Portada » Ciencias sociales » Soluciones que propone el desarrollo sostenible en el agotamiento de recursos
1. Comenta la siguiente afirmación: las relaciones mutuas entre las sociedades humanas y los sistemas naturales son complejas y no están predeterminadas, y describe el papel de las ciencias ambientales y la sociología. (Ver en Aula Virtual: Medio ambiente y sociedad: fundamentos (Ernest García), pp. 1-13. O bien en el texto de E. García: Medio Ambiente y sociedad, pp. 15-27).
El estudio de la relación entre medio ambiente
y sociedad, implica analizar por una parte los efectos sociales de las
alteraciones del entorno natural y por otras las repercusiones que sobre este
tienen las transformaciones y cambios sociales.
La imagen del
planeta moviéndose en un espacio limitado y casi vacío, introduce la noción de
límite y nos hace conscientes de la finitud del hogar de la humanidad en el
universo.
Por otro lado
la indeterminación resulta de la relación entre dos sistemas complejos : la
sociedad y la biosfera.
Estas dos
nociones son fundamentales en la construcción de las ciencias ambientales.
Así mismo, un
sistema es una parte del universo (del mundo físico), delimitada por una
frontera espacial (una superficie, la pared de un recipiente) y por una
duración. En lo que respecta a la frontera los sistemas pueden ser:
Las sociedades
humanas y otros sistemas vivientes son sistemas abiertos. Tras procesar e
incorporar la energía y los materiales, devuelven al medio ambiente los
residuos generados por ese proceso.
La Tierra es
un sistema cerrado, porque recibe y emite energía al espacio exterior y el
intercambio de materia es muy reducido.
La relación
entre sociedad y naturaleza es un sistema abierto cuyo medio ambiente es un
sistema cerrado. Por ello se debe examinar si la escasez de materiales puede
imponer un límite teórico al desarrollo de la civilización.
La evolución
en nuestro planeta se debe a que los organismos vivos cumplen las propiedades
de multiplicación, variación y herencia.
Las sociedades
humanas pertenecen a la clase de sistemas autoorganizadores (o sistemas
complejos adaptativos), capaces de pasar de un estado inicial a otro más
complejo, en cuando al número, tipos de sus componentes y en cuanto a su
organización y funcionamiento, incrementando así la información que contienen.
La autoorganizanización
es posible porque se trata de sistemas abiertos capaces de absorber baja entropía de su medio ambiente y
encontrar en él depósitos donde liberar los residuos de alta entropía , de
hecho las sociedades humanas solo pueden subsistir y evolucionar de esta
manera, al igual que cualquier otro sistema vivo.
Las sociedades
humanas son un tipo particular de sistema autoorganizador caracterizado por la
capacidad de pensar, acumular información y la capacidad de actuar de un modo
consciente guiado por un propósito, utilizan el lenguaje.
El cambio que
se ha dado en las sociedades responde a un cambio social y cultural, en vez de
a uno natural. Este cambio es más rápido que el cambio debido a la selección
natural. El cambio cultural permite la transmisión hereditaria de
características adquiridas y la difusión entre coetáneos.
Podemos hablar
de dos creencias.
La primera,
que la dependencia de la naturaleza disminuye con la progresión económica.
La segunda,
los incrementos en información o complejidad libera a los humanos de la segunda
ley de la termodinámica.
Ambas son
erróneas
Por ello se
dice que el desarrollo de las sociedades humanas ha ido en dirección a una
menor dependencia respecto a restricciones naturales.
Aún así, las sociedades industriales han eludido los límites de sus
entornos locales para obtener recursos cada vez más lejanos, hasta hacerse
dependiente de los servicios naturales del planeta entero.
Como hemos
dicho antes, los sistemas vivos solo pueden subsistir y evolucionar
incrementando la entropía de su medio ambiente, esto es, el desorden.
Desde esta
perspectiva, los sistemas autoorganizadores son también desorganizadores, viven
a costa del medio ambiente que simplifican o degradan. El conjunto formado por
sociedad y su entorno, un contexto con el que las implicaciones de la ley de la
entropía no pueden ser ignoradas.
Conjunto
de factores naturales bióticos y abióticos que rodean a un organismo, población
o comunidad humana y del que como sistemas abiertos dependen para su
supervivencia. Esto es usado para referirse al entorno natural de la sociedad (conjunto
de individuos humanos, artefactos, signos y relaciones)
En el contexto
de las ciencias ambientales, el concepto de sostenibilidad es importante. El
problema de la sostenibilidades el de la adecuación entre la mente guiada por
un propósito y el medio natural donde se llevan a cabo las actividades humanas,
de un modo en la que la organización de estas sea sostenible, es decir, se
pueda prolongar en el tiempo.
Eliminar pacto
de las actividades sociales sobre el medio ambiente responde a tres factores:
De esta manera
la relación entre sociedad y naturaleza se ha propuesto considerarla como un
proceso de interacciones entre: organización social, tecnología, valores,
conocimientos y medio ambiente.
Todo está relacionado con todo lo demás, nada es exógeno o independiente.
2. Las mediaciones sociales existentes entre mente y naturaleza. Analiza las creencias del ecocentrismo y el antropocentrismo y los prejuicios del excepcionalismo y exencionalismo. Ver en Aula Virtual: Medio ambiente y sociedad: fundamentos (Ernest García), pp. 14-26. O bien en el texto de E. García: Medio Ambiente y sociedad, pp. 27-41).
Definimos el antropocentrismo, como
lo que nos lleva a interpretarlo todo en términos de la experiencia y valores
humanos, sería entonces una manifestación del mencionado imperativo genérico.
Por otro lado, el ecocentrismo expone
un amor hacia la naturaleza, se preocupa por preservar ecosistemas y especies.
Antropocentrismo y ecocentrismo |
Las cosas son así (Ecocentrismo) |
1.- Los seres humanos tienen
|
1.-Estamos dirigidos genéticamente
|
2.-
|
2.-El medio ambiente es un sistema |
3.- La mayor parte del daño al
|
3.- La mayor parte de daño al medio
|
4.- La tecnología e inventiva
|
4.- Los problemas medioambientales |
5.- sobreviviremos por nuestra
|
5.- Los problemas medioambientales
|
3. Las relativas razones del excepcionalismo. (Ver en Aula Virtual: Medio ambiente y sociedad: fundamentos, pp. 33-4. O bien en el texto de E. García: Medio Ambiente y sociedad, pp. 51-58).
(INTRO
RELACIONANDO PROBLEMÁTICA-MENTALIDAD-ANTROPOCENTRISMO)
[…]
De esta mentalidad antropocentrista nace el concepto de excepcionalismo. Esta
idea defiende que la sociedad humana es de algún modo “excepcional” y, por
tanto, se sitúan como centro de todos los sistemas. Este tipo de mentalidad se
basa en tres argumentos principales: la exigencia de sentido, el del residuo cualitativo
y el de la omnipresencia del cambio:
-La
exigencia del sentido
Una
de las razones que en la más estricta teoría transforma al sistema de la
sociedad humana en un tipo particular de sistema abierto es la capacidad para
realizar acciones con un propósito, con un sentido. La acción intencional es
inherente a los fenómenos sociales. Es decir, por ejemplo, la sociología tiene
como una de sus finalidades interpretar y entender las acciones orientadas por
un propósito. Así se podría definir la sociología ecológica en términos de su
deseo de interpretar las interconexiones entre las condiciones ambientales y el
disfrute de la vida. En este caso puede tomarse como ejemplo los términos
sustentabilidad ambiental y sustentabilidad social. Realmente la definición de
una sociedad sostenible sería una sociedad que usara exclusivamente energía
solar y materiales de la biosfera, una sociedad solar. Sin embargo, nunca ha habido una civilización solar en este sentido
estricto: civilización es casi sinónimo de consumo de no renovables. En este
sentido, Daly, insiste en una regla sintética, según la cual sostenibilidad
implica permanecer dentro de la capacidad de carga de la biosfera. Pero también
puede definirse sostenibilidad ambiental y social según el sentido que mueva a
esa sostenibilidad. Es decir, en el caso por ejemplo de las energías renovables
la
sostenibilidad ambiental postularía una extracción de recursos renovables
inferior o igual a la capacidad de regeneración actual, mientras que la
sostenibilidad social postularía una extracción por debajo de la capacidad de
regeneración. Todo depende del sentido que se le dé a la acción y este sentido
está en manos de la persona que vaya a realizar esta acción.
-El
residuo cualitativo
Cuando
hablamos de este residuo cualitativo hablamos principalmente del manejo del
lenguaje que la sociedad humana tiene. Así, se diferencian conceptos
denominados “aritmomórficos” de conceptos denominados “dialécticos”
Georgescu-Roegen (1971). Los conceptos aritmomórficos son aquellos que se
distinguen entre sí de forma discreta, que se pueden cuantificar, como los
números. Por el contrario los conceptos dialécticos son aquellos cuya extensión
no se puede medir de manera discreta pero que inevitablemente son esenciales en
las cuestiones importantes. Estos conceptos serían, por ejemplo, el deseo, el
amor, la democracia etc.
Un
ejemplo claro podría ser la democracia de distintos países en un momento dado.
Por ejemplo, durante la segunda guerra mundial, no se podría cuantificar
exactamente la democracia entre Inglaterra y Alemania (4,7 de democracia vs. 2
de democracia, por ejemplo, sería imposible), pero eso no limita que se puedan
establecer distinciones entre la democracia en ambos países.
-La
omnipresencia del cambio
El
cambio comporta la aparición o emergencia de novedades de un tipo especial.
Hay, en general, tres tipos de cambios que son relevantes para el conocimiento:
Este
último tipo de cambio es el que se encuentra omnipresente en las ciencias
sociales y de la vida. A largo plazo, los fenómenos sociales están determinados
por este tipo de cambio y viceversa.
4. Describe el amplio consenso de opiniones y percepciones en favor del medio ambiente, su relación con las variables sociológicas clásicas y las tres teorías explicativas del cambio cultural y el consenso ambientalista. (Ver capítulo fotocopiado en Reprografía: capítulo 7 sobre percepciones medioambientales del texto de Ernest García: Medio ambiente y sociedad, pp. 273-312).
Las cuestiones medioambientales “han dejado de
ser materia de preocupación casi exclusiva de grupos minoritarios más o menos
radicales, los ecologistas, para convertirse en problemas de importancia
general”. Los estudios cuantitativos muestran que los objetivos relacionados
con la protección del medio ambiente ocupan una posición relativamente
subordinada, en la escala de prioridades, tras los relacionados con la seguridad, la salud, la prosperidad
económica y la redistribución.
En muchas de
las encuestas realizadas en los últimos años, la preocupación por el medio
ambiente ha aparecido subordinada solo al desempleo y al orden público, en
niveles similares a las cuestiones relativas a la desigualdad social. Las
poblaciones consideran muy mayoritariamente que se trata de un problema serio
que debe ser acometido con urgencia.
Los estudios
sociológicos acostumbran a examinar tres dimensiones en la percepción social de
los problemas medioambientales. La primera de ellas, la
<<preocupación>> se refiere sobre todo al ámbito de las creencias:
si la cuestión ecológica se considera o no grave y urgente.
La segunda, la
<<disposición a actuar>> se refiere sobre todo a las actitudes, a
las declaraciones positivas o negativas respecto a determinados comportamientos
o la actuación en ámbitos determinados. La tercera, el
<<significado>> se refiere sobre todo a la imbricación de la
protección del medio ambiente con otros valores, a su presencia en la visión
del mundo y del futuro, etc… La complejidad del análisis aumenta a medida que
pasamos de una a otras dimensiones. Todas ellas deben tenerse en cuenta cuando
nos preguntamos por comportamientos individuales o por la acción social.
Para la
mayoría el medio ambiente, es algo de lo que vale la pena informarse, que
despierta interés, preocupación o curiosidad. Es algo que también comienza a
traducirse en el ámbito del consumo.
En la
sociología ecológica o medio ambiental la investigación cualitativa no se ha
desarrollado tanto como la cuantitativa. Algunos rasgos característicos del
discurso sobre el medio ambiente de esa mayoría o <<núcleo
central>> parecen ser los siguientes:
a) La
dislocación.-la percepción de los problemas ecológicos aparece vinculada al
conjunto de procesos económicos, políticos y culturales que suelen denominarse
con el término de <<globalización>>
b) La
contaminación, con ella se significan al menos, dos tipos de problemas, cuyo
origen se atribuye ya a trastornos en la naturaleza, ya al contacto con quienes
padecen dichos efectos.
c) La culpa: otro tópico ampliamente difundido
en el discurso sobre el medio ambiente es el de la autoinculpación. La
población se las sociedades industriales evalúa su propia situación como
relativamente privilegiada y, en relación con ello, se siente parcialmente
responsable del deterioro social y medioambiental.
Algunas
encuestas han detectado que las opiniones proambientalistas están ligeramente
más presentes entre los y las integrantes de las llamadas <<nuevas clases
medias>> personas relativamente jóvenes, urbanas y consumidoras de mucha
instrucción escolar. Por otra parte, cuando se han estudiado los
comportamientos en lugar de las opiniones, los matices son a veces de signo
contrario: en los estilos de consumo, por ejemplo las nuevas clases medias son
más adictas a las prácticas ambientalmente más costosas que los otros grupos
sociales.
Continúa siendo habitual, en nuestra sociedad la consideración del
ecologismo como una ideología específicamente juvenil. La percepción de los
problemas del medio ambiente como serios y preocupantes está difundida de un
modo bastante regular entre todos los grupos de edad. Sin embargo, la educación
ambiental llega a las generaciones más jóvenes, puesto que éstas son las
principales consumidoras de educación en todos los campos.
Las
investigaciones no suelen reflejar diferencias sustanciales entre hombres y
mujeres en cuanto a sus declaraciones sobre el medioambiente. En el caso de las
mujeres, la actitud favorable hacia comportamientos ecológicamente responsables
en la esfera del consumo o de actividades cotidianas de la vivienda se expresa
con algo más de fuerza. Por el contrario los varones se declaran ligeramente
más predispuestos a cosas como, la participación en manifestaciones o campañas
ambientalistas o la afiliación a asociaciones ecologistas.
Como efecto de
los códigos de género vigentes, parece que las mujeres tienden algo más a
buscar la coherencia ecológica en la esfera privada y los varones en la esfera
pública.
Los resultados
de los estudios sobre la opinión acerca de los problemas medioambientales
señalan que ésta parece distribuirse en los diversos estratos (o clases)
sociales de una forma homogénea.
En algunos
casos, los estratos medios se muestran ligeramente más favorables a proteger el
medio ambiente que los más altos y los más bajos. En los extremos de la
pirámide social aparecen algunos matices significativos. Los estratos más
altos(los más ricos) se muestran algo más favorables que el resto de la
población a aceptar la degradación del medio ambiente como precio a pagar por
la expansión económica, siempre que eso no afecte al propio lugar de
residencia.
Los estratos
inferiores (los más pobres) se muestran algo más favorables que el resto de la
población a aceptar la degradación del medio ambiente local como precio a pagar
por más oportunidades accesibles de trabajo e ingresos.
Numerosos
estudios han detectado una relación significativa entre el nivel de estudios y
las opiniones favorables a la protección del medio ambiente.
Diversos
estudios, en diferentes países han detectado una mayor presencia de actitudes
ambientalistas entre personas con ocupaciones técnicas y profesionales que en
otros grupos ocupacionales. Lo que implica que en este grupo social se
encuentren muchas de las personas que absorben y difundan información sobre los
problemas del medio ambiente.
Aunque las
nuevas clases medias que han consumido mucha instrucción escolar constituyen el
grupo relativamente mejor informado, la mayoría de sus miembros están
entrenados en conceptos y soluciones, en recetas profesionales que no tienen en
cuenta los costes ambientales.
Mucha gente
considera deseable la estabilización demográfica, porque tiene la impresión de
que el mundo contemporáneo esta densamente poblado y, sobre todo, de que la
dinámica demográfica de las últimas décadas, no puede continuar. Las personas
más sensibles a la gravedad de la presente crisis ecológica acostumbran a
considerar la baja natalidad como una buena noticia. Sin embargo, casi nadie
considera que una expansión demográfica galopantesea algo deseable, porque se
asocia al <<subdesarrollo>>.
En muchas
sociedades del mundo, en diversos contextos culturales y con independencia de
su grado de riqueza, de su estructura social o de su orientación política, la
idea de que la protección el medio ambiente debería primar sobre la expansión
económica goza de un amplio respaldo. En
cambio, el crecimiento económico, en la medida en que es también objeto de
consenso, lo es sólo como referencia instrumental, como un medio que únicamente
se justifica si sirve para realizar otros valores. Por tanto, cuando se trata
de opiniones, de formular preferencias en abstracto, la prioridad otorgada al
medio ambiente es justamente lo que cabría esperar. El comportamiento, en
cambio tanto individual como colectivo no depende sólo de los valores de
referencia sino también de intereses y deseos, de compromisos con otros
intereses en conflicto, etc.
Hay un amplio y complejo debate sobre si está produciéndose (o no) un
cambio social caracterizado por la difusión de comportamientos individuales y
colectivos más orientados hacia la defensa del medio ambiente. En algunos
casos, la emergencia de ciertos fenómenos culturales, se considera el punto de
partida para la difusión en la sociedad de creencias, prácticas, relaciones y
cambios institucionales. En otros casos, el punto e partida es más bien el
inverso: los conflictos sociales relativos al acceso de los recursos o al
impacto de la contaminación impulsan la movilización de los grupos más
negativamente afectados.
Según otro
punto de vista, también bastante
difundido, la preocupación por el medio ambiente es una parte del nuevo interés por una mejor calidad de vida.
Con un bienestar material consolidado y percibido como seguro, la gente
comenzaría a interesarse por la conservación de su entorno.
En este marco,
la preocupación por el medio ambiente, sería dependiente de la difusión de
valores postmaterialistas. El origen del ecologismo, entonces debería buscarse
por una parte en las posibilidades abiertas por las condiciones de vida en las
sociedades postindustriales y por otra, en la experiencia del deterioro en la
calidad de los ambientes naturales locales.
Si dado que en general el nivel de riqueza se corresponde con el de la escolarización, cabría esperar que la preocupación por el medio ambiente fuese mayor en los países más desarrollados lo que tampoco parece ser el caso.
5. Describe y analiza la fragilidad de las actitudes prácticas del consenso ambientalista difuso y transversal de las opiniones en favor de la preservación ecológica. Análisis de las causas y condiciones de la debilidad de las actitudes y comportamientos pro-ambientales. (Ver capítulo 7 sobre percepciones medioambientales del texto de Ernest García: Medio ambiente y sociedad, pp. 313-320, fotocopia en reprografía).
Valores,
creencias ,normas y comportamientos son categorías diferentes. En caso de
discrepancia, el punto de vista más idealista postulará que el cambio de
valores y creencias suele ir por delante del cambio de comportamientos. El
punto de vista más materialista sugerirá lo contrario: que los comportamientos
más asentados socialmente arrastran tras de sí un cambio de creencias y
valores.
Ambos puntos
de vista son demasiado esquemáticos.
Se trata de
integrar la idea del nuevo paradigma ecológico en una teoría general de la
relación entre valores y comportamientos ( Stern y colaboradores):
El modelo
valor-norma-creencia aplicado al ecologismo:
a) Diferentes
orientaciones de valor influyen de forma diferente en la configuración de
normas personales que inciden directamente en los comportamientos.
b) Las
orientaciones de valor se relacionan con las creencias básicas del nuevo
paradigma ecológico, favoreciendo o dificultando la adopción de dichas
creencias.
d) Otra
mediación importante es la creencia de que las acciones emprendidas por uno/a
mismo/a pueden ayudar a reducir la amenaza y a restaurar los valores
amenazados.
e)Son las
normas personales las que resultan relevantes, no las normas sociales, puesto
que los movimientos son fuerzas orientadas al cambio social y no pueden
construir sus bases de apoyo a partir de las normas sociales dominantes.
f) Normas del
tipo de las anteriores son la influencia más directa de apoyo a los objetivos
del ecologismo, especialmente en tres ámbitos: la ciudadanía proecologista, el
apoyo político, ciertos comportamientos en la esfera privada.
Stern señala
que conviene preguntarse, sin embargo, por qué la norma es resistente incluso
en muchas ocasiones en que ya no es asumida. Hay al menos tres factores que
contribuyen a explicar la preocupación por el estado del medio ambiente, dichos
factores son: la tendencia a descontar la preocupación, el conflicto entre
valores-normas de signo contradictorio y la inadecuacion de estructuras
institucionales.
Descontar es
devaluar. Descontar un acontecimiento es devaluarlo respecto al valor que
tendrá si ocurriera ahora, si me afectara a mí, si lo percibiera con todos mis
sentidos. Las dimensiones de los principios de descuento son: tiempo,
incertidubre, distancia, desocnexión personal e incapacidad para la sensación
directa y física.
Un caso particular de especial interés correspoden a las situaciones
en que se plantea lo que podríamos llamar un <<dilema de
concreción>>. Se produce cuando se considera deseable un determinado
objetivo pero todos los medios disponibles para conseguirlo son indeseables.
Una típica situación sería el caso de una princesa que quiere casarse pero cuyo
padre, solo le autoriza a hacerlo con alguno de los príncipes herederos de los
tres reinos vecinos. Uno es demasiado feo, otro demasiado tonto y otro
demasiado bruto. Ninguna de las oportunidades disponibles para realizar su
deseo resulta aceptable. Esto es una metáfora adecuada para la posición en que
las sociedades contemporáneas se encuentran frente a los problemas del medio
ambiente. Si se considera que el impacto ambiental de las acividades humanas es
ya demasiado grande, o que puede serlo pronto, entonces hay que a actuar sobre
alguno de estos tres factores que producen ese impacto : la población, el
consumo y la tecnología. Mejorar las perspectivas de sustentabilidad implica,
reducir la población, moderar el consumo o cambiar tecnologías más blandas o
más ecoeficientes. Ninguna de las tres vías resulta fácilmente aceptable.
Casi nadie
toleraría una regulación que limitase su derecho a decidir el número de hijos
que desea tener. Una reducción del consumo en términos absolutos sería vista
como una catástrofe en economías. Una tecnología más ecoeficiente no tiene nada
de malo, siempre que no reduzca el empleo, la competitividad, el salario, no
sea demasiado cara….
En definitiva,
muchas de las opciones posibles para un comportamiento ecológicamente benigno
aparecen poco deseables.
Se trata de
situaciones experimentadas como un doble vínculo. Una estructura de doble
vínculo es el resulado de la vigencia de dos mandamientos contradictorios, que
no pueden ser obedecidos simultáneamente. La imposibilidad de seguir negando la
gravedad de la crisis ecológica en las sociedades industriales somete a las
poblaciones a una estructura así.
De lo dicho anteriormente se desprende una consideración, que , a mi juicio conviene remarcar. Una estructura inestable e inconsistente, como la configurada por el sistema de valores, creencias, normas, comportamienos, relaciones sociales e instituciones sonre el medio ambiente en la sociedad actual, es también una estrcutura abierta a muchas posibilidades, abierta al cambio.
6. Cultura de la suficiencia. (Ver en capítulo 7 del texto: Medio Ambiente y Sociedad, Ernest García, pp. 320-326).
Existen muchos obstáculos que impiden
un cambio cultural favorable a más sostenibilidad medioambiental, entre ellos
las condiciones institucionales, los hábitos y rutinas a los que
estamos acostumbrados. La cultura a
la que apunta dicho cambio, es la que se conoce como cultura de la suficiencia.
La sostenibilidad despierta interés
porque se ha difundido la convicción de que la presión ejercida por la sociedad
contemporánea sobre los sistemas naturales que mantienen la vida, es excesiva.
Y viendo que esta presión depende de los factores población tecnologías
utilizadas y consumo, la sostenibilidad implica de algún modo un equilibrio razonable
entre el control demográfico, la ecoeficiencia y la suficiencia, de modo que la
escala, como la intensidad de la actividad económica se mantengan lo bastante
alejados de los límites naturales como para proporcionar flexibilidad al cambio
social, que es relativamente imprevisible.
Lo que sucede es que se trata de una
experiencia social de aprendizaje, por lo que comporta tanto ensayo como
errores. Por ello, se define la “cultura de la suficiencia” como
el sistema de valores, normas y
estilos de vida capaces de regular la forma de equilibrio mencionado y de
construir un significado para ella.
Existen unos principios muy generales,
que podrían ayudar a la sociedad a conectarse a una perspectiva suficiente y,
también, con la de ofrecer una guía que ayude a identificar en el presente
tanto en grupos como en prácticas sociales actuales. Siendo estos:
1) Que el número de seres humanos se
ajuste de tal forma que no sea necesario esquilmar(reducir, disminuir) el
capital natural. De modo que es necesario una reelaboración cultural del
significado de la reproducción, el envejecimiento y la muerte.
2) El avance de la ciencia y sus
limitaciones. La cultura de la suficiencia no acepta que algo se deba hacer
sólo porque técnicamente sea posible hacerlo. No se rechaza la ciencia, pero sí
se indagan sobre sus límites y reclaman sobre ciertos proyectos. Ej. Clonaciones,
ADN recombinante…
3) Más consumo no conduce a más
felicidad. La cultura de la suficiencia fluye y genera sus efectos,
fundamentalmente fuera del mercado y del estado. Se tiende a renunciar a un
incremento del bienestar a costa de la posesión y consumo de bienes y servicios
producidos por le mercado. Sin embargo, sienten más satisfacción a partir de
las funciones útiles del medio ambiente y de los intercambios no mercantiles
con otros seres
humanos. En resumidas cuentas, menos
industria y más conversación fecunda.
4) La cultura de la suficiencia
tiende a percibir los problemas actuales como manifestaciones de una
orientación básicamente mal dirigida del progreso, más que un progreso
auténtico. Lo que quiere decir con esto, es que el progreso no significa que vayamos
por el buen camino si este trae tantos daños consigo, como es la emisión de
gases contaminantes, el aumento del
CO2, la pérdida de muchos de los recursos hídricos,etc…
5) La cultura de la suficiencia
rechaza el autoritarismo, valora la participación y la solidaridad y se
cuestiona cómo adecuar la democracia política a la sostenibilidad. Por lo que
respecta a la solidaridad y la participación no hay problemática, el verdadero problema
viene cuando se plantea la “ democracia sostenible”, el porqué es claro, los ecologistas
son más proclives( se inclinan más) a posiciones libertarias o de democracia de
base. Pero también está la posibilidad de que se establezca un esquema ECOautoritarista
que podría resultar muy coherente con una visión más tecnocrática del discurso
del medio ambiente. A lo que este se refiere es a, por ejemplo, establecer un
gobiernos de sabios ecologistas
mundiales que fijen unas cantidades a extraer de recursos máximas, tasas de
emisiones de contaminantes y hacer cumplir estas pautas coactivamente (obligatoriamente).
De todos modos, el concepto de
democracia sostenible, aún está por definir consistentemente, por lo que este
punto no está definido de un modo conciso.
6) La cultura de la suficiencia
necesita de un cierto grado de descentralización y diversidad cultural. Esto es
así dado que la centralización y unificación cultural excesiva es
antiecológica.
7) La cultura de la suficiencia no
cree que, si algo es bueno, más de lo mismo sea necesariamente bueno. Esto es
algo obvio, el exceso nunca es bueno, puede llegar a ser contraproductivo, como
actualmente, la dependencia hacia el petróleo y los combustibles fósiles y su
progresivo y no muy lejano agotamiento.
En conclusión, la necesidad de
incorporar una dimensión ecológica con ciertas pautas irrebatibles a la
comprensión de la sociedad contemporánea se hizo inaplazable desde el momento
en que fue posible describir un antes y el después de un proceso de modernización
tan estremecedor; el cual nos lleva a un sentimiento de crecimiento y desarrollo
equívoco, que realmente implica un decrecimiento asombroso como bien se nombra
en el punto 4.
7. Racionalidades deficientes y dilemas de
racionalidad entre la acción individual y la colectiva (la tragedia de los
bienes comunes de Hardin y el dilema del prisionero), y su relación con los
regímenes de propiedad y la posible evitación de la tragedia del libre acceso a
los bienes medioambientales comunes.
Las actuales instituciones económicas, políticas,
culturales y sociales impulsan la civilización industrial hacia la autodestrucción
medioambiental, pero, paradójicamente, esto está ocurriendo a pesar de tener
posibilidades legislativas para el control efectivo, una alta capacidad
científico-tecnológica y unos altos niveles de información y bienestar.
Hoy es un hecho que paralelamente el aumento de
información no se haya afianzado la dimensión
normativa, ética y prescriptiva sobre lo que no debemos hacer y sobre
los que sí deberíamos hacer con urgencia para poder afrontar y evitar con
cierta eficacia los crecientes males socio-ecológicos que nos invaden por todos
los lados. Esta extraña actitud de negociación acompaña a las creencias que dan
continuidad al mito del desarrollo impulsado por las instituciones más
centrales de nuestras sociedades. Pero esto ocurre a causa del desacierto de
querer enfrentar los problemas medioambientales con las mismas engañosas
“drogas medicinales” que los generan, percibidas bajo los sesgos de los valores
culturales predominantes basados en el cálculo, la eficacia y en la simple
racionalidad instrumental o de los medios.
Diamond, un destacado previsor de como se desenvuelve
la situación actual, destaca ocho tipos de formas de destrucción medioambiental
que en el pasado fueron decisivas en el colapso de sociedades humanas y que
caracterizan la crisis ecológica en el presente: la deforestación y eliminación
de hábitats; alteración y pérdida de suelos fértiles; escasez de agua; el
aumento de población; el aumento de renta per cápita. A estos viejos y nuevos
problemas de degradación ambiental hoy día también se añaden otros deterioros
ecológicos, como pueden ser: el cambio climático, la escasez de fuentes de
energía y el agotamiento de la capacidad fotosintética de la Tierra.
Las previsiones realizadas por científicos como Thomas
Malthus fueron un jarro de agua fría contra la fe en el progreso y la
modernidad industrial. Este se refirió a un problema inherente a las relaciones
que se dan entre sociedades humanas y un planeta finito en recursos materiales,
entre la población humana, sus necesidades y deseos, y los recursos ambientales
disponibles para satisfacer el consumo y dichas aspiraciones humanas. Por lo
que, si las necesidades humanas de consumo de recursos naturales crecen
constantemente y de manera imparable en un planeta cerrado y finito en materiales,
ocurre que la presión sobre los recursos ecológicos limitados también crece y
con ello estos se reducen y degradan.
Esta idea fue refutándose con los años, en parte
apoyada por los avances médicos y tecnológicos, y en parte por la falta de
consecuencias directas a corto plazo.
Pero, realmente, hoy en día se actúa de manera
irracional situando en primer lugar el bien individual y después el bien del
ambiente. Diamond señala cuatro situaciones frecuentes que son afrontadas por
las sociedades mediante irracionalidad colectivas o racionalidades deficientes:
1.Calamidades
imprevistas: En ellas se producen los efectos antes de llegar a percibir el
problema. Este tipo de situación se atribuye más a sociedades que no tengan una
memoria histórica sobre la que basarse y, por tanto, no tengan ya una cierta
experiencia que les ayude a identificar el problema. En la sociedad actual se
tiene conocimiento del pasado pero éste es fácilmente olvidado e ignorado,
principalmente por dos causas: La confianza en los avances tecnológicos como
solución a los problemas ambientales y la búsqueda del beneficio mercantil
inmediato en lugar de mirar a largo plazo.
2.Males imperceptibles:
Cuando el problema y sus consecuencias ya está presente pero no es percibido ni
es tenido en cuenta. Diamond aporta cuatro causas a este tipo de ceguera: que
no se perciban los orígenes de los problemas ambientales, que los responsables
estén alejados del problema (cosa muy fácil con la actual globalización), que
las catástrofes ecológicas no tengan efectos inmediatos a corto plazo y que no
se tenga en cuenta cómo eran los ecosistemas antiguamente y los cambios que han
sufrido.
3.Estados irreversibles y
fracaso de tentativas: A pesar de que las sociedades disponen de medios y
recursos para eliminar o paliar el problema, muchas veces se llega en un estado
ya irreversible que no puede solucionarse.
4.Desidia colectiva:
Ocurre cuando, a pesar de percibir e identificar los problemas ecológicos, no
se trata de resolverlos de forma eficaz. Esta técnica está muy arraigada en la
sociedad actual hasta en las instituciones más importantes, a pesar de que eso
signifique un acto de irresponsabilidad y engreimiento humano. Muchas veces la
resolución de estos problemas de interés común es olvidada por el interés individual.
Hay tres formas que normalmente adopta la desidia colectiva:
–La
tragedia de los bienes comunes: Esta forma de desidia colectiva responde a una
situación que sería compatible con lo que afirmó Malthus: los recursos del
planeta son finitos y se degradan bajo las necesidades individualistas sin
posibilidad de mejora con los avances en distinto campos. Por tanto, la
tragedia de los bienes comunes alude a que el libre uso de los bienes y
servicios naturales comunes conduce inevitablemente a la sobreexplotación y a
la destrucción de dichos recursos a consecuencia de perseguir las metas
individualistas de mejora y subsistencia económica.
–Hardin plasmó esta
situación en una metáfora muy clara. Ésta tiene lugar en un prado en el que
existe un número determinado de animales de ganado y en el que está su alimento
y fuente de desarrollo, y uno ganaderos y pastores que viven de este ganado. Si
se sigue trabajando con la misma cantidad de ganado constantemente (a pesar de
que se sustituyan para comerciar con él) la situación se mantendría en
equilibrio. El problema llega cuando los ganadores y pastores aumentan el
ganado para recibir un mayor beneficio económico porque la demanda cárnica
sube. En este momento la situación sería insostenible, ya que no habría prado
para mantener a todos, lo que supondría que desaparecería también el ganado y
sus beneficios económicos. Esto significa que a partir de la libertad de cada
uno de poder utilizar los recursos, se ha llegado a una tragedia común ya que
se ha dado la ruina individual de la economía, la ruina colectiva de la
economía y la ruina del recurso natural.
–La tragedia colectiva
es producida por la suma de las acciones individuales y el libre uso de los
recursos naturales. Por esto, la solución de este problema vendría dada por el
control en el uso de los recursos naturales y con ello la sobreexplotación de
los mismos. Una solución sería unos reglamentos de propiedad adecuados que
restrinjan y privaticen el acceso a los recursos: propiedad privada, propiedad
estatal y propiedad comunal.
–El
dilema del prisionero: Este se da cuando se toman muchas decisiones que a nivel
individual son lógicas pero que causan la ruina conjunta porque a nivel común
son irracionales. Para mostrarlo se crea la metáfora del prisionero. Se imagina
que hay dos prisioneros ambos acusados por cometer el mismo crimen. La policía
les separa e incomunica para negociar con ellos y les plantea a ambos las
siguientes opciones: Si uno confiesa y el otro no, serian dos años de cárcel
para el que confiesa y 10 para el que no confiesa. Si ninguno de los dos
confiesa serían dos años de cárcel para ambos. Y si ambos confiesan serían 5
años de cárcel para cada uno.
–En un primer momento la
decisión individual más racional y lógica sería adoptar una postura que beneficiara
a los dos y no confesar el crimen, así sería la pena mínima para ambos si los
dos hicieran lo mismo. Pero realmente si se medita la respuesta, habrían de ser
irresponsables individualmente (autoinculparse ambos del crimen), optando con
ello contra los intereses particulares inmediatos para alcanzar conjuntamente y
de manera óptima los intereses que individualmente cada uno persigue de eludir
al máximo los años de prisión. La moraleja ecológica de esta metáfora sería que
se necesita un compromiso moral que ponga por delante el bien común sobre los
recursos naturales podría evitar un final desastroso para todo el mundo. Es
decir, recobrando el concepto anteriormente tratado de bienes medioambientales
comunes, éstos no tendrían que privatizarse si se adoptara una mentalidad común
de defensa de los intereses de todos y no solo los individuales.
–Situaciones
irracionales: Son aquellas que se llevan a cabo movidas por objetivos y valores
erróneos que solo pueden abocar en un daño a los recursos naturales. Un ejemplo
de estas situaciones puede ser, por ejemplo, el objetivo de mirar a corto plazo
y a favor del beneficio económico en lugar de a largo plazo por el beneficio
común de la sociedad y el entorno que lo rodea.
8. Formas de propiedad y evitación de
la tragedia de los bienes comunes de acceso libre. Lo que se puede hacer y lo
que no: límites de la acción individual, estatal e internacional ante las
problemáticas y las exigencias de la sostenibilidad.(INTRO. TRAGEDIA DE LOS
BIENES COMUNES DE LIBRE ACCESO)
Por tanto, se debería comenzar a implantar
medidas legislativas eficaces que eviten esta sobreexplotación de los recursos
comunes. A pesar de esto, a gran escala, no interesa que estas medidas salgan
adelante ya que esto significaría una limitación para las empresas y demás a la
hora de utilizar a su antojo los bienes naturales. Una de las medidas más
efectivas para evitar es el régimen de derecho de propiedad. Este derecho
otorga el poder de extraer y aprovechar ciertos recursos naturales sin posible
interferencia de los no autorizados. Además, dichos regímenes establecen una
serie de restricciones y medidas correctivas por parte de la institución bajo
la que esté el control. Existen tres formas de propiedad:
-Propiedad estatal: Con marco político y jurídico
se basa en una forma burocrática y de gestión pública de los recursos
ambientales bajo titularidad ciudadana.
-Propiedad individual: Avalada por las
autoridades estatales, los titulares son los ciudadanos u otro tipo de
asociaciones, grupos e incluso empresas, que tienen una serie de deberes y
derechos en el acceso a los recursos. En el modelo capitalista la propiedad
privada se convierte en potestad ilimitada para explotar los recursos debido a
la visión de aceptable del cambio de recursos por mercancías y dinero.
-Propiedad comunal: Es un tipo de propiedad más o
menos autogestionada pero también dentro de un marco jurídico y político que
asegura el aprovechamiento común estipulado de un recurso. Es una gestión
colectiva de los recursos en la que los usuarios delimitan el uso para que los
recursos no se destruyan. Se han dado casos de propiedades comunales
gestionadas por comunidades del mismo municipio en los que no han accedido
instituciones privadas o estatales. El principal problema es que en los últimos
años este tipo de propiedad no es promovida como, en cambio, si lo es la del
tipo individual o estatal, por lo que carece de popularidad.
Una vez explicados los tres tipos de propiedad,
cabe puntualizar que en todos existen una serie de límites que se deben
establecer para que sean realmente efectivos, ecológicamente hablando. En
muchos casos, la violación de estos límites deriva en una mala gestión de los
recursos naturales que, en un primer momento, se querían proteger:
-Límites al control estatal:
·Al crecer la burocracia en torno a la propiedad
crece también la corrupción y los favoritismos electorales y económicos en
torno al acceso a los recursos.
·Muchas veces se anteponen los intereses
individuales o la presión ejercida por grupos externos al correcto uso de los
recursos.
·Los propios gobiernos pueden ser los que
comentan el error de sobreexplotar el terreno, agotando así los recursos en él
existentes, como pasa en la metáfora de Hardin de los bienes comunes.
·Las relaciones internacionales a nivel ambiental
son prácticamente nulas, por lo que en un
momento dado es muy probable que en la gestión de estas propiedades se
antepusieran los intereses individuales a los comunes, como ocurre en la
metáfora del prisionero.
-Límites a la propiedad individual:
·La propiedad privada puede adoptar distintas
formas, como las sociedades anónimas. Las decisiones en estos casos se toman
por las élites directivas y no por los propios accionistas o propietarios. Una
lejanía así de los propietarios con los gestores favorece una destrucción
ecológica.
·No exite ninguna garantía de que los
propietarios ejerzan su poder sobre el terreno de manera ecológicamente
respetable.
· A pesar de que, en un primer momento, lo que le
interesa al propietario de los recursos es utilizarlos correctamente, puede no
ocurrir esto si se interponen otros factores, como tratos económicos.
·En los derechos de la propiedad privada no se
especifican normalmente las condiciones de uso de los recursos ambientales.
·Existen recursos ambientales que son
prácticamente indivisibles por lo que resulta muy difícil atribuir derechos de
responsabilidad y sanciones.
·La mayoría de las propiedades privadas son
concesiones de los gobiernos a ciertas entidades con una serie de ventajas más
propias del libre acceso que de la propiedad privada.
·Existen límites antropológicos a la creencia de
que el individuo es el que mejor conoce sus intereses y a que la competencia
económica es el mejor camino para lograr un bienestar de conjunto social. Esto
se discute totalmente con el dilema del prisionero. A pesar de este
ultraliberalismo se oculta que entidades privadas y gubernamentales guiadas por
la libertad individual solo puede llevar a cabo la propiedad individual siendo
socialmente excluyentes.
-Límites a la propiedad comunal:
·Se requiere el establecimiento de una serie de
límites legítimos en las actuaciones de los propietarios.
·Ocurriría algo parecido a la propiedad privada o
al libre acceso a los bienes comunes si no se establece un acuerdo para no sobreexplotar
los recursos y regular su uso.
La actual tendencia que acompaña al desarrollo y
al crecimiento económico de las sociedades industriales hace que éstas tiendan
irremediablemente a la destrucción de los recursos natuales. Por eso, ante esta
situación se plantean distintas formas de actuación de las cuales depende en
futuro de nuestro medio ambiente.
El presente que vivimos en el que estamos
sobreexplotando los recursos ambientales pone a prueba nuestra capacidad de
aprender de la memoria histórica. Es necesario para ello una revisión de los
problemas que ya se han diagnosticado en un pasado y no dejar que éstos sean
ignorados por los avances tecnológicos o el beneficio mercantil inmediato. Para
ello es necesaria una reinvención del pensamiento político para ser capaces de
poder aprender por antelación ayudándonos de nuestra historia y siendo
realistas con los recursos de los que disponemos y su capacidad de
regeneración.
Por otra parte, puede seguir utilizándose la
cultura del “siempre más” fingiendo una mentalidad proambientalista sin
corresponderse con las prácticas llevadas a cabo. Es decir, podemos seguir
moviendo coches aunque con una menor cantidad de gasolina o con biocombustibles
pero a costa de males mayores como la destrucción de selvas tropicales para
abastecerse de esta serie de cultivos. (ej Bornea y Sumatra con aceite palma)
Además, con la progresiva crisis social y
ecológica la ayuda humanitaria será cada vez menor y más selectiva, dejando así
desamparados a millones de personas que se verán obligados a convertirse en
refugiados ambientales y desplazados de sus zonas de origen. A pesar de esto,
la estrategia de seguir pensando que todo va bien mientras no afecte a nuestro
entorno local no tiene un gran futuro.
Para evitar estas acciones irresponsables que
caracterizan la sociedad actual se pueden plantear varias propuestas no
excluyentes entre ellas:
-Individualizar los problemas y las soluciones.
-Las soluciones nacionales como estrategia.
-La acción inter-estatal.
-Futuros pasados y retrospectivas anticipadas.
(completar
pequeño resumen de cada una de ellas pag.13-14)
La sociedad actual está llena de políticas de
riesgo y sesgadas percepciones del futuro guiadas por el objetivo del
desarrollo económico y no ecológico. Las amenazas que hoy en día se han creado
para el ambiente y la continuidad de las poblaciones carecen de precedentes
históricos y se acumulan a otros daños que se llevan causando en el mundo desde
tiempo atrás.
Por esto, para poder redirigir la situación se
requiere un cambio urgente en los principios organizativos, políticos,
legislativos y éticos, basado en la precaución y la responsabilidad sobre las
consecuencias de sus actos. Además de la necesidad de adoptar el concepto del
principio ético de responsabilidad ecológica se requiere adoptar otros
términos, como el Principio de Precaución. Este principio debería ser utilizado
para evaluar todo tipo de acciones y proyectos, tanto para determinar los que
se llevarán a cabo en un futuro como para evaluar los existentes, ya que muchas
veces se guían principalmente por el beneficio económico que producen y no por
sus efectos en el medio ambiente.
La aplicación de este Principio de Precaución
supone un cambio en la mentalidad que normalmente se tiene de “el que contamina
paga” o de la compensación de los daños una vez generados. Este principio trata
de anteponerse a la creación de estos daños mediante el análisis previo de las
consecuencias que un proyecto o acción puede generar, permitiendo así evitar la
aparición de los daños.
Criterios de la sabiduría y el conocimiento de la
precaución:
2. Los
criterios de precaución también han de aplicarse a la gama completa de
alternativas, incluyendo entre ellas la posible no acción.
3. En los
casos de posibles daños graves o irreversibles a los resortes básicos de la
biosfera, el gran riesgo implicado en la actividad sencillamente no es
aceptable.
4. La idea
de que el riesgo cero no existe no ha de ser un blindaje para dañar la biosfera
y el futuro, o emprender la actividad o proyecto.
5. Las
situaciones de parcial conocimiento de los daños posibles no son excusa para
llevar a cabo dichas acciones o para retrasar las técnicas que podrían
solucionarlas.
baja certidumbre en el conocimiento de los
procesos.
7. El
Principio de Precaución ha de aplicarse ante los posibles efectos nocivos
generados por la agregación de múltiples pequeños impactos, pero con
consecuencias muy grandes aunque sean imperceptibles aisladamente en cada
factor implicado.
8. El
Principio de Precaución debe aplicarse en decisiones ante el desconocimiento de
los procesos biogeoquímicos específicos implicados en las complejas relaciones
causa-efecto que puedan darse.
9. También debe aplicarse la precaución ante una
posible baja probabilidad contable de los daños más extremos e indeseables que
se pudieran producir.
Existen varias formas de introducir este
Principio de Precaución de una manera correcta:
·Participación ciudadana en sociedades de riesgo:
En primer lugar, deberían ser los posibles afectados los que deberían decidir
si exponerse al daño o no. Quizás sería conveniente establecer un principio de
cautela político y cívico ciudadana sobre el conocimiento de una realidad muy
compleja. Habría de valorarse e incorporarse en las decisiones políticas la
parte de la gran incertidumbre que el conocimiento humano tiene respecto a
ciertos asuntos, pues esto es igual de importante que las partes conocidas en
cuanto a las posibles consecuencias de los actos.
·Racionalidad tecnoburocrática de expertos: Bajo
la gran importancia que hoy en día se le da al método científico y a la opinión
de los expertos se puede esconder una errónea percepción del principio de
precaución. Éste puede entenderse equivocadamente como la demostración de que
no existen riesgos probada por estudios científicos y experimentos que
ciertamente pueden no tener en cuenta ciertos factores por lo que el riesgo no
se considera probado.
A pesar de que estos expertos también tienen la
parte de la ignorancia y desconocimiento de algunos temas, son nombrados por
las entidades públicas como encargados de cerciorar ciertos temas y sus
conclusiones son aceptadas dada a la percepción social de la verdad absoluta
del conocimiento científico. Ciertamente, sus actos no son controlados ni
demostrados por nadie, así como el
nombramiento de éstos no es consultado al resto de la sociedad.
Las conclusiones de estos expertos suele ser la
única antesala a la aprobación de muchos proyectos, sin tener en cuenta que su
actuación puede estar determinada por beneficios e intereses particulares para
no bloquear el desarrollo político.
·La ciudadanía rehén: En las decisiones que se
toman desde las altas sedes no se tienen en cuenta en ningún caso opiniones
fuera de los círculos valorados como son los antes comentados expertos en
ciertas materias. Actualmente priman las mentalidades neoliberales (prioridad
del mercado y la competitividad) y la globalización económica, lo que hace que
estos canales de comunicación con la sociedad se estrechen.
Con estas mentalidades, los poderes desprecian un
campo de otro tipo de conocimientos, como la sensatez, la convivencia con la
naturaleza, la salud… Una serie de valores que constituyen una parte
imprescindible en el campo social pero que normalmente desaparecen en el campo
político y técnico.
Los problemas medio ambientales no tienen voz por
sí mismos y debemos hablar por ellos. Muchos de los estudios de impacto
ambiental que acompañan los proyectos vienen ya marcados de antemano puesto que
son las compañías las que los encargan y guían hacia sus acciones.
Una de las soluciones a esta forma de desarrollo
sería incluir los conceptos de la perspectiva crítica de la ecología política y
la responsabilidad y acción. Deberían comenzar a exigirse frenos a las malas
gestiones y un cambio en las formas de hacer política. Ante
los poderes del maldesarrollo solo cabe instalar el Principio de Precaución y
de esta forma limitar los posibles daños causados y no cerrar los canales que
quedan abiertos de comunicación con los ciudadanos.
10. Comenta críticamente el concepto del desarrollo sostenible. (Ver texto sobre el "Desarrollo y sostenibilidad" en Aula Virtual, pp 1-5).
Actualmente se habla con mucha
persistencia de un “ desarrollo sostenible” pero, ¿ qué implica este concepto?
Este concepto no es precisamente actual, pero sin embargo ahora se usa más que
nunca y se refiere a un proceso de desarrollo socioeconómico capaz de prolongarse
en el tiempo sin minar catastróficamente la capacidad de la naturaleza de
mantenerlo.
La noción de desarrollo se asocia
ante todo a una dimensión económica , tratándose así de cómo se producen y se
distribuyen los bienes que, productos del trabajo humano, satisfacen algunas
necesidades humanas, de qué cantidades se han de producir, etc. De todos modos,
la idea que más abunda es la que dice que el desarrollo implica crecimiento.
Existen dos posturas manifiestas como
es la idea de que un crecimiento sostenible es posible sin dañar el medio
ambiente siempre que sea posible integrar sistemáticamente la consideración del
impacto ambiental en las decisiones económicas. Y otro es lo que se conoce como
propuesta “ bioeconómica” , los cuales insisten en la irreversible
degradación antrópica que implica
cualquier actividad productiva.
Estos difieren en aspectos muy claros
con respecto a la población, la provisión energética, la visión del desarrollo
sostenible entre muchas otras.
11. La teoría de la modernización ecológica y sus inconsistencias empíricas en relación a las exigencias de la sostenibilidad referidas a la escala física de las sociedades humanas, la desmaterialización y el desacoplamiento. (Ver en Aula Virtual texto: "Modernización, desarrollo y medio ambiente", pp. 8-23).
La idea de un desarrollo sustentable contiene,
implícita o explícitamente, una visión del cambio social. En la segunda mitad
del siglo XX se ha mostrado dominante: la sociología de la modernización o del
desarrollo. Los conceptos de <<modernización>> y
<<desarrollo>> no son completamente interambiables,aunque tienen
muchas cosas en común. <<Modernización>> se refiere sobre todo al
tránsito de una sociedad tradicional a una sociedad moderna, así como el
resultado de dicha transición. <<Desarrollo>> se ha referido a la
aceleración del proceso de modernización, aplicado sobre todo a los aspectos
económicos del proceso.
<<Desarrollo
sostenible>> y <<modernización ecológica>> son expresiones
que aluden a un intento de reformularlas teorías del desarrollo y la
modernización en base a la consideración de los condicionantes y límites del
medio ambiente.
El concepto de
modernización se construye mediante la comparación entre una sociedad
tradicional y otra moderna, entre un estado social de tradición y otro de
modernidad.Modernización es, entonces, un proceso a través del cual se pasa de
un estado a otro.
¿Qué es una
sociedad moderna? Supongamos que nos encontramos con una sociedad en la que la
movilidad vertical es baja, las familias son patriarcales, número de hijos
elevado, la autoridad política se basa en justificaciones tradicionales…, no
dudaremos en calificarla como “subdesarrollada”. Por el contrario, encontramos
los rasgos opuestos, movilidad vertical alta, familias nucleares, hijos poco
numerosos, autoridad política legalista…, estaremos seguros de encontrarnos
ante una sociedad moderna o “desarrollada”.
Entre los
rasgos o características que usamos para establecer la condición o el grado de
modernidad, encontramos los siguientes:
b)Hedonismo,
consumismo, secularización: el habitante de la sociedad moderna es
característicamente individualista. El principio de
<<autorrealización>> tiende a convertirse en valor dominante. Por
otro parte, este desarrollo individual aparece ligado al acceso abundante a
bienes y servicio.
c)Preponderanciade
los grupos asociativos, por ejemplo la familia continúa siendo un ámbito
primordial de relaciones humanas básicas pierde importancia como espacio de la
socialización y como unidad económica. Las formas asociativas o secundarias de
agrupación(profesionales, sindicales, ideológicas, políticas…) pasan a ocupar
un lugar preeminente.
e)
Industrialización, urbanización: característica de la sociedad moderna es la
preeminencia de las actividades económicas de industria y servicios frente a
las del sector primario(agrícolas y extractivas).
En el modelo
de <<antes y después>> de la modernización hay que distinguir la
estructura social anterior de la posterior mediante dos conjuntos de atributos
dicotómicos(agrario/industrial, rural/urbano, cerrado/abierto,
religioso/secular, familia extensa/familia nuclear,….) En la actualidad, la
sociedad se caracteriza por un cambio debido al descenso en la presencia de
atributo <<tradicionales>> y el aumento de los
<<modernos>>.
Como ya hemos
dicho, hay una estrecha conexión entre los conceptos de modernización y
desarrollo. Este último apareció en su forma contemporánea, como un programa de
extensión universal de los beneficios del progreso científico y el bienestar
material en el contexto internacional posterior a la Segunda Guerra Mundial.
Bajo la perspectiva del desarrollo, todas las sociedades del mundo
aparecen moviéndose a lo largo de un único camino con un solo sentido. En la
marcha, las posiciones de cabeza están ocupadas por las sociedades
<<avanzadas>>, que señalan las metas para las
<<atrasadas>>, <<subdesarrolladas>> o <<en vías
de desarrollo>> El imperativo universal, entones, es alcanzar a las
sociedades de cabeza o <<ponerse a la altura>> de ellas.
Un indicador
básico de la modernización ha sido un cambio en la composición sectorial de
la población activa: hay una reducción
porcentual del sector primario y ampliación del secundario en primer lugar y
luego el terciario.
La
modernización ha sido el referente principal para la sociología y los estudios
culturales, mientras que el desarrollo lo ha sido en economía y en ciencia
política.
