Portada » Lengua y literatura » Quienes componen el ejercito de don carnal
Primero, hay que saber escoger a la mujer: ha de ser hermosa, ni muy alta ni enana, ni villana. Tiene que ser de buena talla, de cabeza pequeña, pelo rubio sin teñir, cejas separadas, caderas anchas, ojos grandes, pestañas largas, orejas pequeñas, nariz afilada, dientes pequeños, labios rojos y gruesos, boca pequeña y cara blanca y sin pelos. Se debe procurar verla antes sin camisa para comprobar su talle. A la mujer que envíes como mensajera, escógela de tu familia y no de tu servicio, para que haga bien su labor de mentir. Si no tienes una pariente para tal fin, busca a una vieja de las que andan por las iglesias, que suelen emplearse como parteras: las trotaconventos. El Amor continúa sus consejos anatómicos intercalándolos con la sentencia: «En la cama muy loca, en casa muy cuerda».
Luego añade:”De tus joyas hermosas da la que puedas; cuando no quieras o no tengas qué dar, promete mucho aunque no lo des, que ella hará lo que quieras» y «Sírvela, que sirviendo el amor crece»; «Agradécele mucho todo lo que haga por ti»; y no seas perezoso en estar con ella: «Por pereza se pierde mujer de gran valor”.
No hables deprisa ni despacio, no seas arrebatado ni laxo. No juegues a los dados, no pelees, no te vanaglories, no seas celoso, no alabes a otra en su presencia, alábale a ella, no le mientas. Que no sepa nunca que amas también a otra. A los demás háblales sólo de su bondad, pero no la alabes más, pues la puedes perder. El Amor termina su contestación y el Arcipreste dice que nunca ha encontrado a una mujer como las que relata el Amor.
Pitas Payasera un pintor de Bretaña, que se casó con una moza. Antes de pasar un mes del matrimonio, el pintor debe irse de viaje a Flandes. Ella le pide que no le olvide. Él le pinta bajo el ombligo un pequeño cordero y se marcha. Como el marido tarda dos años en volver, ella toma un amante hasta que se borra el dibujo. Al tener noticias de la vuelta del pintor, le dice a su amante que le pinte otro cordero, pero él le pinta un carnero adulto, con cuernos y todo. Cuando el pintor ve el nuevo dibujo, pide explicaciones a su esposa, que le contesta que si no hubiera tardado tanto en volver habría encontrado al cordero. Moraleja: no abandones lo tuyo, pues caerá en manos de otro, como cuando un cazador ahuyenta una liebre que acaba atrapando otro cazador.
El Arcipreste se va de viaje a la sierra. La Chata
Juan Ruiz se va de viaje a la sierra, pierde la mula y no encuentra comida. Cruza el puerto de Lozoya (en la sierra de Guadarrama, al norte de Madrid) y se encuentra a una vaquera serrana, la Chata, que le intercepta el paso pidiéndole algo como pago. Él le ofrece algunos presentes y ella lo lleva sentado en sus hombros. Luego relata el suceso en una cantiga donde se añade que ella es muy fea y que le lleva hasta su casa, donde le da de comer abundantes viandas. Luego ella le dice que se desnude, le coge por la muñeca y se cobra los servicios fornicando con él, lo que la convierte en la sexta con la que el Arcipreste relata querer o tener relación.
Continúa el viaje. Segunda serrana
El Arcipreste llega a Segovia y acaba con todo su dinero, con lo que decide volver a su casa. Pero no pasa por Lozoya, puesto que no lleva joyas para la Chata, sino que regresa por el puerto de la Fuenfría (también en la sierra de Guadarrama). Perdido, se encuentra a otra serrana, a la que pide morada. Ésta le dice que parece tonto y le da un bastonazo en la oreja que lo tumba. Ella lo requiere para acostarse pero él repone que tiene hambre. «Si antes no comiese no podría bien luchar».Ella acaba aceptando y tras darle de comer vuelve a requerirle, pero él se va. Compone para la ocasión una nueva cantiga. Allí se relata que la serrana se llamaGadea y vive en Riofrío (Ávila).
