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Los
métodos objetivos utilizan técnicas objetivas, es decir técnicas que no tienen
en cuenta la opinión del investigado. Los métodos subjetivos utilizan técnicas
que tienen en cuenta la valoración que hacen los trabajadores de sus propias
condiciones de trabajo. Para conocer esta valoración no queda más remedio que
preguntárselo a ellos.
Dentro
de los métodos subjetivos la técnica más habitual es la de la encuesta. La
encuesta nos permite obtener información sobre un problema o un aspecto de
éste, a través de una serie de preguntas, previamente establecidas, dirigidas a
las personas implicadas en el tema del estudio.
La
aplicación de esta técnica presenta una serie de ventajas e inconvenientes, que
se citan a continuación, en relación a otras que tienen en consideración la
opinión del investigado (observación, entrevista, etc).
·Permite planificar
previamente qué es lo que se va a preguntar, de tal manera que asegura que no
se olvidarán los puntos más importantes, y que se precisará tanto como se desee
en las preguntas.
·Es más económica
que otras técnicas puesto que permite la aplicación masiva, es decir que se
puede encuestar a un gran número de personas.
·En el caso de
variables complejas, la encuesta permite desglosar estas variables en distintos
aspectos de las mismas, de tal manera que a través de diversas preguntas se
puede conocer la variable compleja.
·La encuesta
permite la comparación con otras investigaciones que sobre ese tema se hayan
realizado. Además, pueden derivarse estudios posteriores que profundicen o
amplíen el tema en cuestión.
·Elaborar una
encuesta es una tarea muy compleja que requiere prestar atención a numerosos
detalles.
·La encuesta
requiere la colaboración del interesado. Esto conlleva que los resultados de la
misma estarán en función del número de personas que respondan y de la precisión
y/o sinceridad con que den esas respuestas.
·La encuesta no se
adapta a las diferencias individuales, ya que el cuestionario es fijo y no debe
variarse.
·La encuesta da una
información puntual, eso quiere decir que los datos que se obtienen están
sometidos a cambios en el tiempo.
La
utilización de la técnica de la encuesta puede considerarse dividida en varias
fases:
·Definición de
objetivos e hipótesis.
·Elaboración del
cuestionario.
·Aplicación del
cuestionario.
·Tratamiento
estadístico de los resultados.
·Elaboración del
informe.
A
continuación describiremos brevemente los aspectos esenciales de cada una de
estas fases.
Antes
de elaborar un cuestionario hay que saber qué es lo que se va a estudiar. Para
ello es necesario que se haga un planteamiento claro delimitándolo tanto como
sea posible.
Una
vez establecido el problema a estudiar es, útil recurrir a la búsqueda de
bibliografía, o bien a técnicas de tipo exploratorio como son las discusiones
de grupo, entrevistas no dirigidas, observación, etc. para obtener más
información sobre el tema, no repetir estudios, avanzar en otros campos, no
cometer los errores que otros estudios hayan puesto de manifiesto, etc.
Las
variables son los aspectos de la realidad que influyen en el problema. Se
tratará, pues, de especificar estos aspectos y ver cuáles de ellos son
determinantes en cada situación. Los aspectos determinantes son las variables
independientes.
Una
buena hipótesis ha de contener: la población que se va a estudiar y la relación
que el investigador establece, a priori, entre las variables.
A
veces las variables en sí mismas no son directamente medibles. Cuando esto
ocurre es necesario buscar indicadores. Los indicadores son hechos que ponen de
manifiesto las distintas dimensiones que puede tener una variable. Por ejemplo:
Un indicador de la existencia de ruido es conocer a qué distancia se puede
mantener una conversación, hablando en un tono normal.
Un
cuestionario es un conjunto de preguntas que tiene como finalidad la obtención
de los datos necesarios para una investigación. Para su elaboración se parte de
las variables y los indicadores establecidos en fases anteriores, construyendo
una batería de preguntas para cada variable.
Hay
dos criterios a cumplir: primero, la eficacia para la investigación de cada
pregunta (si la posible respuesta a la misma aporta datos de interés para el
estudio que se está realizando); segundo, si el número de preguntas que se hace
para cada tema es el suficiente (no conviene que el cuestionario sea tan largo
que canse al encuestado, ni tan corto que no aporte datos suficientes al
estudio).
Una
vez realizada la batería de preguntas, conviene realizar un análisis más
exhaustivo tanto del contenido de las preguntas, como de su colocación en el
cuestionario.
A
continuación se resumen algunas pautas a seguir para analizar el contenido de
las preguntas. Es evidente que su aplicación depende de cada caso y que, por lo
tanto, no son normas generales.
·Adaptarse al que
utilizan los encuestados. Las palabras deben ser las de uso familiar y
corriente.
