Portada » Historia » Stalin implanta una dictadura totalitaria
Como precedentes a la revolución de 1917, encontramos la de 1905, tras la derrota rusa ante Japón, causada por el descontento de la población por las condiciones lamentables en las que vivían, el régimen absolutista del Zar y su mala gestión, y el atraso técnico y económico de Rusia. A todo esto le sumamos los altos impuestos a los que tenían que hacer frente los campesinos.
En el ámbito económico, A lo largo del siglo XIX el campo ruso va a vivir prácticamente al margen de las transformaciones agrícolas que se van a producir en otros Estados europeos. La aristocracia concentraba en sus manos la mayor parte de la tierra y La liberación del campesinado no pudo eliminar las grandes desigualdades sociales en el campo ruso, que por otra parte resulta totalmente inadecuado en sus estructuras para el desarrollo de un capitalismo moderno. Los campesinos, agobiados por impuestos y sumidos en un gran atraso técnico y cultural, ansiaban el reparto de la tierra de las grandes propiedades de los nobles, la Iglesia o los propios zares.
En resumen, el campo ruso en conjunto no era capaz de alimentar a una masa creciente de campesinos, por lo que se puede afirmar que había superpoblación rural.
El capitalismo se introdujo en Rusia de manera un tanto forzada, impulsado por las inversiones extranjeras y la acción del Estado. La industrialización se realizó de forma compulsiva, dando por resultado una concentración, tanto de capitales como de masa obrera, en unas cuantas ciudades del inmenso territorio.
Pero las zonas industriales eran relativamente pequeñas en la inmensidad de un imperio cuyas estructuras económicas de predominio agrario quedaban inalteradas.
EL desarrollo de la 1ª Guerra Mundial no hizo si no, reafirmar el atraso económico, tecnológico y cultural.
Cabe destacar el suceso producido el 9 de enero de 1905, día conocido como «Domingo Sangriento», hubo una marcha pacífica de protesta en San Petersburgo. El objetivo de la marcha era entregar al zar una petición de mejoras laborales, y la formaban familias trabajadoras enteras. Iba encabezada por un sacerdote, y no respondía a ninguna consigna política: era fundamentalmente obrera y campesina. Fue salvajemente aplastada por soldados de infantería y tropas cosacas, apostados enfrente del Palacio de Invierno, cobrándose un número de víctimas que aún hoy se discute; los periódicos del momento hablaron de miles. El zar, mientras tanto, no se encontraba en la ciudad; la había abandonado temiendo por su seguridad. La sangrienta represión provocó una oleada de protestas en toda Rusia: el divorcio entre el zar y la masa de campesinos y obreros abocaba a Rusia a lo peor.
Se produjeron huelgas masivas en San Petersburgo inmediatamente después del Domingo Sangriento. Más de 400.000 trabajadores se habían unido a finales de enero. Esta actividad se propagó rápidamente a otros centros industriales en Polonia, Finlandia y la costa báltica. El 13 de enero (jul), en Riga, murieron 70 manifestantes y, unos cuantos días después, en las calles de Varsovia, 100 huelguistas fueron disparados. En febrero hubo huelgas en el Cáucaso y en abril en los Urales y más allá de la cordillera. En marzo, todas las universidades fueron obligadas a cerrar hasta fin de año, haciendo que se unieran estudiantes radicales a los trabajadores en huelga. En octubre, el efímero Soviet de San Petersburgo, un grupo menchevique liderado por entonces por Trotsky, organizó la huelga de 200 fábricas, la «Gran Huelga de Octubre». De la capital se propagaría rápidamente a Moscú, y para el 13 de octubre (jul) no habría ningún ferrocarril en activo en toda Rusia.
Por ello, se aplicaron una serie de reformas, como la abolición de la servidumbre y la constitución de la Duma, la cuál se mostró inútil para el pueblo ruso, ya que casi siempre se mostraba dócil al soberano.
En resumen, Rusia se encontraba en una situación crítica tanto económica como socialmente, que desembocaría en una serie de revoluciones que supondrían el comienzo del comunismo y la caída del zarismo ruso.
