Portada » Diseño e Ingeniería » Tipos y Características de Elementos Estructurales en Construcción
Son estructuras formadas por elementos lineales de poca sección, denominadas barras, que crean superficies estructurales planas o tridimensionales mediante la repetición de formas triangulares. Las uniones entre barras normalmente no son rígidas para evitar rigideces perjudiciales. Sin embargo, los triángulos que forman la estructura son indeformables, impidiendo la deformación de las barras. Usualmente se utilizan para salvar grandes luces.
Es el recipiente que contendrá el hormigón armado fresco hasta que endurezca.
Debe cumplir las siguientes condiciones:
Los encofrados pueden estar fabricados con los siguientes materiales: madera, acero, cartón (prácticamente relegado al encofrado de pilares circulares), plástico, escayola, planchas de fibra, etc.
Normalmente de pino. Deben humedecerse para que no absorban el agua contenida en el hormigón.
Ventajas:
Inconvenientes:
Se denomina encofrado de acero a aquel que tiene una chapa de acero en contacto con el hormigón. Cuando el elemento constructivo a hormigonar se repite muchas veces, o sus formas se pueden ajustar a una modulación, el encofrado metálico puede sustituir a la madera, siendo mucho más económico al admitir múltiples puestas.
Desencofrar es retirar el encofrado que está en contacto con el hormigón, con sus elementos auxiliares.
Descimbrar es retirar los elementos resistentes (normalmente puntales) que sostienen el elemento hormigonado en su posición.
En vigas, siempre que sea posible, se utilizarán perfiles laminados IPN, pues su costo de mano de obra es mínimo, ya que en muchas ocasiones será suficiente con el corte del perfil. Los rendimientos a flexión son muy buenos en los IPN, ya que conviene resistir las reflexiones con el mayor canto posible. El empleo de los perfiles IPE resulta más económico en general por el mayor rendimiento mecánico y por la simplificación en lo que a empalmes se refiere, debido al espesor uniforme de las alas.
Son vigas constituidas por dos o más perfiles adosados, unidos a través de elementos de unión, tales como perfiles, presillas, tornillos, pasadores, etc., que solidaricen eficazmente los perfiles componentes. Los medios de unión habituales son:
El refuerzo de vigas es de gran utilidad para el ahorro de material. Por lo general, el refuerzo más económico en vigas se hace colocando dos pletinas simétricas en ambas alas. Puede haber casos en los que tengamos el canto de la viga limitado. Cuando en un edificio construido hay que reforzar una viga debido a que han aumentado las cargas previstas, puede recurrirse a alguna de las siguientes figuras.
Están formadas por varias pletinas o chapas unidas con cualquiera de los métodos de unión: soldadura, roblones, angulares, tornillos, etc. Son aquellas que se constituyen ensamblando o armando a partir de chapas o de chapas y angulares. Aunque teóricamente pueden hacerse por roblonado y tornillería, las más habituales en España son aquellas ejecutadas mediante soldadura. Para unas solicitaciones determinadas, siempre es posible encontrar una viga armada de menor peso que el perfil laminado que correspondería a esas solicitaciones. Sin embargo, aunque el peso es menor, las vigas laminadas normalmente serán más económicas debido al ahorro en mano de obra en su fabricación. Por esta razón, en construcción suelen estar limitadas a casos especiales como grandes luces o grandes cargas, es decir, cuando los perfiles laminados no alcanzan las características mecánicas necesarias.
Son elementos lineales o piezas prismáticas sometidas principalmente a compresión y a flexiones pequeñas o nulas. Son los elementos que transmiten las cargas verticales al terreno a través de los cimientos.
Supone menor trabajo de preparación que otro formado por dos o más perfiles. El más habitual es el HEB. La dirección del pórtico siempre debe ser perpendicular al eje de máxima inercia del pilar.
Dos o más perfiles unidos a tope con soldadura ofrecen más ventajas que un perfil simple, a costa de más trabajo de taller. El objetivo es obtener un perfil con mejor rendimiento, alcanzando así la inercia requerida.
Este tipo de perfiles es el resultado de unir perfiles con chapa continua y soldadura. Pueden llegar a obtener una gran resistencia a compresión y flexión con unas dimensiones muy reducidas.
Generalmente formados por chapas continuas unidas por soldadura. El mayor coste de la mano de obra se compensa, dependiendo del caso, por la adaptación exacta a las solicitaciones exigidas.
Son soportes obtenidos acoplando perfiles separados, enlazados por medio de elementos transversales discontinuos.
Forjado reticular: Son placas que apoyan sobre pilares, pero que no son macizas, sino que son aligeradas de hormigón y, por lo tanto, su peso es menor. Tendremos casetones recuperables y perdidos.
La envolvente del edificio cumple funciones de:
La fachada tradicional es la que se lleva ejecutando desde hace más de 50 años. Consiste en un sistema constructivo constituido por una hoja interior cerámica o de pladur, una capa aislante con una pequeña cámara de aire no ventilada, un cerramiento cerámico exterior y un acabado mediante revestimiento cerámico, raseado y pintado, mortero monocapa, revestimiento de piedra, etc. En este sistema, al no encontrarse el aislamiento térmico por el exterior de la fachada, se pueden generar algunos puentes térmicos en la unión con los diferentes elementos estructurales horizontales, lo que hace que energéticamente hablando tenga un peor funcionamiento en comparación con las fachadas ventiladas o las tipo SATE.
