• Oferta y aceptación contractual. Sus requisitos.

previos al momento del nacimiento del contrato y cuya confluencia determina el nacimiento del mismo. el nacimiento del contrato e implica una serie de consecuencias jurídicas

• La fijación del momento en el cual debe ser analizada la capacidad de las partes en orden a la celebración de un contrato.
• La determinación a la ley aplicable al contrato en el espacio o el foro al que se someta.
• La determinación de la ley aplicable al contrato en el tiempo.
• El comienzo del funcionamiento del régimen de obligaciones y responsabilidades derivadas del contrato.

La oferta:
declaración de voluntad dirigida a la perfección del contrato y que incorpora los elementos esenciales o fundamentales del mismo. requisitos :

• Debe ser completa, entendiendo por tal que resulte comprensiva de todos los elementos esenciales del contrato a cuya perfección va encaminada. Ello implica que deben ser establecidas con claridad en la oferta tanto el objeto del contrato que se pretende como la naturaleza de la prestación, en términos claros, inequívocos y que no den lugar a errores interpretativos.
• Debe abarcar o comprender el denominado ánimo obligacional, es decir, la intención expresa y específica de obligarse, sin la cual la declaración de voluntad carece de todos sus efectos, por lo que deben ser excluidas de la naturaleza de oferta todas aquellas declaraciones que por cualquier causa no puedan subsumirse dentro del concepto de ánimo negocial, como por ejemplo los realizados sin ánimo de obligarse o ‘iocandi causa’.
• Debe tratarse de una declaración de voluntad recepticia, y por lo tanto habrá de exteriorizarse porque su objetivo fundamental es que resulte conocida por sus destinatarios.
• Cierto sector de la doctrina, aun cuando resulta discutido y no resulta en propiedad un requisito imprescindible, afirma que la oferta debe ser duradera, es decir, que debe ser mantenida durante el tiempo de vigencia que fije el oferente.
  En defecto de tal señalamiento de plazo, resultaría revocable en todo caso, salvo que se dejara al arbitrio de los tribunales la determinación de su plazo de vigencia conforme a la naturaleza y condiciones de la oferta realizada.
• Se trata de una declaración estrictamente personal y no transferible, que únicamente obliga en los términos realizados al oferente, por lo que el fallecimiento de éste antes de que se produzca la aceptación suele determinar el decaimiento de la oferta y no obliga a los herederos al mantenimiento de la oferta realizada.

  La aceptación es aquella declaración de voluntad realizada por el destinatario de la oferta y dirigida a quien la realizó cuyo contenido es la manifestación de la voluntad conforme con el contenido de las condiciones esenciales propuestas. Entre esos requisitos de la aceptación hay que citar los siguientes:

• Ha de ser congruente, es decir, ha de corresponderse en su contenido esencial con los términos de la propuesta recibida. No cabe, por tanto, que se establezcan alteraciones, modificaciones o adiciones a los términos de la propuesta recibida o que se introduzcan nuevos elementos esenciales del negocio jurídico proyectado. Si el aceptante introdujera modificaciones o alteraciones a la oferta planteada, no estaríamos, según reiterada jurisprudencia o doctrina, en presencia de la aceptación, sino de una contraoferta.
• Ha de tratarse de una declaración de voluntad recepticia, es decir, que debe resultar expresamente exteriorizada e ir dirigida como destinataria la persona de quien ser recibió la oferta.
• La aceptación debe ser oportuna y tempestiva, es decir, deberá tener lugar dentro del plazo de vigencia de la oferta que hubiera podido ser previsto y establecido por quien la realizó.
• La aceptación es irrevocable, pues una vez emitida se entenderá perfeccionado el contrato y no cabe dejar su cumplimiento al arbitrio de una de las partes. Sólo existen algunas excepciones aisladas al carácter irrevocable de la aceptación consagradas en nuestro ordenamiento jurídico, como lo es en el ámbito del Derecho del Consumo la regulación del derecho de desistimiento del consumidor.

• Debe tratarse de una declaración de voluntad recepticia, y por lo tanto habrá de exteriorizarse porque su objetivo fundamental es que resulte conocida por sus destinatarios.
• Cierto sector de la doctrina, aun cuando resulta discutido y no resulta en propiedad un requisito imprescindible, afirma que la oferta debe ser duradera, es decir, que debe ser mantenida durante el tiempo de vigencia que fije el oferente. En defecto de tal señalamiento de plazo, resultaría revocable en todo caso, salvo que se dejara al arbitrio de los tribunales la determinación de su plazo de vigencia conforme a la naturaleza y condiciones de la oferta realizada.
• Se trata de una declaración estrictamente personal y no transferible, que únicamente obliga en los términos realizados al oferente, por lo que el fallecimiento de éste antes de que se produzca la aceptación suele determinar el decaimiento de la oferta y no obliga a los herederos al mantenimiento de la oferta realizada.

  La aceptación es aquella declaración de voluntad realizada por el destinatario de la oferta y dirigida a quien la realizó cuyo contenido es la manifestación de la voluntad conforme con el contenido de las condiciones esenciales propuestas. Entre esos requisitos de la aceptación hay que citar los siguientes:

• Ha de ser congruente, es decir, ha de corresponderse en su contenido esencial con los términos de la propuesta recibida. No cabe, por tanto, que se establezcan alteraciones, modificaciones o adiciones a los términos de la propuesta recibida o que se introduzcan nuevos elementos esenciales del negocio jurídico proyectado. Si el aceptante introdujera modificaciones o alteraciones a la oferta planteada, no estaríamos, según reiterada jurisprudencia o doctrina, en presencia de la aceptación, sino de una contraoferta.
• Ha de tratarse de una declaración de voluntad recepticia, es decir, que debe resultar expresamente exteriorizada e ir dirigida como destinataria la persona de quien ser recibió la oferta.
• La aceptación debe ser oportuna y tempestiva, es decir, deberá tener lugar dentro del plazo de vigencia de la oferta que hubiera podido ser previsto y establecido por quien la realizó.
• La aceptación es irrevocable, pues una vez emitida se entenderá perfeccionado el contrato y no cabe dejar su cumplimiento al arbitrio de una de las partes. Sólo existen algunas excepciones aisladas al carácter irrevocable de la aceptación consagradas en nuestro ordenamiento jurídico, como lo es en el ámbito del Derecho del Consumo la regulación del derecho de desistimiento del consumidor.