Portada » Historia » Reformismo y Conflictos en el Reinado de Alfonso XIII: De la Restauración a la Dictadura
El reinado de Alfonso XIII, que comenzó en 1902 tras la regencia de su madre, María Cristina de Habsburgo-Lorena, y finalizó en 1931 con la proclamación de la II República, se desarrolló en un contexto internacional marcado por la Primera Guerra Mundial, la Revolución Bolchevique y la Gran Depresión.
El reinado se divide en dos periodos principales:
El Desastre del 98 evidenció la necesidad de una «regeneración» del país, basada en la reforma del Estado, el fomento de la riqueza y la educación pública. El regeneracionismo, también conocido como revisionismo, presentó diversas vertientes:
Tras la muerte de Cánovas, Francisco Silvela y Antonio Maura lideraron el Partido Conservador. Maura, durante su «gobierno largo» (1907-1909), impulsó reformas significativas:
Su lema, «hagamos la revolución desde arriba para que no nos la hagan desde abajo», reflejaba su intención de involucrar a las «masas neutras» en la política para erradicar el caciquismo. Intentó aprobar la Ley de Administración Local, que permitía la formación de mancomunidades, pero no lo consiguió. Maura dimitió en 1909 tras la campaña «Maura, no». Le sucedió Eduardo Dato, asesinado en 1920.
Tras la muerte de Sagasta (1903), José Canalejas lideró el Partido Liberal. Gobernó desde 1910 hasta su asesinato en 1912. Su gobierno implementó reformas importantes:
A pesar de la oposición católica, autorizó los signos exteriores del culto protestante y elaboró la Ley del Candado (1910), que prohibía el establecimiento de nuevas órdenes religiosas. Tras su asesinato, el Conde de Romanones asumió el liderazgo del Partido Liberal.
Los intentos regeneracionistas de los partidos dinásticos resultaron insuficientes, lo que llevó a la búsqueda de soluciones alternativas, como la Dictadura de Primo de Rivera y, finalmente, la II República, marcando una nueva etapa en la Historia de España.