Portada » Historia » Tipos de Estado y Dominación: De la Monarquía al Estado de Bienestar
Max Weber define dominación legítima como aquella que invoca una justificación o creencia para demandar obediencia a sus seguidores. Define tres tipos de dominación legítima:
Las primeras revoluciones políticas de la burguesía fueron:
Tuvo lugar en Inglaterra tras la acusación de traidor a Carlos I por disolver el Parlamento e imponer un gobierno absolutista. La guerra civil se dio entre los que apoyaban al Parlamento (pequeña nobleza, artesanos, comerciantes y citadinos) y los que apoyaban al rey (campesinos y aristocracia). Carlos I fue vencido y ejecutado. Entre 1660 y 1668 volvió la monarquía con Carlos II y luego Jaime II. Siendo este último católico, los protestantes colocaron a Guillermo III de Orange en el trono, quien aceptó la Declaración de Derechos y la Ley de Tolerancia religiosa, otorgando derechos civiles.
La guerra entre Estados Unidos e Inglaterra se desató en 1776. Años antes, Inglaterra había impuesto nuevos impuestos a las «trece colonias» en América del Norte, cerrado el puerto de Boston e impuesto sanciones penales contra Massachusetts. En 1787, los norteamericanos, liderados por George Washington, vencieron a los ingleses y elaboraron la Constitución, consagrando los derechos civiles y el acceso a derechos políticos para algunos ciudadanos. Esta constitución influyó en otras colonias americanas, como la argentina.
Causada por una rebelión del Tercer Estado (burgueses, campesinos y artesanos), los más afectados por la crisis financiera, quienes se opusieron al rey Luis XVI exigiendo una Asamblea Nacional. El rey envió tropas a rodear París, desatando la guerra civil. Además de la crisis financiera, la revolución se debió al hambre y al reclamo de participación política, agravado por actos de la monarquía y la nobleza. El 14 de julio de 1789, la toma de la Bastilla marcó el fin del feudalismo en Francia. Se aprobó la Declaración de Derechos y Deberes del Hombre y del Ciudadano, estableciendo la igualdad y los derechos a la libertad, seguridad y resistencia a la opresión, con derecho a la participación política para todos los ciudadanos.
Hobbes parte del estado de naturaleza, un momento metafórico donde los hombres vivían aislados, satisfaciendo solo sus necesidades sin desarrollo social. Establece la igualdad natural de los hombres, lo que lleva a la competencia y la eliminación del otro para obtener lo deseado. Describe a los hombres como despiadados, egoístas y hostiles, en permanente inseguridad. En este estado de guerra no hay desarrollo social. El pacto social da origen al Estado, motivado por el deseo de conservación, el temor a la muerte y la expectativa de una vida adecuada. Los hombres delegan sus derechos a una sola persona, un poder absoluto (similar a la monarquía absoluta), que Hobbes considera el único capaz de mantener el orden y la paz.
Para John Locke, el Estado media en los conflictos, evitando la guerra de todos contra todos. Actúa como árbitro, defiende la propiedad privada, protege la vida y la libertad, respetando los derechos naturales. Impide la justicia por mano propia. Rousseau define al Estado como la asociación que defiende y protege a las personas y sus bienes, sin interferir en los derechos naturales y libertades.
Nadie puede entrometerse en la libertad de otro a menos que sus actos perjudiquen o puedan perjudicar a un tercero.
La libertad es la capacidad de ser soberano de su propio cuerpo y mente. Incluye libertad de pensamiento y opinión (científica, moral, religiosa), libertad de gustos, de determinar fines, de hacer su vida sin impedimentos y de reunirse con otros.
Solo votaban los varones propietarios (voto censitario). El Estado liberal tutela las libertades civiles, pero no interviene en la economía ni se preocupa por las condiciones de vida mínimas de los ciudadanos. Se basa en la creencia de que el interés individual lleva al bienestar general.
Surge en la década de 1920 durante el «boom económico», con gran expansión productiva. Crecieron la publicidad, el cine, la industria automotriz, la energía eléctrica y el consumo masivo. La saturación de la producción, la duplicación del dinero circulante, la emisión de acciones y la especulación inmobiliaria llevaron a la crisis de 1929 tras la caída de la bolsa de Nueva York. El Estado debió asumir un rol activo en la economía y lo social.
A fines de 1960, la crisis económica capitalista provocó la caída de la producción, el consumo y las ganancias, aumentando la pobreza y la desocupación. Las ideas neoliberales también contribuyeron a la crisis.
La OPEP (Organización de Países Exportadores de Petróleo) subió el precio del barril como represalia por el apoyo occidental a Israel en la guerra árabe-israelí. Esto afectó gravemente a los países industrializados que dependían del petróleo. Las ganancias de los estados árabes enriquecieron a empresas y gobernantes, se compró armamento y surgieron conflictos en Israel, entre Irán e Irak, y la Guerra del Golfo. El avance tecnológico aumentó la desocupación.
Ante la crisis, es necesario aumentar el poder adquisitivo para aumentar el consumo y la producción.
Un Estado con sistema jurídico y político que garantiza las libertades fundamentales, aplica las leyes mediante jueces independientes, elige al gobierno por voto popular en elecciones libres, respeta los derechos fundamentales, prevalecen los principios constitucionales y la separación de poderes asegura el equilibrio entre las funciones legislativa, ejecutiva y judicial, evitando el abuso de poder.
Es peligroso que el Poder Legislativo y el Ejecutivo se concentren en una sola persona o cuerpo, ya que no hay libertad. Tampoco hay libertad si el Poder Judicial y el Legislativo se unen. La separación de poderes es esencial para la libertad y la seguridad jurídica.
El molinero conservó sus tierras gracias a su conocimiento de las leyes y al Estado de Derecho, que garantiza la aplicación imparcial de la ley para todos los ciudadanos, independientemente de su poder o riqueza.