Portada » Historia » Reinos cristianos de la península
2.1. Al Ándalus: la conquista musulmana de la Península Ibérica. Emirato y califato de Córdoba. En 711 d.C. Un ejército dirigido por Tariq derrotó en el río Guadalete al último rey visigodo, don Rodrigo. La expansión musulmana y la crisis interna del reino visigodo hicieron fácil la conquista. La península, con el nombre de al-Ándalus pasó a formar parte del Imperio de los Omeyas con Córdoba como capital provincial. Los primieros años del dominio fueron agitados debido a las luchas internas entre árabes y bereberes, y árabes del norte y del sur de Arabía. La expansión continuó hasta ser detenida en Poitiers (732). En 756, tras la Revolución Abbasí que destrónó a los Omeyas, un miembro de esta familia se refugió en la península, proclamándose emir, Abderramán I. La situación política fue inestable hasta que Abderramán III derrotó todas las rebeliones y se proclamó califa en 909. El Califato de Córdoba fue el período de mayor esplendor (económico, militar y cultural) de al-Ándalus. A finales del Siglo X, el dictador Almanzor formó un poderoso ejército con mercenarios, bereberes y eslavos, con el que realizó expediciones anuales devastadoras contra los cristianos del norte.
2.2. Al-Ándalus: reinos de taifas. Reino nazarí. A la muerte de Almanzor (1002 d.C.) sus hijos intentaron prolongar la dictadura, pero a partir de 1008 una sublevación del ejército dividíó el territorio de al-Ándalus en reinos de taifas (Toledo, Sevilla, Valencia…) dirigidos por jefes militares o por aristocracias árabes, bereberes o eslavas. El califa se mantuvo en 3Córdoba hasta 1031. La debilidad militar de esto reinos permitíó a los cristianos del norte imponerles tributos anuales o parias. En 1085 el rey de Castilla y León, Alfonso VI, tomó Toledo. Ante esto los reyes de taifas pidieron ayuda a los almorávides, bereberes del Sáhará, que derrotaron a Alfonso VI en Zalaca y destituyeron a los reyes de taifas reunificando al-Ándalus en un Imperio norteafricano-andalusí. Hacia 1140 el Estado almorávide se desmorronó siendo sustituido por los almohades, bereberes del Atlas, que derrotaron a los cristianos en Alarcos en 1195. Esto provocó una coalición general de los cristianos que los derrotó en las Navas de Tolosa en 1212, que permitiría la conquista del valle de Guadalquivir y Valencia. Desde mediados del Siglo XIII hasta finales del XV al-Ándalus queda reducido al reino nazarí de Granada.
2.3. AL-Ándalus: economía, sociedad y cultura. Economía: La agricultura prosperó gracias a las técnicas de regadío y nuevos cultivos en los valles del Ebro, Guadalquivir y Segura.
En las ciudades se desarrollaron las artesanías. El comercio basado en la moneda se reactivó. Córdoba llegó a ser la mayor ciudad de Europa occidental. Sociedad: En lo más alto se encontraban los conquistadores musulmanes, árabes y bereberes. Los bereberes recibieron tierras de peor calidad, dedicándose al pastoreo. En 741 se rebelaron contra los árabes tras adherirse a la secta democrática jariyí, abandonando sus tierras en la regíón del Duero. Los muladíes eran los habitantes de la península convertidos al islam, que ya no tendían que pagar impuestos personales. Los impuestos recaían sobre los no musulmanes. Los mozárabes eran hispanos fieles al cristianismo. Tenían autonomía jurídica, con un jefe que les representaba ante emires y califas. La amenaza de desaparición de su cultura llevó a algunos mozárabes de Córdoba a manifestarse contra el islam buscando el martirio. Los judíos eran una población urbana con autonomía jurídica. Se dedicaban sobre todo al comercio y profesiones liberales (medicina). Cultura: Ál-Ándalus sirvió de puente entre Oriente y Occidente: se introdujeron el papel, la brújula, las cifras índicas o arábigas y muchos temas literarios. Se desarrollaron la filosofía, la medicina y la astronomía. Su influencia se ejercíó también sobre las lenguas y literaturas ROMánicas (vocabulario, jarchas mozárabes…).
2.4. Los primeros núcleos de resistencia cristiana. Principales etapas de la Reconquista. Modelos de repoblación. La resistencia cristiana se organizó en dos núcleos: el cantábrico y el pirenaico. El cantábrico aparece antes: se trata del reino astur, convertido más tarde en el reino de León. De este se desprende el condado de Castilla (Siglo X). En la zona pirenaica los francos crean el s. IX la Marca Hispánica, que dará nacimiento al reino de Navarra, el condado de Aragón y los Condados Catalanes. La Reconquista comienza en el Siglo XI con el fin del Califato y el aumento de la población castellana. Castilla conquista el valle del Tajo y los altos valles del Guadiana y Júcar, mientras que Aragón y Cataluña conquistan el valle del Ebro. En 1212 una coalición cristiana derrota a los almohades en la Batalla de las Navas de Tolosa, lo que permitiría la conquista de Andalucía, Murcia, Valencia y Baleares. La repoblación es el proceso de ocupación y colonización cristiana de las tierras conquistadas en alÁndalus. Hasta el s. XI es espontánea. Los campesinos ocupan y roturan libremente las tierras del valle del Ebro (presura). En el Siglo XI y XII los reyes conceden Cartas Pueblas (repoblación concejil),
y en los s. XII y XIII las órdenes militares reciben grandes extensiones de tierras dedicadas sobre todo a la ganadería. El 4repartimiento es el reparto de tierras entre los grandes conquistadores del Siglo XIII según su rango social y grado de participación.
2.5. Los reinos cristianos en la Edad Media: organización política, régimen señorial y sociedad estamental. Hubo una fragmentación política entre los reinos cristianos. A partir del s. XII, se originan la Corona de Aragón, conformada por Cataluña y Aragón, y la Corona de Castilla, conformada por Castilla y León, a base de matrimonios. El monarca reinaba asesorado por el Consejo Real (formado por la nobleza y el clero). En 1188 nacen las Cortes en León, serán convocadas para el pago de subsidios. En cuanto al régimen señorial, el Rey otorgaba señoríos a nobleza y clero a cambio de fidelidad y ayuda militar. En los señoríos territoriales, el dueño era el señor absoluto y en los jurisdiccionales, el Rey mandaba por encima del dueño. La sociedad estamental estaba dividida en los estamentos de nobleza y clero (privilegiados con acceso a
cargos públicos) y pueblo llano. Estos estamentos eran grupos cerrados a los que se accedía por nacimiento, lo que provocaba la ausencia de movimiento social.
22.6. Organización política de la Corona de Castilla, la Corona de Aragón y el Reino de Navarra al final de la Edad Media. Todo los territorios estaban regidos por una monarquía. En Castilla, el Rey gozó degran autoridad por el débil poder de las Cortes, únicamente consultivas. Sin embargo, en Aragón y Navarra, el Rey estaba muy limitado por estas, que tomaban decisiones más vinculantes. Había dos instituciones comunes: El Consejo Real (que asesoraba al rey) y las Cortes, aunque cada reino contaba con con organismos propios. En Castilla, la Audiencia (tribunal supremo de justicia) y el Mayordomo
Mayor (Hacienda). En Aragón, destacan las Cortes, el Justicia mayor y diputaciones, contaban con virreyes (lugartenientes en cada reino) y la Generalitat (en Cataluña
(hacía cumplir órdenes de las cortes al Rey). En Navarra, la Cámara de Comptos (fiscalizar gastos del Rey). Los reyes dividían el territorio (merindades y veguerías)
para su mejor gobierno nombrando gobernadores. Las ciudades gozaban de gobierno propio por los fueros.
5.1. La guerra de la Independencia: antecedentes y causas. Bandos en conflicto y fases de la guerra. 1. Antecedentes y causas: Desde 1788d.C., Carlos IV es rey de España, con Godoy como valido. Tras la Guerra de la Convencíón (1793-95) España tuvo que ceder a Francia la parte oriental de Santo Domingo, por la Paz de Basilea. Entre 1796 y 1808 España se alió a la Francia revolucionaria. En 1801, tras la Batalla de las Naranjas contra Portugal, se anexiónó Olivenza. En 1805, en la Batalla Naval de Trafalgar la flota Franco-española fue destruida. En 1806-07, Inglaterra intentó apoderarse del Río de la Plata. En 1807 Napoleón Bonaparte y Carlos IV por el Tratado de Fointanebleau acordaron repartirse Portugal, aliada de Inglaterra. Napoleón también pensaba anexionarse los territorios españoles al norte del Ebro. De camino a Portugal tropas francesas se asentaron en ciudades españolas. Francia invadíó Portugal. Godoy sugirió a Carlos IV huir a la América española. El 18 de Marzo de 1808 estalló un motín popular en Aranjuez organizado por la nobleza del partido fernandino, consiguiendo la destitución de Godoy y la abdicación de Carlos IV en su hijo, Fernando VII. Napoleón convocó a Carlos IV y Fernando VII, consiguiendo la abdicación de ambos en su persona (Abdicaciones de Bayona). Entregó la corona a su hermano José, rey de Nápoles. Para ratificarlo convocó las Cortes de Bayona, consideradas ilegales. El 2 de Mayo la población de Madrid se levantó en contra de la presencia francesa, pero fue reprimida con gran dureza por el mariscal Murat. Se formaron juntas locales y provinciales que asumieron la soberanía en ausencia del rey. Pronto se centralizaron en una Junta Suprema Central con sede en Aranjuez y luego en Sevilla, con la misión de organizar la resistencia.
