Portada » Lengua y literatura » Que piensa don quijote al ver a los galeotes encadenados y sancho
En este capitulo Don Quijote relata su encuentro con Montesinos.
Don Quijote contó que en la cueva había visto al primo y amigo de Montesinos, Durandarte, el cual yacía en carne y hueso en un sepulcro de mármol debido a un encantamiento del mago Merlín. Dijo que también estaban allí encantados Belerma, dama de Durandarte; su escudero, Guadiana convertido en río y otros muchos amigos y parientes de Durandarte convertidos en lagunas.
Sancho no se podía creer lo que contaba pero no pudo aguantar su risa cuando Don Quijote dijo que había visto a dulcinea y a las dos damas que la acompañaban y que estas le habían pedido seis reales a cambio de un pañuelo de algodón. Don Quijote le dijo a Sancho que no se podía creer lo que este decía debido a que no tenia experiencia en el mundo pero que algún día le demostraría que todo aquello era cierto.
A los dos día llegaron Don Quijote a la orilla del río Ebro donde Don Quijote vio un barco sin remos ni velas amarrados a la orilla. Don Quijote sé penso que era una nueva aventura en donde debía montarse en el barco e ir a rescatar a un caballero. A pesar de que Sancho le avisó que el barco era de unos pescadores Don Quijote no le hizo caso y se montaron ambos en la barca.
Una corriente les llevó hacia unas grandes aceñas que había en la mitad del río. Los molineros que vieron como Don Quijote y Sancho se iban sobre las ruedas de las aceñas les tiraron de la barca con unos palos yendo luego los molineros detrás de Don Quijote y Sancho para evitar que se ahogaran.
Después de esto los molineros le pidieron a Don Quijote que les pagara los daños, Don Quijote les dijo que lo aria con la condición de que liberaran al caballero que tenían prisionero. Los molineros al no entenderle le pidieron el dinero a Sancho el cual se lo dio sin ningún problema.
Don Quijote y Sancho viendo que esa aventura estaba reservada para otros caballeros se marcharon del lugar volviendo a su camino hacia Zaragoza.
Por la noche llevaron a Don Quijote y a Sancho hacia el caballo y le dijeron que deberí an taparse los ojos porque la altitud que iban a alcanzar era muy grande y le podí an marear. Don Quijote y Sancho accedieron, y al momento les dijeron que para activar el caballo habí a que mover una clavija que se encontraba en el cuello del caballo. Y para bajarse del caballo cuando llegasen tendrí an que esperar a que este relinchara.
Cuando Don Quijote apretó la clavija todos los allí presentes se despedí an como si realmente se estuvieran moviendo, incluso imitaban el calor de la altitud y el movimiento del viento. Al cabo de un rato los allí presentes encendieron la cola de Clavileñ o el cual al estar lleno de cohetes salió disparado por el aire tirando a Don Quijote y a Sancho al suelo. Cuando se levantaron vieron que no se habí an movido de lugar y que a su alrededor estaban los mismos personajes que antes y observaron tambié n que junto a ellos habí a una lanza con un mensaje el cual decí a que Don Quijote habí a vencido con solo intentarlo y que Malambruno se contentaba con eso y habí a desencantado a la Trifaldi y a sus doncellas. Tambié n decí a que igualmente se desencantarí a Dulcinea en cuanto Sancho cumpliera lo prometido. Cuando el Duque leyó la carta felicito efusivamente a Don Quijote por su hazañ a.
Sancho le dijo a la Duquesa que durante su viaje en Clavileñ o se habí a quitado el pañ uelo y habí a visto como el mudo y las personas eran muy pequeñ as desde esas alturas, la Duquesa al decirle que eso era imposible Sancho le respondió que mediante el encantamiento nada era imposible. Sancho prosiguió contando que habí a estado tan cerca del sol que habí a podido comprobar que realmente era muy grande, tambié n dijo que se habí an detenido en la constelació n de las siete cabrillas ya que como Sancho habí a sido cabrero se entretuvo un poco con ellas.
En una de las noches en que Don Quijote dormía apaciblemente escucho como alguien entraba silenciosamente en su habitación. Pensando que era Altisidora que quería perturbar su honestidad se puso de pie encima de la cama. Al entrar la dueña Rodríguez vio a Don Quijote de esa manera y ambos se asustaron enormemente.
Después de ese susto la dueña comenzó a decirle a Don Quijote que le necesitaba por temas caballerescos.
La señora comenzó a contarle a Don Quijote su historia, en la cual decía que ella tenia una hija que había sido seducida por el hijo de un siervo del Duque, el cual le había pedido matrimonio a la pobre niña. También le dijo a Don Quijote que ya le había pedido con anterioridad al Duque que la ayudara pero este no le hacia caso a la dueña por que este labrador solía prestarse dinero y arreglarle algunos chanchullos.
En un momento de su conversación la dueña comenzó a meterse con Altisidora y con la Duquesa. Después de haber dicho esto la dueña se apagaron las luces de extraña manera y Don Quijote y la dueña comenzaron a recibir pellizcos a azotainas. Después de esta peculiar batalla ambos acosadores se marcharon de la habitación, la dueña salió de la habitación de Don Quijote llorando y Don Quijote se quedó sin saber que extraños encantadores le habían hecho eso.
En casa de Don Antonio Don Quijote y Sancho pasaron unos días. El primer día después de comer Don Antonio les enseño un busto que según él respondía a todo lo que se le preguntase pero que aquel día no podía hablar ya que los viernes no solía hablar.
Después de esto Don Quijote, Sancho y Don Antonio salieron a dar una vuelta y sin que Don Quijote se diese cuenta le pusieron en su espalda un cartel que ponía: «este es Don Quijote de la Mancha». Don Quijote al ver que todo el mundo le conocía se puso muy contento ya que se demostraba así que era un hombre famoso por sus aventuras.
Por la noche en una fiesta a la que asistieron dos muchachas sacaron a bailar a Don Quijote y este tras un rato bailando acabó diciendo que le dejaran en paz esas muchachas que para él la única mujer era Dulcinea del Toboso. Sancho al ver a Don Quijote le acostó para que descansara después de tan agitado baile.
Al día siguiente día Don Quijote y sus amigos fueron a la sala del busto a hacerle preguntas. Lo que ellos no sabían era que el busto hablaba porque conectado a él había un tubo por el que llegaba la voz del sobrino de Antonio que sabiendo quien había junto al busto respondía por conjeturas.
Las preguntas que le hacían eran fáciles de responder ya que cuando Sancho le preguntó si volvería a gobernar el busto dijo que gobernaría en su casa y que dejaría de ser escudero cuando abandonase a su amo. A los pocos días Don Antonio tubo que dejar la broma ya que sino la inquisición le castigaría.
A los pocos días Don Quijote visitó una imprenta y vio como en ella estaban corrigiendo el libro de Avellaneda al que volvió a criticar diciendo que era totalmente falso .