Portada » Derecho » Porque una declaración de derecho porque el desconocimiento y menosprecio han originado actos de barbarie para la conciencia humana para que los humanos disfruten de la libertad de expresión y de creencias porque los derechos humanos tienen que
Las desigualdades que generan problemas sociales y morales no son solo económicas. El artículo 2.1de la Declaración Universal de los Derechos Humanos las enumera así: “toda persona tiene todos los derechos y libertades proclamados en esta Declaración, sin distinción alguna de raza, color, sexo, idioma, religión, opinión política o de cualquier otra índole, origen nacional o social, posición económica, nacimiento o cualquier otra condición”.
Es decir, que ninguna diferencia puede impedir a un ser humano no tener todos los derechos y por ello cierra el artículo refiriéndose a “cualquier otra condición”.
Sin embargo, muchas personas sufren discriminación por alguna de esas causas. Racismo, Sexismo, Fundamentalismo, son algunos de los nombres que usamos para referirnos a estas actitudes de intolerancia y discriminación.
En general, estas discriminaciones se producen hacia grupos minoritarios que tienen alguna diferencia con respecto a la mayoría de la sociedad en que se producen; diferencias que rompen con lo que tal sociedad considera como normal: la forma de vida que ella tiene; lo que considera como norma.
Todas las sociedades lo son porque comparten una cierta cultura que se va trasmitiendo de generación en generación. En una sociedad, los individuos no somos idénticos, pero algo hay en ella que nos permite reconocer a unos como miembros y a otros como ajenos.
Tal identidad no es algo inmóvil e invariable, sino que se ha ido construyendo a lo largo de la historia de dicha sociedad, proporcionalmente una cierta continuidad y posibilitando su existencia actual.
Es verdad que los humanos no estrenamos el mundo cuando nacemos, sino que nos encontramos una realidad a hecha y que funciona razonablemente bien, pero esa realida es cambiante, siempre va haciéndose distinta de cómo era y a veces nos asusta lo distinto.
Antes, los españoles viajaban a otros países en busca de trabajo, ahora, la situación ha cambiado y son las personas de los otros países quienes vienen a España en busca de trabajo.
Muchos de esos inmigrantes hablan un idioma distinto al nuestro; muchos tienen un aspecto y cultura diferentes. Y viven entre nosotros, son nuestros vecinos.
Algunas personas no aceptan que halla tantos, o que vivan cerca de ellos, o que mantengan sus costumbres, o que trabajen, o que no trabajen, o que tengan derechos.
No es difícil ponerse en su lugar, si cualquiera de nosotros viviera en una situación de pobreza, inseguridad o falta de expectativas y pudiéramos irnos a un lugar donde alcanzar la vida que deseamos tener, seguramente nos iríamos.
Y tampoco es difícil entender su situación, vienen a dejando sus seres queridos y tienen que aceptar trabajos que nadie quiere y mandar dinero a su familia.
Pero parece que lo que nos molesta no es la situación de inmigrante, sino la de pobre. Puesto que a los futbolistas inmigrantes le pedimos autógrafos.
La guerra es algo que convive con nosotros, basta con poner la tele y ver el enorme número de conflictos bélicos que nos rodean: países en guerra con otros países, ciudadanos de un mismo país en guerra entre ellos mismos, incluso movimientos violentos en guerra contra todos los que consideran sus enemigos. Parece que la guerra va con nosotros como algo inevitable y permanente.
El segundo considerando del preámbulo de la declaración Universal de los Derechos Humanos dice que: “considerando que el desconocimiento y menosprecio de los derechos humanos ha originado actos de barbarie ultrajantes para la conciencia de la humanidad y que se ha proclamado como la aspiración más elevada del hombre el advenimiento de un mundo en el que los seres humanos, liberados del temor y de la miseria disfruten de la libertad de palabra y de la libertad de creencias. Y el tercero dice: “considerando esencial que los humanos sean protegidos
por un régimen de Derecho, a fin de que el hombre no se vea compelido al supremo recurso de la rebelión contra la tiranía y la opresión”.
Si leemos con atención ambos textos veremos que se constata que ha habido en la historia de la humanidad actos de barbarie ultrajantes (“ultra” al máximo, y “ajar” maltratar, así que ultrajar es maltratar al máximo). Esos actos de barbarie chocan abiertamente con la aspiración de los humanos de vivir liberados del temor y la miseria, y de vivir en libertad. Para vivir en paz da una receta: estar protegido por un régimen de derecho que evite el supremo recurso de la violencia.
Además de fortalecer el estado de derecho creando y manteniendo instituciones limpias y neutrales, de manera que nadie tenga más derechos que los demás, y respetar la ley que los ciudadanos nos damos a nosotros mismos asumiendo las consecuencias de su incumplimiento. Y, desde luego, hacer que esas leyes sean el resultado de aplicar los derechos y libertades que se recogen en la Declaración universal de los Derechos Humanos.
Todos los seres humanos tenemos derecho a defendernos, por eso es muy importante asumir que solo el estado tiene el monopolio de la fuerza; que ningún individuo, por muy justo que pueda parecer su acción, puede tomarse la justicia por su mano.
Esto mismo pasa entre los países, ningún estado debería tomarse la justicia por su mano y ejercer violencia contra otro, sino someterse a las leyes internacionales y al organismo que ejerce el control: las Naciones Unidas.
Se trata, como su propio nombre indica, de una acción bélica de un país contra otro al sentirse amenazado por ese otro y antes de que se cumpla su amenaza, o sea, atacar antes de que el otro ataque.
El problema no es sencillo de resolver. Por una parte, es lógico pensar que si se sabe que alguien le va a hacer daño a otro y puede evitarse, debe evitarse antes de que ocurra.
Pero, por otra parte, antes de hacer ese tal daño, no es más que la intención del supremo agresor, no una certeza, y, en consecuencia, no se debe intervenir por el hecho de ser no más que una intención.
No debemos atacar antes de que nos ataquen por una sencilla razón, una guerra no la gana el más justo, sino el que mas armas (o mejores) tiene y mas preparado está para la guerra, para ello tenemos a las Naciones Unidas que intervendrán neutralmente hasta que se resuelva el conflicto sin llegar a la guerra. No olvidemos que una guerra causaría persecución, dolor y muerte de seres humanos, y mientras esto pueda ser evitado mejor.
Naciones unidas surgíó al final de la 2ª Guerra Mundial como reuníón de todas las naciones y con un fin primordial: mantener la paz en el mundo y que no existiera jamás una 3ª Guerra Mundial. Para ello creó el consejo de seguridad. Desde su fundación no se ha producido esa temida guerra, aunque también es cierto que a puto a estado de producirse.
Además la ONU creó los cascos azules (fuerzas armadas para el mantenimiento de la paz), muy frecuentemente, estas fuerzas intervienen en la reconstrucción de infraestructuras debidas a desastres naturales o a guerras y atienden médicamente a la población afectada. Cabe mencionar también que nunca son fuerzas ofensivas, sino de interposición, de contención.
Un ejército está más organizado que un grupo terrorista, además, la función de un ejército es primordialmente defensiva mientras que un grupo terrorista ataca sin discriminación alguna a personas inocentes por un fin no justificado.
Es el modo específico del estado democrático en el que el derecho regula las actividades de los ciudadanos particulares y de todos los organismos públicos de los 3 poderes (ejecutivo, legislativo y judicial). Los rasgos del estado de derecho son la división de poderes, el reconocimiento efectivo e los derechos y libertades fundamentales de los individuos y la garantía de independencia del poder judicial