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“Don Álvaro o la fuerza del sino” es la obra más conocida del duque de Rivas, autor romántico que también ejerció como pintor y político español. Sus primeras obras son de carácter neoclásico, aunque más tarde emprende el estilo romántico con “El Moro Expósito”, “Romances históricos” y la más importante: “Don Álvaro” con la que inició una revolución en el teatro al plasmar en él las nuevas ideas románticas. Fue estrenada en el Teatro del Príncipe de Madrid, el 22 de marzo de 1835.
Por la estructura de su contenido, su forma y su finalidad, la obra presenta las características fundamentales del teatro romántico. Cuenta la historia de Don Álvaro, caballero que vive un romance con Doña Leonor, a pesar de la oposición de su padre, el marqués de Calatrava. En un intento de huida el marqués los descubre y Don Álvaro lo mata accidentalmente. Por ello los dos hermanos de la joven, don Carlos y don Alfonso, persiguen a los enamorados para darles muerte. Sin embargo, será don Álvaro quien mate en un duelo a don Carlos en Italia, y más tarde a don Alfonso a las afueras del convento donde don Álvaro vive en penitencia, lugar que, casualmente, aloja a doña
Leonor, a la cual mata su hermano antes de morir para vengar la muerte de su padre. Es entonces cuando Don Álvaro descubre que su amada estaba viva, y al ver la tragedia, decide suicidarse.
La obra se ajusta a las características del teatro romántico, tales como la división en jornadas, en este caso 5; la desaparición de la norma de las tres unidades (la obra cuenta varias historias a la vez; se sucede en distintos lugares (Sevilla, Hornachuelos, Italia) y los sucesos se suceden a lo largo de 5 años); el uso del monólogo para expresar los conflictos internos de los personajes; el aumento en el número de estos, siendo el héroe solitario, valiente, misterioso y consumido por la pasión amorosa, y la dama es dulce y fiel; y la naturaleza, que se muestra acorde con los sentimientos y estados de ánimo de los personajes. El lenguaje presenta una gran variedad. Destaca especialmente la entonación, el ritmo y la musicalidad, la abundante adjetivación y la riqueza léxica, así como la mezcla de la prosa y el verso.
En cuanto a los personajes destacan: Don Álvaro, un indiano rico que vive en Sevilla y que está muy enamorado de doña Leonor con la cual pretende casarse. Su sentimiento interior es una mezcla indisoluble de dolor y soledad, y se ve dominado por el destino. Doña Leonor es una doncella aristocrática cuya pasión por don Álvaro provoca los tormentos del alma de su amante y le conduce a un destino fatal. Destacan otros personajes de la aristocracia como el marqués de Calatrava, Don Carlos o Don Alfonso, y del pueblo, el Padre Guardián, el hermano Melitón, etc.
La obra toca los temas más representativos del Romanticismo:
El destino fatídico del cual no es posible huir; el amor, motor de los personajes centrales, doña Leonor y don Álvaro; el honor, que conduce a la venganza y queda representado por la familia Calatrava; y, por último, la religión, representado por el intento de purgación de los protagonistas.
Finalmente, cabe destacar que “Don Álvaro” recoge todos los tópicos románticos, tanto en lo referente a la forma como en el contenido, lo cual hace de esta obra del duque de Rivas la más representativa del romanticismo español.
“El si de las niñas” es la obra maestra de LeandroFernándezdeMoratín, autor neoclásico que desarrolló su principal actividad literaria como dramaturgo. Escribió tres comedias en verso y dos en prosa: “La comedia nueva o “El café” y “El sí de la niñas”, escrita en 1801 y estrenada en Madrid en 1806 en el TeatrodelaCruz, con gran éxito, aunque fueron muchas las denuncias que se hicieron de esta comedia al tribunal de la Inquisición. Se mantuvo en cartel dieciséis días.
Por la estructura de su contenido, su forma y finalidad, la obra representa plenamente el tipo de comedianeoclásica, difusora de las ideasilustradas (uso de la razón como base del saber, universalidad, verosimilitud, unidad de estilo, separación de géneros y decoro de los personajes), en la cual, donDiego, en caballero sesentón, piensa casarse con una joven de dieciséis años, doñaPaquita, pues su madre, ha concertado la unión. Pero la muchacha esta enamorada de donCarlos, que resulta ser el sobrino de don diego. La comedia tiene un final feliz en el que los personajes que se han valido por la razón y la verdad salen bien parados mientras que doñaIrene, madre de la joven prometida, queda ridiculizada por su actitud autoritaria e insensata. Así, Moratín escribe la obra para denunciar este tipo de matrimonios impuestos, donde el autor pone de manifiesto la falta de libertad de Doña Paquita para decidir sobre su vida afectiva, y aprovecha para manifestar sus ideas ilustradas a favor de la razón y en contra de las tradiciones y costumbres vetustas de la España en la época de la obra.
La comedia se ajusta a las normasneoclásicas, ya que, además de su clara finalidad didáctica, se divide en tres actos, y respeta la regla de las tres unidades: u solo lugar (posada de Alcalá de Henares,), el desarrollo de una única acción, que transcurre en una unidad de tiempo (diez horas, de 7 a 5).
Sobresale en la pieza la maestría en la caracterización de personajes, incluidos los criados. Destacan especial mente doñaIrene, locuaz, egoísta, autoritaria y charlatana; y donDiego, ridículo en su pretensión pero también digno, comprensivo, generoso, razonador y franco. A él encomienda Moratín el esfuerzo de arbitrar el desenlace. Doña Francisca es una muchacha obediente, que finge ser ingenua, es modesta y vive su amor con sobriedad y pasión a partes iguales. DonCarlos es un joven instruido, buen chico y sumiso ante su tío. Los criados son serviciales y leales.
El lenguaje responde a la intención de hacer verosímiles los acontecimientos y está adecuado a la naturaleza de cada personaje.
En los diálogos prima la agilidad. Los momentos serios y sentimentales no llegan a exageración, y los cómicos no caen en lo chabacano, lo que contribuye a la sobriedad y mesura de la obra. Inteligencia y sentimiento actúan de manera armónica; el ritmo teatral es perfecto y se enlaza con naturalidad.
Se podría observar que “El sí de las niñas” anticipa ya características del Romanticismo (libertad de expresión, ruptura con normas y costumbre) y aun del realismo por su verosimilitud.