Portada » Historia » Transformaciones Históricas: Ilustración, Revoluciones y Capitalismo
Al siglo XVIII europeo se lo conoce como el Siglo de las Luces porque los pensadores consideraban que, a través de la razón, venían a poner luz a siglos de oscuridad en el conocimiento. En el siglo XVIII surgen nuevas formas de pensamiento que planteaban que a través de la razón era posible conocer la realidad de las cosas mediante la observación de la naturaleza, la investigación científica y el uso de la razón. El pensamiento ilustrado cuestionaba las verdades para encontrar el porqué de todo. Para ellos, la fuente de poder era la soberanía, es decir, el pueblo. También hubo cambios económicos, desarrollándose dos escuelas de pensamiento sobre la economía: la fisiocracia y el liberalismo, que se diferenciaban del mercantilismo.
Los nombres de las personas más importantes que plantearon las ideas políticas y económicas fueron: el escritor francés Charles Louis de Secondat, barón de Montesquieu, quien estudió el régimen parlamentario británico para escribir El Espíritu de las Leyes. También fundamentó la teoría de la división de poderes.
En cuanto a la economía, el pensador François Quesnay fue quien impuso la fisiocracia, que sostenía que la riqueza se basaba en la explotación de recursos naturales a través de la agricultura. El exponente del liberalismo fue Adam Smith, que desarrolló las ideas de oferta y demanda.
La Gloriosa Revolución Inglesa duró desde 1645 hasta 1688.
Los cambios que sucedieron fueron que se sustituyó una monarquía absoluta, en la que la concentración del poder la tenía el rey y el origen del poder venía de un poder divino, a una monarquía constitucional, en la que la organización del gobierno respetaba la división de poderes:
Se instala la idea de la soberanía popular, es decir, que el origen del poder está en el pueblo.
Fue a mediados del siglo XVIII.
El gobierno se basaba en una monarquía absoluta en la que el poder lo tenía el rey, que era el origen del poder divino.
En la sociedad, los privilegiados eran la nobleza y el alto clero, que eran los que ocupaban cargos de gobierno, no pagaban impuestos, poseían tierras y eran juzgados por tribunales especiales.
Los no privilegiados eran los burgueses, campesinos y artesanos, que eran los que no podían participar del gobierno y pagaban impuestos por sus actividades económicas.
Los franceses conmemoran el 14 de julio de 1789 como fecha de inicio de la revolución porque ese día el tercer estamento se rebeló contra la monarquía y los estamentos privilegiados, que se negaban al pago de un nuevo impuesto, tomando por asalto la Bastilla (depósito de armas). Allí estalló la rebelión y la guerra civil.
Reemplazo de la monarquía absoluta por la monarquía constitucional. En esta se escribe una constitución que limitaba el poder del rey. Y en ella se había establecido una división de poderes que eran:
En el poder Legislativo estaban representados todos los estamentos sociales, que estaban influenciados por la idea de la soberanía popular. El rey, como se veía limitado a ejercer su poder debido a la monarquía constitucional, quería volver a la monarquía absoluta. Para ello, planeaba buscar un ejército, pero cuando estaba yendo disfrazado lo descubrieron y lo decapitaron en 1793 junto a su esposa. De ahí adoptaron la forma de república.
La constitución escrita en 1789 incluye una declaración de derechos a la libertad de pensamiento, de expresión y de culto, y a la igualdad ante la ley.
La representación (sufragio) y la democracia directa (derecho a manifestarse los ciudadanos) son legados de la Revolución Francesa que aún se practican actualmente.
Se produjo en Inglaterra en el siglo XVIII. La sociedad inglesa estaba constituida por una burguesía poderosa que había acumulado capital por el comercio colonial y logró la representación política luego de la Gloriosa Revolución. La burguesía impulsa el surgimiento de la industria. Desde el siglo XII se venían produciendo cambios en la producción agrícola (cerramiento de campos, mayor y mejor producción agrícola, excedente para comerciar, expulsión de campesinos a la ciudad, mano de obra abundante, posesión de materias primas como algodón y lana, posesión de minas de carbón y trabajo manufacturero-artesanal a domicilio).
El capitalismo se separa en dos ramas: la de los bienes de producción, que son las propiedades privadas de los burgueses, y la de la fuerza de trabajo, a cambio de un sueldo que era inferior a sus gastos.
En 1820 se produjo la primera crisis del sistema económico capitalista: fue una crisis de superproducción.