Portada » Educación Artística » Que es la bidimensionalidad en la pintura
Es toda representación pictórica que tiene como soporte un muro o pared. Las primeras pinturas murales que conocemos nos han llegado de la Prehistoria; el hombre prehistórico comienza a pintar en las rocas y las paredes de la cueva donde vivía, las pinturas más primitivas son de la huella de la mano, las hay de dos tipos: uno, siguiendo el contorno de la mano con el dedo mojado en pigmento, y otro mojando la mano directamente en el pigmento y dejando la huella sobre el muro, uno es positivo y el otro es negativo. Hay importantes ejemplos de este tipo de pintura en España y Francia, más adelante se pintan figuras humanas, animales, escenas de caza y rituales, utilizando además instrumentos apuntados fabricados específicamente para este fin con materiales como el hueso, madera o piedra.
Las pinturas prehistóricas evolucionan desde la monocromía a la policromía, colores que obténían de sustancias naturales, minerales o vegetales. El rojo lo hacían con óxido de hierro o sangre, el negro se hacía con óxido de manganeso o carbón, también utilizaban aglutinantes como la grasa animal con la que mezclaban los pigmentos, para que se adhirieran mejor a las paredes. Es la civilización egipcia la que desarrolló la pintura mural en sus templos, tumbas, y palacios, muchas de ellas han llegado en muy buen estado, debido al clima cálido y seco de la zona (sin oscilaciones importantes de las temperaturas), que favorece la conservación de los pigmentos, aún cuando en algunos casos han sido utilizados sin aglutinantes, también ayudó a su conservación el que algunos de los grabados están hechos en bajorrelieve, el pigmento se dió después en el hueco que queda después de tallar la piedra.
En Creta, encontramos las primeras pinturas al fresco, que se convierte en la técnica principal de la pintura mural.
De la griega no ha llegado nada, pero se sabe, a través de los escritos antiguos que han llegado hasta nuestros días que utilizaban exclusivamente cuatro colores: blanco, amarillo, rojo y negro. Los etruscos utilizaron en sus tumbas, pinturas murales, en muchas de ellas la pintura es al fresco. Ponían una capa fina de arcilla, sobre la que luego se aplicaba una lechada de cal, y sobre esta lechada se pintaba. Pero son los romanos, los que desarrollan y dominan la técnica de la pintura al fresco, que sirvió de base a todo el arte posterior, que conocemos y estudiamos, incluso en la actualidad, debido fundamentalmente a los escritos de Vitrubio: “Tratado de Arquitectura”, siglo I A.C. Y Plinio el Viejo, que en el siglo I D.C. Escribíó el “Tratado de Historia Natural”. Los romanos utilizaron la pintura mural, no solo para decorar los templos y los palacios, si no también las casas, haciendo de la pintura un elemento de la vida cotidiana, si no de todos los ciudadanos, sí al menos de aquellos que podían permitírselo Utilizaban motivos geométricos, arquitectónicos, geológicos, mitológicos, naturalezas muertas (bodegones), retratos, etc. El mayor ejemplo de pintura mural romana está en Pompeya. En el Renacimiento, evoluciónó y mejoró su técnica.
Consiste en aplicar los colores disueltos en agua sobre el mortero de cal del muro cuando aún está húmedo, de este modo, la pintura queda fijada gracias a la cal que contiene el mortero.Sobre un muro que puede ser de tapial, adobe, ladrillo, mampostería, piedra, etc., se aplican varias de capas de mortero de cal y arena, con el fin de alisarlo, igualarlo y eliminar imperfecciones, capas que suelen ir de una granulometría más gruesa, las más pegadas al muro, a la más fina, para la superficie que se va a pintar.El mortero que cubre el muro, se llama revoque o enfoscado, se hace con dos partes aproximadamente de arena cribada de río por una de cal. El muro tiene que estar bien seco y presentar una superficie rugosa para facilitar el agarre del mortero, en caso contrario se le practican, unas incisiones para tal fin. Las capas más gruesas reciben el nombre de enfoscado o “arricio” y la más fina recibe el nombre de enlucido o “intónaco”, en esta última capa, se puede sustituir la arena por polvo de mármol para que quede más fino. Para pintar al fresco, hay que programar el trabajo antes de dar el enlucido, debido a la necesidad de pintar sobre la superficie húmeda. Sobre la penúltima capa de mortero, se marca el esquema de lo que se va a pintar, sobre el esquema se aplica el intónaco, según la jornada que se tenga programada, si damos demasiado enlucido, acabará secándose, y habrá que retirarlo para darlo de nuevo. Sobre la capa de enlucido, se volvía a hacer un boceto que ya se pintaba con los colores. Los bocetos reciben el nombre de “sinopia” y para realizarlos, se utilizaba, generalmente pigmento rojo. A partir del Siglo XV, aparecen nuevos sistemas para el boceto, como el estarcido o las plantillas en cartón .Los colores utilizados en la pintura al fresco, debían ser probados antes de aplicarlos, ya que deben resistir la acción cáustica de la cal, muchos se degradaban durante el proceso de secado. Para aplicar el pigmento, primero se diluía en agua, y se aplicaba sobre el enlucido fresco, al secar se produce sobre ellos el mismo proceso de carbonatación que en el mortero, y que hace que sean así de resistentes.
