Portada » Economía » Teorías de la Organización: Simon, Merton y el Sistema Administrativo
Taylor y Fayol parten del sistema de administración weberiano, despojándolo de cualquier connotación política: la Administración es un sistema de puestos que realizan funciones.
Dichos puestos guardan entre sí relaciones de coordinación y subordinación, conformando una jerarquía a través de la cual fluyen las directrices y las comunicaciones.
El liderazgo es puramente formal y coincide con la línea de autoridad. La disciplina se convierte en el instrumento más importante de coordinación.
Se observa una concepción simplista y economista de las motivaciones humanas, donde los factores económicos son lo que mueve a los trabajadores. Se obvia cualquier tipo de conflicto. Las personas son reemplazables por otras igualmente útiles.
A partir de estas premisas y la preocupación por la eficacia a corto plazo, se desarrollan los principios de la administración científica: un conjunto de reglas técnicas para incrementar la productividad de empleados y directivos, mejorando la división del trabajo y la diferenciación de funciones.
Taylor organiza la producción en cadena, racionalizando las tareas (división, simplificación, tiempos y movimientos).
Fayol se preocupó sobre todo de la dirección (POSCORB) y de los niveles de supervisión y control del trabajo.
Sus ideas fueron desarrolladas por la llamada escuela neoclásica y constituyeron el núcleo del gerencialismo clásico que se enseñaba en las escuelas de negocio. Su presupuesto es que no hay diferencias sustanciales entre administraciones públicas o privadas, pues todas ellas se dedican a una misma tarea: ejecutar o gestionar.
La teoría de la organización, y especialmente la obra de Simon, dan un giro sustancial a los enfoques sobre la organización.
Simon elabora su teoría a partir de dos ideas centrales:
Las organizaciones son sistemas sociales que se mantienen en equilibrio dinámico: una organización es un sistema de conductas sociales relacionadas entre sí de personas que son los participantes en la organización.
Las organizaciones condicionan la toma de decisiones mediante una serie de mecanismos (la estructura jerárquica, el sistema socio-técnico), entre los que tiene una importancia crucial la información: la cantidad y calidad de la información disponible.
Las metas organizativas se establecen por sus líderes, subdividiéndolas después en submetas en cada uno de los niveles de la organización. Cada meta inferior se convierte en un medio para conseguir una meta de orden superior (DPO).
Así pues: especialización de roles y actividades que dirija la atención a un conjunto de valores concreto y definido, directrices que canalicen la conducta, reglas y programas que limitan la elección en situaciones repetitivas, y formación y adoctrinamiento que permitan al individuo tomar decisiones por sí mismo «tal y como la organización quisiera que él decida».
La teorización de Simon, más elaborada y menos formalista que los postulados de la escuela neoclásica, deja en pie la separación esencial entre decisores o directivos y ejecutores o implementadores de decisiones.
Todo ello dará lugar a una evolución del gerencialismo. Serán las limitaciones de este último (la definición de las metas no es ajena a su implementación) y la necesidad de tomar en cuenta el contexto lo que hará que el gerencialismo tienda a plantearse cuestiones más amplias.
Parte del modelo burocrático de Weber, pero lo “llena” de gente que en principio tiene que hacer un esfuerzo para adaptarse a esas condiciones de la organización. Se acentúan esos rasgos que son esenciales para el funcionamiento de la organización, lo que crea disfunciones. Énfasis en:
Sensación de un destino común que tiende a disminuir la competencia entre ellos. Lleva a la defensa de sus intereses corporativos, del grupo. Sancionan a los incumplidores de esos intereses corporativos. Oposición a todo orden nuevo que amenace sus intereses. Proceso de legitimación social de reglas introducidas inicialmente por razones técnicas.
Parte de V. Bertanlanfy y su teoría general de los sistemas. Ampliamente utilizado en ciencias sociales (Pareto, Parsons, Easton…)
Conjunto organizado de elementos que interaccionan entre sí, condicionándose mutuamente para alcanzar uno o múltiples objetivos.
La Administración Pública es un sistema abierto, en cierta medida autónomo, pero no autosuficiente.
El concepto de sistema implica la existencia secuencial de subsistemas (que son elementos o variables del sistema) que a su vez constituyen el sistema de otro subsistema.
Un sistema abierto implica entradas (apoyos, recursos) y salidas (productos o servicios).
El sistema administrativo viene dado por: Los elementos y las relaciones estratégicas entre ellas.
El sistema de control, que mantiene las interdependencias y permite su supervivencia y la consecución de sus objetivos, así como su transformación.