Cae el zar y se forma el primer gobierno provisional, presidido por el conde Lvov; el socialista Kerensky es designado vicepresidente. La Revolución de Febrero fue realizada esencialmente por los obreros, pero da lugar a un gobierno burgués, que asume la forma de gobierno de coalición entre los partidos de la burguesía. Pero este gobierno cometio varios errores que daría paso a Lenin para tomar el control
Por ello se produjo la guerra civil de Rusia: El gobierno bolchevique había firmado el armisticio con los Imperios Centrales el 15 de diciembre de 1917. Siete días más tarde se iniciaron las negociaciones en las que Trotski y la delegación soviética trataron de maniobrar contra las duras exigencias territoriales alemanas.
A la vez había surgido por las zonas periféricas del Imperio ruso una amplia y heterogénea oposición que, apoyada por las potencias de la Entente, trataba de derrumbar al gobierno bolchevique. Pronto formaría el Ejército Blanco que se iba a enfrentar al Ejército Rojo creado en enero de 1918.
La necesidad de hacer frente a la guerra civil llevó a Lenin a decidirse a firmar las duras condiciones exigidas por las Potencias Centrales. Cuando los austro-alemanes lanzaron una ofensiva general en febrero y el frente ruso se colapsó, la delegación soviética se apresuró a firmar el durísimo Tratado de Brest-Litovsk en marzo de 1918. Lenin optaba por centrar todas sus fuerzas en el conflicto interno, lo que permitió a Alemania y a Austria-Hungría obtener grandes, aunque efímeras, ganancias territoriales. Posteriormente, la guerra civil se confundirá con la intervención de las potencias aliadas en favor del Ejército Blanco y la guerra ruso-polaca (19120-1921). Para 1921, el gobierno bolchevique controlaba prácticamente el territorio del nuevo país que en 1922 recibirá el nombre de Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas.
El comunismo de guerra es con el nombre al que se conoce la primera etapa de la revolución. Se pusieron en marcha nuevas estructuras económicas y políticas, destinadas a la creación de una sociedad comunista.
Las primeras medidas se adoptaron en medio de dificultades derivadas de la continuación de la guerra, el fin de las relaciones económicas con el exterior y la desaparición de técnicos y empresarios.
Desde el punto de vista político como del económico, el país tuvo que ser dirigido por el aparato del partido y por los soviets locales, generalmente sin ninguna experiencia ni preparación para afrontar los problemas de gobierno y de administración.
Las decisiones se tomaban a menuda a nivel local o sectorial y respondían a necesidades inaplazables.
La instauración del socialismo colectivista supuso las siguientes actuaciones:
En las industrias existentes se establece el control obrero. Esto es, las decisiones de los soviets de cada empresa eran obligatorias para los empresarios. El resultado fue la huída de los empresarios y su encarcelamiento, con ello se produjo la desorganización y descenso de la producción que llevaría el desabastecimiento. La administración obrera implicaba la desaparición de la figura del empresario sin mejorar la producción.
Grandes empresas o grupos de empresariales y sectores, como el del azúcar o del petróleo, fueron nacionalizados en 1918. Finalmente en 1920 se nacionalizaron la mayoría de empresas. El estado confisco todas las empresas con más de diez trabajadores manuales y con más de cinco si se utilizaba energía mecánica.
El resultado fue el traspaso al estado de una gran cantidad de talleres artesanos e incluso molinos. El estado no pudo hacerse cargo de su funcionamiento, muchas quedaron cerradas y algunos sectores se vieron prácticamente paralizados.
La organización global de la producción se organizó del modo siguiente:
Los trusts dependían de los glavki sectoriales o de las autoridades locales o regionales, y eran la unidad económica mínima de toma de decisión. Los glavki tenían que cumplir las órdenes del consejo nacional (Vesenkha).
En consecuencia las empresas no tenían autonomía financiera, no había control de costos de producción, y no llevaban cuentas de pérdidas y ganancias. Los gavki sectoriales eran los que repartían las materias primas y los recursos necesarios para producir, marcaban el volumen de producción y se encargaban de la distribución del producto final.
Durante el comunismo de guerra, la escasez de productos provocó la inactividad de muchas empresas y el descenso del número de obreros industriales.
El Decreto sobre la Tierra fue una de las primeras órdenes dictadas por el gobierno revolucionario (8 de noviembre de 1917). Este Decreto no hacía más que legalizar y organizar la situación creada de hecho en el campo.
Después de la caída del zar, los campesinos empezaron a ocupar las tierras de los grandes propietarios y dejaron de pagar los arrendamientos.
Se abolió la gran propiedad, y se repartió la tierra, los animales y los aperos entre las personas que demandaban tierra, con la única condición de que no utilizasen mano de obra asalariada. La solución que se dio al problema de la tierra no fue una solución revolucionaria ni igualitaria, y generaría problemas de abastecimiento.
El reparto fue realizado por los soviets locales y los comités agrarios de cada región, y ello dio lugar a crecer el número de explotaciones agrarias y convirtió a campesinos sin tierra en pequeños propietarios.
El resultado fue que en muchos lugares las explotaciones fueran más pequeñas que antes de la guerra, se generaba muy poco excedente comerciable.
La situación se agravo por la caída de los rendimientos a consecuencia de la inexperiencia de los nuevos campesinos y sobre todo por la falta de animales de trabajo.
Se permitió la continuidad de la propiedad de la tierra a los medianos propietarios y a los Kulak (campesinos ricos).
El Decreto sobre la Tierra reconocía las ocupaciones, los repartos y satisfacía las aspiraciones de los campesinos, pero no era una solución ni revolucionaria, ni igualitaria ni satisfactoria.
No era revolucionaria porque no aceptaba la existencia de propietarios de medios de producción.
No era igualitaria porque los lotes obtenidos eran muy diferentes.
No era satisfactoria porque no aseguraba el abastecimiento de las ciudades.
La eliminación tanto de los impuestos, como de los pago por arrendamientos, así como los bajos precios de los productos agrarios (impuestos por los soviets para favorecer el consumo urbano), fueron factores que influyeron para que los campesinos no produjesen para el mercado. En consecuencia descendió la oferta agraria y el abastecimiento en las ciudades (creció el mercado negro, donde se pagaba a precio elevados) se convirtió en un problema y por tanto en un objetivo.
Los kulaks acapararon la producción y vendían en el mercado negro, ocasionando en el campo la escasez de cereales, tanto para el consumo como para la siembra, que afectó sobre todo a los campesinos con menos tierra.
El desabastecimiento de las ciudades era el problema más grave. Lenin proclamo la cruzada del plan y decreto que los campesinos que se resistieran a entregar sus excedentes eran enemigos del pueblo.
Grupos de obreros armados empezaron a trasladarse a los pueblos para requisar los cereales que faltaba en las ciudades. La lucha era teóricamente contra los acaparadores (kulaks), aunque afectaba a toda la población campesina.
Comenzó así un círculo vicioso: las requisas y las ventas obligadas dejaban a los pueblos sin cereales, al disminuir la cantidad de cereal para la siembra disminuía la cosecha al año siguiente y ello generó hambre en el campo, se produjo resistencia de los campesinos. La resistencia (encabezada por los kulaks) fue considerada por los soviets contra revolucionaria y se reprimió violentamente, de modo que entre 1920-1921 murieron por hambre y represión 5 millones de personas.
El comunismo de guerra no logro el buen funcionamiento de la economía tanto por las dificultadles objetivas de la situación de la economía rusa y la guerra como por los errores cometidos en la implantación del régimen comunista.
La insurrección en 1920 de los trabajadores de los astilleros de Krondstadt, duramente reprimida, aunque convenció a Lenin de la necesidad de un cambio de táctica. La primacía dada a la socialización y al igualitarismo tenía que dar paso temporalmente a medidas dirigidas al aumento de la producción, aunque ello requiera un retorno parcial de la economía privada y del mercado. Es lo que se conoce como Nueva Política Económica (NEP).
La NEP significó el regreso parcial a la economía de mercado en la agricultura, la industria de consumo y el comercio interior a cambio de un control más estricto del estado sobre sectores clave como la minería, la industria pesada, el transporte y el comercio exterior. Permitiendo el establecimiento de algunas empresas privadas, la NEP permitió que por ejemplo las pequeñas empresas de animales o comercios de tabaco, volvieran a abrir para el beneficio privado mientras que el Estado seguía controlando el comercio exterior, los bancos y las grandes industrias.
La nueva situación también requería el regreso a la economía monetaria. Tras varios intentos, se creó el rublo chervonetz, aunque sólo se utilizó realmente para los pagos en el exterior y de forma nominal en la contabilidad de las grandes empresas y en las relaciones entre éstas. La circulación interior estaba reservada al rublo habitual, en teoría con un valor de 1/10 del chevonetz. En 1924, el mismo banco central de la URSS cambiaba los rublos papel a 1/50.000.
Las pequeñas empresas fueron arrendadas sobre todo a sus antiguos propietarios o a cooperativas de trabajadores, a cambio de un canon de entre 10 y el 15% del valor de la producción. A finales de 1922, la iniciativa privada ocupaba el 13% de la mano de obra, aunque sólo representaba el 5% del total de la producción. La industria continuó básicamente en manos del estado.
Las empresas nacionalizadas se tendrían que autofinanciar con la venta de sus productos. Por lo tanto, su gestión tenía que ser equilibrada, aunque continuaban sometidas a directrices de la Vesenkha en lo relativo a la producción que se debía obtener.
Donde el sector privado fue más importante fue en el comercio y en la agricultura. Los nuevos comerciantes, los denominados nepmen, obtenían grandes beneficios comprando los productos a las industrias estatales y llevándolos a las zonas rurales desabastecidas.
Fue en el campo donde la NEP representó una transformación más importante. A partir de su implantación, el campesino pudo gestionar libremente la tierra (la podían vender, arrendar, etc) y las requisas fuero prohibidas y sustituidas por un impuesto en especio. Una vez pagado el impuesto, el campesino podía disponer de la producción, aunque el estado fijaba los precios. En estas condiciones se produjo una rápida recuperación de la producción agraria.
Dado que la recuperación agraria fue más rápida que la industrial, que los precios fijados por el estado para los productos agrarios eran bajos y que la industria no ofrecía suficientes bienes o los precios de los mismos eran demasiados elevados, los campesinos preferían aumentar el consumo que vender los cereales a los precios fijados. El punto máximo de esta disfunción fue la denominada crisis de las tijeras que representaba el intercambio de productos agrícolas respecto a los industriales se había reducido a 1/3 de alcanzado en 1913. La crisis se resolvió con una intervención directa del estado, que rebajo los precios de los productos industriales y subió los precios agrícolas.
La NEP permitió restaurar las relaciones políticas y económicas de la URSS con el exterior. El deseo de llevar a cabo una rápida industrialización hizo gastar grandes cantidades en los mercados internacionales, destinadas a la compra de locomotoras, de maquinaria agrícola y de material eléctrico.
Gracias a la NEP, Rusia supera en 1928 los niveles de producción de los anteriores a la guerra.
El crecimiento obtenido durante la NEP presentaba algunas limitaciones: la inversión industrial contrastaba con la escasez de inversión en los ferrocarriles, en la enseñanza e incluso en defensa. En el económico, favorecía más a la agricultura que a la industria, impulsaba más el consumo que el ahorro, por lo tanto, a una industrialización tan rápida como la deseada por los dirigentes del partido.
La decisión de llevar a cabo una rápida transformación de la URSS en una potencia industrial avanzada se enfrenta al problema de aumentar la comercialización de productos agrícolas para alimentar a las ciudades y al ejército, abastecer la industria de materias y exportar.
Por si los problemas ideológicos y económicos no fueran lo suficientemente importantes, el debate sobre la política económica se complico con las luchas por la sucesión de Lennin (fallecido en 1924), que enfrentaron básicamente a Trosky y a Stalin.
Este conjunto de discusiones y pugnas es lo que se denomina el gran debate.
a) Uno de los planteamientos (Bujarin y apoyada al principio por Stalin) era: el desarrollo de la URSS debía producirse a través de un equilibrio entre la agricultura y la industria, mejorando la productividad agraria se conseguiría aumentar la producción y reducir los precios, y con ello aumentaría la demanda y el ahorro. El ahorro permitiría realizar inversión industrial.
b) La otra alternativa (Preobrazenski, apoyada por Trosky): Para impulsar la industria era necesario acumular capital y mano de obra, y eso solo podía proceder de la agricultura, mediante impuestos y favoreciendo un intercambio desigual entre productos agrarios e industriales.
En la pugna política, Stalin defendía las tesis de Bukharin mientras que Trosky era partidario de la industrialización rápida defendía por Preobrazenski. Sin embargo, una vez eliminado Trosky, Stalin aplico de manera radical las ideas de Preobrazenski, que de todas formas fue purgado por el partido tras una patética autoinculpación.
El gran debate y su solución significaron también una concentración de poder en manos de Stalin hasta su muerte en 1953. El centro de gravedad de la política soviética se desplazó de la socialización, entendida como liberación del yugo del capital y camino hacia el bienestar social, a la industrialización, considerada imprescindible para el mantenimiento de la URSS. Como decía Stalin en el discurso de 1931: de los países avanzados. Tenemos que cubrir esta distancia en diez años. O lo conseguimos o nos aplastarán>>. Stalin consideraba que la Revolución Rusa estaba en constante peligro, asediada desde el exterior por un entorno capitalista hostil, técnicamente y militarmente mucho más fuerte que la URSS, y por el interior por la defección del mundo campesino y de la pequeña burguesía (Nove, 1964).
Ante este doble asedio, la revolución desde abajo, caracterizada por la libertad de opinión y la discusión interna en el seno del partido, fue sustituida por la revolución desde arriba, la sumisión del partido a la voluntad autocrática del secretario general: Stalin. La política de Stalin la basó en la aniquilación de cualquier obstáculo o disidencia y en la instauración de un régimen dictatorial, policíaco y brutal, no muy diferente en estos aspectos del zarismo. El partido dejó de ser un organismo político para convertirse en un instrumento dócil de transmisión y ejecución de las órdenes de Stalin.
El crecimiento obtenido gracias a la NEP permitía volver a tasas de inversión parecidas a las existentes antes de la guerra, aunque no muy superiores. Una industrialización rápida requería instrumentos nuevos. La política de industrialización rápida basó en la colectivización del campo y en la planificación.
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Para conseguir una industrialización rápida era necesario que los recursos, capital y trabajo, se asignasen a producir bienes de producción (plantas industriales, bienes de equipo e infraestructuras), sacrificando la producción de bienes de consumo para los campesinos.
El estado necesitaba: a) conseguir alimentos para la población no agraria sin tener que pagar el precio fijado por los campesinos; b) proveer a la industria de mano de obra, y para ello necesitaba aumentar la productividad agraria y modernizar la agricultura. Solo era posible con una reorganización del sector agrario, suprimiendo las explotaciones individuales.
Se transformaron las explotaciones agrarias individuales en granjas colectivas (Kolhoz) y se fomentaron las granjas estatales (Sovkhoz), con ello el Estado podía controlar la producción, los precios, mejorar la productividad agraria y obtener mano de obra para la industria.
Los campesinos ponían sus tierras y animales en común y eran trabajadas todos colectivamente (explotaciones muy grandes, 500-1.000 hectáreas). Los dirigentes políticos determinaban la producción, los campesinos pagaban impuestos en especie, el estado fijaba el precio pero la venta era obligada. La colectivización se realizó con coacción, se produjeron deportaciones y hubo resistencia campesina, en consecuencia se tardó en conseguir los objetivos, puesto que inicialmente descendió la producción y el ganado.
En los pueblos, los que permanecían se adherían en masa a los koljoses, pero primeramente sacrificaban sus animales antes de cederlos a las granjas colectivas. El valor de esta experiencia comunista era casi nulo; puesto que no se inscribían en los koljoses sino obligados y forzados bajo una formidable presión económica y administrativa. Allá donde se producía alguna vacilación se enviaba a la tropa, junto a agitadores. Hubo centenares de revueltas, mucho más graves en el Cáucaso y Siberia
Ante la reacción de los campesinos, se cambio durante un tiempo y se declaró voluntaria la pertenencia a una cooperativa, y se dieron incentivos:
a) Los cooperativistas tendrían unos lotes para uso individual,
b) La cooperativa tenía asistencia técnica a través de una empresa estatal, que proporcionaba maquinaria agraria y tractores. Además enseñaba a los/as campesinos/as a utilizar la maquinaria y nuevas técnicas de producción.
c) Aumentaban los impuestos a los campesinos/as que no perteneciesen a cooperativas.
La remuneración de los cooperativistas estaba en función de las horas trabajadas y del tipo de trabajo, pero era muy baja, de modo que los campesinos vivían de su parcela y el trabajo colectivo se realizaba con desgana, de modo que los rendimientos continuaron siendo bajos.
Se impulsaron los Sovkhoz (explotaciones agrarias estatales de grandes dimensiones (8.000 mil hectáreas de media) trabajadas por asalariados. Existían desde el comienzo de la revolución, pero tenían poca importancia. Estas granjas se correspondían con nuevas tierras de cultivo, y con explotaciones agrarias muy especializadas.
La colectivización hizo posible la rápida industrialización pero a costa del campo. El campo fue un sector enfermo de la economía soviética, no se dieron estímulos al trabajo, se dedicaron pocos recursos para modernizar y aumentar la productividad (abonos, maquinaria e investigación) y hubo fallos en la planificación al obligar a las cooperativas a producir productos sin tener en cuenta si eran adecuados al clima y a la calidad de las tierras.
La estructura agraria creada con la colectivización se mantuvo hasta el final de la URSS (1991). En los lotes familiares se destinaron a la producción de patatas, verduras y materias primas para el mercado libre, y fue un sector que creció.
El instrumento para conseguir la industrialización rápida fue LA PLANIFICACIÓN CENTRALIZADA. Requisito: propiedad estatal de los medios de producción.
Como el objetivo general era el bienestar de la población, no la maximización del beneficio como en la economía de mercado, el Estado podía planificar la actividad económica evitando las crisis económicas, las pérdidas económicas y el malestar social. Con la planificación se pretendían prever las necesidades económicas y ajustar los medios de producción disponibles para satisfacer dichas necesidades, evitando tanto el desabastecimiento como la sobreproducción, y por tanto consiguiendo un equilibrio entre la producción y el consumo.
La planificación se ejecutaba a través de los planes quinquenales, en ellos se fijaban unos objetivos de producción a conseguir, y en función de ellos se asignaban los recursos necesarios. Los planes consiguieron su objetivo, dotaron a la URSS de una industria pesada que le permitió producir el armamento necesario para enfrentarse a Alemania en la 2ªGuerra Mundial. La URSS alcanzó el nivel de las economías occidentales en la «2ªGM, convirtiéndose en la tercera potencia mundial.
Desde 1921 ya existían planes parciales, como por ejemplo el de electrificación (Goelro), pero fue en 1926 cuando el PCUS impulsó la planificación.
La oficina central del plan, GOSPLAN, estaba dirigida por miembros del partido no por técnicos. La planificación no atendió a criterios económicos sino a los fijados por los gobernantes, y se basaba en un sistema de prioridades de producción. La información de la que disponía el GOSPLAN no era muy completa: no existían datos sobre inversiones realizadas, costes totales. En la práctica las empresas intercambiaban entre si productos, sin hacer caso a las asignaciones del plan.
Algunos autores plantean que parte del capital de los planes procedía del excedente agrario, sin embargo no es cierta al menos hasta 1932, porque la colectivización agraria sucedió antes del primer plan y no empezó a dar sus frutos hasta 1932.
El crecimiento económico de la URSS durante los años de la planificación se debió a la movilización de recursos infrautilizados (capital y trabajo)puesto que no existía pleno empleo; así sucedió con el paso de población agraria, donde existía una baja productividad, al sector servicios y al sector industrial.