Los pigmentos se hacían moliendo el polvo del pigmento con agua durante mucho rato, los pinceles solían ser de cerdas muy delicadas y finas, para no raspar el enlucido. En caso de error, lo que en esta técnica, se llama arrepentimiento, hay que raspar todo el enlucido y volver a darlo de nuevo.
En muchos casos, los fondos y las partes importantes del muro, se pintaban al fresco, y los detalles y las decoraciones más delicadas, se aplicaban cuando el muro estaba seco, por eso, esta técnica de pintura se llama “al seco”. Los colores que se aplican en este caso, necesitan un aglutinante, que ayude a su adhesión al muro, que puede ser de varios tipos: – Colores a la cal, en los que el aglutinante es cal. – Al temple, el aglutinante está disuelto en agua, que puede ser cola de animales, (temple a la cola), clara de huevo o de yema de huevo, (al huevo). – Caseína. – Encáustica, técnica que mezcla los colores con cera, cocíéndolos con agua de mar y añadiendo nitrato potásico. – Colores al óleo, en este caso, el aglutinante utilizado es un aceite.
Ventajas de la técnica en seco: permiten más detalle y lentitud en la ejecución, se pueden utilizar más pigmentos que no se degradan con la cal, y se pueden hacer correcciones sin necesidad de retirar el enlucido.
Desventajas: los colores se deterioran o desaparecen con más facilidad, les afecta más la humedad y los roces, si el aglutinante es orgánico, se puede degradar con más facilidad.
Parietarius: el que pinta las zonas más grandes con su solo color, después del esclavo que realizaba los trabajos menos deseados, era el menos considerado.
Imaginarius: el que pintaba los detalles encima del enlucido dado con color liso.
Línea: trazo continuo y rectilíneo estrecho.
Banda: trazo continuo y rectilíneo más ancho que una línea.
Casetón: cada uno de los compartimentos geométricos, que dividen una zona decorada.
Cenefa: banda decorativa con motivos geométricos o vegetales repetitivos.
Filete: línea que enmarca las bandas, en la habitación F de la Casa de los Grifos, los filetes son las líneas negras que enmarcan las bandas verdes de los paneles ocres.
Panel: compartimiento de grandes dimensiones, que ocupa la zona media de la pared.
Interpanel: espacio continuo, rectilíneo más alto que ancho, separando paneles, generalmente decorado con diversos motivos.
En la composición de la decoración de muros, lo más frecuente en Complutum es que el muro se divida en tres zonas:
Zona baja: con un rodapiés, de una altura baja a la altura del suelo, tiene una decoración corrida y muy simple, poco llamativa y muy gruesa, y un zócalo encima que tiene una decoración corrida o compartimentada en paneles rectangulares imitando mármoles y distintas piedras con aguas y otras decoraciones.
Zona media: se compone de grandes paneles cuadrados o rectangulares, de colores lisos (rojos, ocres, etc.), muy vivos; están separados por interpaneles, que son zonas más estrechas decoradas normalmente con motivos de candelabros, florales, figurativos, etc.
Zona alta: con una decoración muy variada, que puede tener figuras o dibujos corridos, con motivos florales, geométricos, o ambos.
Rodapiés: faja o banda continua que no sobrepasa la mitad de la altura del zócalo, dispuesta en la parte inferior de un muro, en contacto con el suelo.
Zócalo: parte inferior de la decoración de la pared, sobre la que se asienta la zona media, que puede ser continua o compartimentada, y encerrar diversas decoraciones.
Zona alta: la zona situada en la parte más alta de la pared en contacto con el techo y rematada, generalmente por una cornisa de estuco.
Aunque la pintura mural es un material inorgánico, suele presentar bastantes problemas de restauración y conservación, cuando es desenterrada, porque normalmente aparece muy fragmentada y debilitada por la destrucción del edificio al que pertenecía y las condiciones adversas en las que se ha tenido que subsistir, enterrada durante siglos.
Lo idóneo es que los muros con pintura mural in situ, se conserven en el lugar donde han aparecido, porque forman parte de ellos y fue concebida para estar en es lugar, pero la mayoría de las veces, las condiciones del yacimiento y de la propia pintura, no lo permite y hacen necesario su arranque y su traslado al laboratorio de restauración, donde poder asegurar su seguridad y estabilidad. Es estos casos, las tareas del restaurador serán, además de la restauración de las pinturas, la creación de unos soportes adecuados para estos, de forma que puedan musealizarse, y si es posible colocarse en el lugar de origen.
Análisis de los agentes de degradación, agentes internos y externos: Los internos son los carácterísticos del propio material en ese entorno.
Los factores externos que influyen en la degradación de los materiales, agua, humedad, filtraciones por capilaridad, etc. Con la humedad aparecen sales solubles y no solubles, y la proliferación de ataques biológicos, como el moho y las plantas. También sucede que la pintura mural, al absorber el agua, se le depositen las sales solubles y se depositen en su interior, y con los cambios bruscos de temperatura y humedad y el cambio en el volumen de los poros, la pintura acaba disgregándose. Otro agente externo es la temperatura, va unida a la humedad y provoca desecación y la ruptura de la pintura por causa de las heladas. El viento también afecta a la pintura mural, erosiónándola, debido a que arrastra arena y polvo. También afecta a la pintura mural, la contaminación, a través del CO2. Otros factores de degradación son los biológicos: microorganismos, insectos, mohos, animales, plantas, etc. También hay que tener en cuenta la acción autrópica (acción humana), moviendo arados, fuegos, vandalismo, etc.
Ante la imposibilidad de asegurar que las condiciones ambientales, inseguridad ante el vandalismo, conviene proceder al arranque de la pintura mural para proceder a su estabilización y asegurar que no se va a producir una mayor degradación.Hay dos métodos de arranque: -“Stacco”, consistente en separar la pintura mural del muro. -“Strappo”, que es arrancar la pintura pero solo la parte que tiene color y se separa del mortero, y se enrolla en un rulo. Para arrancar, primero se empapela, luego se engasa con paraloid al 25%, la gasa entera o en cuadrados o tiras, la gasa debe estar lavada para que encoja y pierda su apresto. Para arrancar, se usan espadas de acero, martillos, cinceles, si el fragmento es muy grande, se puede dividir en trozos, aprovechando las grietas, separar por ahí, y si no por las líneas de los dibujos. Todo el trabajo siguiente se desarrolla en laboratorio. Es muy importante la documentación, haciendo calcos numerados para el montaje posterior del muro en el laboratorio y también fotos, y planos arqueológicos.
Una vez realizado todo el proceso de documentación, papeleo, fotografiado, calcos, planos, limpieza, preconsolidación, adhesión de fragmentos, y corrección de desniveles, se procede a intentar casar los trozos, para así conseguir fragmentos más grandes. Una vez realizado este proceso, se le pone al fragmento una gasa definitiva pegada con acril al 25% o 50% para que permanezca unido, y se le añade un mortero de intervención muy ligero, a base de cal y polvo de piedra pómez en proporción de uno a dos, mezclados con acril al 10%, y se le vuelve a poner una gasa, pegándola también con acril al 25% o 50%.
Llegados a este punto, se pueden llevar a cabo tareas de puzzle con trozos más grandes.
Una vez hecho el puzzle, se ponen los fragmentos en un soporte rígido, que está basado en paneles de nido de abeja, un material procedente de la aeronáÚtica, muy ligero y resistente hecho a base de láminas de fibra de vidrio con poliéster y un esqueleto de aluminio en forma de celdas como de un panal de abeja, es lo que llamamos “aerolam”. Para preparar estas planchas, lo primero que se hace es colocarle los sistemas de anclaje, consistentes en tornillos para que se sujeten a la pared, y van pegados con resina epoxi.
Después, se le añade una plancha de corcho blanco, se pega al panel de nido de abeja con resina epoxi.
