Portada » Historia » Reinado de los Reyes Católicos: Unificación Territorial y Política en España
Los Reyes Católicos fueron los artífices de la unidad territorial al reducir los cinco reinos de finales de la Edad Media a solamente dos.
La unidad es sólo dinástica, era una unidad débil, cada uno de los reinos mantuvo sus propias instituciones, sólo tenían en común la figura de los reyes y la política exterior. El concepto de España era todavía más geográfico que político. Por eso los Reyes Católicos no se llamaron reyes de España sino de reyes de Castilla, de Aragón…
Los Reyes van a fortalecer el poder real frente a otros poderes que le hacían sombra en la Edad Media: la nobleza, el clero y la burguesía. El enfrentamiento con la nobleza duraba más de un siglo, los Reyes Católicos los van a derrotar militarmente y les van a obligar a vivir en la corte. La nobleza perderá su poder político, pero no el económico. Para someter al clero pactan con el papa Alejandro VI el derecho de patronato, el nombramiento de los altos cargos eclesiástico los haría el papa, pero a partir de una lista de tres candidatos presentados por el rey, de esa manera el clero era dócil y estaba sometido. De la misma forma los reyes se convierten en maestres (jefes) de las órdenes militares, garantizándose así sus cuantiosas rentas. La burguesía urbana será sometida también, en las ciudades los reyes impondrán la figura del corregidor que impide que se tomen acuerdos en contra de los intereses del Estado.
Una vez concentrado el poder van a proceder a crear instituciones en las que apoyarse para gobernar. Veamos las más importantes:
Para la buena gobernanza de sus reinos vieron también conveniente la unidad religiosa, reducir las tres religiones medievales –judaísmo, cristianismo e islam– a una sola. De esa manera forzaron a los no cristianos a la conversión o a la expulsión. Los judíos que no quisieron convertirse fueron expulsados en 1492. Los musulmanes, asimismo, pasaron de ser mudéjares (musulmanes) a cristianos (moriscos). Ante la sospecha de que las conversiones no eran sinceras actuaba la Santa Inquisición, que se creó en Castilla en 1478.
Desde el punto de vista económico se continua con la lenta recuperación que se inicia en el siglo XV, y va a ser durante su reinado, con el descubrimiento de nuevos mundos, donde se encuentre la clave para la recuperación definitiva y el posterior desarrollo que se producirá en el siglo XVI. La población sigue viviendo de la agricultura, que no se ve modificada desde hace tiempo en cuanto a técnicas de cultivo. La industria casi no existe, la textil es la única que tiene algo de importancia. La principal riqueza de Castilla es la lana de sus ovejas, pero ésta sale a raudales por los puertos del norte -los nobles y el rey tienen más interés en los beneficios inmediatos de la exportación que en crear industrias textiles- y luego compran los paños elaborados en Inglaterra o Flandes a precios muy elevados, es, en definitiva, una economía colonial. La carencia de metales hace preciso su búsqueda en el exterior, esto será uno de los alicientes para la conquista de América. La preocupación por el comercio lleva a la construcción de astilleros en Bilbao y en Sevilla, y en la protección a las tradicionales ferias. En general la economía mueve a la intervención en otros puntos: norte de África, América.
Fue llevada a cabo principalmente por Fernando el Católico y tuvo varias direcciones como veremos, pero el objetivo fundamental era aislar a Francia, la gran enemiga y rival.