Portada » Economía » Transformación de la Producción: Implementación del Just In Time en la Industria Moderna
El entorno industrial con el que comienza este siglo se caracteriza por la competitividad, la velocidad de los cambios y la inestabilidad de la demanda. Ello se debe, en buena medida, al aumento de las exigencias de los clientes en mercados maduros, que requieren productos de calidad que se ajusten a sus necesidades específicas, así como entregas más frecuentes y rápidas.
La respuesta de las empresas en este entorno, mediante el aumento de la variedad de productos finales y su producción a medida del cliente, es particularmente significativa en artículos como el automóvil o los ordenadores que hace unas décadas se fabricaban en masa (Monden, 1996; Adachi, 1995).
En la fabricación de este tipo de productos, los sistemas de producción conocidos como JIT (Just In Time, «Justo a tiempo») han cobrado relevancia. A partir de las investigaciones mencionadas, así como de la experiencia que se obtuvo de las fábricas japonesas que se implantaron en Occidente (como es el caso de la planta de Kawasaki, en Nebraska), se extrajo como conclusión que el éxito en la puesta en marcha de los sistemas de producción JIT depende de la organización de un ambiente favorable en la empresa, y que esa situación también puede darse en empresas no japonesas.
Desde el punto de vista de los objetivos de la gestión de producción, la filosofía JIT que se puso en práctica en el sistema de fabricación de Toyota se traduce en un sistema que tiende a producir justo lo que se requiere, cuando se necesita, con excelente calidad y sin desperdiciar recursos del sistema. Los expertos en gestión de producción coinciden al afirmar que el JIT es una metodología de organización de la producción que tiene implicaciones en todo el sistema productivo.
Si bien existen numerosas definiciones para describir el objetivo de partida de un sistema JIT, aquí se prefieren las proporcionadas por Monden (1996) y Schonberger (1982) que, en esencia, son la misma: «Producir los elementos que se necesitan, en las cantidades que se necesitan, en el momento en que se necesitan».
Los sistemas de producción JIT tienen como propósito fundamental generar un flujo de productos con la suficiente flexibilidad para adaptarse a los cambios de la demanda, al mismo tiempo que se intentan disminuir los despilfarros descritos en el apartado anterior. Para conseguir estos objetivos, en los sistemas JIT se ponen en marcha soluciones organizativas y tecnológicas que se denominan Técnicas de producción JIT.
A continuación, se proporciona una clasificación revisada de las técnicas JIT. Es necesario señalar que esta clasificación no es exhaustiva, y que los grandes grupos en los que se han agrupado las técnicas son orientativos, con la intención de indicar sobre qué actividades del sistema de producción inciden fundamentalmente dichas técnicas. En cualquier caso, la implantación de cada técnica repercutirá, de uno u otro modo, en otras actividades del sistema de fabricación.
Según se ha visto, a partir del nivelado de la producción se elaboran los programas que indican las cantidades y el orden con que los productos deben atravesar la línea de montaje final. En un sistema JIT, las líneas de fabricación que abastecen de componentes a los puestos de montaje se coordinan con dichos puestos mediante un sistema de información que permita reponer las piezas que se consumen en el montaje final.
Los sistemas tradicionales de producción se caracterizan por la utilización de sistemas de producción tipo push (o de empuje). Esta forma de producción genera, a partir de pedidos en firme y previsiones, las órdenes de aprovisionamiento y producción, que se controlan mediante un sistema de información centralizado. Así, la finalización de dichas órdenes desencadena el lanzamiento de los correspondientes procesos posteriores que son «empujados» por los precedentes.
Como contraposición a estos sistemas de información, en los sistemas JIT se utilizan sistemas de información pull (o de arrastre). En un sistema pull, el consumo de material necesario para un proceso desencadena la reposición por el proceso precedente, con lo que únicamente se reemplaza el material consumido por el proceso posterior.
Las características de los sistemas productivos JIT obligan a los suministradores de materias primas y componentes a programas con entregas muy exigentes. En efecto, la programación flexible exige de los proveedores entregas frecuentes y en pequeñas cantidades. Para que se puedan cumplir estos programas, a veces con varias entregas diarias, es necesario que los suministradores de material sean considerados como parte del sistema de producción, y que se establezca un trato de cooperación que permita entregas de calidad y sin retrasos. Debido a ello, la calidad concertada entre el fabricante y los proveedores es una práctica muy difundida en los sistemas de producción JIT.
