Portada » Lengua y literatura » Vida de San Francisco y sus Hermanos
Francisco reúne a unos amigos que quieren imitarle como él intenta imitar a Jesucristo. Entre ellos se encuentra Santa Clara.
Bernardo invita a su casa al hermano Francisco. Por la noche, observa secretamente la oración de Francisco. Luego decide unirse a él y se desprende de sus cosas.
A gloria y alabanza de Cristo. Amén.
Dijo el hermano Francisco al hermano Bernardo:
–Te mando por santa obediencia que, para castigar mi presunción y osadía de mi espíritu, al echarme yo en tierra boca arriba, me pongas un pie sobre el cuello y otro sobre la boca, y así pasarás tres veces de un lado a otro, diciéndome palabras de enojo y vituperio.
A gloria y alabanza de Cristo. Amén.
Un ángel fue a la portería para hablar con el hermano Elías… el cual, muy turbado, cerró con furia la puerta y se retiró. El ángel, en un abrir y cerrar de ojos, puso al hermano Bernardo al otro lado del río.
El hermano Bernardo, haciéndose la señal de la cruz, por santa obediencia, llegó a Bolonia. Y viendo los niños que llevaba un hábito raro y grosero, le hicieron muchas burlas e injurias, tratándole de loco. Y el hermano Bernardo sufrió todo aquello con mucha paciencia y alegría por amor a Jesucristo.
Un juez, movido por la santidad y humildad del hermano Bernardo, le llevó a su casa, dándole después el lugar para él y sus compañeros.
A gloria y alabanza del buen Jesús.
El hermano Francisco había perdido la vista por sus muchas lágrimas. Puso la mano derecha sobre la cabeza del hermano Bernardo y la izquierda sobre la del hermano Elías y bendijo a Bernardo y le nombró principal de sus hermanos. El hermano Bernardo, en la última hora de su muerte, se hizo levantar y bendijo a sus frailes y pasó de la presente vida a la bienaventurada de los ángeles.
A gloria y alabanza de Cristo. Amén.
San Francisco pasó toda una cuaresma en una isla en el lago de Perusa con un panecillo. En alabanza de Cristo. Amén.
El hermano Francisco enseña al hermano León en qué consiste la perfecta alegría.
El hermano Francisco y el hermano León rezaron maitines sin libro de rezos.
El hermano Maseo pone a prueba la humildad del hermano Francisco.
El hermano Francisco manda al hermano Maseo que dé vueltas para conocer qué camino debían seguir.
Queriendo el hermano Francisco humillar al hermano Maseo a fin de que con la humildad creciese en virtud, le dijo un día delante de todos los hermanos:
«Quiero que tú hagas los oficios de la puerta, de la limosna y de la cocina, y cuando los demás frailes coman, tú lo hagas fuera de la puerta del convento, para que puedas decir alguna buena palabra de Dios a los que vengan al convento.
Y el hermano Maseo se puso la capucha y humildemente recibió y ejecutó la santa obediencia.
Queriendo el hermano Francisco humillar al hermano Maseo a fin de que con la humildad creciese en virtud, le dijo un día delante de todos los hermanos:
«Quiero que tú hagas los oficios de la puerta, de la limosna y de la cocina, y cuando los demás frailes coman, tú lo hagas fuera de la puerta del convento, para que puedas decir alguna buena palabra de Dios a los que vengan al convento.
Y el hermano Maseo se puso la capucha y humildemente recibió y ejecutó la santa obediencia.