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La reparación de la superficie dañada solo se debe realizar si al final del proceso se pueden garantizar los siguientes requisitos:
Para realizar un diagnóstico previo a la reparación hay que inspeccionar el daño, utilizando diferentes técnicas:
Se entiende como abolladura la variación de forma que sufre, como consecuencia de un impacto, la superficie de la carrocería con respecto a la original. Varios tipos:
En los golpes, tras un análisis se puede tener una idea aproximada de las operaciones necesarias para realizar el restablecimiento de la superficie. Se pueden clasificar en diversos niveles de dificultad, teniendo en cuenta unos parámetros:
A partir de estos parámetros se puede hacer una clasificación de la reparación en tres niveles:
El acero puede ser deformado por la acción de una fuerza ajena, de acuerdo a la magnitud de la fuerza a que se le someta se comportará de diferente forma.
Para restablecer la forma de la chapa se utiliza gran variedad de utensilios clasificados en:
Se utilizan para reducir el desperfecto por medio del batido continuado, en sentido inverso a la fuerza que se lo ha creado, hasta hacer desaparecer la deformación.
Útiles empleados para delimitar el efecto del golpe que se produce en la reparación de la zona dañada.
Son herramientas que sirven para realizar trabajos que facilitan la reparación.
Utilizados para el restablecimiento de las cotas en la bancada y en algunos casos para hacer grandes esfuerzos que no se pueden realizar con las palancas.
Máquinas, generalmente de tipo multifunción, que se emplean para aportar calor a la chapa de una forma muy localizada, entre otros.
De acuerdo con la zona que ha sufrido el desperfecto habrá que determinar el proceso adecuado, los útiles de trabajo necesarios y la estrategia a seguir en la reparación con acceso por ambos lados de la chapa.
Es un conjunto de operaciones que se realizan para devolver a una pieza la forma original, garantizando una resistencia y características técnicas como la original, asegurando durabilidad y las condiciones de seguridad. Para ello se emplean una serie de técnicas básicas en función de cada golpe. *Consideraciones previas:
Cuando la deformación es grande y la superficie del tas no abarca todo el desperfecto, se tiene que colocar este en el final de la deformación haciendo presión sobre él para limitar la zona deformada. Se golpea con el martillo en la parte que más sobresale para ir reduciendo la deformación hasta que el tas pueda abarcar toda la deformación.
Es el paso siguiente y consiste en colocar el tas apoyado haciendo presión sobre dos zonas que se encuentran alineadas, entre la que hay una pequeña deformación que será golpeada por el martillo desde la parte opuesta, así se consigue alinear toda la pieza.
Es el sistema para la recuperación de daños en zonas que no tienen acceso desde el interior y que presentan gran rigidez, para ello se golpea con el martillo en los extremos de la deformación sin utilizar ningún tipo de sufridera. Por su tensión puede recobrar su forma inicial. Requiere un control especial ya que en determinadas piezas no responde como se necesita ante este tipo de batido.
Basa su trabajo en la transformación plástica de la superficie del acero por medio del golpeo continuado mediante las siguientes operaciones:
Consiste en golpear con el martillo en la parte saliente de la deformación al tiempo que se sufre el golpe por el lado contrario con el tas apropiado, hasta conseguir reducir la deformación para que la pieza recobre su línea original. Se golpea en la parte más saliente, para que así cada vez sean menos las superficies hundidas. Hay que adaptar la fuerza del golpe a la deformación.
Se realiza golpeando la chapa, de manera que el tas se encuentre justamente enfrente del golpe del martillo, en la parte contraria de la chapa y en contacto con ella. La chapa por elasticidad tiende a alargarse en su sección. Se dirige el martillo hacia la parte que se desee sobre estirar. Se utiliza para cubrir zonas en las que el material no llega o bien cuando se requiere que tenga menos espesor y resistencia.
Se realiza golpeando de forma que se vayan describiendo círculos concéntricos, desde el exterior hacia el interior. Para realizar el sufrido al golpeo del martillo, se utilizan tases de plomo, ya que impide que se produzcan un estiramiento y desplazamiento del material. También se puede recoger mediante la aplicación de calor con electrodos de cobre o carbón.
Consiste en golpear con el martillo directamente sobre la chapa cuando el tas está apoyado sobre ella por la otra cara, para que parte de material se desplace de una zona hacia otra por la plasticidad del material. Se diferencia del recogido porque no solo iguala superficies sino que también se utiliza para desplazar material y conseguir reforzar zonas. Para ello el martillo debe de golpear el material con cierta inclinación en la dirección que necesitamos desplazar el material.