En 1927 se formuló el primer plan quinquenal (1928-1932) que se presentó en 1928 con unas metas muy ambiciosas: aumentar tanto la inversión como el consumo; el cto industrial debería alcanzar el 300%, con prioridad al sector eléctrico. La inversión se repartió del siguiente modo: la mitad a la industria pesada, el 25% a la agricultura, el 5% a la industria de bienes de consumo, y el 29% restante a inversión social (vivienda, educación y sanidad). El objetivo no se cumplió pero se alcanzaron tasas de crecimiento muy elevadas.
Se basó en dos supuestos: conseguir financiación externa y que la cosecha agraria sería buena.
La financiación se realizó a través de:
b) Aumento de los impuestos sobre todo a los nepmen (empresarios y comerciantes privados de la NEP) y a los kulakes (campesinos ricos).
El objetivo del segundo plan quinquenal (1933-1937) continuó siendo la industrialización, pero también se preocupó de la educación técnica y del transporte (ferroviario y fluvial). La propaganda que se realizó fue encaminada a conseguir reducir el tiempo de ejecución del plan (de cinco a cuatro años), mediante el incremento y la racionalización del esfuerzo (estajanovismo).
La distribución de la inversión fue similar a la del anterior plan, aunque con un ligero aumento de la inversión en la industria de consumo. El plan fue un éxito, consiguió un 15% de cto anual.
El tercer plan (1938-1942) se interrumpió en 1941 por el estallido de la 2ªGM, que hizo aumentar la inversión en: gastos de defensa, medios de transporte, la industria química y obtención de minerales no férricos y aceros especiales.
El resultado de los planes fue de un cto económico anual del 10% (solo USA en 1870 y Japón en 1920 habían alcanzado esos niveles). Al coincidir el primer plan con la depresión de los años treinta en el mundo capitalista, dichas tasas de crecimiento convirtieron a la URSS el la tercera potencia mundial, detrás de USA y Alemania.
Como hechos indisociables a la industrialización rápida se produjo un crecimiento fuerte de la tasa de urbanización y un cambio en la estructura de la ocupación; la ocupación industrial se multiplicó por 4 entre 1926-1939 y la agraria se redujo en un tercio.
La inversión de capital se multiplicó por 5,5 (aumentó más que el factor trabajo).
La productividad creció menos que el capital y el trabajo, esto es el crecimiento económico fue de tipo extensivo. La mano de obra tenía muy baja cualificación, puesto que en una gran parte procedía del campo, y también por la ineficiencia en la asignación del trabajo motivado por las complejidades de la administración de una economía planificada.
El coste social fue alto:
Pero también hubo mejoras en el consumo social, especialmente en educación y sanidad. Los gastos en educación fueron muy importantes, debido a los bajos niveles de partida y a la falta de técnicos (la mayoría de los técnicos de la época zarista eran contrarios a la revolución) y se hizo especial hincapié en la inversión en formación de técnicos medios.
Las consecuencias de la 2º Guerra Mundial fueron durísimas:
Rusia fue el país más afectado con un número de muertes de entre 19 y 34 millones de civiles y soldados.
“El ejército de la Unión Soviética sufrió 8.860.400 muertos durante la Segunda Guerra Mundial, comprendida entre el 22 junio de 1941 y el 9 de mayo de 1945, según datos anunciados hoy en la capital rusa. «Estas son cifras oficiales que han sido establecidas por un grupo de trabajo especial creado hace 15 años», declaró en rueda de prensa el general Alexandr Kirilin, jefe del Centro de Memoria Militar (CMM) del Ministerio de Defensa de Rusia.”
El PIB y la economía rusa descendió muchísimo pero durante la posguerra inmediata, la Unión Soviética reedificó primero y entonces ensanchó su economía, al mantener su control estrictamente centralizado. La Unión Soviética ayudó la re-edificación de la posguerra en los países de Europa del Este al girar ellos en estados soviéticos de satélite, fundó el Pacto de Varsovia en 1955, más tarde, el Consejo de Ayuda Mutua Económica, la ayuda suministrada a los comunistas finalmente victoriosos en China, y vio crecer su influencia en otras partes del mundo. Mientras tanto, la tensión creciente de la Guerra Fría giró a los aliados del tiempo de guerra de Unión Soviética, el Reino Unido y los Estados Unidos, como enemigos.