·Tener cuidado con
las palabras: todo, siempre, jamás, ninguno, nadie, tienen un sentido muy
drástico y la realidad no es tan tajante.
·Atención a los
distintos usos que puede darse a una misma palabra en diferentes regiones.
·No utilizar
palabras ambiguas, a no ser que se explique el sentido que se les quiere dar.
·Debe ser lo más
simple que sea posible, y con los matices que sea necesario precisar.
·Los enunciados no
deben ser muy largos, para evitar que se tengan que releer. Se aconseja que no
se superen las 25 palabras.
·Evitar aquellas
preguntas que, una vez redactadas, resulten ambiguas.
·El enunciado debe
ser una sentencia lógica.
·Formular la
pregunta de tal manera que la respuesta venga dada en la forma deseada por el
investigador.
·Valorar si la
pregunta es necesaria, si requiere el apoyo de otras preguntas y si el
encuestado tiene suficiente información para responder.
·Evitar preguntas poco
razonables o inoportunas. Si es necesario incluirías, explicar el por qué.
·No preguntar dos
ideas en un mismo item (por ejemplo: ¿trabaja sentado o de pie?), puesto que la
respuesta (sí, no) no permitirá discriminar a qué idea se refiere (si trabaja
sentado o de pie o en ninguna de las dos posturas).
·Atención a las
preguntas de hechos pasados o aquellas que impliquen la realización de
cálculos, puesto que pueden dar lugar a respuestas erróneas ya sea por fallos
de memoria o por errores en el cálculo.
·Detectar las
preguntas cargadas. Una pregunta cargada es aquella que, lo más probable, es
que sea contestada en un determinado sentido, es decir, que no va a permitir
discriminar la posición de los encuestados respecto a ella, por lo tanto lo
mejor es evitarlas; si ello no fuera posible, cambiar la redacción o hacer una
redacción despersonalizada. Este tipo de preguntas son aquellas que:
üSugieren, de
alguna manera, la respuesta.
üPueden originar
temores en el encuestado.
üHacen referencia a
estereotipos.
üContienen nombres
propios (personajes con carga ideológica).
üContienen palabras
terminadas en ismo o en dad.
üSu contenido va
contra las normas socio-culturales universalmente aceptadas.
·Atendiendo a la
forma de la respuesta, se clasifican en abiertas, cerradas y mixtas. Las
preguntas abiertas son aquellas en las que después del enunciado hay un espacio
en blanco para que el encuestado conteste lo que quiera.
·Preguntas cerradas
son aquellas en las que e encuestador establece todas las posibles respuestas E
la pregunta. Pueden ser de dos tipos: respuestas di alternativa simple, cuando
sólo es posible una res puesta (sí o no, hombre o mujer); respuestas de
alternativa múltiple, cuando se presentan varias alternativas de posible
respuesta.
·Las preguntas
mixtas, son preguntas cerradas que dar opción al encuestado a razonar, matizar
o ampliar su respuesta a través de la opción «otros» o de la opción «por qué».
·Atendiendo a la
temática, se pueden clasificar en preguntas: de hechos o conocimientos; de
actitudes de opinión; de experiencias; de situaciones; y de procesos.
·Como norma
general, evitar las preguntas abiertas. Este tipo de preguntas es poco
valorable, ya que suele darse mucha dispersión en las respuestas.
·En relación con
las preguntas cerradas, se aconseja:
·Prever todas las
respuestas posibles.
·Que las
alternativas sean realistas (basadas en el pre-test).
·No dar listas de
alternativas muy largas, pero si es necesario que la lista sea larga, entregar
una tarjeta con todas las opciones al encuestado.
·Si el encuestado
ha de establecer un orden con las alternativas, es preferible entregarle
tarjetas sueltas para que él mismo las manipule.
·Frente a preguntas
que pueden ocasionar retraimiento en el encuestado: Ofrecer respuestas
generales.
·Atenuar la
gravedad de la respuesta.
·Redactar el
enunciado en forma de supuesto.
·Dar sensación de
complicidad.
·Dar el hecho que
se pregunta como evidente.
·Establecer una
secuencia de temas y una secuencia de datos, aplicando el principio general de
ir de lo abstracto a lo concreto (aunque determinadas situaciones pueden
requerir el proceso inverso).
·El inicio del
cuestionario tiene que ser motivador para el encuestado, por lo tanto deben
realizarse preguntas atractivas, interesantes y fáciles de contestar. A
continuación deben realizarse las preguntas de aproximación al tema, seguidas
de las más complejas o con carga emocional (ideológicas,familiares, etc), para
finalizar con preguntas relajantes (datos de identificación).
·Hay algunas normas
que pueden ayudar para situar mejor las preguntas dentro del cuestionario, como
son: Colocar antes las preguntas que pueden ser influenciadas por las
respuestas a otras preguntas.
·Las preguntas
generales deben ir delante de las específicas.
·Las preguntas
«comprometedoras» han de ir seguidas de preguntas «aliviadoras» (preguntas
simples que no pongan en tensión al encuestado).
·Preguntar los
datos personales al final del cuestionario.
·Para evitar la
monotonía, se puede alterar el orden lógico de temas similares.
Una
vez conocida la población objeto de nuestro estudio, puede ocurrir que ésta sea
tan grande que implique unos costes económicos y de energía muy elevados. Ello
hará necesario que se seleccione un subconjunto de dicha población que, al
mismo tiempo que reduzca los costes, permita generalizar los resultados
obtenidos. A este subconjunto significativo de la población se le denomina
muestra.
Generalmente,
se distinguen dos tipos de muestras: muestras probabilísticas (aquellas en las
que todos los individuos tienen una probabilidad conocida de ser incluidos en
la muestra) y muestras no probabilístícas (en las que no se conoce la
probabilidad de cada individuo de ser incluido en la muestra).
Para
seleccionar la muestra se pueden utilizar distintos métodos o combinaciones de
ellos, en función del coste y de la precisión que se desee conseguir.
Generalizando, podemos decir que cuando se desee calcular los errores de
muestreo y el intervalo de confianza en que se mueven las estimaciones, hay que
recurrir a las muestras probabilísticas. Cuando las estimaciones no tienen
tanta trascendencia, se recurre a las muestras no probabilísticas ya que es más
económico.
Dentro
de las muestras probabilísticas, tenemos 4 métodos:
Cuando
todos los individuos de la población tienen la misma probabilidad de ser
elegidos, de acuerdo con las leyes del azar. Se trata de hacer una lista
completa de la población, asignar un número a cada individuo y, finalmente,
mediante una tabla de números aleatorios seleccionar los individuos que van
aformar parte de la muestra.
Se
selecciona al azar al primer individuo, eligiéndose el resto a intervalos
fijos. Para ello se halla el coeficiente de elevación: N/n (siendo N el tamaño
de la población y n el tamaño de la muestra), se elije, al azar, un número no
superiora¡ coeficiente de elevación que será el número a partir del cual se
inicia la selección. El resto se selecciona sumando sucesivamente el
coeficiente de elevación, al último número hallado.
Se
clasifica la población en categorías excluyentes. Se elijen, de forma
aleatoria, los individuos que previamente se haya determinado en cada
categoría. Es necesario conocer las fluctuaciones de la varianza dentro de cada
categoría y entre las distintas categorías, ya que dentro de cada categoría la
varianza ha de ser la mínima posible, y entre las categorías debe ser la
máxima. La distribución de la muestra entre las diferentes categorías recibe el
nombre de afijación de la muestra y puede hacerse de diferentes formas:
a cada categoría se le asigna
el mismo número de individuos,
la asignación de los
individuos a cada categoría es proporcional al número de individuos que la
componen, y
el número de individuos que se
asigna a cada categoría está en función de la desviación típica. Así, cuando en
una categoría la desviación típica es muy pequeña, nos bastará con una muestra
pequeña. Cuando la desviación típica sea elevada, la muestra deberá ser mayor.
Es
muy similar al anterior. Se divide la población en conglomerados (se agrupa por
zonas geográficas u otras áreas de interés para la investigación) y se
selecciona aleatoriamente cuáles de ellos formarán parte de la muestra. Una vez
seleccionados se toman todos los individuos que componen cada conglomerado.
Las
muestras no probabilísticas pueden realizarse de 3 formas:
Es la
técnica más utilizada por las televisiones, radios y empresas de investigación
de mercado. Se trata de entrevistar a personas de forma casual. Generalmente el
entrevistador se sitúa en la calle y pregunta a las personas que pasan cerca de
él. También se realiza por teléfono.
Se
seleccionan casos típicos de una población, a criterio de un experto.
Se le
asigna a cada entrevistador un número de entrevistas a realizar a personas que
reúnan determinadas características (por ejemplo: mujeres, entre 20 y 30 años,
casadas).
El
cálculo del número mínimo de sujetos que debe formar parte de una muestra
exhaustiva al azar, se realiza como sigue:
Para
una población infinita:
Siendo:
n =
tamaño de la muestra.
N =
tamaño de la población.
a =
el nivel de confianza elegido.
Za=
el valor de z (siendo z una variable normal centraday reducida), que dejafuera
del intervalo ±za una proporción a de los individuos.
p =
proporción en que la variable estudiada se da en la población.
q = 1
– p.
e =
error de la estimación.
El
objetivo es comprobar que la encuesta funciona. Para ello, se selecciona un
grupo reducido de personas en el que estén representados los diferentes
sectores sociales que conforman la muestra y se les entrevista con el
cuestionario inicial. Los objetivos de esta entrevista deben ser: ver qué le
falta o qué le sobra al cuestionario (es decir, si el cuestionario es
realista); comprobar la redacción de los enunciados (si el encuestado entiende
claramente lo que se le pregunta); y comprobar si las respuestas múltiples se
adecuan a lo que el encuestado responde de una forma espontánea.
Con
los resultados del pre-test, se revisan los distintos aspectos del cuestionario
que se haya comprobado que no cumplen los objetivos establecidos y se hace la
redacción definitiva del mismo.
El
diseño definitivo del cuestionario debe contemplar la futura codificación del
mismo, ya sea reservando espacio para la misma, ya sea haciendo una
pre-codificación del mismo, así como su presentación gráfica.
En
esta fase, el investigador ha de decidir si aplicará personalmente los
cuestionarios o a través de encuestadores. Esta decisión vendrá condicionada,
en gran parte, por el tamaño de la muestra. Si ésta es pequeña, lo mejor es que
la realice el propio investigador en aras de una mayor efectividad. Cuando la
muestra es grande (cientos o miles de personas) es conveniente realizarla con
encuestadores.
Cuando
la encuesta se realiza mediante encuestadores, es necesario formarlos en la
manera de llevar a cabo el trabajo de campo. Se les ha de aleccionar en los
siguientes temas:
·Objetivo de la
encuesta, población a la que se dirige, muestra que se ha elegido y
características que deben reunir los individuos a los cuales ha de entrevistar.
·Forma de contactar
con los individuos que componen la muestra, y las sustituciones previstas para
el caso de que no puedan contactar con la persona elegida.
·Indumentaria y
útiles que deben llevar.
·Cómo ha de
presentar la encuesta a los entrevistados. En cuanto a las prequntas: sentido
de los términos técnicos utilizados, explicaciones que ha de realizar, material
que debe mostrar, etc.
·Manera de anotar
las respuestas.
·Posibles
dificultades e incidencias que se puedan presentar.
Un
cuestionario bien codificado no presenta demasiados problemas a la hora de
tratarlo. En la actualidad, el tratamiento estadístico se realiza por
ordenador, mediante programas especialmente preparados para ello. Es evidente
que el investigador debe tener muy claro cómo quiere los resultados.
Con
el análisis estadístico, el investigador busca conocer: la muestra (quiénes y
cuántos son), la posición que los encuestados tienen respecto al tema objeto de
la investigación (las respuestas alas preguntas formuladas), y si se pueden
inferir los resultados a la población.
Para
conocer la muestra y sus opiniones se puede trabajar con cada variable por
separado o bien asociando variables. Cuando se trata de conocer variables
aisladas, se parte de la distribución de frecuencias de dichas variables y se
buscan las medidas de tendencia central (media, mediana, moda, etc) y las
medidas de variabilidad (desviación media, desviación estándar, etc).
Cuando
se trata de estudiar las relaciones entre dos variables, se trabaja con cuadros
descriptivos de doble entrada (recordar que cuando se realizan este tipo de
cuadros, en la cabecera debe figurar la variable independiente y en el lateral
la variable dependiente). Se trata de averiguar si existe o no relación entre
ellas y determinar el grado de asociación existente. Ambas cosas se determinan
mediante los coeficientes de correlación (existen muchos coeficientes de
correlación y las condiciones de aplicación de cada uno de ellos son distintas,
por lo tanto hay que encontrar el que mejor se adapte a lo que se quiere
valorar).
En
cuanto a realizar inferencias, el problema central es averiguar si los datos
obtenidos en la muestra son debidos al azar o son realmente representativos de
la población. Para solucionar este problema se aplican las pruebas de decisión
estadística, también denominadas de contraste de hipótesis.
Cuando
el investigador tiene los resultados estadísticos, debe redactar un informe en
el que explique esos resultados. La redacción del informe debe responder al
tipo de público al que va dirigido. No es lo mismo presentar los resultados
ante un comité de expertos, que al público en general (en el primer caso se
tendrá que hacer más hincapié en la metodología y márgenes de error, mientras
que en el segundo caso es más necesario incidir en las diferentes
interpretaciones de los resultados). No obstante, se pueden dar una serie de
recomendaciones generales que sirven para todos los casos.
El
informe debe explicitar el proceso seguido desde el inicio de la investigación
hasta la obtención de los datos ( hipótesis inicial, diseño del estudio,
variables contempladas, población, muestra, metodología de muestreo, aplicación
de la encuesta y tratamiento estadístico), explicando los problemas que se
hayan podido encontrar; las conclusiones (distribución de las variables en la
muestra, relación entre ellas, y las inferencias que pueden hacerse a la
población); y, finalmente, las implicaciones que tienen los resultados
obtenidos, ya sea tanto para tomar decisiones concretas, como a nivel teórico.