítulo aparece en Don Quijote la inmortal pareja y el constante y bonito diálogo (entraremos en el alma de Don Quijote a través de él), hace un contraste entre el sueño caballeresco y la realidad, la locura idealizadora, sensatez, cultura, rusticidad, ingenuidad.
Por el camino Don Quijote y Sancho se encuentran con unos molinos de viento y Don Quijote, creyéndose que son gigantes malvados, se dispone a atacarlos con su lanza. Sancho le dice que son molinos, pero Don Quijote se empeña en atacarlos. Como consecuencia, Don Quijote tropieza con su lanza y se cae al suelo, acabando así el problema de los molinos, o gigantes como seguía afirmando Don Quijote. Por el camino Don Quijote recuerda que una vez leyó cómo un caballero repuso su lanza con un tronco y así lo hizo Don Quijote.
Al día siguiente, cuando se disponían a ir a Puerto Lápice en busca de aventuras, vieron a dos monjes, vestidos con sus hábitos negros y a una mujer que iba detrás de ellos, se supone que iban todos en la misma dirección. Don Quijote se pensó que estos hombres tenían secuestrada a la señora que iba detrás de ellos, y decidió atacar a los monjes. Sancho le avisó que eran dos monjes, pero Don Quijote no le hizo caso y los atacó. Los dos frailes salieron corriendo con la mala fortuna de que uno de ellos se cayó al suelo. Sancho le intentó ayudar, pero dos mozos arremetieron contra él y le dejaron inconsciente. Don Quijote a su vez fue a presentarle sus respetos a la señora, pero el escudero de ella arremetió contra Don Quijote dejándole herido de un hombro.
Muestra batalla desigual e individual del héroe con la personificación del mal. Diálogo explícito, cada uno de los personajes como si fuera real, el protagonista pasa a la acción y el pensamiento, reflexiones y pareceres diferentes de Don Quijote y Sancho. Al final del capítulo tiene lugar la aventura del vizcaíno, Don Quijote y el vizcaíno se enfrentan y se inicia un combate entre ellos. En plena lucha Cervantes deja pendiente el relato, con el pretexto de que aquí lo dejó el autor de Don Quijote. Aquí finaliza la primera parte de la obra. [Parodia de los libros de caballería y del recurso del manuscrito hallado y escrito en otra lengua, texto inicial en árabe que es traducido por un morisco, luego transmitido por el segundo autor, Cervantes puede darnos el final de la aventura del vizcaíno].
Estaba Sancho acomodando el caballo y el burro cuando olió a cabra asada, vio a unos cabreros que se estaban sentado alrededor de la cabra. Estos pastores ofrecieron comida y un sitio entre ellos a Don Quijote y a Sancho, el cual rechaza la comida, pero Don Quijote le ordena sentarse y comer. Mientras Don Quijote estaba comiendo bellotas recuerda cómo la época en que todo era mejor y cuando los hombres se entendían más. Estaban todos comiendo cuando apareció un amigo de los cabreros recitando un romance. Al terminar, uno de los cabreros le curó la oreja a Don Quijote con unas hojas curativas. Al terminar se fueron todos a dormir. Don Quijote conquista el pretendido yelmo de Mambrino (era famoso en los libros de caballerías).