2. Fases de la Guerra: 1)Batalla de Bailén (1808): un ejército francés que invadía Andalucía fue reprimida y se replegó a la línea del Ebro. 2) Campaña de Napoleón (1808-09): frente a la Grande Armée, tomó Madrid. Derrotó en A Coruña a los ingleses. 3) Campañas entre 1809 y 1812: en 1809 se libera Galicia, pero los franceses consiguen el control de la meseta; en 1810 el rey José ocupó Andalucía; y entre 1810 y 1812 el mariscal Suchet ocupa Bajo Aragón y Levante. En 1812 casi toda España está ocupada menos Cádiz, Canarias, Baleares y las zonas liberadas por la guerrila. 4) Campañas de 1812 y 1813: – En 1812 tras la Batalla de Arapiles un ejército anglo-hispano-portugués dirigido por Wellesley toma Madrid, pero José lo recuperó – En 1813 Wellesley derrota a los franceses en Vitoria y San Marcial.
La guerra prosigue hasta la toma de Toulouse y la abdicación de Napoleón. El sentido de la guerra queda manifiesta en dos puntos: la participación civil en el asedio de ciudades; y las guerrillas, forma espontánea de resistencia basada en el conocimiento perfecto del terreno y el apoyo de la población.
3. Bandos en conflicto: 1) Afrancesados: minoría procedente del Despotismo Ilustrado que deseaba reformas que modernizaran el Estado. 2) El frente patriótico, formado por: tradicionales o serviles (mayoría partidaria de la conservación de la tradición y la religión), jovellianistas (minoría partidaria de una monarquía reformada al estilo británico) y los liberales (minoría cuyo modelo político era la Francia revolucionaria).
5.2 Las cortes de Cádiz. La Constitución de 1812: Las dos instituciones que llevaron a cabo los procesos políticos de la transformación del Antiguo Régimen en un Estado Liberal y la transformación socioeconómica de España fueron las Juntas y las Cortes. Las Juntas nacieron nada más comenzar la Guerra de la Independencia, Mayo 1808. Primero fueron locales, luego provinciales y finalmente se agruparon en una Junta Central Suprema con dos importantes funciones hasta que las cede a una regencia en 1810. La primera fue gestionar la guerra contra los franceses y la segunda convocar Cortes tras la marcha de Fernando VII. Los liberales consiguieron que la convocatoria no se hiciera por estamentos, sino como asamblea única, en la que a cada diputado correspondía un voto en las elecciones participaron varones mayores de 25 años. Los diputados pertenecían a profesiones liberales (40%), nobleza y clero (30%), funcionarios (20%) o militares (10%); además de representantes de la América hispana y Filipinas. No hubo, sin embargo, representantes de las clases populares, pese a su papel en la lucha contra los franceses. Las derrotas en Andalucía llevaron a la Junta Central a disolverse y traspasó sus poderes a un Consejo de Regencia que se establecíó en Cádiz, protegida por la armada británica.Los diputados se agruparon en dos tipos:- Liberales: partidarios de la libertad económica, igualdad jurídica y un sistema parlamentario y constitucional, con separación de poderes. – Serviles: partidarios del Antiguo Régimen. Sosténían que las cortes debían limitarse a luchar contra los franceses. Los liberales de Cádiz crearán un proyecto con dos vectores: – Socioeconómico: desmontar las estructuras del Antiguo Régimen. Entre las normas jurídicas que se aprobaron destacan la abolición de los señoríos, la supresión del Honrado Concejo de la Mesta, la supresión de los gremios, la desaparición de los mayorazgos
o la definición de la propiedad como libre, absoluta e individual. – Político: aprobación de la Constitución de 1812. Fue un compromiso entre los liberales y los absolutistas, aunque más favorable a los primeros. Los absolutistas obtuvieron el reconocimiento de derechos de la religión católica. Las carácterísticas de la constitución son las siguientes: a) Soberanía nacional, es decir, la autoridad suprema reside en el conjunto de la nacíón representada en las Cortes. B) Estricta división de poderes. El poder ejecutivo reside en el rey, el legislativo al rey junto con las Cortes (el rey puede promulgar, sancionar y vetar leyes) y el judicial a los tribunales de justicia. C) Establece un parlamento unicameral, las Cortes, elegido cada dos años. D) Se dota a las Cortes de amplios poderes: elaboración de leyes, decisión sobre la Corona, aprobación de tratados, e) El poder ejecutivo reside en el rey, nombra a sus secretarios que deben responder de sus acciones ante las Cortes, pero no pueden ser cesados por esta. F) El poder judicial reside en los tribunales de justicia. Se reconocen dos excepciones, para eclesiásticos y militares. G) Se garantizan los derechos de: igualdad ante la ley, inviolabilidad del domicilio, libertad de imprenta, sufragio masculino indirecto, derecho a la educación elemental o garantías penales. H) Se establece un ejército permanente. Además de la Milicia Nacional (provincial) con el objetivo de reforzar el ejército y servir de cuerpo de defensa del liberalismo. I) La religión católica es reconocida como la oficial del estado. (Estado confesional). La Constitución de 1812 tuvo una corta vigencia, Fernando VII restauró el absolutismo a su llegada a España. Sin embargo, esta constitución tuvo una amplia difusión internacional, siendo imitada en estados italianos, Portugal y numerosos estados hispanoamericanos. Estuvo vigente entre 1812 y 1814, de nuevo en el Trienio Liberal (1820- 1823) y de nuevo durante el período 1836-1837.
5.3. El reinado de Fernando VIl: liberalismo frente a absolutismo. Independencia de las colonias: Cuando Fernando vuelve a España tras el Tratado de Valençay debía encaminarse hacia Madrid para jurar la Constitución. Sin embargo, fue dando largas y alteró la ruta a Madrid para recabar apoyos. En Valencia se entrevistó con un diputado absolutista que le presentó el Manifiesto de los Persas. El Capitán general de Valencia desencadenó el Golpe de Estado que clausuró las Cortes y abolíó sus leyes, incluyendo la Constitución. Daba comienzo el Sexenio Absolutista (1814-1820). Este primer periodo se caracterizó por una vuelta al sistema absolutista. Comenzó con el exilio de unos 15.000
afrancesados y liberales, la mayoría hacia Francia. El estado económico del país estaba arrasado después de la Guerra de Independencia. Además, se produce el proceso de independencia de las colonias americanas, con lo que cesa la llegada del metal americano. Esta vuelta al absolutismo supuso una represión contra los liberales, que fundaron numerosas sociedades secretas. Protagonizaron numerosos pronunciamientos (Espoz y Mina, Porlier, Lacy) que culminan en el de Riego en 1820 que dio comienzo al Trienio Liberal. El objetivo del pronunciamiento era la restauración del régimen liberal.
Se retomó la Constitución de Cádiz y la ampliaron con la aprobación del Código Penal de 1822. El aspecto más importante de este segundo proyecto de estado liberal fue la división que se dio entre los partidarios de esta ideología. El primer grupo fue el de los doceañistas (moderados). Llegaron a la conclusión de que la construcción del estado liberal es imposible porque en España los liberales no tenían la fuerza suficiente. Por tanto, para hacerlo, era necesario contar con la nobleza y la Iglesia. Defendían una soberanía compartida entre el rey y las Cortes, un sufragio censitario y libertades limitadas. El segundo grupo es el de los exaltados (progresistas) que, con la misma conclusión, promueven el pacto con las clases populares. Promovían la soberanía nacional, el sufragio universal y amplias libertades. La división de los liberales, la actitud del rey (que vetaba cualquier ley), la indiferencia popular y la intervención extranjera, que en el Congreso de Verona había decidido enviar a los Cien Mil Hijos de San Luis, pusieron fin a este segundo intento liberal. El último periodo del reinado de Fernando VIl es la Década Ominosa. La nueva restauración del absolutismo fue seguida de una fuerte represión contra los liberales. Sin embargo, pronto comenzó una nueva oposición absolutista, el carlismo, quienes en 1826 presentaron el Manifiesto de los Realistas Puros, y se agrupaban en torno al hermano del rey, Carlos María Isidro. Esto llevó al gobierno hacia posiciones más moderadas, comenzando una etapa de reformas administrativas, Ilevadas a cabo por López Ballesteros. En los años finales del reinado surgíó la cuestión sucesoria. El rey no tenia hijos varones y según la Ley Sálica de Felipe V, el trono correspondía a su hermano Carlos, apoyado por los absolutistas. Sin embargo, el rey logró la derogación de dicha ley por la Pragmática Sanción de 1830 y, al nacer su hija, fue aceptada como heredera pese a la oposición de los carlistas, que durante un tiempo consiguieron abolirla aprovechando la enfermedad del rey.
Tras su recuperación, la Pragmática fue puesta de nuevo en vigor y Fernando nombró ministro a Cea Bermúdez, moderado que decreta una amnistía para exiliados. Los liberales apoyaron a María Cristina y los absolutistas a Carlos. A la muerte del rey estos dos bloques se enfrentaron por la corona. El proceso de independencia de las colonias americanas.
Comenzó con la Guerra de Independencia y terminó durante el reinado de Fernando VIl. Las causas fueron: – El rechazo al monopolio comercial que ejercía la metrópoli, que perjudicaba a los comerciantes criollos. – El centralismo de los Borbones había desplazado de puestos influyentes a los criollos favoreciendo a los
peninsulares, creando un gran malestar entre los primeros. – La influencia de la independencia de los Estados Unidos (1776) y las ideas ilustradas.
– La situación de debilidad de España durante la Guerra de Independencia. El proceso de independencia será encabezado por la élite criolla. Se distinguen las fases siguientes: – Primera etapa (1808-1814): se formaron juntas en las principales ciudades americanas. Estas, convencidas de que Cádiz caería, proclamaron juntas revolucionarias, algunas de las cuales (Caracas, Buenos Aires) negaron su obediencia a las autoridades de la Península. El envío de tropas en 1814 restablecíó el control momentáneamente. – Segunda etapa (1815-1824): En América se suceden las sublevaciones a la vez que se restablece el absolutismo en la Península. Surgen figuras independentistas como Simón Bolívar (Venezuela) o José de San Martín (Río de la Plata) quienes tenían apoyo de Inglaterra y Estados Unidos, interesados en comerciar con estos territorios. La decisión de Riego de impedir a las tropas embarcar hacia América pone fin al último intento de terminar con las sublevaciones. Tras la Batalla de Ayacucho, en 1824, España da por perdidos los territorios americanos. Las consecuencias económicas fueron enormes: España perdía el mercado americano para sus manufacturas, a la vez que cesaba la llegada de metales. Sin embargo, algunos capitales se recuperaron y se reinvirtieron en España. En el plano internacional España aún conservó Cuba, Puerto Rico y Filipinas, pero pasó a ser una potencia de segundo orden.
6.1 El reinado de Isabel I (1833-1868): La primera guerra carlista. Evolución política, partidos y conflictos El Estatuto Real de 1834 y las Constituciones de 1837 y 1845. La Primera Guerra Carlista: A la muerte de Fernando VIl en 1833 estalló la primera guerra carlista. Los bandos carlista e isabelino se diferenciaban en sus bases sociales, ideológicas e
internacionales Fases del conflicto: 1) 1833-1835: etapa de victorias carlistas. Carlos creó una monarquía alternativa en Navarra. 2) 1835-1837: tuvo lugar la expedición de Don Carlos hasta las puertas de Madrid. 3) 1837-1839: el carlismo se repliega al norte del Ebro. Los transaccioistas y los intransigentes se separaron. Los primeros firmaron el Convenio de Vergara con los isabelinos, sellado por el general Espartero y por Maroto 4) 1839-1840 Don Carlos no reconocíó el Convenio de Vergara y la guerra continuó en el Levante hasta que Cabrera se replegó a Francia. Evolución política: Las regencias de María Cristina y de Espartero (1833-1843) El primer gobierno de la Regencia, de Cea Bermúdez, se centró en reformas administrativas y no políticas, frustrando a los liberales que apoyaban a Isabel Il. María Cristina entregó el poder a los liberales moderados, que crearon el Estatuto Real de 1834, Sus carácterísticas son: – Fue una Carta Otorgada, No reconocíó la soberanía nacional ni la división de poderes Las Cortes son bicamerales. Se crea un Estamento de Próceres y un Estamento de Procuradores, elegidos por sufragio censitario muy restringido, lo que permite participar a las clases más altas. El Estatuto Real fue, sin embargo, considerado insuficiente por los liberales progresistas. Los partidos fueron: – Liberales moderados: liberalismo doctrinario. Defendían la soberanía compartida libertades restringidas, defensa de la propiedad, sufragio censitario, estado confesional católico. Apoyados por la reina, aristocracia, Iglesia, burguésía y clases medias conservadoras. – Liberales progresistas: representan el liberalismo puro. Defienden la soberanía nacional, un sufragio amplio, liberalismo económico, amplios derechos y libertades Son apoyados por la pequeña burguésía y los profesionales liberales. Los gobiernos progresistas: Los progresistas organizaron revueltas, reclamando reuníón de Cortes, libertad de prensa y una nueva ley electoral, que llevaron a María Cristina a entregarles el poder finalmente Estos restablecieron la Constitución de 1812, poniendo fin al Estatuto Real y dando paso a la monarquía constitucional. Se abolieron definitivamente los señoríos y se llevó a cabo la Desamortización de los bienes eclesiásticos (1836) por Mendizábal. Estos pasaron a ser bienes nacionales y posteriormente se vendieron mediante subasta pública. Además, se elaboró una nueva constitución. La Constitución de 1837: Soberanía nacional, División de poderes (el rey amplios poderes). Cortes bicamerales Amplios derechos (libertad de prensa, opinión o asociación). Estado no confesional. Autonomía de ayuntamientos:
Se aprobó una ley electoral que establecíó el voto censitario masculino. En 1840 a reina renunció y abandonó el país. El General Espartero (progresista)
Fue nombrado regente, quien profundizó en la desamortización y limitó los fueros. Un acuerdo librecambista firmado con Inglaterra generó protestas en Barcelona. Espartero las reprimíó bombardeando la ciudad y abandonó el país. El reinado de Isabel Il: Se nombró reina a Isabel Il con 13 años, El General Narváez (moderado) ocupó el poder y comenzó la Década moderada (1844-1854). En este periodo la corona apoyó a los moderados, que antepusieron la defensa del orden la propiedad frente a la libertad y los derechos. Además, Ilevaron a cabo reformas como la creación de la Guardia Civil (1844), el Código Penal (1848), La Ley electoral (1846), Concordato con la Santa Sede (1851) y la Ley de Instrucción Pública de 1857, (a educación debía ser un interés público) vigente hasta 1970. Por otra parte, se aprobó la Constitución de 1845 que decretó la soberanía compartida entre la Corona y las Cortes (bicamerales). Se amplió el poder ejecutivo, se establecíó la confesionalidad del estado que mantuvo el culto y el clero, los ayuntamientos y diputaciones quedaron sometidas a la administración central y se respetó la declaración de derechos de 1837 pero se regularon mediante leyes ordinarias. El poder de Narváez creó un creciente malestar que acabó dando lugar a la Il Guerra Carlista (1846-1849). Los partidos se reorganizaron y surgieron el partido Democrático y la Uníón Liberal, cuyo líder fue el General O’Donnell. Los gobiernos ineficaces y la corrupción llevan a Progresistas y Demócratas a recurrir al pronunciamiento. De 1854 a 1856 tuvo lugar el bienio progresista en el que triunfa la Vicalvarada (pronunciamiento del general O’Donnell) con el objetivo de terminar con el autoritarismo antiparlamentario y volver al espíritu de la Constitución de 1837. Los rebeldes publicaron el Manifiesto de Manzanares para reivindicar los principios para una regeneración liberal. Algunas reformas que llevaron a cabo fueron: Desamortización de Madoz (1855), que afectó a propiedades del Estado, Ayuntamientos e iglesia; Ley General de Ferrocarriles(1855); Ley de Sociedades Bancarias y Crediticias (1856) o la Constitución de 1856 (nonnata), que no se llevó a cabo por la llegada de los moderados al poder. Gobiernos moderados y de Uníón Liberal (1856-1868): El Gobierno O’Donnell terminó con el Bienio Progresista y el proyecto de Constitución, que fue sustituido por un gobierno presidido por Narvãez (moderado) quien reprimíó
las protestas y prohibíó las asociaciones obreras, además de anular derechos. Destaca la Ley Moyano, que establece el sistema educativo de hasta principios del Siglo XX. El «Gobierno largo» de la Uníón Liberal (1858-1863) El programa político de la Uníón Liberal consistíó en la defensa del orden y la eficacia de la Administración. Contó con una mayoría en las Cortes y hubo un periodo de prosperidad económica. Una manera de desviar la atención de los problemas internos fueron las «Guerras de prestigio»: la expedición hispanofrancesa a Cochinchina (1858-1863) y Guerra contra Marruecos (1859-1860). (México, Santo Domingo, guerra contra Perú y Chile). La crisis final del reinado (1863-1868): Finalmente, lo que acabó con el reinado de Isabel Il fue la vuelta de los moderados al poder, la nueva crisis económica, conflictos sociales como la Matanza de la Noche de San Daniel o el levantamiento de los sargentos del Cuartel de San Gil y la firma del Pacto de Ostende en Agosto de 1866 por progresistas, demócratas y republicanos; con el objetivo de destronar a la Reina La muerte de Narváez en 1868 deja a la reina sin apoyos y en Septiembre un pronunciamiento militar la llevó al exilio.
6.2 El reinado de Isabel I (1833-1868): las desamortizaciones de Mendizábal y de Madoz. De la sociedad estamental a la sociedad de clases: Las desamortizaciones de Mendizábal y Madoz: Los gobiernos progresistas asumieron la tarea de desmantelar el Antiguo Régimen, para ello se consagró la propiedad libre e individual, aboliendo definitivamente los señoríos, las tierras quedaron desvinculadas y se llevaron a cabo las desamortizaciones. Los antecedentes los encontramos en la desamortización de Godoy que expropió bienes de los jesuitas y de hospitales, hospicios, casas de misericordia, etc. Y la desamortización del Trienio Liberal, que afectó principalmente al patrimonio del clero regular, aunque el proceso quedó paralizado en 1823 con el restablecimiento del Antiguo Régimen. – Desamortización de Mendizábal (1836-1837): Con la llegada de los progresistas al poder en 1836 tras el Motín de los Sargentos de La Granja, Mendizábal aprobó la Desamortización de los bienes eclesiásticos y las órdenes religiosas quedaron disueltas excepto aquellas dedicadas a la enseñanza o la asistencia hospitalaria. Su patrimonio queda incautado y pasa al Estado, cuyos bienes se consideraron bienes nacionales y posteriormente se vendieron a particulares mediante subasta pública. La finalidad era convertir propiedades amortizadas en propiedades libres crear lazos de lealtad al régimen liberal en la sociedad y sanear la Hacienda
para conseguir recursos para proseguir la guerra contra el carlismo. Las ventas se llevaron a cabo por comisiones municipales en grandes lotes haciéndolos inasequibles para las clases medias rurales. Para el año 1845 se habían vendido % partes del patrimonio eclesiástico. – Desamortización de Madoz (1855): Durante el bienio progresista el ministro de Hacienda Pascual Madoz aprueba la Ley de Desamortización General (1855) que afectó a las propiedades comunales de los pueblos, así como a las propiedades de la iglesia que quedaban. Fue la desamortización que alcanzó un mayor volumen de ventas. La consecuencia para el medio rural fue la pérdida para los campesinos de importantes recursos forzándoles a la emigración. De la sociedad estamental a la sociedad de clases: Las constituciones liberales proclamaron la igualdad jurídica. Por lo que los antiguos privilegios de la sociedad estamental quedaban suprimidos. En la práctica esta transformación, que debía dar lugar a una sociedad de clases con mayor movilidad social y basada en la riqueza de los individuos, fue un proceso gradual: – Los nobles: la desvinculación de sus bienes, la supresión de los señoríos y la igualdad ante la ley suprimieron sus antiguos privilegios. La nueva situación les hizo pasar de señores a propietarios agrarios llevando a algunos a la ruina. Muchos optaron por el matrimonio con ricas familias burguesas que buscaban títulos.En la política siguieron ocupando cargos de palacio y muchos tuvieron representación en el Senado: – El Clero: como la nobleza, perdieron la mayoría de sus privilegios y, además, fue muy afectado por las desamortizaciones. Perdiendo gran parte de su patrimonio. A partir del Concordato conseguirán que el Estado sea el responsable del mantenimiento del culto. – La burguésía: eran el grupo social en auge.
Durante los siglos anteriores habían ido acumulando poder económico, pero en esta etapa sumaron el poder político. Muchos de ellos pasarían a ser propietarios rurales al beneficiarse de las subastas de tierras desamortizadas. -Clases medias urbanas: estaban formadas por funcionarios, profesiones liberales (médicos, profesores, abogados) u oficiales del ejército. – Clase obrera: este grupo aparecíó con el desarrollo de las primeras industrias, pero la escasa industrialización en esta época hace que este grupo fuese muy reducido. – Campesinos: durante el Siglo XIX España siguió siendo un país eminentemente rural. Era un grupo heterogéneo, desde los pequeños propietarios, abundantes en el norte, a los arrendatarios o los jornaleros, que trabajaban los grandes
latifundios del sur. La pérdida de bienes comunales les afectó, privándoles de una fuente de recursos y empobrecíéndolos aún más.
7.2 La Restauración Borbónica (1874-1902): Los nacionalismos catalán y vasco y el regionalismo gallego El movimiento obrero y campesino: Los nacionalismos catalán, vasco y el regionalismo gallego En la España de finales del Siglo XIX, el regionalismo se presentó como una alternativa al centralismo. Las bases fueron diversas: La primera era la problemática económica regional. La segunda era el nacionalismo romanticista, plasmado en las señas de identidad: lengua, raza, derecho, y la existencia de un pasado histórico idealizado o inventado. De estos movimientos, destacaron dos: el catalán y el vasco. El nacionalismo catalán tuvo su origen en un movimiento cultural que nacíó en los años treinta del Siglo XIX, denominado la Renaixença, aunque su verdadero desarrollo tiene lugar durante la Restauración. Se distinguía una vertiente republicana y federal progresista, y otra más conservadora y tradicionalista, que se impuso. El principal representante de los comienzos del catalanismo fue Valentí Almirall, autor de Lo Catalanisme (1886), donde expone su idea de un catalanismo interclasista que debe luchar por la autonomía política y la defensa de sus señas de identidad. En 1887 se funda la Lliga de Catalunya, que posteriormente se convirtió en la Uníó Catalanista (1891) cuya primera asamblea tuvo lugar en Manresa, donde se aprobaron las Bases de Manresa (acta de nacimiento del nacionalismo catalán conservador). Uno de sus más activos miembros, Prat de la Riba, impulsó la creación de la Lliga Regionalista, partido representante de la burguésía, en 1901 y consiguieron cuatro diputados en las Cortes. Esta se integró rápidamente en el sistema político de la Restauración. A partir de entonces, el turismo dejó de funcionar en Barcelona, y la batalla se planteó entre catalanistas y republicanos del Emperador del Paralelo,
Alejandro Lerroux. El nacionalismo vasco tuvo una evolución distinta. Su origen fue por la abolición de los fueros en 1876. En 1877 se fundó la Asociación Euskara de Navarra, entre cuyos miembros estaba Arturo Campión, y en 1880 la Asociación Euskalherria de Bilbao. Este sentimiento foralista resentido generó el bizcaitarrismo reaccionario y separatista de Sabino Arana. Sus planteamientos eran muy radicales, rechazando la «españolización» provocada por la llegada de trabajadores procedentes del exterior.
Frente a esto se propuso la recuperación de todo lo genuinamente vasco y se reivindicó un estado propio. En 1894 se funda el Partido Nacionalista Vasco (carlista), cuyo lema era «Dios y ley vieja». El regionalismo gallego protagonizó, en 1846, el Levantamiento de Solís progresista y revolucionario, pero fue ahogado en sangre por lo que su desarrollo fue más lento. Parecido a Cataluña se produce un movimiento cultural, O Rexurdimiento, de carácter cultural pero con tímidas reivindicaciones políticas. El galleguismo político progresista, se inició en 1889 con Manuel Murguía, esposo de Rosalía de Castro, que fundó la Asociación Regionalista Gallega. Su implantación social será mucho menor. La aparición del movimiento obrero: Durante la Regencia, se consolidan los dos grandes movimientos obreros en España: el socialismo y el anarquismo. Pablo Iglesias fundó en 1879, en Madrid, el Partido Socialista Obrero Español (PSOE), (marxista y revolucionario) cuyos objetivos eran la emancipación completa de los trabajadores; la transformación de la propiedad individual en propiedad social y la posesión del poder político por la clase trabajadora. En 1888, la Uníón General de Trabajadores (UGT), el sindicato socialista. Sin embargo, fue en 1910 cuando Pablo Iglesias fue elegido diputado. Por su parte, el anarquismo tuvo un desarrollo más rápido, especialmente en Andalucía y Cataluña. En Andalucía, los anarquistas reclamaban la abolición del trabajo a destajo, el reparto de tierras y la elevación de los salarios de los jornaleros. Su forma de actuación fue mediante golpes rápidos y violentos que modificasen el estado de cosas. En Cataluña, la implantación del anarquismo tuvo su base en los obreros de otras zonas de España que fueron a trabajar a Barcelona, y en la intransigencia del empresariado catalán, teniendo dos manifestaciones: La primera, el anarcosindicalismo que priorizaba los aspectos laborales sobre cualquier otro, y por utilizar la huelga como arma política.
