Portada » Historia » Reforma Agraria en España durante la Segunda República: Contexto y Consecuencias
El autor de este texto es Manuel Azaña, quien fue elegido presidente del gobierno por Niceto Alcalá Zamora, presidente de la República, después del periodo del gobierno provisional tras la instauración del nuevo régimen y el comienzo del Bienio Reformista. Durante el gobierno del Frente Popular, cuando Alcalá Zamora no tiene el apoyo parlamentario, es sustituido en 1936 por Azaña, nombrando este a Casares Quiroga como presidente del gobierno.
El texto está escrito en 1939, año en el que finaliza la Guerra Civil. Tras la caída de Barcelona en enero, momento en el que Francia e Inglaterra aceptan el gobierno de Franco, Azaña se exilia a Francia. Días después cae Madrid, terminando la guerra con la victoria del bando sublevado.
Su objetivo está en hacer ver a la población que la reforma agraria era necesaria durante la República.
Centrándonos en el texto, vemos que recalca una serie de ideas:
Comienza tratándonos una serie de contrastes entre el avance en las ciudades y el atraso en los territorios rurales, destacando la gran diferencia en cuanto a avances tecnológicos. Más en concreto distingue entre terrenos propios de minifundios, en comunidades al noroeste de la península, destacando Galicia, que no da para alimentar al campesinado, y terrenos propios de latifundios, más propios de Andalucía y Extremadura, que no son bien explotados. Además, estos últimos contribuyen al aumento del paro, al propiciar el contrato de trabajadores durante cortos periodos de tiempo y bajos salarios.
El estado interviene con una serie de reformas agrarias. Durante el Bienio Reformista, y teniendo como objetivo acabar con el latifundismo y el absentismo de los propietarios, además de proporcionar tierras a los campesinos desprovistos de ella, crean el Instituto para la Reforma Agraria, estudiando fincas para su expropiación a cambio de una indemnización a fin de entregarlas a los colectivos de campesinos. El problema existía en que las fórmulas para las indemnizaciones eran muy lentas. Durante el Bienio de Derechas se recorta el presupuesto para el Instituto para la Reforma Agraria, se aumentan las indemnizaciones y se paralizan nuevos asentamientos. Cuando gobierna el Frente Popular, se aceleran los procesos y ante los asentamientos ilegales de los campesinos se establece una política de hechos consumados.
Destaca en el texto la frase: “Con socialistas ni socialistas”. Recordemos que él no era socialista, y la reforma no se hizo por influencia socialista sino porque había que hacerla. Durante su gobierno, los socialistas forman parte del gobierno durante el Bienio Reformista, y forman parte de la coalición del Frente Popular dando apoyo parlamentario. Durante la Guerra Civil dos socialistas son nombrados presidentes del gobierno: Largo Caballero y Negrín.
No consigue su objetivo, esta reforma no estuvo bien gestionada. Por una parte, no había suficiente dinero para las indemnizaciones, lo que atrasaba las fórmulas; como decíamos anteriormente, los campesinos ocupaban las tierras ilegalmente y el gobierno no toma medidas. Y por último no se explicó bien en qué consistía la reforma, los propietarios pensaron que se pretendía acabar con la propiedad privada, creando un clima de enfrentamiento, intolerancia y violencia.
Esto, sumado a otras causas como las relaciones con la Iglesia que dejaron de tener privilegio, uniéndose a la política educacional prohibiendo impartir clase a las congregaciones religiosas, la política laboral, en la que los obreros intentarán conservar por todos los medios sus derechos y el enfrentamiento entre autonomistas y centralistas, aumentará las ansias de conspiración que culminaran en una Guerra Civil.