Portada » Psicología y Sociología » Psicoanálisis y Desarrollo Psicosexual: Una Guía Integral
Inicialmente, Freud empleó la hipnosis para tratar a pacientes con trastornos psíquicos. Sin embargo, este método presentaba un inconveniente: los pacientes no recordaban nada después de la sesión.
Para superar este obstáculo, Freud y el médico Josef Breuer desarrollaron el método catártico: se solicitaba a los pacientes que hablaran sin hipnosis. Si bien esto proporcionaba cierto alivio, no era suficiente para curar los síntomas.
Finalmente, Freud desarrolló el método que se convirtió en la base de la terapia psicoanalítica: la asociación libre de ideas. Consiste en pedirle a una persona que exprese todo lo que le venga a la mente, sin importar cuán insignificante parezca. Si se trata de un sueño, se separan las imágenes que lo componen y se pide asociar cada una de ellas con todo lo que surja.
Las asociaciones entre representaciones ocurren de dos maneras: a través de la semejanza formal entre las palabras (paula-aula) o a través del significado que se les atribuye (puente-río). La persona que asocia debe ser capaz de dejar de lado su vergüenza, pudor y temor a decir lo que considera tonterías o detalles sin importancia.
La teoría del desarrollo psicosexual de Freud sostiene que la energía vital que se expresa a través de la sexualidad está presente desde las primeras semanas de vida. Esto implica que la sexualidad no surge en la adolescencia, como muchos investigadores de su época creían.
Esto no se limita a localizar el inicio de nuestro desarrollo sexual en un punto específico de nuestro calendario vital. Tiene implicaciones profundas en la forma en que Freud relacionaba nuestra personalidad con nuestra vertiente íntima, afectiva y basada en impulsos.
Una de las ideas esenciales detrás de la teoría del desarrollo psicosexual de Freud es que la forma en que gestionamos la satisfacción de la libido durante la infancia deja huellas en nuestro inconsciente que se manifestarán durante la vida adulta.
Si los factores externos a un niño impiden que satisfaga estas tendencias como desearía (por ejemplo, debido a las reprimendas de sus padres), esta angustia se traduce en una fijación que se relaciona con ideas vinculadas a una zona erógena específica (que no necesariamente se encuentra en el área genital).
Por lo tanto, para Freud, tanto la biología como la crianza intervienen en el desarrollo psicosexual.
Sigmund Freud formuló la teoría que uniría la sexualidad con el desarrollo del inconsciente freudiano.
Cada una de las etapas del desarrollo psicosexual marcaría los ritmos que delimitan qué tipo de acciones son necesarias para expresar la libido de manera satisfactoria y cuáles pueden generar conflictos que queden enquistados en nosotros de manera inconsciente.
La libido es asumida como el principal tipo de energía que impulsa a las personas, estos retos y conflictos de cada fase de maduración tendrán una vinculación más o menos velada con su manera de experimentar la sexualidad (entendida en un sentido muy amplio en el que participan todo tipo de simbolismos).
Según la teoría freudiana, las etapas de desarrollo psicosexual y sus características son las siguientes:
Esta transformación se logra a través de la producción de una creación artística o científica que sea beneficiosa para uno mismo y para los demás. En lugar de expresar la agresión o la ansiedad a través de acciones violentas, la sublimación permite canalizar estas emociones a través de la creación, como, por ejemplo, un artista que toma un cincel en lugar de gritar o pegar.
▪ Mecanismos adaptativos, que intentan actuar sobre la realidad misma, modificándola para que no nos altere.
▪ Mecanismos de defensa, que actúan de manera inconsciente y no modifican la realidad sino que intentan disminuir la ansiedad que ésta nos provoca.
Escisión: bueno y malo. Las situaciones o personas son vistas de manera extremista.
Disociación: dos ideas coexisten sin que la persona las una.
Identificación: tomar aspectos de “otros” significativos.
Idealización: dotar al otro de características de perfección o ideales.
Intelectualización: explicación racional a los conflictos.
Represión: Consiste en bloquear deseos o pensamientos inaceptables manteniéndolos fuera de la conciencia. Ejemplo*: Una persona que ha experimentado un trauma puede no recordar los detalles del evento.
Proyección: Atribuir a otros los propios pensamientos, sentimientos o impulsos inaceptables. Ejemplo*: Alguien que siente enojo hacia un colega puede acusar a ese colega de ser hostil.
Desplazamiento: Redirigir los sentimientos o impulsos hacia una persona o objeto menos amenazante. Ejemplo*: Una persona enojada con su jefe puede desquitarse con su familia.
Sublimación: Canalizar impulsos inaceptables hacia actividades constructivas o socialmente aceptables. Ejemplo*: Alguien con impulsos agresivos puede convertirse en boxeador.
Negación: Rehusar aceptar la realidad de una situación dolorosa o amenazante. Ejemplo*: Una persona que recibe un diagnóstico grave puede actuar como si no tuviera ningún problema de salud.
Regresión: Revertir a comportamientos de una etapa anterior del desarrollo. Ejemplo*: Un adulto que enfrenta una gran presión puede comenzar a chuparse el dedo o actuar de manera infantil.