Portada » Historia » Reino Visigodo de Tolosa y Toledo: Historia y Expansión
Después de su periplo por tierras imperiales, Walia firma con Roma un fodeus en el 418, justo antes de su muerte. Con él los visigodos pueden asentarse por fin como pueblo federado y opta al reparto de tierras en la Galia. De esta forma, se puede decir que comienza el Reino Visigodo de Tolosa. Aunque seguirá dependiendo de Roma, actuando como su brazo armado, con más o menos capacidad de acción, en función de la coyuntura política y los intereses propios de los monarcas germanos.
Eurico (466-484) accede al trono tras matar a su hermano Teodorico II, su reinado es relevante porque promovió una considerable expansión territorial en la Península Ibérica y el inicio de los asentamientos visigodos en ella. La Galia expande su reino hasta el rio Loira y ocupa la Narbonense II, la Viennense y los Alpes Marítimos. El reino de Tolosa se convierte en el más importante y grande de Occidente y el mayor en potencia militar durante su reinado. En el 472 decide invadir la Tarraconense, haciendo frente a la aristocracia hispanorromana a la que finalmente derrotó. En política inició una serie de obras públicas y pacto con obispos para atraer a la población hispanorromana.
Durante el reinado de su hijo, Alarico II (484 507) se incrementa la presencia visigoda en Hispania, favorecida por el conflicto de los francos. Los francos tienen como líder político a Clodoveo que se convierte al catolicismo después de la batalla de Tolbiac en 496 contra los alemanes, a partir de entonces el fortalecimiento del pueblo franco es muy notable, y como consecuencia de su conversión contará con el apoyo de todos los reinos cristianos, y lo más importante, del papado. En la batalla de Voullié (507) los visigodos son expulsados de Francia quedando reducidos a Hispania y trasladando su capital a Toledo.
Tras la muerte de Alarico II en la batalla de Vouillé, los magnates visigodos eligieron en Narbona como nuevo rey a Gesaleico (507-511), hijo ilegítimo de Alarico II. Gesaleico intentó defender Tolosa, la capital del reino, pero se vio obligado a replegarse hacia Hispania. El desastre visigodo lo evitó el rey ostrogodo Teodorico el Grande al enviar desde Italia un ejército al mando del general Ibba que logró detener el avance franco y recuperar Narbona, de manos de los burgundios, aliados de los francos.
El reino visigodo de Toledo fue fundado tras la derrota de los mismos en la Batalla de Vouillé (507) a manos de los francos, lo que les obligó a replegarse a Hispania. De la Galia solo conservaron el extremo occidental de Narbonense, poniendo así fin al Reino Visigodo de Tolosa. La nueva capital la situaron en Toledo, no se tiene constancia del momento exacto pero se ubica en el reinado de Atanagildo.
Los pasos más importantes que se dieron para la consolidación del reino ocurrieron durante el reinado de Leovigildo (572- 586) que llevó adelante una ambiciosa política de restauración de la autoridad de la monarquía visigoda sobre las zonas de Hispania que habían perdido. Comenzó en 570 con el ataque a la provincia bizantina de Spania, en un momento en que las preocupaciones del emperador estaban centradas en las amenazas que provenían del otro extremo del Imperio. Devastó la región de Bastetania, y en la campaña del año siguiente capturó Asidona. Sin embargo, Leovigildo no pudo tomar ninguna otra ciudad y ya no volvió a combatir contra ellos.