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3. EL PENSAMIENTO DEL AUTOR
1. Teoría del conocimiento. (Teoría de la iluminación divina)
El objetivo de su pensamiento no fue elaborar una teoría del conocimiento de un modo ordenado y estructurado, sino llegar a la verdad.
San Agustín no se plantea si es posible llegar al conocimiento sino cómo poder acceder a ellas. Su respuesta será a través del alma. En ella se descubren las verdades, reglas o razones eternas que permiten juzgar a las cosas sensibles, es decir, el alma descubre la verdad que hay en ella pero no la crea, no es el resultado de un proceso perceptivo que parte de la información sensorial.
Agustín está defendiendo el método introspectivo, el mismo que en el suelo V a.C. Fuera defendido por Sócrates. Su «platonismo» se ve reflejado en la idea de que el hombre debe ir más allá de las cosas sensibles y de sus imágenes para alcanzar los inteligibles que no son otros que las ideas contenidas en la mente divina. Son los modelos arquetípicos de lo mutable, contingente y plural. El mundo eidético de Platón son las ideas de Dios y a partir de ellas creó el mundo. El cristianismo acepta al dualismo del mundo de Platón.
Dios es la única realidad trascendente, inmutable y eterna, es la essentia de la existencia y, por tanto, anterior a ésta.
De esta manera, San Agustín niega los tres principios que Platón había establecido como explicación del origen del mundo sensible (la materia preexistente, el demiurgo y las Ideas), para así poder establecer no sólo a Dios como única realidad y verdad trascendente sino también al dogma de la creación: Dios creó el mundo a partir de la nada. Y comparte con Platón la necesidad de que el alma se libere de las ataduras de las sensaciones para, por sí misma, poder ascender epistemológicamente hasta la contemplación de lo incorpóreo, fuente de sabiduría. La menté del hombre es sobrenatural, la beatitud, la visión de Dios. San Agustín encontró en el platonismo doctrinas que le sirvieron para exponer el pensamiento cristiano.
¿Cómo llega el hombre a la verdad eterna inmutable e incorpórea? San Agustín recurre a su teoría de la iluminación: Dios pone en el alma las verdades eternas y gracias a su ayuda o iluminación el intelecto las descubre. Las verdades necesarias y eternas se hacen visibles para lamente humana gracias a la actividad de Dios. La luz del sol hace visibles al ojo los objetos sensibles, de la misma manera que la iluminación divina hace visibles las verdades eternas e inmutables a la mente.
El hombre no conoce directamente las verdades eternas, no percibe directamente la esencia divina, sino que lo qué aprehende serían una especie de imágenes o reflejos de los objetos inmutables por la gracia de Dios. Conocer a Dios es el objetivo agustiniano porque él es la causa ejemplar y suprema del mundo.
De esta forma San Agustín rechaza la transmigración y reencarnación del alma y en su lugar establece la teoría de la iluminación.
Para San Agustín razón y fe son cosas distintas pero que trabajan conjuntamente, en íntima colaboración. La razón tiene que descubrirla en su interior pero para ello necesita la ayuda de la fe; Dios ilumina la mente del hombre, que es mutable, finita y temporal. Como en Platón, se llega a ellas independientemente de la experiencia y sólo la razón es capaz de lograrlo. La razón iluminada por la fe llega junto a ella a la verdad. Hay que creer lo que Dios revela para comprenderlo. Si se parte de la creencia; el hombre podrá desarrollar el conocimiento, «Crede ut intelligas. La razón para Agustín de Hipona, puede preceder a la fe no para justificar o demostrar las verdades, reveladas sino para decir que es razonable la creencia; la razón prepara para la fe, intellege ut credas. Hay que creer para poder entender. Pero el entender también puede seguir al creer como una prolongación del conocimiento fideista.
Aunque se defienda una mutua colaboración o conciliación entre fe y razón, San Agustín establece, como se puede apreciar en todos sus escritos, que la verdadera religión y la verdadera filosofía es el Cristianismo. No distingue entre fe y razón.
La prueba que justifica la existencia de Dios es aquella que parte de los contenidos de la razón. Esta capta en su interior verdades necesarias e inmutables y, por tanto, el pensamiento reconoce que esas verdades son superiores a él, que le trascienden y gobiernan. Pero estas verdades han de tener un sustrato que no es el intelecto por ser mutable ni los sentidos porque reflejan lo corpóreo, luego su fundamento es la Verdad misma, Ia necesidad e inmutabilidad de Dios.
Dios es la esencia inmutable que el cambio exige como causa. Contiene eternamente en sí los modelos arquetípicos de todos los seres posibles y a partir de los cuales se juzga y valora el entorno en todos sus diferentes aspectos. Estos modelos son ideas, increadas y consustanciales a Dios.
San Agustín no tuvo como intención elaborar una prueba sistemática acerca de la existencia de Dios, sino más bien recordar a los cristianos lo que ya se había escrito en las Sagradas Escrituras, lo que hace es enunciar un hecho reconocido: que Dios es la verdad y que sólo en él el hombre alcanzará la felicidad.
Dios posee en sí las esencias de todas las cosas que creó. Dios es y posee en si las rationes de todas las cosas, están presentes en su intelecto desde toda la eternidad.
Dios creó el mundo a partir de la nada, por un acto de libre voluntad divina. En consecuencia, todas las criaturas dependen esencialmente de Dios. Para crear el mundo, Dios no ha tenido más que decirlo lo ha querido y lo ha hecho. De una sóla vez a hecho existir la totalidad. Si esto es así, ¿cómo se explica el surgir de hechos futuros? Surge la teoría de las ratios es seminales: todos los seres futuros han sido producidos desde su origen junto con la materia pero en forma de gérmenes que deben aún desarrollarse en el transcurso del tiempo, según el plan divino.
1. Dios ha creado el mundo por su palabra en un solo instante.
2. Las especies son inmutables, son las ideas divinas consustanciales a Él, a partir de las cuales y junto con la materia creó el mundo corpóreo. Los entes futuros también se crearon en el mismo instante en forma de gérmenes o semillas.
3. Dios es absolutamente trascendente; no forma parte del mundo y no se tiene que insertar en la temporalidad para crearlo.
Si Dios es Sumo Bien, ¿cómo se explica la existencia del mal en el mundo? El hombre es libre de volverse á Dios ó apartarse de Él. Pero solamente alcanzará la felicidad en su uníón con el Bien inmutable. Esto solamente lo conseguirán aquellos que reciban la gracia de Dios. Creador sino la voluntad creada que se aleja del Bien inmutable. Las faltas morales son causadas por el mal uso que el hombre hace de su libre albedrío.
Al realizar un tratamiento del proceso histórico, se está incluyendo una concepción del tiempo que choca con la noción temporal utilizada por el mito, tiempo cíclico. La historia va a tener un principio y un final: la llegada del reino de los cielos. Hay un progreso que implica que el sentido del tiempo se encuentra en el futuro y que el presente es sólo un medio para llegar a él. Por tanto, el cristianismo establece una concepción lineal del tiempo histórico.
Lo realmente importante se decide en la eternidad, en el plan creador de Dios y éste se desarrolla en la historia, en el tiempo lineal. El sentido de la historia se halla en la Ciudad de Dios que a su vez es su fin y está presente en el interior del creyente. Este fin histórico ya está prescrito desde toda la eternidad. En consecuencia se podría afirmar que no hay presente, ni pasado, ni futuro, sólo eternidad.
La conducta humana puede estar guiada por dos principios: por el amor a Dios y a las verdades por él reveladas, o por el amor a uno mismo, al mundo corpóreo. De aquí se deriva la idea de la existencia de dos ciudades, que actualmente se encuentran unidas la ciudad de Dios o celestial (formada por aquellos hombres que desean vivir y viven conforme a las principios divinos; que aman a Dios), y la ciudad terrena (formada por aquellos hombres que viven según sus deseos y apetencias corporales). Estas dos ideas son ideas morales y espirituales, no se corresponden con ninguna organización real. En el presente, las dos ciudades se hallan mezcladas, pero al final del transcurso y del progreso histórico serán separadas y constituidas distintamente. Sólo entonces los ciudadanos serán felices y obraran con justicia porque serán guiados por un Estado Cristiano. San Agustín establece la superioridad de la Iglesia frente al Estado porque éste debe tomar sus principios de aquella. Defendía la sumisión del derecho civil a las leyes y mandatos de la Iglesia. Supeditación del poder temporal al poder espiritual.