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Ante estos interrogantes, algunos filósofos sostienen una postura determinista, según la cual, todo cuanto hacemos está prefijado y sucede de un modo inevitable. La libertad no es más que una ilusión surgida de la ignorancia. El determinismo es defendido por los dos siguientes autores:
– Spinoza: pensaba que todo lo que ocurre está predeterminado. Nuestras acciones no dependen de la voluntad, sino que obedecen a causas que pueden investigarse y descubrirse. Pero como las personas ignoran estas causas, tienen la impresión de que actúan libremente. Cuando arrojamos una piedra al vacío, esta cae obedeciendo la inexorable ley de la gravedad. Según Spinoza las personas también estamos dirigidas por causas superiores a nosotros, pero nuestro desconocimiento hace que vivamos la ilusión de la libertad
Skinner: su psicología conductista defiende que la conducta puede modelarse completamente mediante el aprendizaje. Utilizando un adecuado sistema de premios y castigos, las personas pueden aprender a comportarse del modo en que queramos. Un entrenamiento adecuado garantiza que podamos predecir la conducta con total seguridad. Skinner creía que la aplicación sistemática y rigurosa de un entrenamiento conductista podría cambiar por completo la sociedad. De este modo sería posible, por ejemplo, eliminar totalmente el crimen o la delincuencia, así como educar a todas las personas para que fueran amables, respetuosas y honestas.
Frente a la postura de los filósofos deterministas, también ha habido pensadores que han defendido la existencia real de la libertad humana.
Sartre: pensaba que “el ser humano es libertad”. No se trata de que el ser humano tenga la capacidad de elegir, sino de que consiste en libertad. Para entender esto, Sartre distingue entre esencia y existencia. Según nuestro autor, todas las cosas que vemos a nuestro alrededor tienen una esencia prefijada que determina lo que son. La esencia de una piedra o de un árbol define lo que son. Las personas, en cambio, no tienen una esencia fija y definida. Con las decisiones que hacemos a lo largo de nuestra existencia, las personas nos convertimos en aquello que acabamos siendo. Nuestra libertad nos permite configurar el tipo de persona que queremos ser, y esta es una capacidad única de los seres humanos.
TRES PERSPECTIVAS DE LO BELLO:
a) El objetivismo estético o formalismo estético: Según el objetivismo estético, la belleza del Guernica es una carácterística que se encuentra en la propia obra de arte.
Para un objetivista estético, este cuadro tiene algunas propiedades (composición, estructura, combinación de elementos, técnica, originalidad, temática…) que hacen de él una pieza extraordinaria. Así, se considera que el elemento fundamental de una obra de arte es su estructura y su composición.
b) El subjetivismo estético o expresionismo estético: los partidarios del subjetivismo estético afirman que el criterio para distinguir la belleza de la fealdad se encuentra en las personas que valoran el arte. Son los espectadores los que la califican de este modo de acuerdo con los sentimientos que la obra les inspira. Según este punto de vista, lo que caracteriza al arte es la capacidad de suscitar emociones y sentimientos.
c) La teoría simbolista: Lo que concede valor a una obra de arte es esta capacidad de simbolización. Así, las obras más dignas de aprecio serán las que contengan una gran riqueza de significaciones y asociaciones. Así, el Guernica tendría un gran valor artístico por ser capaz a simbolizar los sufrimientos de la guerra.
¿Por qué es enigmática la belleza?
Porque mostrándose en las cosas sensibles, la belleza, aparece de infinitos modos distintos y parece ser de diferente modo en cada cosa; porque hay cosas bellas, ciertamente. Pero lo bello mismo no se da como algo que exista con estas carácterísticas u otras, fijado en una cosa o en otra: lo bello en sí no es ninguna de las cosas bellas concretas.
Suele decirse que las cosas bellas ponen de manifiesto una BELLEZA LIBRE, en la media en que aparecen ante nosotros como algo, que nos satisface espiritualmente, sin satisfacer por ello ningún interés particular nuestro, ninguna utilidad, ya sea cognoscitiva, moral o meramente emotivo.
Entonces, hay cosas artificiales que son también artísticamente bellas, además de acusar en su apariencia una peculiar finalidad.Esas cosas que, por así decirlo, son bellas por añadido, son cosas con una belleza que puede denominarse BELLEZA ADHERENTE , para diferenciarlas de las obras de arte en cuanto belleza libre.
La estética es una disciplina que tiene como objeto los juicios de apreciación relativos a lo bello y a lo feo, es la teoría del arte en general
La estética pretende ser concepto y teoría de lo que es una obra de arte y, por lo tanto, de quien es un artista.
Usamos la expresión arte para denotar habilidades y destrezas. El arte requiere destreza y habilidad; pero lo artístico no se pone de manifiesto en la habilidad o destreza con la que se ha producido.
Los trazos de una obra de arte que nos hablan de la actividad y la destreza del artista, hablan en la obra, pero no nos dice qué es lo artístico de la obra. Esos trazos, la técnica, son esenciales a lo artístico mismo.
La técnica es para el artista el medio del que se sirve en su creación. Mediante la técnica misma, como instrumento, el artista no puede saber lo que terminará siendo su obra al finalizar su trabajo; el arte como tal excede lo meramente técnico, depende de la creación. No le sucede lo mismo al artesano.
El artesano sabe exactamente lo que quiere hacer antes de hacerlo, lo realiza atendiendo a una planificación. La artesanía es una producción. Esa es la diferencia entre la técnica artística y la técnica artesanal.
El quehacer artístico requiere un talento natural para crear obras originales, ejemplares.