Portada » Magisterio » Que significa diversidad física
Las alumnas y los alumnos son diversos. Una acción educativa eficaz acepta como algo incuestionable el hecho de que el alumnado, sobre el que se pretende incidir, son diferentes en una serie de aspectos y, sus respuestas, por consiguiente, tampoco serán homogéneas. Los ritmos de aprendizaje entre el alumnado son diferentes, de forma general para todos los aprendizajes o de forma específica en tareas concretas. Existe, en primer lugar, diferencias notables con respecto a las posibilidades antes el aprendizaje. Los alumnos tienen diferentes ritmos de aprender y la acción educativa incide de manera efectiva en estos ritmos, y amplía progresivamente su capacidad para aprender siempre que la ayuda pedagógica se ajuste a sus carácterísticas peculiares y se utilizen las estrategias didácticas oportunas.
Ámbitos en los que se manifiesta la diversidad:
Diversidad de ambientes (sociales, cultural, económicos)Cada individuo tiene un origen, una historia, una cultura y, por tanto, unas costumbres y posibilidades que conforman su vida cotidiana, sus creencias, actitudes y comportamientos. En este sentido, se debe enfocar la enseñanza en torno a las diferencias desde la perspectiva de que todo el mundo forma parte de una determinada sociedad, tiene una cultura y que estos aspectos son valiosos y merecen respeto y que la diversidad enriquece la clase. Diversidad de intereses, motivación y expectativas. Diversidad de aprendizajes previos y niveles de desarrollo(No todos los estudiantes presentan el mismo nivel de madurez y aprendizajes previos a la hora de afrontar los distintos contenidos de enseñanza). Diversidad de capacidades, habilidades, estilos y ritmos de aprendizaje( El desarrollo del proceso de enseñanza-aprendizaje también está determinado por las capacidades y habilidades de los estudiantes. No todos los alumnos aprenden lo mismo en los mismos tiempos, de la misma forma ni con la misma facilidad).
La diversidad, por tanto, ha de ser contemplada en todos los niveles de enseñanza, ciclos y etapas educativas y ha de establecerse, según las capacidades cognitivas, psicomotrices, sensitivas, expresivas, relacionales; los intereses, motivaciones y expectativas personales; los niveles de desarrollo y conocimientos previos; los estilos, ritmos y estrategias de aprendizaje; las peculiaridades ambientales y las habilidades sociales.
La clase entera podría beneficiarse de una perspectiva que reconozca la diversidad y trabaje a partir de ella, especialmente de dos maneras: Primero, incrementar la diversidad significa incrementar la exposición de los alumnos a situaciones diferentes y a distintos bagajes y, como consecuencia, se incrementa el número de estrategias y habilidades a adquirir. Segundo, adoptar la perspectiva de la diversidad nos obligaría a rechazar la idea del estudiante modelo. Si a los alumnos se les dejase de presionar para encajar en un modelo determinado, el proceso de aprendizaje se convertiría quizá en algo más fluido y deseable, en el que sería más fácil reconocer el mérito individual de una forma personal. En nuestra opinión, esta valoración individual dejaría más espacio para trabajar una autoestima positiva, para mejorar las habilidades y capacidades de cada alumno y para permitirles beneficiarse de las de sus compañeros, evitando clasificaciones tajantes de éxito y fracaso.
3. Cambios para conseguir que el proceso de aprendizaje tenga lugar en un ambiente en el que activamente se respeten y valoren las diferencias individuales:
Sería necesario hacer una serie de cambios para conseguir que el proceso de aprendizaje tuviese lugar en un ambiente en el que activamente se respeten y valoren las diferencias individuales, pero a continuación vamos a tratar algunos de los puntos concretos que nos parecen más relevantes: Primero, la proporción entre estudiantes y profesores debe ser sensiblemente reducida, y ello significa inevitablemente gastar más dinero en Educación. Segundo, se debe contratar profesorado especializado para ayudar a los profesores a tratar a los estudiantes de una forma individual (por ejemplo incrementando la presencia de profesores de las lenguas maternas de los niños), y ello requiere, de nuevo, una mayor inversión en educación. Tercero, se debe desarrollar toda una serie de recursos y es necesario hacerlos fácilmente accesibles a los profesores (de hecho existe ya un gran cantidad de recursos desarrollados en los últimos años, pero los profesores no tienen un acceso fácil a ellos), y de nuevo estamos hablando de gastar más dinero en educación. Cuarto, el currículo debe ser dividido en dos partes: a) un núcleo realista de fundamentos indispensables para que sean adquiridas por todos los alumnos que incluya estrategias que van más allá de la mera información; b) un cuerpo de información complementaria que será empleado cuando haya tiempo, espacio e interés. Es inútil e incluso nocivo para los alumnos fijar unos estándares que no pueden ser cumplidos por un número de alumnos cada vez mayor