Las sociedades
más <<atrasadas>> pasarán en
el futuro por el estado actual de las más <<avanzadas>>; es un
proceso sin final, de tal forma que no puede decirse que haya sociedades
modernas sino tan sólo sociedades más o menos avanzadas en el camino de la
modernización. Aunque todas estas proposiciones resultan afectadas por
anomalías relacionadas con la imposibilidad de extender a todo el mundo los
niveles de consumo de recursos naturales propios de sociedades más
industrializadas.
Poniendo por
ejemplo a Estados Unidos, Daly se preguntó por la
posibilidad de universalizar el consumo por persona de recursos no renovables.
El resultado fue el siguiente: la población de Estados Unidos es el 6% de la
mundial, consume el 33% de la extracción anual de no renovables. A ese ritmo
solo el 18% de la humanidad podría vivir como los norteamericanos. La
universalización implicaría un aumento del flujo anual de recursos en un orden
superior al 700%.
En las
sociedades másindustrializadas se utilizan 0’6 hectáreas por persona, en un
mundo en el que las previsiones demográficas apuntan a un horizonte de 0’2
hectáreas disponibles por persona y el en el que las prácticas agrícolas
suponen que cada año se pierdan 10 veces más que lo que se repone de forma
natural, la conclusión es que no habría suficiente tierra si todo el mundo se
alimentase con la dieta y tecnología estadounidenses.
Resulta ya muy
difícil ignorar la cuestión de si existe o no un límite a la expansión física
de las sociedades y parece razonable la aseveración de que los países
<<subdesarrollados>> no podrán pasar por el estado actual de las
economías industriales.
Hay una serie
de puntos de vista que definen el subdesarrollo como un efecto de la forma en
la quelos países industrializados obtienen su riqueza.
Además de
poblaciones desarrollados y subdesarrolladas, podemos hablar de sociedades
<<superdesarrolladas>>(que no pueden reproducir su forma de vida
sin agotar la capacidad de sostenimiento de la biosfera) y sociedades
<<infradesarrolladas>>(que podrían reproducir sosteniblemente
niveles de producción y consumo superiores a los actuales).
Se ha inentado
reformular la sociología de la modernización en <<modernización
ecológica>>cuya hipótesis básica
es que un curso de la innovación tecnológica inspirado por la ecoeficiencia
podría incrementar la productividad de los recursos. Esto generaría espacio
suficiente para que las sociedades menos industrializadas pudiesen acceder al
desarrollo sin sobrepasar loslímites naturales, y entonces se generaría un
sistema de economía industrial hoy desconocido, capaz de mantener los rasgos e
instituciones de la modernidad pero materialmente mucho más ligero. Esta
hipótesis implica por una parte, aceptar que las versiones clásicas de la
modernización resultan inadecuadas por no haber dedicado la necesaria atención
a los límites naturales al desarrollo. Esto es una <<segunda modernización>>.
La modernización ecológica como la modernización a secas tiene una dimensión
normativa y otra descriptiva. Formula por una parte, una propuesta sobre las
vías más adecuadas o más fácilmente practicables para aproximarse a un
desarrollo sustentable. Por otra parte, interpreta determinados rasgos del
cambio social en curso como señales de una efectiva orientación de las cosas en
esa dirección.
Si se acepta que la presión humana sobre los sistemas naturales o es ya excesiva o puede serlo pronto, por tanto la viabilidad de la civilización industrial depende de reducir esa presión, y para ello hay tres posibles líneas de actuación: un control demográfico(esto es reducir la población), reducir el consumo y mejoras en la ecoeficiencia( esto es satisfacer las necesidades con un uso menor de recursos naturales). De estas tres la única viable es la ecoeficiencia, la que se centra en un uso más eficiente de los recursos.
12. Los enfoques económicos del desarrollo en relación a la sostenibilidad: el del crecimiento, el del estado estacionario y el de la conservación bioeconómica. (Ver apartado en texto sobre el "Desarrollo y sostenibilidad" en Aula Virtual, pp. 5-10).
13. El paradigma de la modernización y el desarrollo, y valoración crítica de sus limitaciones. (Ver en Aula Virtual texto: "Modernización, desarrollo y medio ambiente", pp.1-7).
14. La historia de la elevación de la ?capacidad de carga? de la humanidad mediante los cambios tecnológicos para superar los límites ambientales. (Ver material en reprografía de William. R. Catton: Rebasados, pp. 49-67).
Actualmente,
estamos viviendo en un mundo sobreexplotado, y nuestro futuro será el producto
de esa realidad, por lo tanto nuestra primera tarea será crear conciencia de la
manera de haber llegado hasta aquí y la clase de futuro que conlleva.
En
primer lugar, hace millones de años atrás nuestros antepasados fueron
evolucionando en población y desarrollo de tecnologías básicas que alteraban la
capacidad de carga. Los primeros fueron los que aprovecharon el fuego para
cocinar e inventaron herramientas para cazar y recolectar lo cual hizo aumentar
la capacidad de carga derivando en la evolución-
Después
llego el manejo de herramientas por razones horticulturales por lo que se creó
el modo de vida campesino además del cazador, además supuso una una ventaja a
la hora de competir con otras tribus.
Con
la Edad de Bronce, los huesos y piedras fueron reemplazados por metales, hecho
que produjo que la población se acercara al límite de la capacidad de carga,
pero, dicha capacidad de carga, incrementó con la llegada de el cultivo en masa
(3000 a.C). Con la invención del aradose ganó en capacidad de producir sustento
y se produjo el aumento del nivel de vida de algunos y el aumento de población
comenzó a ser notable.
Seguidamente,
sobre el siglo XIV con la llegada de las armas de fuego, la capacidad de carga
aumentó indirectamente porque hizo que cambiara la naturaleza de la
organización política que a su vez modificaban las poblaciones humanas.
Llegados
a este punto, llegamos a la «Era de la Exhuberáncia´´ que comienza con el
descubrimiento del Nuevo Mundo en el que Colón descubrió decenas de miles de
hectáreas disponibles para el desarrollo de la población europea, lo que hizo
«aumentar´´ relativamente la capacidad de carga, relativamente porque dichas
tierras ya estaban ocupadas por los indios nativos por lo que hubo un
desplazamiento del etnocentrismo y las sociedades europeas, en auge económico,
desplazaron a los nativos americanos.
Entre
1650 y 1800, a pesar de la apropiación del Nuevo Mundo y Oceanía, la población
humana se duplicó dos veces lo cual provocó el cierre de la capacidad de carga,
y a partir de 1800, se puede decir que el límite de carga se vió sobrepasado
debido a la fuerte sobreeplotación causada por el cambio de vida agraria por la
vida industrializada.
La
industrialización (Revolución industrial) causó en primer lugar la
sobreexplotación de recursos agotables como carbón o petróleo a partir de una
mejor maquinaria para obtener una energía no respetuosa con el medio ambiente,
todo ello, a pesar de la aparicíon de energía renovable (solar, hídrica…)
Todo
ello supuso un grán aumento demográfico rebasando más la capacidad de carga si
cabe, y un aumento de la riqueza y la calidad de vida en determinados
estamentos sociales, y hoy en día el aumento de población de los países
subdesarrollados aumenta a un ritmo tan grande como su retraso económico.
Otro
aspecto que disminuye la capacidad de carga es la mejora de la higiene y la
creación de antibióticos, provocando una disminución de la tasa de mortalidad
pero también de la natalidad con la aparición de los métodos anticonceptivos.
Nuestra
especie ha tenido un enorme éxito evolutivo, pero dicho éxito puede ser
desastroso. El paso de la apropiación a la sobreexplotación, ha tenido un éxito
excesivo.
15. La sociedad y riesgo tecnológico (Ulrik Beck). (Ver el texto: Medio ambiente, estructura y conflicto social en Aula Virtual, pp. 10-23. O bien en texto: Medio Ambiente y Sociedad, de Ernest García, pp. 248-261).
El término“riesgo”se refiere a la exposición a
un posible daño o pérdida. Su definición incluye dos notas: que uno al menos de
los posibles resultados de una decisión sea indeseable y que haya incertidumbre
sobre cuál será el resultado efectivo.
La evaluación
de los riesgos incluye típicamente una estimación de la probabilidad de que le
resultado indeseable tenga lugar. Aunque el término “peligro”se usa a menudo
como sinónimo de “riesgo”en algunas ocasiones se establece una distinción entre
ambos, mediante la cual se identifica el peligro con el daño(con el resultado
indeseable) y se entiende por riesgo la medida cuantitativa de la probabilidad
de sufrir ese daño.
Una
característica de varias de las tecnologías desarrolladas en la segunda mitad
del siglo XX(nuclear, química y genética)es su asociación a peligros extremos
en más de un factor. Es decir, su capacidad de dar origen a nuevos riesgos
definidos por una incertidumbre muy elevada y por posibles efectos dañinos de
muy amplio alcance.
Ulrich Beck,
ha escrito: <<Uso la expresión “sociedad del riesgo” para aquellas
sociedades que han de enfrentarse a los desafíos de una posibilidad, oculta al
principio y cada vez más visible después, que ellas mismas han creado: la
autodestrucción de toda vida sobre este planeta>>La sociedad de riesgo
constituye el reverso de la seguridad proclamada por la modernización. Los
riesgos son políticos, sociales, ecológicos e individuales, y son riesgos de
nuevo tipo puesto que escapan a los intentos de conocimiento, control y
protección de las instituciones.
