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Tema 3:
EL ADVENIMIENTO DE LA SOCIEDAD POST-INDUSTRIAL 1973.
UN INTENTO DE PROGNOSIS SOCIAL. (Daniel Bell)
En este ensayo de prognosis social sobre las sociedades avanzadas, para comenzar, es necesario hacer una distinción entre predicción y prognosis.
La predicción es relativa a acontecimientos, centrados en decisiones que no pueden ser formalizadas o sometidas a reglas. La predicción es ciertamente difícil, ya que los acontecimientos están conformados por la intersección de vectores sociales, por lo que habría que tener un alto grado de conocimiento de esos vectores que provocan tal situación. Por otro lado, la prognosis es posible siempre que haya una regularidad y una recurrencia de fenómenos, de forma que se creen unas tendencias que continúan en carácter de series temporales. Se pueden expresar como probabilidades, aunque, a mayor extensión en el tiempo de una prognosis mayor margen de error. La prognosis es posible cuando existe un grado alto de racionalidad en los cargos de poder que influyen en los acontecimientos.
La prognosis, por lo tanto, sirve para especificar no tanto los resultados, sino las restricciones que encontraremos en un tiempo futuro. Es una forma de autoconsciencia social.
Hay distintos tipos de prognosis. La prognosis tecnológica trata de los tipos de cambios y permutaciones dentro de las clases de acontecimientos, de forma que se pueda pronosticar los próximos pasos dentro de un sistema cerrado. La prognosis demográfica, expresada en estadísticas poblacionales, es consecuencia de la mezcla de indeterminación y de un sistema cerrado. En cuanto a la prognosis económica, existen tres tipos: el estudio de mercado, la creación de series temporales de macrovariables, y, el modelo econométrico (simulación del sistema mundial económico como un todo). La prognosis social tiene otros tres tipos: la extrapolación de tendencias sociales, la identificación de claves históricas, y, los cambios en el entramado social.
En los siguientes puntos se pretenderá hacer una prognosis social sobre un cambio en el entramado social de la sociedad occidental.
Los entramados sociales son reflejos de esquemas conceptuales. La historia es un flujo de acontecimientos, y la sociedad un trama de diferentes tipos de relaciones que no se pueden conocer solo a través de la observación. El conocimiento, por lo tanto, es la secuencia lógica entre orden fáctico y orden lógico. En la experiencia, el orden fáctico es lo primero, pero en el significado, lo es el lógico.
El planteamiento de un problema supone la forma más efectiva de influir en un pensamiento posterior. Marx, planteó un problema de definición de la sociedad teniendo en cuenta las relaciones económicas y una superestructura determinada por aquellas, pero los autores posteriores incluyeron en su definición factores ideológicos, culturales o políticos, atacando a las posturas monocausales, argumentando que las problemáticas son multifactoriales. Comienza así una búsqueda de las prioridades causantes, se busca un marco organizante dentro de las variables existentes.
Los prismas conceptuales son ordenamientos lógicos impuestos por el analista sobre el orden fáctico. Al ser el orden fáctico tan variado se imponen diferentes ordenamientos lógicos con sus principios axiales, según el interés del autor.
Los prismas conceptuales y las estructuras axiales son valiosos porque permiten adoptar múltiples perspectivas en el estudio del cambio social.
Así evitamos un determinismo unilateral, como el económico o el tecnológico, a pesar de que se particularice una lógica primaria dentro de un esquema conceptual dado.
Se puede dividir la sociedad en tres partes: la estructura social, la política y la cultura. La estructura social comprende la economía, la tecnología y el sistema de trabajo. La política regula la distribución del poder y ejerce las funciones de juez en las reivindicaciones conflictivas y en demandas de individuos y grupos. La cultura es el simbolismo expresivo y los significados.
En la sociedad moderna occidental el principio axial de la estructura social es el de economizar, el de la política es la participación y el de la cultura es el deseo de realización y reforzamiento del sujeto.
El concepto de sociedad post-
industrial remite a cambios en la estructura social, a la transformación económica y del mundo del trabajo y a las nuevas relaciones entre la teoría y la actividad empírica.
Los cambios en la estructura social plantean problemas: es una estructura de roles, por lo que definen modos de actuar limitados, pero que no siempre son aceptados por los usuarios; también suponen problemas gerenciales al sistema político, ya que al querer ser dueños de nuestro propio destino, o competimos con las fuerzas políticas o nos aliamos con ellas; y, las nuevas formas de vida que dependen totalmente del saber cognoscitivo y teórico, desafían a la cultura, que se esfuerza por hacer crecer la autonomía siendo más anti-institucional.
El concepto de sociedad post-industrial es amplio. Se puede especificar en cinco dimensiones o componentes:
La primera característica de una sociedad post-industrial es que la fuerza de trabajo se ocupa en el sector servicios. Actualmente, una mayoría abrumadora de países en el mundo depende del sector primaria, sobre todo en África y Asia. En Europa occidental y septentrional, Japón y Rusia la mayor parte del trabajo se basa en la creación de mercancías. Es Estados Unidos el único país donde los servicios suponen más de la mitad del trabajo.
