Portada » Filosofía » Santo Tomás de Aquino: Filosofía, Teología y Pensamiento
Santo Tomás de Aquino fue un filósofo y teólogo medieval nacido en Nápoles que se caracterizó por tener una visión realista y empirista de la realidad. Vivió en una época en la que la Iglesia controlaba la sociedad y la cultura. Siguió la filosofía escolástica, una corriente filosófica de corte aristotélico que defiende que las ideologías clásicas y tradicionales son las únicas válidas.
Sus obras cumbres son: Suma contra los Gentiles (cuatro libros) y la Suma Teológica.
Santo Tomás de Aquino defiende el Creacionismo, una teoría que considera que el mundo y el tiempo han sido creados por Dios de la nada. Siguiendo la teoría aristotélica, Santo Tomás afirma que estos seres contingentes tienen esencia o potencia de existir, y existencia o acto de existir. En cambio, en el caso de Dios, puesto que es un ser necesario, su esencia implica su existencia. Asimismo, Aquino hará una jerarquización entre los diferentes seres, estableciendo entre ellos grados de perfección, de modo que los seres serán más o menos perfectos en tanto que sean más o menos parecidos a Dios. Santo Tomás criticará el Argumento Ontológico de San Anselmo, un argumento que dice que el hecho de que el ser humano tenga en la mente ideas eternas e inmutables, como la de belleza, por ejemplo, es debido a que un ser también infinito y perfecto ha puesto estas ideas en nosotros, esto es, Dios. Aquino comprende que llegar al conocimiento de la existencia de Dios para el ser humano es ardua tarea, pues una proposición puede ser evidente por sí misma pero no para nosotros. Para ello, propondrá dos modos de llegar a la demostración: a priori y a posteriori. La demostración a priori, que parte de la causa al efecto, es rechazada, pues no se puede partir de lo que se quiere demostrar. La demostración a posteriori, con influencia del método inductivo aristotélico, que parte del efecto a la causa. Estos argumentos se denominan las cinco vías, y siguen un mismo esquema común: de algo observable se deduce la existencia de Dios.
Santo Tomás distingue dos tipos de conocimiento: la fe y la razón. Estos dos elementos del conocimiento poseen las siguientes características:
El proceso de conocimiento consta de los siguientes pasos:
La teoría antropológica tomista es claramente influenciada por la aristotélica. Tomás considera que el hombre está compuesto por dos elementos: cuerpo y alma. El alma necesita del cuerpo para poder desarrollar sus funciones o partes, ejercer la sensación, formar ideas, y se une y beneficia de él. Las funciones o partes del alma son:
La ética tomista es eudemonista y teleológica, es decir, sostiene que el objetivo del hombre es la felicidad, entendiendo por felicidad el conocimiento beatífico de Dios, al cual se llega mediante la virtud, es decir, el término medio.
Aquino sostiene que los actos humanos están guiados por la ley natural (iusnaturalismo), unas normas morales por las que el ser humano ha de hacer el bien y evitar el mal. De este precepto se derivan otros en relación a las facultades del alma:
Santo Tomás considera que el alma racional del hombre solo puede desarrollarse en sociedad, ya que el ser humano es un ser social por naturaleza. Puesto que los preceptos de la ley natural son demasiados generales, deben ser concretados por la ley positiva, una prolongación de la ley natural que respeta a ésta y que son el conjunto de leyes que permiten al ser humano vivir en sociedad. Asimismo, se requiere un gobierno que vertebre y dirija a los seres humanos para que lleguen a su fin. Tomás considera que la sociedad perfecta es aquella que está supeditada a la Iglesia. La mejor forma de gobierno son la monarquía, la aristocracia y la democracia, las cuales se degradan, respectivamente, en tiranía, oligarquía y demagogia.