Una vez hecho este se pegan las planchas de pintura con el mortero de piedra pómez y la gasa a las planchas de aerolam y corcho con resina epoxi. Para reducir el grosor del mural, una vez terminado, la plancha de corcho se rebaja un poco, y de ese modo encajar la pintura en el hueco. En medio aparecen algunas lagunas, espacios en los que la pintura se ha perdido de forma definitiva, que se rellenan con mortero de cal y polvo de mármol en la proporción de uno a dos, se utiliza el polvo de mármol porque es más fino y más delicado estéticamente que la arena, y el resultado final es más parecido al original, a esta mezcla se le pueden añadir pigmentos para que los tonos se acerquen al original. Si la laguna a rellenar, es muy grande, el mortero pesará demasiado, por lo que se pone una primera capa con un mortero más ligero, hecho de cal y puzzolana, polvo de piedra pómez, arlita, o cualquier otro árido que sea muy ligero. Las lagunas deben dejarse siempre un milímetro por debajo del original, para que se diferencien. La reintegración pictórica consistente en acercar los colores de las laguna a los tonos de la pintura original con acuarelas, témperas, lápices de colores, acrílicos, etc. Esta reintegración se deja siempre un tono más bajo que el original para que se puedan diferenciar. Las técnicas de reintegración pictórica pueden ser: tinta plana, estarcido, regattino, etc. Consolidación final: puede ser que una pieza no tenga problemas, y esté en buenas condiciones, hasta el punto de no necesitar consolidación, pero en el caso de la pintura mural, por muy bien que esté, siempre se ha perdido brillo y fuerza de los tonos originales, por tanto, en el caso específico de la ciudad de Complutum, se le aplica una consolidación final a la superficie pictórica con paraloid al dos o al cinco por ciento en acetona o en butilacetato. De este modo no sólo se protege la pintura, también se le devuelven a la pintura el brillo y los tonos originales.
Consiste en las tareas de salvamento, recuperación, extracción o consolidación de todos los materiales arqueológicos que se encuentran en la excavación y que se realizan directamente en el yacimiento. Son los primeros auxilios que se realizan a los objetos que se hacen en la excavación, se llevan a cabo para proteger a las piezas, o bien para poder trasladarlas o para que se conserven en el mismo yacimiento.
Lo primero que hay que tener en cuenta, es que un objeto, de cualquier material, sufre un gran cambio de sus condiciones ambientales en el momento en que es desenterrado, que le puede afectar, (humedad, aire, animales, vegetación, microorganismos, etc.) Las alteraciones son más evidentes en los materiales orgánicos, que proceden del mundo animal o vegetal, son sensibles a la luz, absorben más humedad, desarrollan microorganismos, son poros, arden con facilidad, etc. Algunos materiales orgánicos: madera, hueso, márfil, piel, cuero, telas… Los materiales inorgánicos, los procedentes del mundo mineral, por otra parte, son más resistentes a todos estos factores, si bien también les afectan, aunque en menor medida. Algunos materiales inorgánicos: cerámica, piedra, metales, vidrio, mosaico y pintura mural.
– -Consolidar, sólo si es necesario. -Engasar. -Extracción, con espadas, paletines, y todos los útiles necesarios.
La pieza a extraer, se puede sacar en bloques, excavando alrededor, se engasa todo el bloque a extraer con un poco de tierra alrededor, si es posible, y se saca con toda la tierra.También se puede dejar un bloque gordo de tierra, se le envuelve con film transparente y se cubre con yeso y estopa,Otro método sería con “camas rígidas” engasando primero para protegerlo y cubríéndolo luego con plástico film, luego se hace una cama rígida con poliéster y fibra de vidrio. También se puede usar poliuretano expandido, protegiendo con film transparente o aluminio y usando un cajón para que no se escape el líquido. Los materiales que interese analizar no se consolidan antes de guardar las muestras. El mayor problema de la excavación es la humedad, en este caso, lo mejor es desecar las piezas haciendo que sequen más despacio, con una desecación controlada, ralentizando la pérdida de humedad, sacándola con tierra y rodéándola de plástico que se agujerea para que transpire, también hay que evitar la acción directa del sol. Otro método de secado es la desecación inducida, aplicando al objeto distintos disolventes en diferentes fases, (alcohol, acetona, etc.), este método es más rápido que el anterior.
También debemos tener en cuenta que la limpieza no debe hacerse en la excavación sino en el laboratorio.
Son importantes los embalajes, deben evitarse golpes y movimientos bruscos. Y el almacenamiento con unas condiciones de humedad y temperatura adecuadas para los materiales extraídos.