La segunda característica es la preminencia de la clase profesional y técnica, es decir, no solo fijarnos dónde trabaja la población, sino el tipo de cosas que se hacen. La industrialización supuso un nuevo tipo de trabajador, ligeramente cualificado con una corta formación de semanas para saber manejar la maquinaria. En las sociedades modernas, el desarrollo de los empleos profesionales y técnicos supone una proporción del doble de la media.
El tercer factor es la existencia de la primacía del conocimiento teórico. La sociedad post-industrial se organiza en torno al conocimiento para lograr el control social y la dirección de la innovación y el cambio, y esto a su vez da lugar a nuevas relaciones sociales y estructuras dirigidas políticamente. El conocimiento siempre ha sido necesario para el funcionamiento de cualquier sociedad, pero en la sociedad pos-industrial hay un cambio en el carácter del mismo, primando la teoría sobre el empirismo y la codificación del conocimiento en sistemas abstractos de símbolos.
Cualquier sociedad moderna subsiste ahora por la innovación y el control social del cambio y trata de anticipar el futuro con el fin de planificarlo. Por lo tanto, existe un cambio entre la relación de ciencia y tecnología. Además, la imagen de industria cambia de manera considerable si tenemos en cuenta las antiguas industrias siderúrgicas o telegráficas y las actuales industrias químicas. También las guerras de la sociedad moderna han impulsado determinadas tecnologías científicas.
El cambio de relación entre teoría y empirismo se refleja en la formulación política de gobierno, particularmente en la dirección de la economía. A través de la unión entre teoría y política se consigue un mejor entendimiento de la dirección económica. Keynes, justificó el uso de la teoría para intervenir en la economía desde el gobierno en tema de ahorro e inversión.
La otra gran revolución en asuntos económicos ha sido el intento de servirse de un cuerpo de teoría económica cada vez más riguroso y sistemáticamente formalizado. El desarrollo de los instrumentos económicos modernos ha sido posible gracias a los ordenadores, que han facilitado el puente entre la teoría formal y la acumulación de datos de los años recientes. A partir de aquí han venido las técnicas econométricas modernas y la orientación política de la economía.
Los amplios modelos econométricos de la economía permiten realizar prognosis económica, ya que la existencia de tales modelos de cálculo capacita ahora a los economistas para hacer experimentos políticos. Aun así no se pretende decir que la dirección de una economía es la simple aplicación de un modelo teórico. Las consideraciones a las que se supedita son políticas y constituyen los marcos de cualquier decisión.
La unión de ciencia, tecnología y técnicas económicas se simboliza, en los últimos años, en el I+D+I (investigación, desarrollo, innovación). A partir de aquí han surgido las industrias basadas en la ciencia que dominan el sector industrial de la sociedad industrial avanzada. Dependen del previo trabajo teórico que precede a la práctica productiva.
Un cuarto factor es la planificación de la tecnología. Las sociedades post-industriales serán capaces de alcanzar una nueva dimensión del cambio social, la planificación y el control del crecimiento tecnológico. Las economías industriales modernas son posibles cuando las sociedades son capaces de crear nuevos mecanismos institucionales para cimentar el ahorro y de usar ese dinero para inversiones. Una sociedad moderna, sin embargo, ha tenido que explorar nuevas fronteras de desarrollo tecnológico para evitar el estancamiento. Pero al depender cada vez más de la tecnología y de las innovaciones, la expansión se torna en retroceso.
El progreso tecnológico, también tiene efectos perjudiciales, con consecuencias de segundo o tercer orden. Para ello, se exige un control de la tecnología, mediante mecanismos políticos que lo regulen.
Los problemas sociológicos e intelectuales más importantes de la sociedad post-industrial son los de la complejidad organizada, la dirección de los sistemas a gran escala que disponen de un alto número de variables en interacción. Se debe disponer entonces de técnicas de dirección de esos sistemas.
Esas técnicas se denominan por el autor “tecnología intelectual”, ya que permite hacer las cosas de una manera reproductible que sustituye juicios intuitivos por normas para la solución de problemas, y porque tiene algo más allá de un simple interés intelectual, sino también práctico. Lo característico de la tecnología intelectual es el esfuerzo por definir una acción racional e identificar los medios para llevarla a la práctica, teniendo en cuenta las condiciones de seguridad (limitaciones fijas y conocidas), riesgo (resultados con probabilidades variables), o incertidumbre (probabilidades desconocidas en función de unos resultados).
La tecnología intelectual ha conseguido sus objetivos más ambiciosos en el análisis de sistemas. Un sistema es cualquier serie de relaciones reciprocas en la que una variación en el carácter de uno de los elementos tendrá consecuencias determinadas. El problema del número de variables ha sido un factor crucial en determinadas decisiones a nivel económico. En un sistema complejo, con múltiples variables, la inteligencia y el conocimiento no puede apropiarse de ellas correcta y simultáneamente, de forma que es complicado acercarse al reconocimiento inmediato del sistema.
El objetivo de la tecnología intelectual es la de organizar la sociedad de masas, algo utópico que sigue en investigación.