Portada » Economía » Regulación de Mercados e Inflación: Impacto en la Economía
Un mercado sin regulaciones implicaría que los niveles de información sobre el producto son perfectos en toda la cadena de producción, desde el fabricante de insumos al consumidor. Dado que existen asimetrías de información y costos para determinar las cualidades del producto al consumirlo, las regulaciones son necesarias para asegurar la competencia leal y el funcionamiento fluido de los mercados.
Adicionalmente, tener un mercado con buena información, que promueva la confianza entre agentes, permite el desarrollo de nuevos bienes y de mercados con un valor agregado potencialmente más alto.
La regulación debe proveer instrumentos que entreguen de forma rápida y efectiva mayores antecedentes relativos a las características del producto en cuestión y su cumplimiento de los parámetros regulados. La elaboración de regulaciones adecuadas está relacionada con el desarrollo de estándares técnicos y procedimientos de evaluación de conformidad.
Un país abierto como Chile, que ha orientado su desarrollo en base a la existencia de mercados eficientes, requiere aplicar las buenas prácticas regulatorias para que su economía siga creciendo. Tanto el exceso como la falta de regulación impiden el normal desarrollo de los mercados.
Es el aumento progresivo, constante y generalizado de los precios.
En realidad, la deflación no es buena y por eso los bancos centrales de todo el mundo se ponen un objetivo de estabilidad de precios que otorga un valor esperado para la inflación en torno al 2% (difiere según los bancos centrales, pero nunca se acerca demasiado a 0).
Si un banco central anunciase en una economía que los precios van a bajar, los agentes que actúan en ella decidirían posponer sus compras hasta que dicha bajada de precios fuese real, dado que pensarían, ¿para qué comprar hoy si mañana será más barato? Esto haría que existiese una caída en la demanda, y por consiguiente se generaría un exceso de oferta, es decir, las empresas se verían con más productos de los que pueden vender.
Al no poder colocar los productos en el mercado, las empresas bajarían de nuevo los precios para intentar deshacerse de sus stocks acumulados, con lo que los agentes de la economía seguirían haciéndose la misma pregunta que he mencionado antes, ¿para qué comprar hoy si mañana será más barato?, por lo que la compra se vería otra vez pospuesta.
Puede definirse como el porcentaje de variación del nivel general de precios entre dos períodos consecutivos.
El sector laboral tendrá cada vez menor acceso a bienes de primera necesidad, dado que los aumentos en los salarios son inferiores muchas veces al % de inflación.
Además, el sector empresarial cuyas rentas son diferidas y aleatorias, suele salir beneficiado del proceso inflacionario. Esto se debe a que los ingresos del sector empresarial son más sensibles al alza que sus costos, en los que pesa de manera especial la retribución del trabajo.
Cabe añadir que otro grupo social de rentas poco flexibles son las clases pasivas (pensionistas y capitalistas pasivos –quienes prestan su capital a interés fijo-), quienes se ven igualmente afectados por la inflación. Estos ven que sus ingresos tienen cada vez menor poder real de compra.
La inflación produce una evidente deterioración de la balanza de pagos, ya que perjudica las exportaciones al irse encareciendo el producto nacional, e intensifica las importaciones debido a que el producto interior se ha hecho más caro relativamente al procedente de otros países.
Estas aumentarían pues deben absorber el efecto inflación.
Costo de insumos, si se causa por aumento de demanda afecta la calidad y eficiencia, costo de menús.
IPC son las siglas de Índice de Precios al Consumidor.
El IPC es un índice en el que se valoran los precios de un conjunto de productos (conocido como «canasta familiar» o «cesta») determinado sobre la base de la encuesta continua de presupuestos familiares, que una cantidad de consumidores adquiere de manera regular, y la variación con respecto del precio de cada uno, respecto de una muestra anterior.
Todo IPC debe ser:
El IPC de los pobres no es un concepto demagógico sino muy por el contrario es una ecuación que refleja de manera más precisa la evolución de los precios en un segmento constituido por quienes ganan como ingreso familiar promedio una cantidad inferior a los 250 mil pesos.
Cuando proyectamos la inflación aplicamos una canasta ponderada, de acuerdo a las diferentes familias y cuando se dice que el costo de la vida subió en algún porcentaje con respecto a un año atrás se refiere al consumo de una familia promedio.
Ahora bien, la canasta del IPC dice que cerca de un 30% del gasto familiar se dedica a alimentación, sin embargo en los quintiles más pobres ese gasto representa cerca de un 50%.
Los consumos básicos en los segmentos más pobres son casi el doble de más importantes que en segmento medios. Si la alimentación sube un 5% a los pobres les afecta app. un 9%, más aún, un IPC normal refleja consumos inexistentes en los pobres como la entretención y otros que si bajan, baja el Índice global pero no baja el IPC de los pobres.
El Desempleo se define como el conjunto de personas sobre una edad especificada, que se encuentran sin trabajo, están corrientemente disponibles para trabajar y están buscando trabajo durante un período de referencia.
Resolución de la Decimotercera Conferencia Internacional de Investigadores Estadísticos del Trabajo (Ginebra, 1982).
Se define como el número de personas desocupadas como proporción de la fuerza de trabajo.
Los individuos, de 15 años y más, que no están empleados ni están buscando trabajo se consideran fuera de la fuerza de trabajo (económicamente “inactivas”).
Incluye a todas aquellas personas que buscando empleo y estando dispuestas a aceptarlo al salario vigente e incluso a un salario menor, no lo encuentran a pesar de estar capacitadas para ello.