Llegada a Cornejo y tercera serrana
Continuando el camino, llega a Cornejo (Burgos), donde encuentra a una serrana estúpida. Le dice que es pastor y se quiere casar con ella. Compone la cantiga subsiguiente, donde se dice que ella se llama Menga Lloriente y se cuentan los pormenores de lo que ofrece él (trabajo) y lo que pide ella (presentes).
Cuarta serrana. La monstruosa
El autor continúa el viaje por la sierra. Hace frío y se encuentra perdido. Se encuentra con una mujer que parece un monstruo, pero le pide posada. Ella le contesta que se la dará si es bien pagada, y le lleva a la Tablada.Es horrible y gigantesca . Él le ofrece dinero pero ella de momento quiere trotar con él. Le da de comer, y luego sí le pide presentes y dinero, que él no tiene, con lo que se va, llegando hasta el santuario de Santa María del Vado y le reza unas cantigas a la Virgen
Una vez ya en su tierra, y estando a la mesa en Burgos con don
Jueves Lardero, el Arcipreste recibe una carta de Castro Urdiales de la Santa Cuaresma donde le pide que desafíe en su nombre a don Carnal, y otra carta dirigida al mismo don Carnal donde le afrenta para una batalla. Don Jueves le dice al Arcipreste que batallará con don Carnal, como todos los años. El ejército de don Carnal se compone de ricas viandas: gallinas, conejos, quesos, vino, jamones… Y como armas ollas de cobre, sartenes, etc. A medianoche llega doña Cuaresma, esperando a que todos estén amodorrados por haber comido mucho. Los soldados de doña Cuaresma que van hiriendo a los de don Carnal son un puerro, una sardina, truchas y otros peces. Al final, doña Cuaresma gana la batalla, hace preso a don Carnal y ordena que guarde el ayuno.Llegó un fraile para confesar a don Carnal, y éste le entregó sus pecados en carta cerrada.
El fraile le dijo que no le perdonaba así, que tenía que confesar de viva voz. La confesión sólo se obtiene si se cree que hallarás salvación por la penitencia. El fraile confesó por fin a don Carnal, y le puso como penitencia comer cada día un solo manjar.Ganada la batalla, doña Cuaresma impone su ley. El Miércoles de Ceniza, manda limpiar las casas y que todos los cristianos reciban en su frente la cruz de ceniza, para recordarles que acabarán siendo ceniza también, y permanezcan limpios. Don Carnal se va recuperando, y pide a don Ayuno (su carcelero) que le acompañe a la misa del Domingo de Ramos.
Pero don Carnal se escapa y se va a la judería, en cuya carnicería le acogen y le dan un caballo para que escape al día siguiente a la sierra. A su paso, los animales gritan dolientes. Desde su refugio, envía una carta a la Cuaresma, en la que se declara su mortal enemigo y le reta a combatir de nuevo al domingo siguiente. Al recibir estas noticias, doña Cuaresma huye el Viernes Santo.
El Sábado Santo dos emperadores hacen su aparición: son don Amor y don Carnal. Todo el mundo sale a recibirles. A don Carnal, los carniceros y los judíos y los pastores. Con su cuchillo va degollando animales a su paso, todos le dan dinero y «cobra cuanto ha perdido en los pasados meses».
El Domingo de Pascua, los pájaros, las plantas y los instrumentos musicales salen a recibir a don Amor, que también recibe las procesiones de los clérigos de las distintas órdenes religiosas, frailes y monjas. Todos se diputan darle posada, pero él les promete merced por igual. El Arcipreste le recuerda que fue su criado y don Amor acepta ser hospedado por él.
PALABRAS DEL ARCIPRESTE POR LA PÉRDIDA DE LA TROTACONVENTOS:Juan Ruiz muestra su pesar por la muerte de Trotaconventos, que tan bien le sirvió. Dice: muerte, que no distingues buenos de malos, ricos de pobres, y te enemistas con todos. Nadie puede huir de ti. Excepto los cuervos, nadie te quiere. No tiene sentido atesorar, puesto que llegas tú y no se puede uno llevar nada. Los parientes esperan que uno muera para heredar y se enfadan con el médico si les dice que sanarás. Y si la viuda es joven, todos la pretenden antes de misa de difuntos. Después de dolerse de nuevo por la muerte de su alcahueta, le compone un epitafio.