Portada » Filosofía » Renacimiento y Filosofía Cartesiana: Revolución Científica y Método
Durante los siglos XVI al XVIII, se gestó una nueva concepción del conocimiento científico, marcando el inicio de la ciencia moderna. Se abandonaron las explicaciones religiosas para comprender los fenómenos naturales, adoptando una visión mecanicista del universo, entendido como una máquina susceptible de ser descrita mediante matemáticas y experimentación.
Descartes define la sustancia como aquello que existe por sí mismo y se conoce por sí mismo, estableciendo una correspondencia entre el orden del conocimiento y el de la realidad.
Según Descartes, la sustancia es «Una cosa existente que no requiere más que de sí misma para existir», aplicable principalmente a Dios.
Cogito ergo sum, «pienso, luego existo», es la primera verdad indudable para Descartes. A través de la duda metódica, llega a la conclusión de que, aunque todo lo demás pueda ser falso, la propia existencia del pensamiento es incuestionable.
Esta verdad es evidente por su claridad y distinción, resistiendo incluso la duda escéptica. Es el fundamento sobre el cual Descartes reconstruye la filosofía como ciencia.
Descartes ideó el método cartesiano para discernir entre ideas verdaderas e inciertas. Aplicable a cualquier tema, se compone de cuatro reglas:
No admitir como verdadero nada que no sea evidente.
Dividir los problemas complejos en partes más simples para facilitar su resolución.
Reconstruir el conocimiento desde lo simple a lo complejo, integrando las partes analizadas.
Revisar todo el proceso para asegurar la ausencia de errores u omisiones.