Portada » Filosofía » Relación de locke con la actualidad
Tema central, el rechazo de la monarquía absoluta. La monarquía absoluta es el estado de naturaleza.
En los posibles conflictos entre un monarca absoluto y sus súbditos no existe ningún juez al que apelar. Por tanto, la monarquía absoluta no es un estado.
95. Tema central, el consentimiento como origen del Estado. El estado no surge de ninguna imposición sino de la decisión libre de los ciudadanos de renunciar a su poder ejecutivo
96. Tema central, el gobierno reside la voluntad de la mayoría. El resultado del pacto es la constitución de un pueblo o cuerpo político, y este decide siguiendo la voluntad de la mayoría. Solo así la comunidad puede tomar decisiones en una u otra dirección.
97. Tema central, la necesidad de sometimiento a la mayoría, por parte de todo ciudadano, esto significa, que todo ciudadano tiene que aceptar el criterio mayoritario porque el propio pacto así lo establece. De este modo no someterse sería igual que permanecer en estado de naturaleza. Sin sometimiento a la mayoría el pacto queda sin sentido.
143. Tema central, el poder legislativo y su funcionamiento. El poder supremo del estado es el legislativo cuya función es elaborar leyes. El desempeño de sus funciones no exige que este poder esté permanentemente activo. Esto permite salvaguardar el bien común frente a los intereses particulares de los propios legisladores.
144. Tema central, la separación de los poderes legislativo y ejecutivo. A diferencia del poder legislativo, el ejecutivo siempre tiene que permanecer en activo, pues la ejecución y aplicación de las leyes es constante.
145. Tema central, las relaciones exteriores continúan en estado de naturaleza. El pacto que da lugar al estado solo compromete a quienes lo aceptan. Por tanto, las relaciones del Estado con los otros estados u hombres siguen el estado de naturaleza.
146. Tema central, el poder federativo: las relaciones internacionales. El poder federativo es el responsable de las relaciones del estado con los otros estados o con los individuos que no pertenecen a el.
Locke es optimista con respecto a la naturaleza humana, pues cree que el hombre es un ser razonable y que la libertad es inseparable de la felicidad. Participa de los ideales de la Ilustración y defiende al ser humano y concibe la razón como última y mejor guía de nuestro conocimiento y de nuestra conducta.Sostiene y defiende la ley natural frente a la ley divina generadora de un sistema completo de derechos y deberes humanos.El pensamiento político de Locke hay que situarlo en la lucha contra el absolutismo político en la Europa de los siglos XVII y XVIII, donde hay cambios sociales vez se produce un debate político y una reflexión teórica sobre el origen y fundamento del poder del Estado. Las monarquías absolutas buscaban su fundamento en las doctrinas del origen divino del poder que otorga al monarca todo el poder del estado. En contra de estas teorías surgen la teoría del contrato social según la cual el poder proviene de la voluntad de los hombres que dotados de razón deciden constituirse en sociedad y dotarse de una autoridad legítima. Esta idea de contrato social evoluciónó con distintos autores, y en ella aparece la distinción entre estado de naturaleza y estado de sociedad o contrato social, como dos conceptos teóricos para describir el proceso histórico mediante el cual las sociedades humanas se han ido dotando de un conjunto de normas y leyes que regulen la convivencia. Thomas Hobbes (1.588 _ 1.679, Leviatán) defiende un contrato social que da lugar al absolutismo político pues los hombres, mediante un pacto, entregan todo su poder a un tercero para que los proteja, teniendo el soberano un poder absoluto, indivisible e ilimitado, con la obligación de cumplir su función principal: seguridad y orden; siendo la voluntad del soberano la que dice lo que es justo o iniusto y no .La naturaleza, la razón, la moral o cualquier otra instancia controladora.
Su teoría y contrato, No al absolutismo y si a las teorías liberales, existe una ley natural que regula la relación entre los hombres y que es la razón, igualdad, libertad, derecho a la vida, salud, propiedad y respeto, pero no hay nada que garantize esto, por eso se crea uun contrato que es la sociedad que cede el poder al estado, que beneficia, sanciona ydefoemde. Se produce la división de poderes, en ejecutivo legislativo y federativo que Montesquieu después va a cambiar a judicial.
Con esta propuesta Locke se convierte en el representante de la ideología liberal que limita el poder de la monarquía y legitima la separación entre el rey y el parlamento, establecida en Inglaterra a partir de la revolución de 1.688. Además, entiende que el pueblo tiene el poder supremo sobre la asamblea legislativa y el poder ejecutivo, ejerce su derecho a defenderse je los abusos de ambos recurriendo a la resistencia activa. Locke propone también la tolerancia religiosa y la separación entre Iglesia y Estado: el Estado debe ocuparse de los bienes civiles pero no de la salvación del alma y por tanto no debe intervenir en materia religiosa; y la Iglesia no puede intervenir en asuntos civiles ni recurrir a la fuerza para imponer sus dogmas, la fe no puede ser inculcada a la fuerza; aunque esta tolerancia no incluye a quienes niegan la existencia de Dios. Éste pensamiento político de Locke está relacionado con sus ideas éticas, de carácter empirista (no hay principios morales innatos y universales), y de trasfondo utilitarista y eudemonista: lo que empuja al hombre a actuar y lo que determina su voluntad y sus acciones es la búsqueda del bienestar (felicidad) para huir de cierta incomodidad que le acecha continuamente, y por tanto el bien y el mal está en relación al placer o dolor que las acciones le proporcionan, pero siempre en relación con una ley.., Locke distingue tres tipos de leyes: leyes divinas o ley natural de la razón (el acuerdo de la conducta humana con estas leyes se percibe como deber y el desacuerdo como pecado), leyes civiles o del poder político (inocentes o delictivas) y leyes de la opinión pública (virtudes o vicios) .
A la hora de relacionar a Locke con otros autores tenemos tres opciones. La primera es relacionarlo con Santo Tomás, ya que el pensamiento de Locke supone una crítica radical a la escolástica, desde los supuestos teóricos hasta los prácticos. Pero, en realidad, no se trata de exponer ni la similitud ni el contraste entre los dos pensadores. Sino de hacer una exposición esquemática de la teoría moral y política de Santo Tomás. En el seno del tomismo, la necesidad de que exista un orden raciona! De la conducta humana se enraíza en la ¡ay natural. Por tanto, será a partir de las exigencias de la ley natural como podremos conocer los principios morales que rigen la conducta humana. En este sentido son tres: en cuanto «sustancia». Tenemos el deber de conservar la propia existencia, en cuanto animales el deber de procrear y cuidar a la descendencia, y en cuanto seres racionales. El deber de conocer la verdad y de vivir en sociedad. La ley natural, que es la manifestación de la ley eterna, constituye el marco desde el que se imponen las condiciones de la ley positiva. Lo que quiere decir que las leyes positivas vienen exigidas por la ley natural y no podrán contradecir sus preceptos.
Para este autor, lo moral es lo que se ajusta a los preceptos de la ley natural. Preceptos que la razón práctica deduce del análisis de las tendencias o inclinaciones naturales del ser humano. De este modo. El orden de los preceptos morales es paralelo al orden de las inclinaciones naturales. Por consiguiente. Según el Aquinate, lo bueno es lo que se ajusta a aquello a lo que el ser humano tiende naturalmente. En definitiva, el «deber ser» se deduce del «ser natural» del hombre. Desde la perspectiva kantiana. Si la razón propone como deber lo que responde a las tendencias naturales, el resultado será una acción que no es ni libre ni autónoma y, por tanto. Una moral heterónoma. Concretemos tres discrepancias entre ambos autores. En primer lugar, la naturaleza humana de la que habla Tomás de Aquino es W1 hecho.
Kant la llama en nuestro texTO «dones de la naturaleza». Esos dones no pueden ser el fundamento de la moral porque no son, de por sí, ni buenos ni malos. Su bondad o maldad dependerá del uso que de ellos haga la voluntad. Veamos un ejemplo: el Aquilate establece que uno de los preceptos de la moral es la conservación de la propia existencia. Sin embargo. Tal precepto no es universal, pues dar la vida por defender la fe, la patria o a otra persona puede ser moralmente bueno. Se pondría así de manifiesto el. Carácter particular y contingente de la ley moral, y el distanciamiento de su posición respecto al filósofo alemán. Quien defiende la universalidad y necesidad de la ley moral. En segundo lugar, habría que añadir que, desde la posición kantiana, si los preceptos morales se basan en la naturaleza humana o en cualquier otro hecho. Entonces el ser humano no sería Ubre. Sino que estaría sometido a la necesidad de su naturaleza. De ahí la insistencia de Kant en no funelar la moral en ningún hecho, sino en la mera razón. Finalmente, la ética tomista sería, para Kant, una ética heterónoma, porque la razón no se da él sí misma la ley moral, sino que la deduce de la naturaleza. El ser humano, al no darse a sí mismo la ley moral, no sería libre, no sería autónomo.
Vivimos un momento histórico regido por un igualitarismo que unifica las formas de ocio. El consumo y. En general, los proyectos vitales. Estamos sometidos a una globalización que elimina las diferencias y que lleva a 10 que se ha llamado pensamiento único. En este contexto habría que releer la autonomía moral kantiana como elemento inspirador para encontrar nuestro propio espacio. Kant nos invita a una moral que nace de nuestra libertad. Mi acción tiene valor moral porque surge exclusivamente de mi razón. Así desaparece todo sometimiento a cualquier autoridad externa. La única condición moral c formal: la posibilidad de universalización de mi máxima. Kant nos exige valentía: atrévctc a pensar por ti mismo. Esta máxima ilustrada sigue siendo necesaria en nuestra sociedad. En la que las normas son teledirigidas desde unos medios de comunicación que funcionan como igualadores morales. Mucha .. Veces oímos hablar de la «infantilización» de nuestra so<:iedad: hace=»» ciudadanos=»» irresponsables:=»» siempre=»» hay=»» algún=»» factor=»» externo=»» a=»» nosotros=»» que=»» «tiene=»» la=»» culpa’=»»> de nuestros actos. Frente a esto, la ética kantiana apuesta por la responsabilidad, correlato ineludible de la libertad, que nos hace ser verdaderos adulto:
Para este autor, lo moral es lo que se ajusta a los preceptos de la ley natural. Preceptos que la razón práctica deduce del análisis de las tendencias o inclinaciones naturales del ser humano. De este modo. El orden de los preceptos morales es paralelo al orden de las inclinaciones naturales. Por consiguiente. Según el Aquinate, lo bueno es lo que se ajusta a aquello a lo que el ser humano tiende naturalmente. En definitiva, el «deber ser» se deduce del «ser natural» del hombre. Desde la perspectiva kantiana. Si la razón propone como deber lo que responde a las tendencias naturales, el resultado será una acción que no es ni libre ni autónoma y, por tanto. Una moral heterónoma. Concretemos tres discrepancias entre ambos autores. En primer lugar, la naturaleza humana de la que habla Tomás de Aquino es W1 hecho. Kant la llama en nuestro texTO «dones de la naturaleza». Esos dones no pueden ser el fundamento de la moral porque no son, de por sí, ni buenos ni malos. Su bondad o maldad dependerá del uso que de ellos haga la voluntad. Veamos un ejemplo: el Aquilate establece que uno de los preceptos de la moral es la conservación de la propia existencia. Sin embargo. Tal precepto no es universal, pues dar la vida por defender la fe, la patria o a otra persona puede ser moralmente bueno. Se pondría así de manifiesto el. Carácter particular y contingente de la ley moral, y el distanciamiento de su posición respecto al filósofo alemán. Quien defiende la universalidad y necesidad de la ley moral. En segundo lugar, habría que añadir que, desde la posición kantiana, si los preceptos morales se basan en la naturaleza humana o en cualquier otro hecho. Entonces el ser humano no sería Ubre. Sino que estaría sometido a la necesidad de su naturaleza. De ahí la insistencia de Kant en no funelar la moral en ningún hecho, sino en la mera razón. Finalmente, la ética tomista sería, para Kant, una ética heterónoma, porque la razón no se da él sí misma la ley moral, sino que la deduce de la naturaleza. El ser humano, al no darse a sí mismo la ley moral, no sería libre, no sería autónomo.
Vivimos un momento histórico regido por un igualitarismo que unifica las formas de ocio. El consumo y. En general, los proyectos vitales. Estamos sometidos a una globalización que elimina las diferencias y que lleva a 10 que se ha llamado pensamiento único. En este contexto habría que releer la autonomía moral kantiana como elemento inspirador para encontrar nuestro propio espacio. Kant nos invita a una moral que nace de nuestra libertad. Mi acción tiene valor moral porque surge exclusivamente de mi razón. Así desaparece todo sometimiento a cualquier autoridad externa. La única condición moral c formal: la posibilidad de universalización de mi máxima. Kant nos exige valentía: atrévctc a pensar por ti mismo. Esta máxima ilustrada sigue siendo necesaria en nuestra sociedad. En la que las normas son teledirigidas desde unos medios de comunicación que funcionan como igualadores morales. Mucha .. Veces oímos hablar de la «infantilización» de nuestra so<:iedad: hace=»» ciudadanos=»» irresponsables:=»» siempre=»» hay=»» algún=»» factor=»» externo=»» a=»» nosotros=»» que=»» «tiene=»» la=»» culpa’=»»> de nuestros actos. Frente a esto, la ética kantiana apuesta por la responsabilidad, correlato ineludible de la libertad, que nos hace ser verdaderos adulto: