Portada » Tecnología » Soldabilidad de Metales: Guía Completa para la Unión de Materiales
En la industria, la soldabilidad de los metales es crucial. Los metales con alta soldabilidad son más fáciles de soldar y ofrecen soldaduras de mayor calidad. Por ello, es fundamental comprender las características de cada metal al elegir materiales para un proyecto. Esta guía explora qué metales se pueden soldar y los diferentes métodos empleados.
La soldabilidad se define como la capacidad de los materiales, ya sean de la misma o diferente naturaleza, para unirse permanentemente mediante procesos de soldadura. Aunque, en general, todos los metales pueden soldarse, cada uno posee características únicas, con sus propias ventajas y desventajas. Los criterios que determinan la soldabilidad incluyen el material del electrodo, la velocidad de enfriamiento, los gases de protección y la velocidad de soldadura.
Una vez seleccionados los metales, se debe determinar el proceso de soldadura adecuado. Diferentes metales requieren diferentes métodos. Algunos, como la soldadura TIG y MIG (especialmente diseñadas para acero inoxidable y aluminio), exigen mayor práctica y habilidad que otros.
La SMAW es uno de los métodos de soldadura más comunes. Requiere una máquina de soldar, un electrodo adecuado, un casco de seguridad, pinzas y el metal de soldadura. Este método funde una barra de metal con un recubrimiento de fundente que previene la contaminación por oxígeno. La SMAW se utiliza para soldar acero, hierro, aluminio, cobre y níquel.
A diferencia de la SMAW, la GMAW no utiliza un revestimiento en la varilla del electrodo. En su lugar, la pistola de soldadura dispersa un gas de protección contra contaminantes. Es el proceso de soldadura industrial más común y se puede usar para acero, hierro fundido, magnesio y otros metales.
En última instancia, no existe una respuesta única para determinar qué metales y métodos de soldadura utilizar. Lo ideal es investigar qué metales son los más adecuados (y rentables) para su proyecto y luego elegir el estilo de soldadura acorde a sus habilidades.
Existen diversos metales que se pueden usar en trabajos de soldadura. En términos de soldabilidad, los materiales comunes se clasifican en:
Los metales se expanden y ablandan al calentarse, lo que permite su uso en diferentes aplicaciones. La soldabilidad de los metales y aleaciones depende de su resistencia eléctrica. Una buena soldadura se basa en los materiales utilizados.
Estos metales se sueldan con intensidades bajas y tiempos de corriente altos, como el acero, el metal más soldable y utilizado en la historia de la soldadura.
Se sueldan a altas intensidades y tiempos de corriente cortos, como el aluminio, el cobre y sus aleaciones.
Contienen hierro como componente principal y se caracterizan por su alta resistencia a la tensión y dureza.
El acero, un metal maleable, resistente, versátil y buen conductor de calor y electricidad, se puede utilizar en cualquier proceso de soldadura. Su principal desventaja es su peso y susceptibilidad a la oxidación. Las combinaciones de carbono y acero son comunes. Un mayor contenido de carbono aumenta la resistencia y templabilidad del acero, pero reduce su soldabilidad. El acero tiende a oxidarse, por lo que es importante mantener la soldadura limpia.
El hierro fundido, producto de la primera fusión del hierro en altos hornos, contiene grandes cantidades de carbono y silicio, lo que lo hace frágil. Es difícil de soldar, requiere una temperatura muy alta y precalentamiento con soplete oxiacetilénico para evitar inestabilidad. No se recomienda para aficionados.
No contienen hierro en su composición. Se dividen en tres grupos principales:
El aluminio, el tercer elemento más común en la corteza terrestre, puede ser más complejo de soldar que el acero, pero se logra con experiencia y la técnica adecuada. La soldadura de aleaciones de aluminio puede ser un desafío incluso para soldadores experimentados.
El acero inoxidable es una familia de aleaciones de cromo (Cr) con hierro (Fe). La soldadura es el método más común para unirlo. A pesar de su compleja composición química, se suelda fácilmente con la técnica adecuada (TIG o MIG). Es resistente a la corrosión, pero de alto coste.