Portada » Otras materias » Riesgos Laborales en Seguridad: Estructurales, Equipos, Ambiente y Organización
Los espacios de trabajo son aquellos donde el trabajador normalmente desarrolla su tarea, aunque también deben tenerse en cuenta las zonas de acceso, las de tránsito o las de servicio. Una buena señalización y mantener el orden y la limpieza en el lugar de trabajo contribuyen a evitar accidentes.
Elementos que el trabajador utiliza y que él mismo puede trasladar a otro lugar. Se dividen en:
Elementos fijos que utiliza el trabajador en el desarrollo de su tarea (tornos, taladros, prensas, sierras).
Elementos móviles o fijos destinados al transporte. Para evitar accidentes, el manejo de equipos requiere estar bien adiestrado, utilizar la herramienta apropiada en cada caso y tener especial atención en su manipulación.
Los elementos que pueden ser perjudiciales para nuestra salud aumentan cuanto mayor es el contacto o la exposición a ellos. Estos elementos pueden clasificarse en agentes físicos, químicos y biológicos. En muchas ocasiones, no podemos detectar el riesgo a simple vista, y pueden ocasionar daños irreparables en nuestra salud.
Movimiento transmitido al cuerpo humano por estructuras sólidas.
La radiación es una forma de transmisión de energía.
Los agentes químicos, de origen natural o artificial, están presentes en el ambiente laboral en forma de gases, aerosoles, nieblas, polvo, etc. Las consecuencias son muy diversas, y sus efectos dependen de la dosis recibida y de su toxicidad. Pueden provocar enfermedades profesionales y accidentes laborales en casos de dosis muy altas.
Los agentes biológicos son seres vivos o estructuras biológicas que pueden infectar o dañar nuestro organismo. Provocan enfermedades profesionales. El riesgo de padecer estas infecciones es alto en los trabajos relacionados con el ganado y en los hospitales y centros de salud. Enfermedades más habituales: tuberculosis, paludismo, enfermedades de la piel, de los pulmones, de los intestinos, etc.
La consecuencia más importante de la carga de trabajo es la fatiga, la disminución de la capacidad física y mental de un trabajador después de haber efectuado una tarea durante un tiempo determinado. La fatiga crónica produce bajo rendimiento e incluso el llamado envejecimiento prematuro.
La jornada de trabajo, los turnos, el tipo de tarea, el ritmo de trabajo o el estilo son factores que, combinados con las características psicológicas de los individuos, producen alteraciones en los trabajadores. Para la OIT, las alteraciones pueden ser activas (dan lugar a situaciones agresivas) o pasivas (como resignación, apatía, ansiedad, etc.). Las características individuales del propio trabajador, su edad y sexo determinan en qué medida le afectan estos factores sociales.
Las principales alteraciones que sufre un individuo derivadas de la organización de su trabajo son conocidas como la insatisfacción laboral y el estrés.