Portada » Ciencias sociales » Sociología: Ciencia Incómoda, Reveladora y Crítica
La sociología posee todas las propiedades que definen a una ciencia. Hace mucho tiempo que la sociología ha salido de la prehistoria. Es una disciplina muy dispersa, desde varios puntos de vista. Esto explica que tenga el aspecto de una disciplina dividida, más parecida a la filosofía que a las otras ciencias.
La sociología tiene el privilegio de verse constantemente confrontada con el problema de su carácter científico. Al sociólogo se le interroga sin cesar, y él se interroga e interroga sin cesar. ¿Es la sociología una ciencia crítica?
¿Por qué la sociología en particular crea problemas? Porque revela cosas ocultas y a veces reprimidas.
¿Por qué es decisivo que haya una frontera entre la sociología y un periodismo crítico? Porque existe una diferencia objetiva. No es una cuestión de honor. Hay sistemas coherentes de hipótesis, conceptos, métodos de verificación, todo aquello que se suele vincular con la idea de ciencia.
¿Por qué no decir que es una ciencia, si lo es? Son científicas, lo cual significa que son «políticas», esto es, suscitadas por el «interés», la «pasión», y por lo tanto relativas y relativizables.
Una de las mayores dificultades se encuentra en el hecho de que sus objetos son los que se ponen en juego en las luchas; las cosas que se ocultan, que se censuran, por las cuales uno está dispuesto a morir.
La sociología confronta sin cesar al que la practica con duras realidades; desencanta desde dentro y desde fuera, no ofrece ninguna de las satisfacciones que busca la adolescencia en el compromiso político.
La sociología interviene en asuntos que son importantes socialmente, esto plantea el problema de su «neutralidad» y su «objetividad».
La particularidad del sociólogo es tener como objeto los campos de lucha: el de la lucha de clases, el campo mismo de las luchas científicas. El sociólogo ocupa determinado capital económico y cultural en el campo de las clases; como investigador dotado de un determinado capital específico en el campo de la producción cultural y en el subcampo de la sociología.
La sociología de la sociología no es una «especialidad» sino una de las condiciones primarias de una sociología científica. Una de las principales causas de error en la sociología reside en una relación no controlada con el objeto, o para ser más exactos, reside en el desconocimiento de todo aquello que en la visualización del objeto proviene del punto de vista, es decir, de la posición que se ocupa en el espacio social y en el campo científico.
Las posibilidades de contribuir a la producción de la verdad dependen de dos factores principales que están ligados a la posición que uno ocupa: el interés que se tiene en saber y hacer saber la verdad y la capacidad de producirla.
Si la sociología no avanza con mayor rapidez, al igual que la ciencia social en general, ello se debe quizá en parte al hecho de que estos dos factores tienden a variar en razón inversa. Cuando el sociólogo logra producir algo de verdad, no lo hace a pesar de tener interés por producirla, sino porque le interesa. No hay una inmaculada concepción; no habría muchas verdades científicas si hubiera que condenar tal o cual descubrimiento, a pretexto de que las intenciones o los procedimientos de los descubridores no eran muy puros.
Los «intereses» y las «pasiones», nobles o bajas, solo llevan a la verdad científica en la medida en que vienen acompañados por un conocimiento científico de lo que los determina y de los límites que imponen al conocimiento.
En la sociología, toda proposición que contradiga una toma de posición política, choca con intereses sociales, con los intereses de los que son dominantes, cómplices del silencio y del «buen sentido».
Estaba basada fuertemente en valores e intentaba definir cómo debían ser las relaciones sociales y las buenas sociedades, más que cómo eran realmente y cómo funcionaban. El pensamiento social abarcó problemáticas centradas en la mejor organización social y del poder. Durante el Renacimiento, se desarrolló una concepción social utópica en la que los pensadores describieron e imaginaron cómo deberían ser las ciudades perfectas.
La sociología aparece promediando el siglo XIX en un contexto de profundos cambios sociales, económicos y políticos que transformaron a las sociedades occidentales después de la Revolución Industrial y la Revolución Francesa. Ambas presentan la disolución de las sociedades tradicionales.
Estos cambios comienzan a prepararse en Europa a partir del siglo XV. Las sociedades feudales van debilitándose y se van extinguiendo el trabajo y los vínculos serviles, que representaban una lealtad incondicional al señor feudal a cambio de la protección. El poder feudal se debilita y el disperso en diferentes feudos tiende a concentrarse en un centro de poder, que da origen a los estados-nación.
Al comienzo de la era moderna cabe destacar la creciente importancia de la burguesía, el nacimiento de la clase obrera, el crecimiento urbano debido a la migración desde el campo a la ciudad y la consecuente concentración de la población en el surgimiento y luego la consolidación de los gobiernos republicanos y la expansión del comercio internacional. Los descubrimientos de nuevos territorios de ultramar como América; la teoría copernicana, que demostró el movimiento de la tierra alrededor del sol; los descubrimientos e inventos como el telescopio físico de Galileo contribuyeron a cambiar las ideas sobre el mundo predominantes hasta ese momento. Se pasó de una concepción geocéntrica a la concepción del sistema solar. La utilización del telescopio representó una innovación fundamental en el conocimiento científico.
El surgimiento de esta nueva visión significó la necesidad de la experimentación para apoyar los nuevos conocimientos y la necesidad de contar con instrumentos que ayudaran a observar esa realidad. La invención de la imprenta por Gutenberg significó la ruptura del monopolio de la información que predominaba en la sociedad medieval.
La difusión de nuevos conocimientos dio lugar al surgimiento de la ciencia moderna.
La concepción científica conduce al análisis y la comprensión de los fenómenos naturales y sociales mediante la observación, la demostración y la experimentación, en lugar de atribuirlos a causas sobrenaturales. Estas concepciones se encuentran asociadas al proceso de secularización de las sociedades modernas. La secularización es el fin de la fuerte influencia de la iglesia en todos los ámbitos de la vida social de esa época y llevó a las personas a actuar de acuerdo con una nueva centralidad de la razón.