Dos fases
destacan en la transición anónima e imperceptible de la sociedad industrial a
la sociedad de riesgo:
Los riesgos
diseminados actúan en tres ámbitos referenciales:
básicos que se
consumen y degradan en el despliegue del propio desarrollo.
fundamentos,
orígenes y creencias sociales sobre seguridad, que si se hacen conscientes,
pueden empujar
un nuevo orden social alternativo a las condiciones de la modernización.
c) Los humanos
deben entender hoy sus vidas no liberados sino sometidos a la producción de
riesgos múltiples y sin control con alcance micro y global.
Los peligros
de la civilización tecnológicamente avanzada se diferencian de las sociedades industriales
clásicas por varias razones. Por ejemplo, en una sociedad industrial clásica, los riesgos eran los accidentes
laborales, mientras que hoy día hay un peligro de desastres causados por el
hombre. Mientras que antiguamente los acontecimientos y destrucciones eran
regionales y temporales, en las sociedades industriales del riesgo los
accidentes no son delimitables. Fallan las reglas establecidas de atribución
causal y de responsabilidad o culpa, los peligros no pueden ser del todo
controlados por medios tecnológicos, sólo minimizados. ) La ausencia de planes
eficaces contra las catástrofes que se multiplican muestra el error de tratar
los nuevos riesgos con los medios antiguos.
En resumen: el concepto de sociedad del riesgo <<describe una
fase del desarrollo de la sociedad moderna en la que los peligros, sociales
políticos, ecológicos e individuales creados por el impulso de innovación
escapan cada vez más a las instituciones de control y protección de la sociedad
industrial.>>Los viejos problemas y conflictos de la desigualdad humana
en la redistribución de los bienes, servicios y derechos se superponen a las
nuevas problemáticas generadas en la sociedad de riesgo a causa de las
contaminaciones y riesgos colectivos (nanotecnológicos, atómicos, químicos,
electromagnéticos, genéticos, ecológicos, militares)
En los delitos
ecológicos tanto las responsabilidades como el alcance exacto de los efectos
son muy difíciles de determinar.
La economía
externaliza los peligros creados por sus propios procesos de producción
descargándolos en el medio ambiente; así da paso a una nueva articulación
social en la que los mismos sistemas naturales que son contaminados por una de
sus partes(la industria química ) son reintroducidos por otras de sus partes(la
agricultura, pesca o turismo) como productos en el mercado.
Los debates
públicos acerca de las formas de tratar los residuos, de las propiedades de los
materiales utilizaos, de los procesos de producción etc…, son todavía vistos
por el mundo industrial, como una anomalía, destinada a desaparecer, pero las
cosas no son así. Responden a la naturaleza de los riesgos, que se proyectó más
allá de las puertas de las fábricas y afectan incluso a las personas que aún no
han nacido.
El movimiento
puesto en marcha por la sociedad del riesgo, se expresa en la proposición:
¡Tengo miedo! Que se suma al grito de ¡Tengo hambre!, característico de la
sociedad de clases.
Resumiendo, la
teorización deBeck, parte de la afirmación de que los riesgos derivados de las
tecnologías química, nuclear y genética son diferentes de los conocidos en
fases anteriores de la sociedad industrial. Mantiene que las instituciones
establecidas son inadecuadas para tratar con esos riesgos nuevos, lo que da
lugar a un conflicto creciente. Ese conflicto está definiendo nuevas líneas de
estructuración de las sociedades y planteando la necesidad de nuevas
instituciones y nuevas formas de articulación en los ámbitos de la
participación, la representación y el conocimiento.
Beck se coloca
en un lugar intermedio entre dos posiciones que considera extremas y a las que
denomina, respectivamente, <<naturalismo objetivista>> y
<<relativismo cultural>>. Observa frente a la primera de ellas que
los umbrales de riesgo son definidos socialmente, variando de cultura en
cultura, de grupo social en grupo social y casi de día en día. Es crítico con
la segunda porque ignora las características peculiares de los nuevos riesgos
tecnológicos y, en consecuencia, es insensible a la objetividad social de los
peligros.
Es el deseo de respirar, comer, beber, lo que se ve
amenazado por el envenenamiento ambiental y, de esta manera, las operaciones
más primarias de la vida privada se convierten en asuntos de interés público.
Se hace necesaria la Modernización Reflexiva que se trata de una toma de conciencia sobre la imprevisibilidad. . La Modernización Reflexiva frente a la Modernización Lineal de la sociedad industrial implica una nueva manera de saber y pensar que abandona la vieja perspectiva de un orden unidireccional basado en el mito del progreso de la razón occidental y ahora se reocupa por lo socionatural, por lo incierto y ambiguo, por lo contingente y por lo contextual.
16. Medio Ambiente, estructura y conflicto en los países ?en desarrollo?. (Ver el texto en Aula Virtual: Medio ambiente, estructura y conflicto social, pp. 22-31. O bien en Medio Ambiente y Sociedad, de Ernest García, pp. 262-268).
Los conflictos ambientales no pueden asociarse solo a conflictos económicos, sino más bien a los fundamentos de estos, que son la estructura social y económica que puede comprenderse a partir del acceso diferencial a los recursos naturales.
Según Durning, (un experto en esta materia) la humanidad actual está dividida en 3clases: una clase alta, consumidores, una clase media y una clase baja. El porqué hace esta clasificación es debido a que este sugiere que la articulación depende del carácter limitado de los recursos, que determina que los niveles de consumo de cada una de estas clases.
El gran problema es el reparto de los bienes y el cómo se emplean. Por ello, aquí se plantea un desafío importante para la sociología contemporánea, sobre todo a medida que los sistemas económicos se interconectan en muy distintas partes del mundo y, en consecuencia, la parte sumergida, oculta, de las islas de bienestar se hace más grande.
Un ámbito clásico de los estudios de estructura social es la conexión entre los diferentes grupos definidos de ella y la consciencia y la acción social, entre las distintas posiciones en la estructura y sus expresiones ideológicas y políticas. El libro de Gadgil y Guhaaborda este aspecto entre otros; se pregunta por las condiciones que harían posible la evolución de la estructura antes descrita sin sobreexplotar los recursos naturales ni incrementar las cifras de personas desplazadas, es decir, mitigando sus impactos ecológicos y sociales más desestabilizadores. En este sentido, es por ello que se considera conveniente reforzar los poderes locales, democratizando el uso de los recursos naturales e incorporando los costes ambientales en los precios, a fin de moderar el ritmo de explotación de los ecosistemas y de reequilibrar la relación entre el sector moderno y el de subsistencia; entendiendo que es necesario también potenciar la iniciativa privada a fin de incrementar la eficiencia y reducir las distorsiones derivadas de una excesiva burocratización, así como promover una distribución más equitativa del acceso a los recursos, la información y el poder.
Realizando un contraste entre estas condiciones con las ideologías políticas presentes en sociedades como India en vías de desarrollo, se encuentran en cada una de ellas elementos contrarios a las mismas aunque también elementos que lo favorecen como es el hecho de sacar algunos factores del ganhismo, marxismo y capitalismo liberal.
Como es el hecho de la equidad y más derechos para los segmentos más débiles, una potenciación de la empresa privada unida a una mayor responsabilidad pública en un sistema democrático y abierto. Una combinación de estas tres filosofías enfrentadas.
Otro punto es lo que se bautizó como el ecologismo de los pobres, originario de los conflictos sociales en torno al acceso a los recursos naturales y al control sobre los mismos: conflictos entre campesinos e industria sobre los productos forestales, etc...
Dado que los pobres tratan de mantener bajo su control los recursos naturales amenazados de ser tomados por el estado o por el avance del sistema de mercado generalizado.
Se han formulado 3 objeciones principales a la hipótesis del ecologismo de los pobres. En primer lugar, aunque los conflictos asociados con la captación de recursos naturales y su desvío para alimentar procesos de desarrollo son muy frecuentes, tanto en el registro histórico o como en la actualidad, la propuesta de considerarlos como el criterio fundamental de la estructuración social requeriría muchas elaboraciones de detalle y
habría de dar cuenta de un gran número de anomalías antes de poder ser considerada una teorización madura. En segundo lugar, esa hipótesis parece suponer que los pueblos y comunidades preindustriales tienen un interés definido en relacionarse con los ecosistemas de un modo sostenible. Dado que su subsistencia depende de los sistemas naturales locales, es cierto que pueden ser más sensibles a su conservación, mientras que los procesos de desarrollo pueden esquilmarlos (empobrecerlos, disminuirlos) para desplazarse a continuación a otro lugar. Es cierto también que, al valerse por lo general de tecnologías menos agresivas, el impacto ambiental de su actividad tiende a ser menor.
Sin embargo, la integración de las comunidades preindustriales con los ecosistemas locales tiene numerosos contraejemplos y, por otra parte, la tecnología no es el único factor del impacto ambiental (la presión demográfica, por ejemplo, puede acelerar la degradación de los suelo). Finalmente, si se produce un conflicto en torno al acceso a los recursos naturales, no necesariamente una de las partes tendrá una motivación
conservacionista. Es posible que ninguna de las partes la enga. En la medida en que la condición de ecologista es atribuida a los movimientos desde fuera, muchos factores causales y motivacionales que escapan a esa atribución pueden pasar desapercibidos o ser inadecuadamente valorados.