Portada » Magisterio » Respuesta Educativa a la Diversidad en Educación Infantil: Modelos de E-A
En este apartado, es preciso recordar los principios metodológicos en los que se sustenta la Educación Infantil, los cuales facilitan la respuesta educativa a la diversidad del alumnado. Con carácter general, se recomienda el paradigma constructivista, así como los sistemas de enseñanza individualizada y de trabajo cooperativo.
Además, para enseñar en diversidad se destacan:
Las estrategias metodológicas utilizadas adecuadamente permiten ofrecer una respuesta educativa adaptada a todos y cada uno de los alumnos.
Muy importante. Implica desarrollar en el alumnado la capacidad de planificar el tiempo de trabajo de forma autónoma y eficaz. La acción del docente puede generar dependencia o promover autonomía. En definitiva, se trata de que cada alumno autorregule su conducta y aprendizaje. Se pretende que cada alumno sea consciente de lo que tiene que conseguir, el esfuerzo que tiene que dedicar y el tiempo que debe invertir. Así, potenciamos la responsabilidad personal, el aprender a aprender y la autonomía. En el plan de trabajo debe plasmarse la tarea a realizar en un tiempo concreto, lo que se pretende, los pasos que debemos dar, materiales, exigencia que comporta el trabajo, alternativas de decisión para el alumno y criterios de evaluación. Se trata de que cada alumno sepa qué y cómo va a trabajar, de qué va a ser evaluado y cómo.
No es la suma de las aportaciones individuales de los componentes del grupo, sino el resultado de la sinergia producida por ellos. Es un proceso complejo que permite aprender a construir con las ideas de todos y elaborar a partir de la comprensión e integración de las aportaciones de los demás. Con estos métodos, se anima a los estudiantes para que trabajen juntos en tareas académicas. El aprendizaje se realiza teniendo como fundamento la interacción entre compañeros, permitiendo el intercambio de ideas, experiencias y modos de percibir la realidad. Permiten ser aplicados en grupos numerosos y heterogéneos, y ofrecen flexibilidad de aplicación en distintos niveles.
El trabajo cooperativo ofrece ventajas para atender a la diversidad:
Para que el aprendizaje cooperativo resulte eficaz es necesario tener en cuenta:
Basada en la potencialidad que tiene la ayuda que pueden prestarse los alumnos entre sí. Los alumnos son un valioso recurso para el aprendizaje que no es suficientemente aprovechado por los docentes. Ha demostrado ser muy útil para atender a la diversidad y para dar respuesta a aquellos que presentan necesidades específicas de apoyo educativo. Quienes participan en actividades de tutoría entre compañeros desarrollan aspectos importantes (iniciativa propia, liderazgo…). También desarrollan confianza en sí mismos. La tutoría con inversión de roles es muy interesante, pues en ella el propio alumno con necesidades específicas de apoyo educativo es el que realiza las funciones de tutor. La tutoría entre iguales se constituye como una de las mejores formas de afianzar el aprendizaje porque posibilita que lo que el alumno ha aprendido se lo explique a otro, dándole la oportunidad de consolidarlo y aprenderlo mejor. El profesor debe organizar las parejas de forma que puedan desarrollar la tarea sin bloqueos ni dificultades añadidas.
Estrategias que cubren todos aquellos aspectos relacionados con destrezas y habilidades de convivencia social. Permiten plantear situaciones y acontecimientos para que se produzca una interacción social. Tiene la ventaja de que la provocación puede ser llevada a cabo tanto por un alumno como por el profesor. Están dirigidas a los alumnos que, aun teniendo las destrezas sociales necesarias para la integración, no las usan, así como para aquellos alumnos integrados que no son aceptados por sus compañeros debido a que no interactúan con ellos. Puede utilizarse el rol-play, técnicas de dramatización, trabajo de dilemas…
Consiste en plantear el trabajo en el aula de modo globalizado entre varias áreas y/o algún tema transversal en torno a la resolución de problemas que interesa. Potencia la motivación del alumnado, responde a diferentes ritmos de trabajo y permite enfoques diferentes. Además, se parte de los conocimientos previos del alumno y de su nivel de competencia curricular, integra actividades teóricas y prácticas, y permite la utilización de técnicas diferentes y de las tecnologías de la información y la comunicación. Las dificultades se resuelven en el momento que surgen.
Para lograrlo es necesario elaborar un plan y obtener un resultado; en su elaboración es conveniente seguir unas fases: