Portada » Historia » Segunda Guerra Mundial: Batallas Clave y Frentes de Combate
La Batalla de Inglaterra no fue una única batalla, sino una serie de operaciones aéreas libradas sobre el cielo británico y el Canal de la Mancha. Durante casi cuatro meses, Alemania intentó destruir la Royal Air Force (RAF) para obtener la superioridad aérea necesaria para la invasión de Gran Bretaña (Operación León Marino). Este intento de la Luftwaffe por dominar los cielos británicos es considerado una de las campañas más importantes de la primera mitad de la Segunda Guerra Mundial. El objetivo principal de Hitler y la Wehrmacht era neutralizar la RAF antes de la invasión. Los objetivos secundarios incluían la destrucción de la producción de aeronaves, infraestructuras terrestres, y aterrorizar a la población británica para forzar un armisticio o rendición. También se buscaba atacar áreas de interés político.
Mientras el presidente Franklin D. Roosevelt buscaba la entrada de Estados Unidos en la guerra del lado de los Aliados, el Congreso se oponía. Estados Unidos brindaba apoyo logístico a los aliados, similar a la Primera Guerra Mundial. Los barcos de la Real Armada Británica repostaban armas, alimentos y medicinas en puertos americanos. La armada alemana intentaba impedirlo con submarinos y acorazados, como el famoso Bismarck.
La Operación Barbarroja fue el nombre en clave de la invasión de la Unión Soviética por las fuerzas del Eje. Esta operación abrió el Frente Oriental, el teatro de operaciones más grande de la guerra y escenario de las batallas más brutales del conflicto en Europa. Las ciudades, como Slomensko, fueron los principales objetivos de ataque.
El sitio de Leningrado, liderado por von Leeb, fue un intento alemán de tomar la ciudad (actual San Petersburgo). Los soviéticos prepararon una compleja defensa, camuflando edificios históricos y colocando explosivos en el subsuelo. Hitler, ante la dificultad de mantener a una población enemiga de más de 3 millones de habitantes, ordenó el sitio para forzar la muerte por hambre y frío. El sitio duró casi 900 días, sometiendo a la población a una lucha extrema por la supervivencia, incluyendo actos de antropofagia y canibalismo. Cientos de miles de personas murieron de frío y hambre, consumiendo desde palomas y gatos hasta ratas.
La Batalla de Stalingrado fue un sangriento enfrentamiento entre las fuerzas alemanas y soviéticas por el control de la ciudad (actual Volgogrado). Con bajas estimadas entre tres y cuatro millones de personas, incluyendo soldados y civiles, es considerada la batalla más sangrienta de la historia. Los alemanes la llamaron «Rattenkrieg» (guerra de ratas). Tras desviar fuerzas de la operación Fall Blau hacia Stalingrado, Hitler desencadenó intensos combates urbanos. En noviembre de 1942, una contraofensiva soviética atrapó al 6º Ejército Alemán, que fue aniquilado cien días después. La negativa de Hitler a abandonar la ciudad, punto de entrada a la región petrolera del Cáucaso, causó la muerte de cientos de miles de soldados y más de un millón de civiles rusos.
La Batalla de Kursk fue una serie de brutales enfrentamientos entre julio y agosto de 1943. Las tropas de la Wehrmacht, recuperadas pero agotadas, lanzaron su último gran ataque en el Frente Oriental, concentrando sus fuerzas acorazadas y armamento moderno. Tras la victoria soviética en Stalingrado, el Ejército Rojo lanzó ofensivas que obligaron a los alemanes a evacuar el Grupo de Ejércitos A del Cáucaso. En Kursk, los alemanes agotaron gran parte de sus reservas de tanques y sufrieron importantes bajas humanas. Kursk marcó el inicio del avance soviético hacia Berlín.