De esta rama surgiría la Confederación Nacional del Trabajo (CNT) en 1910. La segunda manifestación, obra de extremistas minoritarios, fue el terrorismo. Uno de sus mayores atentados fue el asesinato en 1897 del propio Cánovas del Castillo. Estas prácticas fueron contraproducentes, ya que las autoridades desencadenaron una campaña de represión implacable, con detenciones, torturas y condenas a muerte.
7.3 El problema de Cuba y la guerra entre España y Estados Unidos. La crisis de 1898 y sus consecuencias económicas, políticas e ideológicas: Antecedentes: Tras la independencia de la mayor parte del Imperio a inicios del Siglo XIX
(Ayacucho, 1824), sólo las islas de Cuba, Puerto Rico y las Filipinas continuaron siendo colonias españolas. Cuba y Puerto Rico basaban su economía en la agricultura de exportación centrada en el azúcar de caña y el tabaco, en la que trabajaba mano de obra negra esclava. Alcanzaron un importante desarrollo y fueron muy lucrativas para la metrópoli. Cuba se convirtió en la primera productora de azúcar del mundo. Las duras leyes arancelarias impuestas por Madrid convirtieron estos territorios en un «mercado cautivo’ de los textiles catalanes o las harinas castellanas lo que perjudicaba claramente a las islas antillanas, que podían encontrar productos mejores y más baratos en Estados Unidos. En Cuba y Puerto Rico, la hegemonía española se basaba en la defensa de los intereses de una reducida oligarquía esclavista, beneficiada por la relación comercial con la metrópoli. En Filipinas, la población española era escasa y había muy pocos capitales invertidos. El dominio español se sustentaba en una pequeña presencia militar y en el poder de las órdenes religiosas. Entre 1868 y 1878 tuvo lugar la Guerra Larga, que finaliza con la Paz del Zanjón. Fue un primer movimiento independentista cubano. El problema de Cuba y la querrá entre España y Estados Unidos: La ausencia de reformas llevó a las ideas independentistas, surgiendo las figuras de José Martí en Cuba y de José Rizal en Filipinas. En 1895, con el Grito de Baire, dio comienzo la guerra en Cuba. El peligro no estaba en los insurgentes cubanos; sino en EE. UU., interesados en Cuba. Las fases fueron: – Primero, España envió al general Martínez Campos (Paz de Zanjón) a negociar, pero fracasó. – Después, España mandó al general Weyler con el objetivo de lograr una victoria militar sin concesiones. Pese a la terrible represión, no logró evitar los avances de los secesionistas. – A finales de 1897 se vuelve a optar por la negociación y se otorga la autonomía a Cuba, pero ya era demasiado tarde. – La última etapa fue la intervención estadounidense. El nuevo presidente estadounidense adoptó una postura claramente antiespañola y prointervencionista. En esta situación inestable, se produjo la explosión del crucero acorazado Maine, del que se acusó a España. En consecuencia, el gobierno norteamericano declaró la guerra, quedando España completamente derrotada. El gobierno español decidíó firmar el Tratado de París en Diciembre de 1898 por el cual se otorgaba la independencia a Cuba, que junto con Puerto Rico, las Filipinas y Guam serian ocupadas por Estados Unidos. España recibíó por su parte una indemnización de 20 millones de dólares.
Las restantes colonias en Asía, (Islas Marianas, Carolinas y Palaos), incapaces de ser defendidas, fueron vendidas a Alemania en 1899. Las consecuencias del 98: – Consecuencias económicas: España perdíó los mercados coloniales, pero la recuperación de la industria fue rápida. La repatriación de los capitales situados en América resultó positiva, pues propiciaron un gran desarrollo de la banca española. Junto a esto, se llevará a cabo una reforma en el sistema de impuestos que llevará a España a tener súperávit en sus cuentas. – Consecuencias políticas: El sistema de la Restauración fue criticado por llevar al país a una guerra que causó miles de muertos. Sin embargo, el sistema sobrevivíó, aunque en ambos partidos surgieron figuras que pidieron acabar con el sistema de turno. – Consecuencias Ideológicas: La conmoción por la guerra provocó una crisis ideológica. Surgíó un movimiento que consideraba necesario regenerar la sociedad, la economía, la educación y el sistema político. Estas críticas las hicieron políticos como Francisco Silvela, que escribíó su «España sin pulso»; y economistas como Joaquín Costa, que llamó a reformar el país proponiendo implantar una verdadera democracia. La reforma de la educación, las ayudas sociales o las obras públicas eran medidas que se propónían para sacar al país de su atraso. Militares como el general Polavieja pretendieron realizar reformas en la administración, el ejército y de descentralización. Incluso eclesiásticos como Cascajares intentaron crear un partido para romper el turnismo.