Portada » Lengua y literatura » Romanticismo: El Movimiento Artístico del Siglo XIX
El Romanticismo es el movimiento artístico por excelencia en Europa en la primera mitad del siglo XIX. Su aparición fue progresiva, iniciándose en Alemania con el movimiento Sturm und Drang (“tormenta e ímpetu”), siguiendo en Inglaterra y Francia, e implantándose de manera tardía en España.
España vivía un momento histórico convulso, con la Guerra de la Independencia y los reinados de Fernando VII e Isabel II. Es tras la muerte de Fernando VII que se inicia este periodo artístico, comenzando su fin en 1850, momento en el que podemos hablar de una etapa posromántica.
El Romanticismo surge como rebeldía frente a los valores impuestos por la burguesía y a una sociedad que no les permitía sentirse libres. Surge como reacción a los rígidos valores neoclásicos, presentando el sentimiento como la base para la creación artística, en contraposición a la razón del siglo anterior. Los románticos defienden la libertad como única regla, la imaginación, la pasión…
El escritor romántico desprecia la realidad que le rodea y es por eso que, por una parte, se rebela y, por otra, huye. La rebeldía se refleja en la crítica a las costumbres existentes y en la reivindicación de personajes marginales, como piratas o reos de muerte. La huida o evasión explica que escogieran lugares exóticos para situar sus obras (como Oriente) y épocas remotas (especialmente la Edad Media).
Los autores analizan concienzudamente sus sentimientos, fundamentalmente la melancolía, la soledad o la tristeza.
El escritor romántico refleja su sentir en la naturaleza: bosques tenebrosos, jardines abandonados, crepúsculos, tormentas… También escogen ambientes tétricos (cementerios, mazmorras, monasterios…) con el mismo fin.
Estudian las tradiciones y defienden el uso de las lenguas autóctonas.
La libertad creativa se refleja en la mezcla de géneros y el uso de personajes estereotipados (sin complejidad psicológica).
La poesía es el género más destacado de este movimiento. Es en la lírica que los poetas se sienten libres para expresar sus sentimientos. Utilizan imágenes cargadas de exotismo, cuidan la sensorialidad de sus creaciones, hablan de sus ilusiones, su tedio, su melancolía… También se refleja la ausencia de reglas en la métrica, empleando todo tipo de estrofas y versos (especialmente los heptasílabos y endecasílabos), tendiendo al uso de formas populares, como el romance.
El tema por excelencia es el amor, un amor apasionado, imposible, que hace que el poeta se sienta desgraciado. Se tratan también otros temas como la preocupación religiosa o la muerte.
Entre las distintas tendencias, destaca la poesía narrativa, por ejemplo, la obra Romances históricos del Duque de Rivas, o las leyendas en verso de José Zorrilla.
En la primera generación romántica destaca el poeta José de Espronceda (1808-1842), símbolo del movimiento romántico por su actividad literaria, política (tuvo que exiliarse en 1827) y amorosa. En Lisboa se enamoró de Teresa (la protagonista de su famoso “Canto a Teresa”), con la que viajó a Inglaterra y Francia. Al regresar a España, su relación sufrió varias rupturas hasta que ella lo abandonó. En su obra sobresalen dos poemas largos: El estudiante de Salamanca (extenso poema que narra las aventuras del donjuán Félix de Montemar, que seduce y abandona a Elvira, provocando su muerte. Siguiendo después a una misteriosa mujer, don Félix contempla su propio entierro y es conducido a una mansión donde descubre que la misteriosa mujer es el esqueleto de Elvira con quien Félix se casa antes de morir) y El diablo mundo (poema inacabado, cuenta la historia de un anciano que recupera su juventud, es en este poema que se incluye, en un aparte del resto, el mencionado “Canto a Teresa”). Escribe, además, una serie de Canciones, poemas en los que el ideal de libertad se materializa en personajes marginales, como en su famosa Canción del pirata, en la que aparecen los versos “que es mi barco mi tesoro, que es mi Dios la libertad, mi ley la fuerza y el viento, mi única patria la mar”, que resumen el sentir general de los poetas románticos.
Ya en la etapa posromántica, destacan Rosalía de Castro y Gustavo Adolfo Bécquer. Rosalía de Castro (1837-1885) fue una escritora bilingüe, que escribió en castellano y en gallego. Desempeñó un papel relevante en el renacimiento de su lengua y su cultura. Rosalía, hija ilegítima, pasó su niñez en aldeas gallegas, lo que le hizo acercarse al mundo rural gallego…