Portada » Lengua y literatura » Resumen de Capítulos Clave de Don Quijote de la Mancha
Don Quijote está enfermo; el cura y el barbero van a visitarlo. El ama de llaves y la sobrina llaman al cura y al barbero para ver si ha sanado. Le cuentan algo que había pasado hace mucho tiempo, y él contesta como si fuera de esa época. El cura le habla del Turco, que con su ejército viene a atacar; entonces, Don Quijote les da consejos, como que tienen que llamar a todos los caballeros andantes para vencer al Turco. El barbero narra un cuento que sucedió en Sevilla sobre un loco internado en un manicomio que afirmaba no estar loco, sino que su familia lo había encerrado allí para robarle su dinero. Los empleados del manicomio le preguntan al rector por qué no verifican si es verdad. El capellán del manicomio habla con el loco durante una hora, y este le demuestra que no está loco, no dice ninguna incoherencia. Le conceden el permiso de salida, y el capellán lo lleva a despedirse de sus amigos locos. Cuando va a saludar a uno de ellos, este se enoja y dice que él es «Júpiter» y que, como castigo, ordenará que no llueva durante tres años. El loco licenciado (el que está por irse) le responde que él es «Neptuno» y que hará llover todas las veces que quiera. Ahí se dan cuenta de que seguía loco y se queda internado. Don Quijote termina la conversación hablando y valorando a los caballeros de los libros de caballerías.
Se escuchan gritos: son la sobrina y el ama, que no quieren dejar pasar a Sancho Panza porque dicen que, por culpa de él, Don Quijote sale a vivir aventuras. Sancho les dice que no es él, sino culpa de Don Quijote, que lo llevó engañándolo con la promesa de nombrarlo gobernador de la primera ínsula que conquistaran. Don Quijote les ordena que lo dejen pasar. El cura y el barbero se van resignados, dándose cuenta de que seguía loco. Don Quijote se enoja con Sancho porque dice que los dos salieron juntos, vivieron aventuras juntos y ahora le echa la culpa a él. Don Quijote hace una comparación: ellos dos son como partes del mismo cuerpo; Don Quijote es la cabeza por ser el amo, y Sancho las otras partes, de modo que cuando a Don Quijote le pegan, a Sancho le duele. Don Quijote le pregunta a Sancho qué se dice de él. Sancho le responde que todo el mundo lo tiene por loco: loco pero gracioso, valiente pero desgraciado; y a Sancho, por tonto. Aparece Sansón Carrasco, un bachiller, y cuenta que se ha publicado un libro llamado «El ingenioso hidalgo Don Quijote de la Mancha», donde se narran todas las aventuras que tuvieron. Lo escribió un tal «Cide Hamete Benengeli». Don Quijote deduce que es árabe porque «Cide» en árabe significa «Señor». Le pide a Sancho que traiga al bachiller.
Llega el bachiller Sansón Carrasco. Don Quijote le pregunta quién es el autor, y le responde que es «Cide Hamete Benengeli». Dice que en el libro se le nombra como un famoso caballero andante, se cuentan todas sus aventuras, el libro circula por toda España y también se nombra a su amada «Dulcinea del Toboso». Narra TODAS las aventuras. Sancho pregunta si también se mencionan los golpes que él recibió. El bachiller le pregunta a Sancho si de verdad creyó que Don Quijote lo iba a nombrar gobernador. El bachiller le cuenta a Don Quijote que dentro del libro hay una novela intercalada llamada «El curioso impertinente». A muchos les gusta la historia principal, pero otros critican al autor por olvidar detalles, como quién le robó el asno a Sancho y otros pormenores omitidos.
(Narrado por Cervantes) Estando en Toledo, Cervantes ve a un muchacho vendiendo unos cartapacios y papeles viejos. Uno de ellos está escrito en caracteres árabes. Por curiosidad, busca a un morisco aljamiado para que se lo traduzca. Al empezar a leer, el traductor se ríe. Cervantes le pregunta el motivo, y el traductor le dice que al margen había una nota sobre Dulcinea del Toboso. Cervantes se da cuenta de que es la historia de Don Quijote. Compra todos los papeles al muchacho y encarga la traducción completa. En la primera hoja estaba dibujada la batalla de Don Quijote contra el vizcaíno. El capítulo retoma y concluye la aventura interrumpida: las señoras del coche le piden a Don Quijote que perdone la vida al vizcaíno. Don Quijote accede, pero le impone al vizcaíno la condición de ir al Toboso, presentarse ante Dulcinea y contarle la hazaña, dejando que ella decida si lo perdona.
Sancho le reclama a Don Quijote la ínsula prometida. Don Quijote le responde que tenga paciencia. Sancho expresa su temor de que el vizcaíno los denuncie a la Santa Hermandad. Don Quijote le asegura que él es un caballero andante y que los caballeros nunca van presos, ya que tienen fuero propio. Sancho, que no sabe leer ni escribir, desconoce esas leyes caballerescas. Sancho le pide a Don Quijote que se cure la oreja herida en la batalla. Don Quijote le habla entonces del «Bálsamo de Fierabrás», un remedio mágico mencionado en los libros de caballerías. Le cuenta que este bálsamo lo cura todo, incluso heridas mortales, y que algunos caballeros han resucitado gracias a él. Sancho, entusiasmado, dice que renuncia a ser gobernador si le da la receta del bálsamo. Don Quijote se niega a dársela todavía. Don Quijote propone buscar un castillo para alojarse esa noche y preparar el bálsamo. Sancho le ofrece comida, pero Don Quijote responde que los caballeros andantes pueden pasar hasta un mes sin comer, considerándolo un honor. Aclara que, aunque pueden ayunar, también pueden comer cuando tienen oportunidad. Sancho saca de sus alforjas algunas provisiones. Finalmente, duermen al raso.
Sancho ha sido nombrado gobernador de la «ínsula Barataria» (en realidad, parte de las tierras de un Duque que se burla de él y de Don Quijote). Durante su gobierno, debe resolver varios casos judiciales:
En la playa de Barcelona, Don Quijote se encuentra con el Caballero de la Blanca Luna. Este caballero le desafía, afirmando que su dama es más hermosa que Dulcinea del Toboso. Le exige a Don Quijote que confiese esta verdad; si no, lucharán. Las condiciones son: si gana el Caballero de la Blanca Luna, Don Quijote deberá retirarse a su aldea por un año, sin ejercer de caballero andante. Si gana Don Quijote, la vida y las armas del vencido quedarán a su merced. Don Quijote responde que nunca ha oído hablar de él y que seguramente el caballero jamás ha visto a Dulcinea. Con el permiso del Virrey de Barcelona, se disponen a luchar. El Caballero de la Blanca Luna derriba fácilmente a Don Quijote. Vencido, Don Quijote acepta cumplir la condición: volver a su hogar por un año. El Caballero de la Blanca Luna le perdona la vida. Ayudan a levantar a Don Quijote, maltrecho y abatido.
Don Antonio Moreno sigue al Caballero de la Blanca Luna para descubrir su identidad. Resulta ser el bachiller Sansón Carrasco. Este revela que, sabiendo de la locura de Don Quijote, ya había intentado hacerle volver a casa disfrazado como el Caballero de los Espejos, pero Don Quijote lo venció en aquella ocasión. Tras esa derrota, planeó este segundo encuentro como el Caballero de la Blanca Luna, logrando ahora su objetivo. Don Quijote, cumpliendo su palabra, emprende el camino de regreso a su aldea.
Don Quijote llega a su aldea, enfermo y abatido. Cae en cama y, en su lecho de muerte, rodeado por sus amigos (el cura, el barbero, Sansón Carrasco), Sancho, el ama y la sobrina, recupera la cordura. Se da cuenta de los disparates cometidos bajo la influencia de los libros de caballerías.
Pide confesarse y hacer testamento. Declara que él ya no es Don Quijote de la Mancha, sino Alonso Quijano, «el Bueno». El cura lo confiesa y un escribano anota sus últimas voluntades:
Abomina de los libros de caballerías y pide perdón a sus amigos. Finalmente, Alonso Quijano muere.