Portada » Historia » Reyes Católicos: Unificación territorial, religiosa y política
La unión entre Isabel I de Castilla y Fernando II de Aragón en 1469 supuso el origen de la Monarquía Autoritaria (concedida por el Papa). Este matrimonio no llevó a la unificación territorial, pero sí dinástica (Concordia de Segovia 1475) y política, con cinco objetivos: control de la nobleza y el clero, reforzamiento del poder real, unificación peninsular, unidad religiosa y proyección al exterior. El Imperio de los Austrias se asentaría sobre las bases del estado autoritario de los Reyes Católicos.
En 1469 Isabel y Fernando se casan con el fin de garantizar su subida al trono. Fernando hereda el trono aragonés tras la muerte de su padre Juan II en 1479. Isabel fue coronada reina de Castilla en 1474 tras vencer a los partidarios de Juana (hija de Enrique IV) en Toro y Albuela. Al terminar la guerra en 1479, ambos soberanos quedaron reconocidos como reyes mediante el Tratado de Alcaçovas-Toledo, siendo aceptados por Portugal.
Los RRCC querían imponer su autoridad a la nobleza y el clero, por ello, los vencieron por las armas quitándoles parte del patrimonio que antes les había sido cedido. Si bien, fueron misericordiosos y les dieron poder económico consolidando los señoríos y su poder en la Mesta. Por otro lado, las Leyes de Toro (1505) generalizaron la institución del mayorazgo.
Los RRCC introdujeron una serie de reformas para reforzar su autoridad.
-Control de las Cortes: Desde las Cortes de Toledo (1480) estas perdieron importancia: los representantes fueron elegidos por los reyes y fueron convocadas en contadas veces, solo para cobrar impuestos u ofrecer juramento al rey.
Instituciones nuevas: Se crearon con el fin de controlar a la nobleza y a las oligarquías urbanas. Figura del virrey y Consejo de Aragón. El primero era un delegado real en cada reino y el segundo era el órgano consultivo de la Corona y actuaba como Tribunal Supremo.
Los RRCC intentaron completar la unión política de toda la Península.
Los reyes se ayudaron mutuamente en la política exterior.
La convivencia entre las religiones era pacífica hasta la llegada de los RRCC. Los judíos, que eran una minoría muy poderosa y odiada por las masas populares, fueron perseguidos en los llamados progroms. Finalmente, en 1492, fueron obligados a convertirse o a marcharse. La mayoría optó por emigrar. Los musulmanes también sufrieron una gran presión por parte del Cardenal Cisneros. Finalmente, también fueron obligados a convertirse y a repartirse por Castilla y el Levante, recibiendo el nombre de moriscos.
El matrimonio entre Isabel I de Castilla y Fernando II de Aragón supuso el reforzamiento del poder de la Corona, ahora convertida en Monarquía Autoritaria. Los RRCC fracasaron en su último intento de unión definitiva. Las muertes del príncipe heredero Juan y de la princesa Isabel y de su hijo, supusieron la llegada al trono de Juana y su esposo Felipe “el hermoso”. Con la muerte de Felipe e incapacitada Juana para gobernar, llega al trono Carlos de Habsburgo. Esto conllevará la llegada de los Austrias, que conducirán a los reinos hispánicos hacia una política hegemónica en Europa y con ello hacia interminables guerras que acabarían agotando a Castilla.