Primero se realizará una inspección del daño para determinar la magnitud del deterioro y decidir sobre el tipo de reparación y el método más adecuado para desarrollarla.
La aportación de calor sobre la chapa aumenta su plasticidad, facilitando su conformación, en especial la operación de recogido y permite la fijación (soldado) de útiles especiales empleados para tirar de ella. Se utilizan dos equipos para ello:
Se utilizan máquinas eléctricas de control electrónico tipo multifunción, que pueden realizar entre otras operaciones la de calentar la chapa; constan de:
Cuando la chapa resulta estirada por cualquier efecto mecánico, queda deteriorada, es necesario restablecer sus propiedades elásticas y físicas. El método más indicado es en frío, aunque también se puede hacer a través de un calentamiento. El calentamiento de la pieza se produce por la resistencia que el metal opone al paso de la corriente eléctrica. Cuando entran en contacto el electrodo y la pieza, esta se calienta rápidamente. Puesto que la zona colindante está fría no permite que esta zona se expanda hacia los lados. Cuando se enfría mantiene su grosor y tira de todo su perímetro, produciendo así el recogido de la chapa. Su efecto puede aumentarse:
La aplicación de calor puede realizarse con electrodos de carbón o de cobre:
Para eliminar las tensiones propias de las dilataciones y contracciones puntuales que se producen, es recomendable que se eliminen las tensiones residuales con un ligero asentado de la chapa con la espátula de repasar.
Este método de reparación solamente ha de utilizarse si no es posible realizar el recogido de otro método, ya que al calentar la chapa esta pierde su resistencia mecánica. En la chapa de acero no es recomendable utilizar la llama de la oxiacetilénica ya que somete la pieza a mucho calor y afecta a una amplia zona.
Cuando se producen daños en zonas de la carrocería sobre las que no se tiene acceso por la parte interior o que hay que desmontar un gran número de piezas para realizar el proceso de enderezado de la chapa. En función del daño se procederá a la reparación o sustitución parcial o total.
Las técnicas que se utilizan para las zonas de difícil acceso también se pueden utilizar para las zonas accesibles ya que son muy sencillas de aplicar. Se pueden diferenciar las reparaciones en las que hay que quitar pintura para realizarlas de las que no hace falta.
Restaura la chapa a su posición original mediante la fuerza de tracción que se produce a través de una serie de elementos que han sido previamente soldados. Este tipo de técnica no es definitiva para todo el proceso de reparación, ya que se necesita material de relleno para su correcto nivelado.
Ofrecen la posibilidad de soldar diferentes elementos de tracción (clavos, arandelas) sobre la chapa donde se ha producido la abolladura. Se emplea cuando el desperfecto presenta resistencia para ser conformado y la pintura se ha deteriorado. Dispone de:
Retrae la abolladura por medio de la acción sobre elementos de tiro soldados. El mecanismo está provisto de un eje sobre el que se puede desplazar una masa de inercia dentro de un recorrido determinado. Uno de sus extremos del eje está roscado para acoplar diferentes adaptadores o útiles para ejercer la fuerza; en el otro extremo se puede acoplar la pistola para realizar la soldadura.
Para extraer abolladuras leves en zonas de difícil acceso, similar al equipo multifunción, aunque en este caso la pistola también realiza la fuerza de tracción. Está diseñado para la reparación de impactos por granizo. Pistola airpuller.
Consta de:
Cuando se acerca el electrodo y se acciona el botón se producen las siguientes fases:
Ventosas Adhesivas: diseñadas para extraer zonas hundidas de baja o media intensidad en las que la pintura no se haya resquebrajado. El equipo se compone de:
Equipo de Varillas y Barras: diseñado para eliminar pequeñas abolladuras en las que no se ha desprendido pintura. El equipo se compone de una serie de palancas, barras y muchos accesorios. La utilización de las varillas permite el acceso a todas las zonas exteriores con desmontaje de menor envergadura, incluso sin llegar a hacerlos. Es necesaria la utilización de una pantalla luminosa de comprobación que sirva su reflejo de guía para analizar la deformación. Hay que tener unas precauciones:
Equipo Ding Puller: sistema para extraer abolladuras leves sin que produzca daños en la pintura. Parecido a la pistola airpuller pero pegando una ventosa adhesiva.