Portada » Lengua y literatura » Realismo Fantástico y Nueva Narrativa Hispanoamericana: Autores Clave y Características
La narrativa fantástica introduce hechos extraordinarios o inexplicables que perturban el orden cotidiano, o crea mundos irreales que indagan en el enigma de la existencia. A principios del siglo XX se escribieron obras que manifestaban un rechazo de los temas y procedimientos realistas mediante la incorporación de lo irracional, como El hombre que parecía un caballo (1914) de Rafael Arévalo Martínez. En el ámbito del cuento hay que citar los relatos de Felisberto Hernández como La envenenada (1931), entre otros.
En los años 40 surgió el maestro indiscutido de los nuevos narradores: Jorge Luis Borges.
Su obra narrativa comenzó con la publicación de Ficciones (1944), volumen que reunía dos libros de cuentos. Más tarde, en 1956, añadió tres nuevos cuentos. La concepción idealista de Jorge Luis Borges lo llevó a construir mundos de ficción que cuestionan la lógica de la realidad. En sus textos, plantea la dificultad de desentrañar las reglas que rigen el universo misterioso, ambiguo, caótico y complejo. En realidad caben tanto lo racional como lo absurdo.
Los cuentos borgianos se caracterizan por ilustrar narrativamente estas preocupaciones, con lo que los temas fundamentales son metafísicos: la búsqueda y el tiempo. Las historias fantásticas se sustentan en referencias a las filosofías europeas y orientales, la literatura inglesa, el pensamiento cristiano y la mitología clásica. Borges acude también a la tradición literaria argentina, alude a personas reales, incorpora sucesos autobiográficos o comenta libros apócrifos o de autores inventados. Hay que destacar la presencia constante de la ironía.
En la evolución de la narrativa destaca un conjunto de obras que confirman la búsqueda de nuevas formas de expresión.
La obra de Rulfo se reduce prácticamente a dos títulos: El llano en llamas (1933) y Pedro Páramo (1955), una de las novelas de mayor relevancia del periodo.
Se inicia en la producción narrativa con diez cuentos publicados en el periódico. En su primera novela, La hojarasca (1955), aparece por primera vez el pueblo de Macondo y se anticipan acontecimientos que desarrollará la historia de Cien años de soledad (1967), su obra más famosa.
Es autor de una importante obra cuentística, que cultivó desde sus inicios en la práctica literaria como Bestiario (1951), entre otros. Utiliza lo fantástico para plantear los temas que le preocupan: en situaciones realistas, en un mundo cotidiano, irrumpe lo insólito, lo irracional, lo inesperado, que altera y transforma la vida rutinaria. En sus obras se aprecia una búsqueda existencial en una realidad vista como absurda, un ansia de autenticidad, de libertad y de pureza. Sus textos incluyen reflexiones sobre la creación y el lenguaje poéticos.
Su narrativa se inscribe dentro del neorrealismo: un realismo renovado en técnicas y formas expresivas, que encierra una visión crítica de la realidad social y política. Su obra más importante es La ciudad y los perros.
Expertos en sociología opinan que una comunidad lingüística que tenga una variedad diastrática y una variedad dialectal, genera una variedad media que sirve por igual a todos los hablantes y que se podría denominar lengua común. Este uso de la lengua se define por la aceptación y aplicación correcta de las reglas gramaticales, es decir, la norma. Cuando la lengua se ajusta a esa norma, recibe el nombre de lengua estándar. Es una variedad como todas las demás, pero es empleada de forma habitual en los medios de comunicación, en la enseñanza, etc.