Portada » Geografía » Relieve, hidrografía y vegetación de España
La Meseta se sitúa en el centro de la Península Ibérica, en las comunidades autónomas de Castilla y León, Comunidad de Madrid, Castilla-La Mancha, la mitad este de Extremadura y el suroeste de Aragón, y está ligeramente inclinada al océano Atlántico. Es una extensa llanura cuya altura media es de unos 650 m. Es lo que queda del antiguo Macizo Hespérico surgido en la Orogénesis Herciniana, arrasado por la erosión antes de iniciarse el Mesozoico y convertido en zócalo. Dicho zócalo apenas sufrió alteraciones durante la era secundaria, pero sí fue afectado por los movimientos de la orogenia alpina. Los empujes levantaron el zócalo y lo bascularon hacia el oeste. Como está formado por rocas silíceas, poco plásticas, ante los empujes orogénicos no se plegaron sino que se fracturaron. En los lugares donde se fracturó dio lugar a una tectónica de bloques levantados y hundidos. Las fosas se rellenaron de sedimentos y los bloques levantados originaron sistemas montañosos.
La vertiente atlántica es la más extensa de la península. Agrupa a los ríos gallegos (Tambre, Ulla, Miño), los grandes colectores de la Meseta (Duero, Tajo y Guadiana), y el de la depresión Bética (Guadalquivir). Los ríos atlánticos se caracterizan por su gran longitud (excepto los ríos gallegos), ya que nacen en montañas alejadas de su desembocadura. Discurren por extensas llanuras, en un ambiente climático mediterráneo con una marcada aridez estival, que se traduce en un régimen irregular, dulcificado por el aporte de sus afluentes. Los ríos gallegos (Tambre, Ulla, Miño y Sil) son cortos y de caudal abundante y regular. El río Duero es la cuenca más extensa de la Península. El río Tajo, en la Submeseta Sur, es el río más largo de la Península. El río Guadiana, también en la Submeseta Sur, es un río de caudal pobre e irregular. El río Guadalquivir recorre la depresión Bética.
Cursos fluviales cortos que nacen en la Cordillera Cantábrica. Gran fuerza erosiva y carácter torrencial. Caudal abundante y regular, con un régimen de alimentación pluvial y pluvio-nival. Los ríos vascos (Bidasoa, Nervión) son los más regulares. Los cántabros y astures (Pas, Besaya, Sella, Nalón, Narcea, Navia) tienen una gran potencia erosiva. El salto del Nervión es la cascada de mayor altura de España.
La vertiente mediterránea es la segunda de mayor extensión después de la atlántica. Cursos de pequeña o mediana longitud, cuencas reducidas, y pronunciadas pendientes en sus cabeceras. Clima mediterráneo: pobreza del caudal y gran irregularidad, con frecuentes crecidas y acusados estiajes. El río Ebro es una excepción en la vertiente mediterránea: río largo, de caudal abundante y régimen pluvio-nival. Los ríos catalanes (Ter y Llobregat) son cortos y caudalosos. Los ríos levantinos (Mijares, Turia, Júcar y Segura) tienen cuencas pequeñas, caudal pobre y gran irregularidad interanual. Los ríos meridionales (Almanzora y Guadalhorce) son muy cortos, rápidos e irregulares.
Región floral mediterránea. Formaciones vegetales características: bosque perennifolio y matorral (maquia, garriga y estepa). Formaciones xerófilas adaptadas a la sequía estival.
Bosque natural esclerófilo y perennifolio. Especies adaptadas a la aridez: hojas perennes, pequeñas y endurecidas (coriáceas); troncos de corteza gruesa; raíces profundas. Especie más representativa: encina. En zonas más húmedas: alcornoque. Formaciones de pinares (repoblación).
Se extiende por el resto del territorio peninsular y Baleares. Aridez estival, precipitaciones escasas e irregulares. Temperaturas: aumentan de norte a sur. Subtipos:
Temperaturas cálidas todo el año. Amplitud térmica muy reducida. Acusada aridez, con precipitaciones muy escasas en las zonas bajas. En las montañas, las precipitaciones pueden llegar a los 1000 mm en las vertientes de barlovento.