Este sistema es el más económico de construir y ofrece una amplia gama de posibilidades para realizar el acabado exterior, aportándole estéticamente más valor a la edificación. A su vez, una fachada tradicional revestida mediante algún tipo de aplacado cerámico o de piedra no requiere de un gran mantenimiento, lo cual es algo muy a tener en cuenta. El coste de este sistema viene determinado por los acabados a utilizar. Para una solución estándar de revestimiento cerámico y 8 cm de aislamiento térmico en poliestireno extruido XPS, la creación de una fachada mediante este sistema tiene un coste aproximado de 75 €/m².
El sistema SATE (Sistema de Aislamiento Térmico por el Exterior) consiste en la colocación en la cara externa de las fachadas de planchas de aislamiento térmico adheridas al muro. La fijación habitual suele realizarse mediante adhesivos y fijación mecánica. Los paneles más habituales están realizados mediante poliestireno expandido, siendo también bastante habituales las planchas de lana mineral. El aislante se protege con un revestimiento constituido por una o varias capas de protección, una de las cuales lleva una malla como refuerzo. El revestimiento exterior se aplica directamente sobre el panel aislante. El hecho de contar con un aislamiento térmico por el exterior de la hoja principal evita la posibilidad de la aparición de puentes térmicos en toda la superficie de la fachada. Este sistema tiene una excelente relación calidad/precio.
A nivel estético, ofrece menos posibilidades que una fachada tradicional. Es una opción técnicamente muy completa para la formación de fachadas. Es duradera y soluciona de manera bastante óptima el aislamiento térmico. A pesar de que el coste inicial de la inversión es algo más elevado que la fachada tradicional, se estima que la colocación de la misma produce unos ahorros energéticos entre el 35-40%, lo que se refleja en las facturas tanto de ACS como de calefacción. El coste de este sistema viene completamente determinado por la terminación a emplear. Para una solución estándar mediante 8 cm de aislamiento térmico en poliestireno expandido y un acabado acrílico, la creación de una fachada tendría un coste aproximado de 105 €/m².
La fachada ventilada es un sistema constructivo de cerramiento exterior constituido por una hoja interior (hoja exterior del elemento de fachada), una capa aislante y una hoja exterior no estanca. Este tipo de fachada permite cualquier tipo de acabados duraderos, gran calidad y ofrece excelentes prestaciones térmicas y acústicas. La existencia de juntas entre las piezas de fachada evita los problemas típicos de la dilatación, por lo que son fachadas que presentan un buen aspecto durante mucho tiempo. La hoja exterior también amortigua los cambios de temperatura en el aislante térmico, prolongando su vida útil. Al igual que ocurre en la fachada tipo SATE, el hecho de contar con un aislamiento térmico por el exterior de la hoja principal evita la posibilidad de la aparición de puentes térmicos en toda la superficie de la fachada.
La fachada ventilada es la opción más completa para la formación de fachadas. Es muy duradera, la que mejor soluciona el aislamiento térmico y la que aporta estéticamente más valor a la edificación. A pesar de que el coste inicial de la inversión es algo elevado, se estima que la colocación de la misma produce unos ahorros en la factura energética entre el 40-45%. El coste de este sistema viene determinado por los acabados a utilizar. Para una solución estándar de revestimiento cerámico y 8 cm de aislamiento térmico en lana de roca, la creación de una fachada mediante este sistema tiene un coste aproximado de 161 €/m².
La cubierta debe cumplir con:
La cubierta debe:
Una vigueta autorresistente es un elemento estructural diseñado para soportar cargas sin depender de apoyos intermedios. Su capacidad para resistir las fuerzas aplicadas a lo largo de su longitud, sin necesidad de un forjado adicional, la hace “autorresistente”. Esto significa que la vigueta puede trabajar por sí misma, proporcionando estabilidad y resistencia estructural.
El diseño de una vigueta autorresistente se centra en su forma y características estructurales para lograr esta capacidad.
Este tipo de vigueta se utiliza de manera frecuente en la construcción de diversos elementos, como forjados vistos, techos, entrepisos y otras aplicaciones donde se requiere una estructura eficiente.
Su versatilidad y capacidad para abarcar luces más amplias entre apoyos la convierten en una elección popular en proyectos constructivos.
Una vigueta semirresistente es un elemento estructural que, a diferencia de las viguetas autorresistentes, requiere apoyos intermedios o forjado para proporcionar estabilidad y resistencia. Mientras que las viguetas autorresistentes son capaces de soportar cargas a lo largo de su longitud sin depender de apoyos adicionales, las viguetas semirresistentes necesitan la colaboración de forjado para desempeñar su función estructural.
La característica “semirresistente” implica que estas viguetas no son completamente autónomas en su capacidad de carga y dependen de elementos adicionales para lograr la estabilidad requerida en la construcción. A pesar de esta necesidad de colaboración, las viguetas semirresistentes son una opción común en diversos proyectos constructivos, brindando flexibilidad y eficiencia estructural en diferentes contextos arquitectónicos.