Portada » Economía » Sistema Financiero Español: Componentes, Mercados y Supervisión
La principal función del sistema financiero de un país es la intermediación. Consiste en captar el excedente de los ahorradores (unidades con superávit) y dirigirlo hacia los prestatarios (unidades con déficit) para que puedan llevar a cabo sus inversiones productivas.
El sistema financiero de un país se compone de los siguientes elementos:
Los mediadores se limitan únicamente a poner en contacto a demandantes y oferentes de ahorro, pero no crean nuevos productos financieros. Por otro lado, los intermediarios crean nuevos productos financieros, y su presencia da lugar a operaciones de financiación indirecta entre ahorradores e inversores.
Los productos financieros son títulos emitidos para captar financiación por las unidades económicas que tienen déficit. Suponen un pasivo financiero para los emisores que los colocan y un activo financiero para los poseedores que los adquieren.
Ejemplos:
A mayor riesgo, mayor rentabilidad y menor liquidez.
La principal diferencia es que los activos primarios no son transformados; son directamente colocados entre los ahorradores. En cambio, los activos secundarios son modificados para hacerlos más atractivos, ajustando el tipo de interés y cambiando las condiciones.
Los títulos de deuda son activos financieros de renta fija. Son bonos negociables que incorporan un derecho crediticio, permitiendo al emisor financiar inversiones a través de su colocación en el mercado de capitales. Son creados genéricamente y emitidos en masa, otorgando idénticos derechos a todos los de su misma clase. Cuentan con un vencimiento y son amortizables. Ejemplo: Bonos del Estado.
Los títulos de patrimonio son participaciones y acciones que representan una fracción del capital de una sociedad limitada o anónima. Son perpetuos, y los compradores se convierten en socios de la empresa. Se pueden vender en cualquier momento. Ejemplos: Acciones ordinarias y acciones preferentes.
Un mercado financiero es el mecanismo o lugar a través del cual se intercambian activos financieros y se determinan sus precios.
Sus principales funciones son:
Los mercados monetarios intercambian dinero y algunos activos financieros a corto plazo y de alta liquidez. Los mercados de capitales, en cambio, intercambian activos financieros con vencimiento a medio y largo plazo.
El mercado interbancario es un mercado donde las entidades de crédito de la Eurozona se prestan dinero entre sí a plazos muy cortos.
El Euríbor es el tipo de interés medio que se aplica en los mercados interbancarios para grabar sus operaciones. Se determina por la oferta y la demanda, pero también influye el tipo de interés marcado por la intervención de muchos bancos europeos.
En el mercado primario se negocian activos de nueva creación (ejemplo: subasta de deuda pública). En el mercado secundario se compran y venden activos que ya están en circulación (ejemplo: Bolsa de valores).
En los mercados libres, la regulación oficial es escasa, y los agentes deciden libremente las cantidades y los precios. En los mercados regulados, la regulación incide de forma importante en el comportamiento del mercado, limitando los volúmenes de las operaciones y determinando los precios.
Los intermediarios financieros son agentes especializados en la mediación entre ahorradores y demandantes de fondos.
Sus funciones son:
Los intermediarios financieros monetarios (bancos y entidades de depósito) crean dinero bancario, que es totalmente líquido y se acepta como medio de pago. Los intermediarios financieros no monetarios (aseguradoras e instituciones de inversión colectiva) realizan una función de mediación, y sus pasivos no se consideran dinero.
El margen de intermediación es la diferencia entre los intereses cobrados en las operaciones de activo y los intereses pagados en las operaciones de pasivo; es decir, el beneficio de los bancos.