Portada » Otras materias » Texto argumentativo sobre el trato de los padres a sus hijos
Familiaridad y competencias:el desafío de ser padres
Las competencias parentales :son uno de los factores esenciales que aseguran el buen trato infantil en la familia. El buen trato aquí y ahora es el resultado de competencias parentales que, a su vez, son el resultado de experiencias de buen trato cuando niños.
Una historia de malos tratos no facilita el desarrollo de competencias parentales, una incompetencia en el ejercido de la función parental puede provocar el desarrollo de malos tratos infantiles.
*Interés en compartir el modelo teórico que nos permite comprender el origen de las competencias parentales y nuestros esfuerzos para confeccionar una guía para evaluar su existencia o carencia (Barudy, J. y Dantagnan, M., 1999) con el fin de promoverlas y de ofrecer a los padres ayuda social y educativa.
El concepto de «competencias parentales» es una forma semántica(significativa) de referirse a las capacidades prácticas de los padres para cuidar, proteger y educar a sus hijos, y asegurarles un desarrollo sano.
Las competencias parentales son parte de lo que hemos llamado la *parentalidad social
*parentalidad biológica: capacidad de procrear o dar la vida a una cría. La mayoría de los padres pueden asumir la parentalidad social como una continuidad de la biológica, de tal manera que sus hijos son cuidados, educados y protegidos por las mismas personas que los han procreado. Sin embargo, para un grupo de niños y niñas esto no es posible. Sus padres tuvieron la capacidad biológica para copular, engendrarlos y, en el caso de la madre, parirles; pero desgraciadamente no poseen las competencias para ejercer una práctica parental mínimamente adecuada.
* Las causas de las incompetencias de estos padres se encuentran en sus historias personales, familiares y sociales:
*vemos antecedentes de malos tratos infantiles
* medidas de protección inadecuadas
* institucionalización masiva,
* pérdidas y rupturas, antecedentes de enfermedad mental de uno o de los dos padres.
* pobreza
* exclusión social.
*Desgraciadamente, los malos tratos como consecuencia de las incompetencias de los padres provocan graves daños siempre graves en los niños, aunque no siempre sean visibles.
*Los daños que los niños sufren son:(por malos tratos de los padres)
*trastornos del apego y de la socialización.
*trastornos de estrés postraumático de evolución crónica, *traumatismos severos y alteración de los procesos resilientes (Barudy, J., 1998).
*Además si los niños no reciben protección oportuna y adecuada, ni tratamientos para reparar estos daños, puede haber una gran probabilidad de que en la adolescencia el sufrimiento se exprese mediante comportamientos violentos, delincuencia, abusos sexuales, uso de drogas, etc.
Actualmente hay investigaciones y experiencias clínicas para afirmar que los malos tratos en la infancia, junto con los factores culturales resultado de la ideología patriarcal, juegan un papel preponderante en la formación de la violencia conyugal, que victimiza y asesina a muchas mujeres.
*Las tragedias infantiles de los padres que causan los diferentes tipos de malos tratos a sus niños pueden ser la base de sus futuras incompetencias parentales.
* La protección de los niños maltratados y el apoyo terapéutico para la reparación de sus carencias y sufrimientos es una forma efectiva de prevenir lo que se conoce corno la «transmisión transgeneracional de los malos tratos».
*Todos niños(a), en particular los que han sido víctimas de malos tratos, tienen derecho al acceso a una parentalidad social que sea capaz de satisfacer sus necesidades y respetar sus derechos. Por esta razón hay que evaluar las competencias parentales de todos los miembros adultos de la red familiar del niño (a) para determinar al adulto capaz de garantizar el ejercicio de esta función, protegiéndole, además del daño causado por las personas que le han maltratado.
*La permanencia de estos niños (a) en sus entornos sociofamiliares debe ser posible sólo en los casos en que existan adultos protectores, con competencias parentales que aseguren un Programa de Salud y Medicina Familiar.
Desarrollo sano. Cuando esto no es posible, la parentalidad ejercida por otros cuidadores puede compensar las incompetencias de los padres biológicos.
En esta perspectiva *el acogimiento familiar o residencial, así como la *adopción, debe ser considerado como recurso que una comunidad pone al servicio de los niños y niñas para asegurarles una parentalidad social, puesto que los padres biológicos –por sus condicionantes históricos y sus dificultades actuales– no están en condiciones de garantizar los cuidados y la protección que sus hijos necesitan.
Los padres acogedores, o los educadores que se ocupan de los niños en centros de acogida, deben ser considerados como dispensadores de una parentalidad social. El trabajo de estas personas, verdaderos tutores de resiliencia (Cyrulnik, B., 2001), no reemplaza la importancia simbólica de los padres biológicos; al contrario, el ejercicio de la parentalidad social implica el respeto incondicional de la filiación de los niños y la participación en todas las intervenciones que mantengan un vinculo de los niños con sus familias de origen.
Según las características de los padres biológicos, siempre que se pueda hay que facilitar el ejercicio de una «parentalidad parcial» (Berger, M., 2003).