Portada » Economía » Recursos Propios y Financiación de Mantenimiento
Son los recursos más estables de que dispone la empresa, ya que no se han de devolver en toda la vida de la misma.
Los recursos propios de la empresa están formados por capital y reservas:
El capital está formado por las aportaciones de los socios al constituirse la sociedad y, además, por las sucesivas ampliaciones de capital que se puedan producir.
Las reservas provienen de los beneficios no distribuidos por la empresa y forman parte de su autofinanciación interna. Los beneficios se obtienen a partir del resultado, el cual se consigue como consecuencia del desarrollo de su actividad. Las reservas pueden ser de diferentes tipos: legales —cuando su cantidad está fijada por la ley—, estatutarias —cuando están fijadas por los estatutos de la empresa— y voluntarias —cuando están determinadas por la obtención de beneficios extraordinarios y reservas procedentes de subvenciones estatales y privadas—. Las reservas son los beneficios que se quedan en la empresa; con ellas se puede hacer nuevas inversiones y, por lo tanto, favorecen el crecimiento. Por este motivo, las reservas también reciben el nombre de autofinanciación de enriquecimiento.
A diferencia de las reservas, existe otro tipo de financiación que no representa un crecimiento para la empresa, sino que supone una autofinanciación de mantenimiento para sostener la capacidad productiva de la empresa, en la medida que proviene de una parte del resultado que no sale de la empresa. La financiación de mantenimiento está formada por las amortizaciones y las provisiones:
Las amortizaciones se calculan por el valor que va perdiendo el inmovilizado en el proceso de producción. Los bienes del inmovilizado pierden valor por el propio uso que se hace de ellos en el proceso productivo —y que hace que se desgasten físicamente—, o bien por su obsolescencia a causa de los cambios tecnológicos que se producen. Cuando se acaba un ejercicio económico, se calcula la pérdida de valor que se ha producido en los activos de la empresa y se incorpora al valor del producto como un coste más que se cobrará en el importe de la venta. A medida que pasan los años, el fondo de amortización va aumentando en el valor que se han depreciado los activos, de forma que, al final de la vida económica de éstos la empresa podrá sustituirlos haciendo uso del dinero acumulado en este fondo.
Es evidente que la empresa, mientras llega el momento de sustituir el inmovilizado, utiliza el fondo de amortización como fuente de financiación, para hacer inversiones que den una rentabilidad superior a la que se obtendría por ese dinero si estuviese guardado en la caja fuerte de la empresa.
Las provisiones son también una parte del resultado de la empresa, que crea un fondo para hacer frente a ciertas pérdidas que aún no se han producido, o bien futuros gastos. Por ejemplo, pérdida de los valores mobiliarios, fondos para indemnizaciones, pago de impuestos, etc.
Los fondos de amortización y provisiones, a diferencia de las reservas, no representan un crecimiento para la empresa, sino que suponen una autofinanciación de mantenimiento.
Cuando la empresa llega al final del ejercicio económico, obtiene un resultado de las actividades que ha llevado a cabo. De este resultado, una parte se destina a dotaciones de amortizaciones del inmovilizado y a dotaciones de provisiones para pérdidas previsibles, pérdida de valor de las existencias, deudores morosos, etc.; otra parte se destina al pago del Impuesto de Sociedades; otra, a la retribución de los propietarios de la empresa en forma de dividendos; y el resto pasa a reservas de la empresa.
La empresa debe diseñar técnicas de reclutamiento encaminadas a recibir candidaturas de las personas interesadas en cubrir un puesto de trabajo, según los requerimientos descritos en éste.
Las técnicas pueden ser internas o externas:
a) Reclutamiento interno: consiste en la captación de candidaturas de personas que forman parte de la plantilla de la empresa, mediante procesos de promoción interna.
b) Reclutamiento externo: consiste en la captación de candidaturas de personas ajenas a la empresa utilizando diversas fuentes :
• Bolsas de trabajo de entidades sociales o educativas (universidades y centros de formación profesional)
• Agencias de colocación: son entidades sin ánimo de lucro que colaboran como intermediarios para captar candidatos.
• Servicios públicos de colocación, Servicio Público de Empleo Estatal ( SEPE) o los servicios de empleo de las comunidades autónomas.
• Empresas de trabajo temporal (ETT), son intermediarios que proporcionan personal de forma temporal a las empresas que lo necesiten.
• Técnicas de INTERNET: como el reclutamiento electrónico (se accede a una página web donde está la información del puesto y los formularios a rellenar), las redes profesionales (generar relaciones laborales entre usuarios profesionales, con los que se haya tenido una relación profesional, Linked In) y los portales de trabajo (Infojobs, Laboris, Infoempleo o Monster)