Portada » Biología » Sistema Nervioso y Digestivo: Guía Completa
Las células de glía, a diferencia de las neuronas, no transportan mensajes eléctricos por sí mismas. Su función principal es servir de apoyo físico a las neuronas, actuando como proveedoras de nutrientes. Además, en contraste con las neuronas, las células gliales pueden dividirse y reproducirse. Existen dos tipos principales de células gliales:
Son células de pequeño tamaño que actúan como defensa del Sistema Nervioso Central (SNC) con actividad fagocítica.
Son células de mayor tamaño, entre las que destacan:
La sinapsis es la unión especializada entre la terminación del axón de una neurona y otra célula. El axón, una única prolongación nerviosa que puede alcanzar gran longitud, se ramifica al final de su trayectoria, y cada rama termina en un ensanchamiento denominado botón sináptico. La transmisión sináptica es el proceso de propagación de los impulsos nerviosos desde una neurona a otra célula, donde la información debe atravesar esta unión intercelular. Esta transmisión está constituida por los siguientes elementos:
El tálamo está formado por dos masas de sustancia gris (cuerpos celulares de las neuronas) que conectan los dos hemisferios cerebrales. Sus paredes forman parte del tercer ventrículo. Actúa como un centro intermedio de comunicación entre el cerebro posterior y la corteza cerebral, tanto para la información sensorial como para las señales motoras.
El Sistema Nervioso (SN) constituye el centro de recepción de los estímulos del entorno y es el encargado de elaborar las respuestas adecuadas a estos.
El cerebelo, también conocido como»árbol de la vid», se conecta al bulbo raquídeo mediante los pedúnculos cerebelosos. Posee dos hemisferios cerebelosos unidos por un lóbulo intermedio y presenta gran cantidad de pliegues. Recibe información sensorial y envía mensajes motores esenciales para:
La alimentación es el acto consciente y voluntario de tomar alimentos e introducirlos en el cuerpo. Por otro lado, la nutrición es la adquisición externa de materia y energía a través de los nutrientes que componen los alimentos. En el proceso de nutrición, se toman alimentos, se digieren y se liberan sus nutrientes, que llegan a las células, donde se utilizan para obtener energía y los materiales necesarios para mantener la vida. La nutrición es consecuencia de la alimentación, y el estado nutricional dependerá de los alimentos que componen la dieta.
Su función principal es el aporte de energía, produciendo 4 kilocalorías por gramo. Constituyen el combustible que el organismo consume de forma cotidiana. De hecho, el cerebro utiliza la glucosa como su principal fuente de energía. En los alimentos, los glúcidos se pueden encontrar como:
Son los monosacáridos y disacáridos. El monosacárido principal es la glucosa; otros son la fructosa y la galactosa. Los disacáridos son moléculas que proceden de la unión de dos monosacáridos. Por ejemplo:
Son moléculas que proceden de la unión de más de diez monosacáridos y se llaman polisacáridos. Algunos polisacáridos, como el almidón, presente en patatas, harina y legumbres, son fáciles de digerir y cumplen perfectamente con la función energética de los glúcidos.
Son nutrientes muy energéticos, produciendo 9 kilocalorías por gramo. Además de la función energética, tienen una importante función estructural. Aunque un gramo de grasa representa más del doble de kilocalorías que un gramo de hidratos de carbono, para las células, la glucosa es el combustible exclusivo. Por eso, las grasas pasan por procesos metabólicos de transformación hasta convertirse en glucosa.
El metabolismo comprende la cantidad de reacciones químicas que ocurren en las células, en las que se utilizan los nutrientes para obtener energía, formar tejidos nuevos y sintetizar sustancias. El metabolismo cumple cuatro funciones específicas:
El catabolismo comprende las reacciones en las que los nutrientes se degradan a sustancias más sencillas, liberando energía que se almacena en forma de ATP. En el catabolismo de un glúcido se distinguen tres etapas sucesivas:
En el catabolismo de un lípido, primero se produce una hidrólisis, apareciendo glicerina y ácidos grasos. Los ácidos grasos, mediante la llamada β-oxidación, se van rompiendo y liberando moléculas de dos carbonos, los acetil-CoA, que se incorporan al ciclo de Krebs, donde continúan la misma ruta que se ha explicado para los glúcidos.
La boca es una cavidad limitada hacia el exterior por los labios, que contiene:
Las funciones de la saliva son variadas e importantes:
Es un tubo de unos 3 cm de diámetro y hasta 7 metros de longitud, con músculo liso en sus paredes. Toda su superficie interna está formada por microvellosidades, que aumentan la superficie de absorción de nutrientes. En la pared interna también se encuentran las glándulas intestinales. Funcionalmente, se distinguen tres zonas: duodeno, yeyuno e íleon, que comunica con el intestino grueso.
Su diámetro es mayor que el del intestino delgado. También se encuentra plegado y sus paredes poseen músculo liso. Puede llegar a medir 2 metros de longitud y se divide en tres partes:
Producen la saliva, que contiene enzimas digestivas y cumple funciones de humectación, limpieza y protección de la mucosa oral.
Producen el jugo gástrico, compuesto por:
Es la glándula más voluminosa del cuerpo humano. Se localiza en la parte derecha de la cavidad abdominal. Sintetiza la bilis, que se almacena en la vesícula biliar.
Es una glándula alargada, situada debajo del hígado y detrás del estómago. Participa en funciones endocrinas (producción de hormonas como la insulina) y exocrinas, produciendo el jugo pancreático que vierte al duodeno.
Producen el jugo intestinal que se vierte en el intestino delgado para la digestión.
Contiene enzimas que actúan sobre los tres tipos principales de nutrientes:
Contiene enzimas que completan la digestión de nutrientes:
La defecación es el proceso biológico de eliminación de las heces. Después de haber pasado por el intestino delgado y grueso, el quimo ya es materia fecal, por lo que se almacena en el colon para luego desecharse. Hay varios esfínteres que controlan la salida de las heces. Cuando se acumula suficiente materia fecal en el recto, el sistema nervioso parasimpático relaja el esfínter interno del ano, lo que provoca la constricción refleja del esfínter externo y la tensión del músculo elevador del ano. La relajación voluntaria del esfínter externo permite la salida de las heces.