Portada » Español » Tiempo y espacio de la obra los cachorros
La primera división se establece entre los personajes corales, aquellos personajes individuales que actúan como un único personaje: en la novela, los cachorros –Lalo, Mañuco, Choto, Chingolo-; sus enamoradas, los padres y los sacerdotes del colegio, y los individuales, Cuéllar, el protagonista, y Teresa, y Cachito Arnilla.
Para definir el personaje de Cuéllar, puedes partir de lo tratado en el apartado los temas, es decir, caracterizar al personaje, que es el protagonista de la novela, a partir de la evolución que sufre desde su incorporación al Champagnat –integración positiva pues logra hacerse un hueco entre sus nuevos compañeros y es apreciado y respetado- hasta su muerte. Debes tener en cuenta los conceptos principales que explican esta evolución:
frustración, Cuéllar es consciente de que nunca podrá ser realmente un hombre-; fracaso, el miedo al fracaso le impide dar el paso con Teresita en una relación que quizá hubiera podido salvarlo de la inadaptación, Cuéllar se distancia del mundo conocido para buscar otros ambientes nuevos que no le recuerden su pasado y en los que sus locuras –propias de una sociedad machista en que la hombría es el valor máximo para los hombres- le permitan alcanzar la posición que le está vedada en su sociedad; autodestrucción, como camino elegido que conduce a su muerte violenta.
Teresita no es, en sustancia, diferente al resto de chicas que aparecen en la novela. Asume su papel de una muchacha que hace de la feminidad su valor más apreciado. Es coqueta, caprichosa, más o menos hermosa y está a la expectativa de conseguirse un hombre. Para ello despliega todos sus atributos, aunque estos sean artificiales y superficiales. Su papel es pasivo, está esperando que Cuéllar se declare, pero no duda en aceptar otro partido ante la indecisión del protagonista. Teresita no ha traicionado a Cuéllar, al contrario, se ha comportado como una muchacha de su clase que tiene que organizar su futuro eligiendo cuando está a tiempo a un novio interesante. Sin embargo, es un personaje clave porque marca el punto de inflexión de Cuéllar. El fracaso con ella supone, como se ha dicho, la ruptura de Cuéllar con su mundo.
Cachito Arnilla es un personaje secundario que solo aparece para certificar el fracaso de Cuéllar. Cachito es la solución a la indecisión de Cuéllar, a la frustración de ser solo un hombre en apariencia.
Aunque Lalo sobresale del resto de miembros del grupo, los cachorros actúan como un único personaje, como así se demuestra desde el inicio cuando todos asumen una única voz narrativa tras la que todos se esconden para narrar la historia de Cuéllar. Los cachorros son los testigos de la vida de Cuéllar, pero también sus cómplices mientras van creciendo. Son conscientes del problema de Cuéllar y, aunque ellos también utilizan el apodo despectivo, tratan de protegerlo y animarlo mientras forman un grupo compacto, es decir, durante la infancia y la juventud. Frente a Cuéllar ellos sufren la evolución propia de los de su clase: se forman en un colegio de pago, se integran socialmente, estudian y se divierten, tienen novias formales y huachafitas para tirar plan. Se emborrachan y cometen pequeñas locuras propias de la juventud hasta que deben asumir su rol de adultos integrados en la sociedad, su papel de padres de familia y nuevos burgueses y, cuando eso sucede, los vínculos con Cuéllar ya se han perdido.
Las chicas, las novias, son, en realidad, el complemento necesario para que la vida de los cachorros adquiera pleno sentido. Ellas encauzan a los chicos hacia una nueva vida. Son muchachas de una sociedad machista por lo que se refuerza ese papel pasivo y secundario que se ha comentado.
El espacio y el tiempo están perfectamente delimitados en la novela. El tiempo es lineal y abarca desde la llegada de Cuéllar al colegio, cuenta entonces con ocho años y está en tercero de primaria, hasta su muerte. Cuando termina el capítulo tres, los muchachos han finalizado quinto de Media, han pasado, pues, ocho años. Empieza el capítulo cuarto indicando que ha pasado un año más, de modo que cuando aparece Teresita, Cuéllar tiene ya diecisiete años. La próxima referencia es su muerte, veinticinco años después de que llegara al Champagnat. Se produce, pues, no una narración detallada de la vida de Cuéllar sino una selección de aquellos momentos que el narrados juzga importantes para el desarrollo del relato. Este procedimiento de condensación temporal se denomina “sumario”, es decir, resumir un tiempo amplio, esos veinticinco años de la vida de Cuéllar, centrándose en aquellos momentos –capítulos- que se juzgan más interesantes para comprender la evolución y el destino del protagonista.
Aunque lo que realmente interesa es el proceso vital del protagonista, puede rastrearse el tiempo cronológico de los hechos en los seis capítulos de la novela pues estos abarcan seis momentos en la vida de Cuéllar. Temporalmente, el capítulo primero, que como se ha dicho comienza cuando Cuéllar tiene ocho años, narra el ingreso en el colegio, en la pandilla de amigos y es entonces cuando se produce la castración. Los capítulos dos y tres duran cuatro o cinco años. El segundo narra el periodo de una adolescencia despreocada, mientras que en el tercero se apunta ya el inicio de la marginación. El capítulo cuarto, el del amor por Tere, que acaba en fracaso como la esperanza de su curación, sucede en un periodo de uno o dos años. Los dos años del quinto cuentan su comportamiento excéntrico y su progresiva marginación. En el sexto han pasado diez años y en él se cuenta su total separación del grupo y su muerte.
En cuanto a la referencia real temporal sucede la historia en la década de los años cincuenta.
El espacio físico es Lima ,y más en concreto el barrio de Miraflores, el barrio en que reside una parte de la burguesía limeña. Es, por lo tanto, un espacio real que formaliza en subespacios, el colegio, la playa, el Terrazas, que también son reales. Lo importante, sin embargo, no es el espacio en sí mismo, sino la influencia que tienen sobre los personajes, pues, en gran medida, determinan comportamientos.
El macroespacio, se ha dicho, es Lima, más en concreto el barrio de Miraflores. En este barrio está el colegio Champagnat, ligado a la infancia de Cuéllar, porque en él vive momentos de éxito, como estudiante y deportista, pero también es el lugar en que sufre el accidente y, por lo tanto, donde empezará su proceso de frustración cuando se sienta verbalmente agredido por otros compañeros. Otro espacio propio de la infancia es el campo de fútbol, o la piscina del Terrazas, espacios abiertos en que los cachorros se adiestran mediante el juego en el arte de vivir.
Ya en la adolescencia y la juventud cobran importancia lugares propios de diversión, espacios normalmente cerrados –los bailes, los boliches…- en los que se entabla relación con los chicas. Estos espacios, a los que no acude Cuéllar durante la adolescencia por miedo a fracasar -Cuéllar se refugia en el cine en las sesiones de matiné– marcar el inicio del distanciamiento entre el protagonista y sus amigos. Un espacio singular es la playa, porque si por un lado es un lugar que se frecuenta con las chicas, es, por otro, el lugar propicio para que Cuéllar muestre una hombría fundamentada en un comportamiento temerario y alocado.