Portada » Geología » Que papel juega el manto y el núcleo en la dinámica de los volcanes
Los bordes divergentes (o constructivos) son los de dos placas que se separan. La separación hace que entre ambos bordes se formen grietas, a través de las cuales suele salir material fundido del manto, que solidifica en el exterior, rellena el hueco y forma nueva litosfera (las placas aumentan de tamaño). En estos bordes se forman dos tipos de estructuras dependiendo del tipo de litosfera de las placas: los rifts intracontinentales y las dorsales.
Los rifts intracontinentales son hundimientos del terreno con el fon- do muy fracturado, que se producen cuando una masa continental se rompe para originar dos placas con bordes divergentes. La separación debilita la litosfera, que, primero, se agrieta y, después, se hunde. Así se formó la zona de África oriental (el llamado Gran Valle del Rift).Las dorsales son elevaciones del fondo marino de decenas de miles de kilómetros de longitud, cientos de kilómetros de anchura y unos 2 km de altitud, con una fosa (rift) que ocupa el eje central. Se forman en los bordes divergentes de dos placas constituidas por litosfera oceánica.
Una de las principales dorsales de la Tierra es la que recorre de norte a sur el centro del Atlántico.
Los bordes transformantes son los de dos placas que se rozan al crecer o desplazarse en la misma dirección, pero en sentido contrario. En ellos, la litosfera ni se crea ni se destruye. Casi todos los bordes transformantes son fracturas perpendiculares a los bordes divergentes, que se producen por el diferente ritmo de crecimiento de las dos placas. Por esta razón, suelen aparecer en las dorsales, aunque algunas, como la falla de San Andrés, en California, están en la litosfera continental. Los bordes convergentes (o destructivos) son los limites de dos placas que se mueven una hacia la otra. En ellos se da una reducción de las placas implicadas (una destrucción de litosfera). La composición de la litosfera de las placas en la zona de colisión determina el modo en que esta se produce.
Convergencia entre placa continental y oceánica: En los bordes de colisión entre una placa continental y una placa oceánica, se produce el fenómeno de la subducción, es decir, la introducción de la placa oceánica (más densa) bajo la continental. La placa que subduce se hunde profundamente manto y se forma una fosa en la zona de contacto entre las dos placas. Este hundimiento se puede detectar, ya que la litosfera, al hundirse, roza con las rocas del manto y genera terremotos en numerosos puntos que se concentran en el llamado plano de Benioff, coincidente con la superficie de la placa que se hunde. Además de la subducción, el empuje entre las placas pliega y eleva las rocas de la placa continental. Esto origina una cordillera marginal paralela al borde con- vergente (como la de Los Andes).
Convergencia entre dos placas oceánicas: En los bordes de colisión entre dos placas de litosfera oceánica, la más densa de las dos (la más antigua) subduce bajo la otra con un ángulo pronunciado y con mayor velocidad que en el caso anterior. El hundimiento de la placa que subduce también origina una fosa en la zona de contacto entre placas. La «rápida» subducción funde las rocas del manto y origina magmas que ascienden hasta la otra placa y salen a la superficie a través de las grietas que se producen en ella. Estos magmas dan lugar a conjuntos de islas volcánicas agrupadas en forma de arco (arcos insulares), como las islas Aleutianas.
Convergencia entre dos placas continentales: En los bordes de colisión entre dos placas de litosfera continental, ninguna de las placas se hunde. Así, los dos bloques se empujan y sus rocas se pliegan, se rompen y se elevan formando una cordillera. El Himalaya se formó así, por el choque de las placas Índica y Euroasiática.
La actividad intraplaca consiste en manifestaciones volcánicas y sísmicas que se producen en zonas alejadas de los bordes activos. El principal ejemplo es el de los llamados puntos calientes. Un ejemplo de actividad intraplaca es el de algunos grupos de islas, como las de la cadena hawaiana, que surgen en mitad de una placa oceánica, se disponen formando una hilera, ordenadas según su edad. Esto se explica por la presencia bajo la litosfera de lo que se denomina un punto caliente, es decir, de un «penacho» o «pluma» ascendente de materiales ardientes del manto profundo, que generaría magmas al llegar a la litosfera y agrietarla. El ascenso a la superficie de esos magmas, en erupciones sucesivas, formaría las islas volcánicas. La placa situada sobre el punto caliente se va desplazando debido a la dinámica litosférica, mientras que la pluma sublitosférica se mantiene en el mismo lugar. Con el tiempo, esta situación genera islas volcánicas dispuestas en cadena: las del extremo que está sobre el pe- nacho térmico tienen vulcanismo activo; las que están en el extremo más alejado del penacho no tienen actividad y aparecen erosionadas.
Los relieves litológicos: Estos relieves tienen unas formas que derivan de la disposición original de las rocas (formas originales), y otras que resultan de la acción de los procesos exógenos sobre ellas (formas derivadas). Los principales relieves de este tipo son los volcánicos (formados sobre los materiales procedentes de la actividad volcánica)
, los graníticos (configurados, generalmente, sobre emplazamientos plutónicos de granito) y los kársticos (que se forman, casi exclusivamente, en masas de caliza). Son relieves que están determinados por la actividad volcánica en una regíón. Los relieves volcánicos Sus formas originales están determinadas por el modo en que se acumulan los materiales que expulsan los volcanes (según su explosividad). Estas formas son los edificios volcánicos, las coladas de lava, la erupción volcánica los campos de piroclastos… Las formas derivadas se originan cuando la erosión retira o excava los materiales menos compactos, como las cenizas y los piroclastos, y deja los más duros, como las rocas de las coladas y del interior de las chimeneas volcánicas. Esto forma las calderas, las mesetas de lava y los pitones o roques. Los relieves graníticos son relieves que aparecen sobre emplazamientos de granito que quedan en la superficie al retirar la erosión los materiales que los cubrían. Las formas que adquieren estos granitos expuestos se deben, en parte, a la forma original de los plutones y. En parte, a la meteorización (hidrólisis y termoclastia) de la roca, sobre todo en sus diaclasas. Esto provoca que el macizo de roca se fragmente en bloques redondeados muy grandes (yelmos o domos), o menores y amontonados (pedrizas y berrocales). Al pie de estas formaciones se forman depósitos de materiales sueltos (granito arenizado). Los relieves kársticos o calizos son el resultado de un tipo de modelado que se produce, casi exclusivamente, en las masas de rocas calizas. Resulta de la acción geo- lógica de las aguas que se infiltran bajo la superficie de estas rocas para formar aguas subterráneas. El agua que se infiltra a través de una masa de caliza suele llevar disuelto CO, atmosférico, que reacciona con el carbonato de calcio de la caliza (insoluble) v lo transforma en bicarbonato de calcio (soluble). Esta agua de infiltración altera y disuelve lentamente los macizos de caliza y va agrandando las grietas fisuras hasta horadar la superficie y formar dolinas. Además, en las cavidades, el bicarbonato de calcio disuelto puede transformarse de nuevo en carbonato no soluble y depositarse (precipitar), dando lugar a formas caprichosas (estalactitas y estalagmitas).