Hoy en día, en los sistemas de fabricación más avanzados se utilizan las técnicas de aseguramiento de la calidad que se han venido desarrollando desde hace décadas en los sistemas de producción JIT, englobadas bajo las siglas TQM, Total Quality Management o Gestión de la Calidad Total.
La enumeración y el desarrollo de todos los aspectos que relacionan los sistemas de calidad japoneses con sus sistemas de producción excede con mucho el propósito de este artículo. Por ello, sólo se señalan los principales aspectos de los sistemas de calidad en el enfoque JIT, que son, entre otros: formación, dirección participativa, sistemas de información, métodos estadísticos, sistemas de costes asociados a la calidad, auditorías de calidad, participación de los trabajadores.
En un sistema de producción en el que se tiende a utilizar el mínimo inventario entre procesos, cualquier fallo en la maquinaria puede dar lugar a graves consecuencias para el conjunto del sistema productivo. Para lograr un flujo de piezas y componentes en pequeños lotes, justo en el momento que dichas piezas se necesitan, es necesario no rehacer trabajos, no producir piezas de más en prevención de fallos futuros, no fabricar piezas de prueba para ajustar las máquinas y no dañar las piezas durante la manipulación o el transporte.
El Mantenimiento Productivo Total es una adaptación del Mantenimiento Productivo occidental, al que los japoneses han añadido la palabra «Total», para especificar que el conjunto del personal de producción debe estar implicado en las acciones de mantenimiento y, asimismo, que deben ser integrados los aspectos relacionados con el mantenimiento de equipos, preparación de equipos, calidad, etcétera, que tradicionalmente se trataban de forma separada.
Históricamente, el uso de grandes lotes nació como una solución «económica» ante los tiempos y costes de preparación elevados. No obstante, en la gestión de inventarios convencional se acota el tamaño de los lotes estableciendo un balance entre las actividades de preparación y almacenaje (modelo de la cantidad económica de pedido o EOQ).
Sin embargo, la producción en lotes presenta serias limitaciones en un entorno con mucha variabilidad en las configuraciones finales de los productos, con la demanda cambiante y que requiere gran rapidez de respuesta. Más todavía si se consideran los perjuicios derivados de tener grandes cantidades de stock de productos intermedios o finales.
Los planes de sugerencias constituyen una herramienta de gestión muy eficaz para aprovechar las ideas de los empleados. En los sistemas de producción JIT se han desarrollado sistemas de sugerencias, acompañados por incentivos para los trabajadores, que han supuesto grandes beneficios. Los planes de sugerencias de los sistemas de producción JIT no son muy distintos de los que se utilizan en los sistemas tradicionales de Occidente. Las diferencias están en la importancia que estos planes reciben en un ambiente donde se estimula la participación de los trabajadores en todos los aspectos del sistema productivo.
Según se ha mencionado, muchas de las dificultades con las que se encuentran en la actualidad las empresas de fabricación tienen su origen en la evolución del entorno, que ha hecho que los enfoques tradicionales de gestión de la producción muestren importantes limitaciones para responder a las nuevas situaciones. Hoy en día se siguen produciendo cambios que, a su vez, provocan evoluciones tecnológicas y organizativas que están condicionando la forma de producir en el nuevo milenio.
El principio del Just In Time es eliminar fuentes de pérdida industrial consiguiendo la cantidad correcta de materiales brutos y produciendo la cantidad correcta de productos en el lugar correcto en el momento correcto. JUST IN TIME es un acercamiento a lograr la excelencia en la reducción o eliminación del total de pérdidas (las actividades que no agregan valor). Retrabajo, productos defectuosos, transporte y tiempo de espera son algunos ejemplos de lo que puede ser desechado según la filosofía JIT.
Tanto de máquinas: cero averías, cero tiempos muertos en recorridos (es básico el solapamiento de tareas) y cero tiempos muertos en cambio de herramientas. Utiliza el método SMED (Single Minute Exchange of Die) que busca reducir el tiempo de cambio de herramientas.
SMED permite reducir el tiempo de cambio aportando ventajas competitivas para la empresa: