Portada » Psicología y Sociología » Técnicas de Relajación y Respiración para el Manejo de la Ansiedad y el Estrés
Su objetivo es enseñar a la persona cómo regular su nivel de ansiedad a través de la modificación de sus condiciones fisiológicas, sin recursos externos. Es una de las terapias más usadas en Modificación de Conducta (aspirina conductual) dentro de otras técnicas como la Desensibilización Sistemática. La activación fisiológica y cognitiva es uno de los recursos del cuerpo humano ante la presencia de estímulos amenazantes, pues prepara para una posible demanda. Es una respuesta adaptativa heredada de la evolución de la propia especie, y en sí misma no es perjudicial, ya que en situaciones normales desaparece al franquear la amenaza, pero se torna patológica cuando se mantiene en ausencia de amenaza. Basta con que la persona perciba una situación amenazante, aunque no sea real, para disparar la activación, provocando ansiedad o miedo. Una respuesta mantenida en el tiempo se considera estrés. Si se mantiene demasiado tiempo, produce cambios neuroendocrinos intensos y persistentes, generando problemas al organismo por activación excesiva, en 2 situaciones:
Estos problemas tienen repercusiones negativas para el individuo. Antecedentes más claros se encontrarían en métodos como la hipnosis autoritaria, yoga o meditación. Relajación progresiva de Jacobson y el entrenamiento autógeno de Schultz.
No proceden de la psicología del aprendizaje, sino de la psicofisiología; la mayoría de investigaciones sobre la misma trata de describir los cambios psicofisiológicos operados por la relajación o las técnicas de respiración; distinguimos 3 ejes de activación:
Las técnicas de relajación actúan aumentando la actividad parasimpática y disminuyendo la actividad simpática; sus efectos más frecuentes son la disminución del tono muscular y enlentecimiento de la respiración; la consolidación de las técnicas de relajación se debe en gran parte al conocimiento experimental sobre los procesos emocionales y motivacionales que han hecho posible la comprensión de los mecanismos de actuación; algunas aportaciones:
Desarrollada por Jacobson, está destinada a enseñar al paciente a identificar el nivel de tensión muscular de los distintos grupos musculares del cuerpo a través de ejercicios de tensión/relajación; la sensación de ansiedad produce pensamientos y conductas que provocan tensión muscular.
3 fases:
Se dividen en ciclo inferior (ejercicios de relajación) y ciclo superior (ejercicios de imaginación); en la clínica es habitual usar los del grado inferior.
Viene de la filosofía oriental, se basa en la repetición de un mantra o expresión tranquilizadora; pretenden la modificación del estado mental para disminuir la tensión, sirve para relajar de forma profunda rápidamente.
Son unas enseñanzas que pretenden desarrollar las facultades de la persona a través de un equilibrio total entre cuerpo y mente y orientar la existencia; permite un gran control de las funciones fisiológicas, pero su práctica exige mucho tiempo, sin embargo si el paciente domina alguna de estas técnicas es bueno aprovecharlo.
Se emplea poco en Modificación de Conducta, pero su interés aumenta últimamente; podría ser un procedimiento parecido a la RP, EA, etc. Por lo que se puede incluir en paquetes terapéuticos; se proponen distintos niveles de aplicación (González y Tobal):
El control de la respiración es una estrategia sencilla para hacer frente a situaciones de estrés y manejar el incremento de activación; unos hábitos correctos de respiración son por tanto fundamentales para un aporte de oxígeno óptimo. Las técnicas de respiración persiguen ese fin, mejorar y automatizar el control de la respiración, para que se mantenga incluso en situaciones de estrés.
Labrador diseña un programa de entrenamiento, dividido en 6 ejercicios de dificultad creciente; partiendo de una situación similar al entrenamiento de relajación (escasez estimular y postura relajada), se recomienda centrarse en sensaciones corporales y entonces empezar los ejercicios, cada uno de los cuales durará unos 2-4 minutos, y se espaciarán con descansos de similar duración; cada ciclo de ejercicios se repite 3-4 veces, hasta que el sujeto aprenda a hacerlo solo.
Ejercicios:
Otros procedimientos son la respiración profunda, respiración natural completa, respiración mediante el suspiro o respiración purificante.
Aunque puede considerarse terapéutica por su efecto en el Sistema Nervioso Autónomo, también puede serlo por su efecto de desviar la atención desde preocupaciones, etc. a la respiración.
Es necesario que la técnica aplicada tenga sentido para el paciente y la vea útil para su caso:
En cualquier caso siempre hay que adecuar la técnica al paciente.