Portada » Educación Artística » Transcripción y Notación Musical: De la Tradición Oral a la Escritura
La tradición oral se fija en la memoria y se transmite a través de la oralidad. Este proceso permite transmitir información musical de generación en generación, incluyendo tanto la música en sí misma como las tradiciones interpretativas y los cambios que se van produciendo con el tiempo.
Dos elementos fundamentales en la tradición oral son:
La tradición escrita es relativamente reciente en la historia de la música. Su aparición ha producido una clara distinción entre intérprete y compositor, y ha consolidado el concepto de obra musical como un objeto inmutable.
A pesar de las diferencias, ambos modos de transmisión pueden coexistir.
La notación musical es un código semiótico que transmite información musical específica en cada momento. Esta información incluye tanto lo que se quiere transmitir como lo que se necesita transmitir. La transmisión se produce a través de signos consensuados con un significado según una convención.
La notación musical surge por diversas necesidades:
Cada cultura tiene su propia forma de notación musical en función de sus manifestaciones musicales, su sistema de escritura y sus necesidades específicas. Las notaciones pueden indicar la altura, el ritmo y la digitación en el instrumento (tablaturas).
Las principales motivaciones para el desarrollo de la notación musical son:
La notación musical requiere dos elementos esenciales:
Antes de tener sus propios signos, la música utilizaba otros sistemas ajenos. Estos sistemas se dividen en dos tipos:
Los signos fónicos representan sonidos ajenos a la música y pueden ser tanto hablados como escritos. Pueden tener un significado concreto (signos de palabras o números) o pertenecer a un sistema organizado (letras o sílabas).
Tipos de signos fónicos:
Ventajas de la notación alfabética:
Ejemplos:
La notación alfabética aparece entre el 1000 y el 500 a. C.
También se utilizan palabras como:
Y números para:
La notación neumática comienza a utilizarse en el siglo IX. Los neumas son signos colocados sobre el texto que indicaban la dirección de la melodía (ascendente o descendente). No indicaban la altura exacta ni la precisión rítmica, sino que servían como recordatorio de cadencias y melodías ya conocidas.
Procedencia de los neumas: